Teorías Éticas: Sofistas, Sócrates y Platón – Relativismo, Intelectualismo Moral y la Búsqueda del Bien
Teorías Éticas: Los Sofistas, Sócrates y Platón
Los Sofistas
La reflexión ética aparece alrededor del siglo II a.C. por parte de los sofistas en Atenas. Los sofistas son maestros que enseñan oratoria y conocimientos generales para aquellos que participaban en la asamblea. Pretendían enseñar la “virtud” política, a aparentar ser un buen político en relación a las circunstancias, frente a los que pensaban que lo bueno y lo malo eran algo objetivo, válido en sí mismo e independiente de la persona, el lugar, etc.
Características del Pensamiento Sofista
- Relativismo: Todo depende de las circunstancias, la persona, el lugar… porque no hay nada válido en sí mismo, todo es válido en relación al contexto.
- Relativismo Moral: No hay valores buenos ni malos en sí, sino que dependen del contexto.
- Relativismo Cultural: No hay una forma de vivir, creencias… correctas en sí mismas.
- Relativismo Político: No hay leyes ni normas de conducta siempre y en todas partes.
- Escepticismo: No existe la verdad objetiva, sino opciones con igual validez.
Parte Positiva y Negativa del Relativismo
- Parte Positiva: Mayor tolerancia, se respetan más formas de pensar, de vivir… diferentes a las propias.
- Parte Negativa: Ausencia de valores claros que asienten la conducta porque parece que todo vale se haga lo que se haga.
El origen de los valores morales es el convencionismo y pueden ser de dos tipos:
- Por naturaleza: Los valores, normas… son tan buenos o malos en sí mismos independientemente de lo que la gente piense.
- Por convención: Los valores y normas son aceptados como buenos o malos en relación a lo que la gente dentro de una sociedad piense.
Para los sofistas, los valores morales son fruto de un acuerdo, de un pacto, explícito o tácito, por el que les parece bien o mal, y cuáles son las formas correctas o incorrectas de comportarse. Para los sofistas lo único natural en el ser humano es la ley del más fuerte, el querer imponer los propios intereses a los demás. Para proteger los intereses comunes surgen los valores, las leyes y las instituciones que las protegen, pero los sofistas denuncian que, a fin de cuentas, estas instituciones se guían por el interés de los poderosos y que los valores y normas aceptados terminan siendo los suyos.
Principales Autores Sofistas
- Gorgias: Las leyes y valores están destinados a evitar que los poderosos se impongan a los débiles, pero termina siendo así.
- Antifonte: Lo natural es que el fuerte se imponga al débil, todo lo contrario es antinatural y, por tanto, fruto de un acuerdo para convivir y protegerse.
- Trasímaco: Lo bueno, justo… las normas se aceptan en relación a lo que dictan los poderosos, solo realistas parten de la observación como hecho, la naturaleza.
- Protágoras: El hombre es la medida de todas las cosas.
Protágoras vs. Sócrates
- Protágoras: El hombre es la medida de todas las cosas, decide cuáles son los valores y las leyes según su conveniencia. Lo bueno, lo justo… es lo que conviene a los hombres en cada momento, por eso los valores y normas se pueden cambiar y son particulares.
- Sócrates: Los valores y normas son universales, válidas en todo momento y lugar, e inmutables. Lo bueno, lo justo… lo es en sí mismo independientemente de la conveniencia de las personas que deben aceptarlo aunque no estén conformes. Esos valores y normas se imponen en una sociedad y configuran lo bueno que hay en las personas, hasta el punto que es preferible morir defendiendo estos valores que vivir habiéndolos traicionado.
Platón
¿Qué es el Ser Humano?
Platón concibe que el ser humano es un compuesto de cuerpo y alma, que son dos realidades distintas y separadas, unidas solo temporal y accidentalmente. Para Platón, el cuerpo es como una cárcel para el alma y el alma actúa sobre el cuerpo como un piloto sobre su nave. Para Platón existen dos mundos:
- El mundo sensible: Las cosas materiales que nos rodean y percibimos por los sentidos.
- El mundo inteligible: Un mundo perfecto, eterno, imperecedero, que está más allá de este mundo y es el verdadero. Este mundo está poblado por ideas, conceptos universales inmutables que constituyen el fundamento de la realidad sensible.
El Cuerpo y el Alma
- El cuerpo: Pertenece al mundo sensible y no pertenece a la verdadera realidad.
- El alma: Pertenece al mundo inteligible y es inmortal y eterna. El alma es como el piloto del cuerpo, responsable de sus acciones, movimientos, etc. Un cuerpo sin alma carece de vida.
Mito del Carro Alado
Platón considera que el alma tiene varias partes:
- Caballo negro (alma concupiscible): Representa las pasiones y los deseos relacionados con el cuerpo, que mantienen al hombre atado al mundo sensible.
- Caballo blanco (alma irascible): Representa la parte del alma que impulsa el cuerpo hacia el bien y la verdad, que le da fortaleza y valor.
- Auriga o conductor (alma racional): Es la única parte del alma que es inmortal, pues pertenece por completo al mundo inteligible.
El objetivo de este alma-carro es conseguir volver a ascender al mundo inteligible, controlando al caballo negro. Para Platón, ese ascenso se logra mediante el conocimiento.
Intelectualismo Moral
Platón, al igual que Sócrates, parte de un intelectualismo moral: para obrar el bien hay que conocerlo. El que obra mal no actúa por maldad sino por ignorancia. El buen comportamiento está asociado al conocimiento. Es imposible que una persona conozca verdaderamente lo que está bien o lo que es correcto, y a pesar de eso obre de forma incorrecta. El conocimiento del bien inclina a la voluntad hacia ese bien.
La Virtud
Es el concepto fundamental de la ética de Platón y considera que la virtud consiste en el equilibrio entre las partes del alma y la armonía es lo que proporciona la felicidad. La virtud es comportarse de acuerdo con la naturaleza del alma. Hay varios tipos de virtud en relación a las partes del alma:
- Prudencia o sabiduría: Es la virtud propia del alma racional, y consiste en la capacidad de deliberar, reflexionar sabiamente para saber cuál es lo más conveniente en cada momento. Es la sabiduría para diferenciar lo que es bueno de lo malo para el hombre.
- Fortaleza o valor: Es la virtud propia del alma irascible, consiste en la capacidad para mantener el ánimo alto en las dificultades, sabiendo sacrificar los placeres para obrar según el deber que marca el alma racional. Gracias a la fortaleza, el alma mantiene firme la voluntad en el rumbo que marca la razón.
- Templanza: Es la virtud propia del alma concupiscible, y consiste en la capacidad de ordenar racionalmente los placeres, dominándolos para que hagan posible la supervivencia pero no dominen la conducta humana.
- La justicia: Entendida como el orden y equilibrio entre las partes del alma, el alma virtuosa es el alma equilibrada, en la que cada parte cumple su función y se deja guiar por la razón. Esta virtud tiene primacía sobre las demás porque las ordena y puede aplicarse también al orden social. El vicio supone el desequilibrio del alma que se guía por impulsos pasionales o por los irascibles.
La Felicidad
Es el resultado de esta armonía que Platón entiende como la salud del alma. La persona feliz y virtuosa es aquella en la que el alma racional es prudente, la irascible fuerte y la concupiscible moderada. Para Platón, una vida centrada en el placer no tiene por qué conllevar felicidad, pero tampoco implica felicidad una vida centrada en la actividad intelectual o la contemplación. Platón adopta una postura intermedia, en la que juegan su papel tanto las pasiones como la razón. La felicidad consiste en satisfacer a cada parte del alma y contenerla para que no se sobrepase y cumpla su función.
El Bien
El bien es la idea fundamental tanto del mundo inteligible como del mundo sensible. El objetivo es la purificación o catarsis mediante el acceso al conocimiento de la idea de bien. Este conocimiento es posible mediante la virtud, pues el ejercicio de la virtud hace que el alma pueda volver a ascender al mundo inteligible, contemplar la idea de bien y así ser feliz. El objetivo de la vida humana es que el alma ascienda de nuevo al mundo de las ideas y contemple el bien absoluto. Varios son los caminos para este ascenso: la muerte, la dialéctica y la vida virtuosa. Mediante la vida virtuosa el hombre es capaz de controlar sus pasiones, alejarse de lo puramente corporal y sensible, y guiar su vida mediante la razón, de modo que el alma pueda ascender hasta las ideas.
Estamentos o Clases Sociales en la Polis
El objetivo de la sociedad es satisfacer las necesidades materiales del ser humano, pero también hacer posible su pleno desarrollo y su felicidad. Platón considera que los seres humanos no son iguales, no deben tener los mismos derechos ni ejercer las mismas funciones. Se distinguen tres clases sociales:
- Los productores: Son los agricultores, artesanos… cuya misión es producir bienes necesarios para la supervivencia.
- Guerreros o guardianes: Soldados que protegen a la ciudad y el orden.
- Gobernantes: Reyes, sabios con poder absoluto porque conocen el bien, la justicia, la verdad… universales.
La Justicia: Virtud Fundamental
La justicia es el fin último que persigue la polis, y al igual que la justicia individual consistía en la armonía entre las partes del alma, la justicia social consiste en la armonía entre las clases sociales. Que cada clase social cumpla su función, mantenga sus virtudes y no pretenda aspirar a aquello para lo que no está dotado por naturaleza. Así, los productores proporcionan a la ciudad los bienes necesarios, los guardianes la defienden y los gobernantes dirigen con prudencia y sabiduría.