Racionalismo y Empirismo: Conocimiento y Política en Descartes, Hobbes y Locke
Racionalismo
Características del Racionalismo
- La Razón constituye la única fuente válida de conocimiento; en ella existen unas verdades innatas que son independientes de toda experiencia.
- Se rechaza la abstracción como método de conocimiento; se sustituye por la intuición intelectual.
- Se preguntan sobre la relación entre el alma y el cuerpo; se entienden como sustancias de diversa naturaleza (res cogitans y res extensa).
- Dios no se comprende como un ser creador y libre en el sentido tradicional, sino que se convierte en garante de nuestras ideas, sustancia impersonal o matemático supremo.
- Se reflexiona sobre la existencia y la naturaleza de la libertad humana.
- La moral se apoya en la razón.
- Se plantea si existe el mal, puesto que Dios, al ser perfecto, evitaría el error en los conocimientos humanos si estos se obtienen correctamente.
El Método Cartesiano (Descartes)
Según Descartes, el método cartesiano es el instrumento para guiar la razón. Está constituido por cuatro reglas seguras y sencillas. En su obra El Discurso del Método, lo resumió en estas cuatro reglas:
Reglas del Método
- Evidencia: La primera regla y principal consiste en admitir como verdadero solo lo que conocemos con evidencia, es decir, aquellas ideas que nuestra mente posea con claridad y distinción. Consideró las ideas como representaciones mentales de las cosas que suponemos existen fuera de nosotros. Las dividió en tres tipos:
- Adventicias: Proceden de la percepción sensible (Ej: idea de caballo).
- Facticias: Invenciones de nuestra imaginación (Ej: idea de centauro).
- Innatas: Nacen de la razón y no de la experiencia sensible. Estas son las ideas claras y distintas y, por tanto, principios del conocimiento verdadero. Descartes sostuvo que se obtienen mediante la intuición intelectual.
- Análisis: Hay que dividir los problemas complejos en sus partes más simples y evidentes para facilitar su comprensión.
- Síntesis: Conducir ordenadamente nuestros pensamientos, comenzando por los objetos más simples y fáciles de conocer para ascender gradualmente hasta el conocimiento de los más complejos. En esta regla se aplica la deducción, que consiste en derivar una idea a partir de otra que conocemos con certeza.
- Enumeración (o Recuento): Hacer en todo enumeraciones tan detalladas y revisiones tan generales que tengamos la seguridad de no haber omitido nada ni errado en el desarrollo del método.
Las Tres Certezas Cartesianas
La Primera Certeza: El “Cogito”
(Contexto implícito para la segunda certeza: La duda metódica lleva a la primera verdad indudable: “Pienso, luego existo” – Cogito ergo sum).
La Segunda Certeza: Dios
Una vez alcanzada la primera verdad indudable (“yo pienso”), Descartes partió de ahí para intentar demostrar la existencia de la realidad exterior a la mente. Según Descartes, Dios hace posible que la mente conozca la realidad exterior. Reflexionando sobre la primera certeza (el yo pensante como ser finito e imperfecto), Descartes se dio cuenta de que, junto a la idea de imperfección, se encuentra en la mente la idea de perfección, es decir, la idea de Dios. Descartes se preguntó por el origen de esta idea:
- No puede ser una idea adventicia: no es posible que provenga de la experiencia sensible, porque con este tipo de ideas solo conocemos cosas finitas e imperfectas.
- Tampoco puede ser una idea facticia: porque nosotros, seres imperfectos, fabricamos estas ideas, y es imposible que seamos capaces de imaginar una perfección máxima que es ajena a nosotros y que no hemos experimentado nunca.
- Por tanto, solo puede ser una idea innata, puesta en mi mente por una realidad más perfecta que yo y dotada de la máxima perfección: Dios.
Esta segunda idea innata aparece con claridad y distinción en el espíritu. El conocimiento de lo finito e imperfecto solo es posible si poseo previamente una idea de lo infinito y máximamente perfecto con lo que compararlo. No es suficiente la idea innata de Dios; es necesario probar la existencia de Dios para afirmar que mis ideas claras y distintas son verdaderamente fiables. Solo si Dios existe y es bueno, es posible superar todo motivo de duda radical, como la hipótesis del genio engañador. Dios se constituye como la garantía y el fundamento del ser y del conocimiento.
Para probar la existencia de Dios, Descartes utilizó demostraciones que consideraba ciertas y evidentes. Utilizó tres argumentos principales:
- Argumento causal basado en la idea de infinito: Del yo, que es finito, no puede surgir la idea de Dios, que es infinito. Por lo tanto, debe existir Dios como causa de que esta idea esté en nuestro interior.
- Argumento causal basado en la existencia del yo: Dios es causa no solo de su idea en mí, sino también de mi propia existencia. Es imposible que la causa de mi existencia sea algo material, puesto que yo soy pensamiento o espíritu (res cogitans), y de lo material no puede nacer algo inmaterial. Por otro lado, no puedo ser causa de mi propia existencia, porque si yo me hubiera dado el ser a mí mismo, me habría hecho perfecto e inmortal. Luego, solo Dios puede ser causa de mi existencia y, por tanto, existe. Descartes consideró a Dios como causa sui (causa de sí mismo), a diferencia de parte de la tradición filosófica anterior.
- Argumento Ontológico: Toma como punto de partida nuestra idea innata del ser sumamente perfecto (Dios). Este pensador no se detuvo a analizar la esencia divina en detalle, ya que consideraba que los atributos esenciales que definen a Dios son muy claros: la perfección y la infinitud. Lo describió como una sustancia eterna, inmutable, independiente, omnisciente, todopoderosa y creadora de todas las cosas que existen.
Esta demostración de la existencia de Dios permite eliminar la hipótesis del genio maligno y también fundamenta la posibilidad de conocer el mundo material, porque si Dios existe y es sumamente perfecto, tiene que ser bueno y veraz, y no puede engañarnos, puesto que el engaño supone una imperfección.
La Tercera Certeza: La Extensión de los Cuerpos Materiales (El Mundo)
Descartes señaló que la primera idea clara y distinta que aparece en nuestra mente sobre los objetos materiales es su extensión en el espacio, según tres dimensiones: longitud, anchura y profundidad (res extensa). Respecto a la existencia real de algo extenso fuera de la mente, Descartes afirmó que no se puede deducir directamente de la idea de extensión, ni tampoco de la idea del yo pensante.
Sin embargo, como Dios es la causa de todo lo que existe y es veraz, no ha podido engañarnos al hacernos creer que nuestras ideas claras y distintas sobre las cosas extensas provienen de objetos materiales existentes fuera de nosotros. De manera que Dios es la garantía por la que podemos saber, con certeza, que existen unas sustancias corpóreas (el mundo material) que causan ciertas ideas en nuestra mente.
De este modo, Descartes creó una nueva manera de concebir el conocimiento humano, al afirmar que nuestro conocimiento es una representación mental de la realidad. Conocemos las ideas directamente, pero no las cosas en sí mismas. Dios solo garantiza que nuestras ideas claras y distintas (matemáticas, geométricas) muestran lo que las cosas son respecto a sus cualidades primarias (las que conocemos con el entendimiento, como la extensión, figura, movimiento), pero no es garante de las cualidades secundarias (las que conocemos por los sentidos, como el color, olor, sabor), que son subjetivas y confusas.
La Física Cartesiana
Descartes aplicó a los seres vivos su doctrina mecanicista sobre la naturaleza. Según él, no hay motivo para afirmar que los animales tengan pensamiento o espíritu; serían semejantes a máquinas o mecanismos autómatas, constituidos por partes materiales que se mueven unas a otras.
En resumen, la física cartesiana fue mecanicista, pues reducía la naturaleza a cantidad (extensión) y movimiento local, como si se tratase de una gran máquina en la que unas piezas mueven a otras por contacto externo.
Empirismo
Principios Básicos del Empirismo
- El objetivo principal del Empirismo fue investigar las fuentes, la certeza y el alcance del conocimiento humano.
- Compartieron con los racionalistas el deseo de lograr un conocimiento seguro, pero solo consideraron como fundamento válido aquello que se obtiene mediante la experiencia.
- Los métodos experimentales fundamentaron la teoría de que nuestro conocimiento se basa en la percepción sensible.
- Para los pensadores empiristas, priman la experiencia y el apoyo en los datos factuales (hechos observables), así como la comprobación empírica de las hipótesis.
- La necesidad científica de acudir a hechos observables como base necesaria de toda teoría explicativa encontró su justificación en la tesis empirista de que todo nuestro conocimiento se origina en la percepción.
- Se rechazó la existencia de ideas innatas, defendida por el racionalismo. La mente al nacer es una “tabula rasa” (pizarra en blanco).
El Nacimiento del Estado Moderno y sus Premisas Filosóficas
A partir del siglo XIV, los reyes europeos iniciaron un proceso de formación del Estado Moderno. Este fue entendido de diferentes formas:
- Los iusnaturalistas y filósofos cristianos consideraban que el Estado era una organización social determinada por leyes inherentes a la naturaleza humana (ley natural).
- Los pensadores renacentistas e ilustrados del siglo XVIII sostuvieron que el Estado era una creación racional del ser humano, un artificio.
Los filósofos empiristas adoptaron esta última postura, considerando que el fundamento de la organización social y el poder político reside en un pacto o contrato social entre individuos libres.
Filosofía Política Empirista
Thomas Hobbes
El Estado de Naturaleza y el Contrato Social (Hobbes)
La filosofía política de Thomas Hobbes se apoya en la suposición de que el ser humano no es un ser social por naturaleza (en contra de lo que afirmó Aristóteles).
Hobbes afirmó que los individuos, antes de vivir en sociedad, se encuentran en un estado de naturaleza, caracterizado por una “guerra de todos contra todos” (bellum omnium contra omnes). La falta de un poder común crea un estado de inseguridad constante, dominado por el individualismo y el egoísmo de los seres humanos (“el hombre es un lobo para el hombre” – homo homini lupus).
La guerra surge del deseo ilimitado de satisfacción humana. Sin embargo, hay otros deseos, como el de seguridad o el miedo a la muerte violenta, que impulsan a los individuos a establecer un pacto o contrato social del que surgen las sociedades organizadas. Los humanos acuerdan ceder parte de su libertad y poder natural, sometiéndose a un poder común (el soberano) que limita las rivalidades y garantiza la paz.
Hobbes utiliza la figura del Leviatán (un monstruo bíblico) como símbolo del Estado todopoderoso, representando que solo un poder absoluto puede obstaculizar el deseo egoísta de los seres humanos y mantener el orden. Desaconsejó la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), defendiendo la soberanía absoluta e indivisible.
John Locke
Teoría del Conocimiento (Locke)
John Locke fundó su filosofía en la observación de hechos y negó la existencia de ideas innatas. Sostuvo que todas nuestras ideas provienen de la experiencia, que puede ser de dos tipos:
- Sensación: Es la fuente principal de las ideas. Son las impresiones causadas por objetos externos en nuestros sentidos, que provocan una percepción en el intelecto.
- Reflexión: Consiste en la percepción de las diferentes operaciones y actividades de nuestra propia mente (pensar, dudar, creer, etc.).
Locke otorgó el nombre de idea a todo contenido inmediato del pensamiento. Las dividió en dos tipos:
- Ideas Simples: Son los átomos del conocimiento, recibidas pasivamente por la mente a través de la sensación o la reflexión (ej: color amarillo, dureza, pensamiento). No pueden descomponerse en otras.
- Ideas Complejas: Son producto de la actividad de nuestro espíritu, que combina, compara y abstrae ideas simples. Identificó tres tipos principales de ideas complejas:
- Sustancias: Ideas complejas que representan cosas particulares que subsisten por sí mismas (ej: idea de hombre, de oro). Se forman al agrupar ideas simples que suelen ir juntas, suponiendo un sustrato que las une (aunque este sustrato sea incognoscible).
- Modos: Ideas complejas que no representan cosas que subsisten por sí mismas, sino que son cualidades o afecciones de las sustancias (ej: idea de belleza, gratitud, triángulo).
- Relaciones: Ideas complejas que obtenemos por la comparación de unas ideas con otras (ej: idea de causalidad, identidad, mayor que).
Desarrolló tres grados de conocimiento según su certeza:
- Conocimiento Intuitivo: Percepción directa, clara y segura del acuerdo o desacuerdo entre ideas, sin necesidad de pruebas. Es el grado más alto de certeza. Locke afirmó que el conocimiento de nuestra propia existencia es intuitivo y cierto.
- Conocimiento Demostrativo: Conocimiento menos directo y cierto que el intuitivo. Se obtiene mediante el razonamiento y el uso de ideas intermedias (pruebas) para mostrar el acuerdo o desacuerdo entre otras ideas. La existencia de Dios es, para Locke, un conocimiento demostrativo, basado en el principio de causalidad.
- Conocimiento Sensible (o sensitivo): Conocimiento de la existencia de las cosas individuales externas a nosotros, basado en la percepción actual. Aunque no alcanza la certeza absoluta de los dos anteriores, nos proporciona una seguridad razonable sobre la existencia del mundo exterior mientras lo estamos percibiendo.
Filosofía Política (Locke)
Crítica al Absolutismo y Origen del Estado
Algunos teóricos de su época sostenían que el poder de los reyes provenía directamente de Dios (derecho divino). Sin embargo, Locke consideró que no había una justificación racional ni empírica para tal afirmación.
Locke tampoco admitió el poder absoluto del Estado propuesto por Hobbes y rechazó que este poder haya sido impuesto arbitrariamente. El absolutismo no tiene cabida porque limita la libertad humana y, con ello, la responsabilidad moral de las personas. El poder del gobernante (sea monarca o asamblea) ha de estar sujeto a la ley y no puede ejercerse arbitrariamente.
El Estado de Naturaleza (Locke)
Locke, al igual que Hobbes, rechazó la sociabilidad natural del hombre propuesta por Aristóteles y fundamentó el origen de la sociedad en un pacto libre entre individuos. Sostuvo que los hombres se encontraban originalmente en un estado de naturaleza, antes de convertirse en miembros de una sociedad política. Sin embargo, describió un estado de naturaleza muy distinto al de Hobbes.
Según él, antes de la vida en sociedad organizada, existe un estado de naturaleza en el que todos los seres humanos son iguales y libres. Esto significa que son independientes y que no están sometidos a la voluntad arbitraria de nadie. Locke señaló que esta libertad no es licencia (hacer lo que uno quiera), sino que está limitada por una ley moral natural, que se descubre por la razón y que obliga a todos. Esta ley recoge los derechos naturales con los que nacen todas las personas: el derecho a la vida, a la integridad corporal, a la libertad y a la propiedad privada (fundada en el trabajo).
El Contrato Social y las Características del Estado (Locke)
Aunque el estado de naturaleza es pacífico en principio, la falta de una autoridad común imparcial para resolver conflictos y garantizar los derechos naturales puede llevar a un estado de guerra. El tránsito del estado de naturaleza a la existencia de la sociedad civil se hace necesario para la defensa eficaz de los derechos naturales y el mantenimiento de la paz social.
Este tránsito se realiza mediante un pacto o contrato social. Los individuos acuerdan unirse en sociedad, renunciando a su poder de ejecutar la ley natural por sí mismos y delegándolo en la comunidad. Surge así el Estado, cuya misión principal es proteger los derechos naturales (vida, libertad, propiedad) de los ciudadanos y garantizar el bien común a través de leyes establecidas y jueces imparciales.
El pacto libre de individuos da lugar a la sociedad y al Estado. El pueblo, en mutuo acuerdo, establece el poder político y delega en él la capacidad de legislar y ejecutar las leyes.
Para Locke, el consentimiento que fundamenta la sociedad debe quedar idealmente registrado en una constitución. Es fundamental la división de poderes para evitar posibles abusos. Locke distingue principalmente:
- Poder Legislativo: Es el poder supremo. Reside en una asamblea (Parlamento) elegida por el pueblo. Su tarea es crear leyes justas y conformes a la ley natural para el bien común.
- Poder Ejecutivo: Corresponde al gobernante (rey o gobierno). Su misión es hacer cumplir las leyes aprobadas por el legislativo. Incluye también el poder judicial.
- Poder Federativo: Tiene como fin regular las relaciones exteriores de la sociedad (guerra, paz, alianzas) con otras comunidades políticas. Suele estar unido al ejecutivo.
Cabe destacar que el poder del Estado no es absoluto. Según Locke, el pueblo conserva siempre la soberanía última y el derecho de resistir si el gobierno actúa en contra de la confianza depositada en él (tiranía). Para él, el mejor sistema de gobierno es una monarquía parlamentaria o una democracia representativa. Si el gobernante o el legislativo abusan del poder y violan los derechos naturales, el pueblo tiene derecho a recurrir a la resistencia y, en última instancia, a deponerlos por la fuerza, disolviendo el gobierno (pero no la sociedad) y estableciendo uno nuevo. Locke considera que si el mandatario altera la finalidad para la que ha sido designado, los individuos recuperan su potestad originaria en defensa de sus derechos.
Principio de Tolerancia (Locke)
Locke defendió firmemente el principio de tolerancia religiosa. Considera que el Estado debe ser tolerante con las diversas doctrinas religiosas y opiniones filosóficas, siempre que estas no atenten contra los derechos de los demás ciudadanos o perturben la paz social. Las creencias puramente teóricas y el culto privado no deben ser asunto del magistrado civil.
Para Locke, ha de existir una clara separación entre la Iglesia y el Estado, ya que tienen fines distintos: el fin de la Iglesia es la salvación de las almas (algo que concierne a la conciencia individual y no puede imponerse por la fuerza), mientras que el fin del Estado es proteger los bienes civiles (vida, libertad, propiedad) y mantener la paz social.
Así pues, Locke mantiene un sentido positivo, aunque limitado (excluía a católicos por su supuesta lealtad a un poder extranjero y a ateos por considerar que sus promesas no eran fiables), de la tolerancia religiosa y de pensamiento.