Fenómenos Cadavéricos: Clasificación y Evolución

1. Fenómenos Cadavéricos Abióticos

Los fenómenos cadavéricos abióticos son aquellos que se producen como consecuencia del cese de las funciones vitales, sin intervención de procesos bioquímicos o enzimáticos. Se caracterizan por:

  • No tener un marcado carácter individual.
  • Partir de datos estándar, válidos para todos los individuos.
  • No depender de procesos bioquímicos enzimáticos.
  • Tener una evolución lenta y regular.

Estos fenómenos, ya sean generalizados o localizados, son cruciales para determinar la cronología de la muerte. Dependen en gran medida de las circunstancias ambientales.

a. Deshidratación Cadavérica

La deshidratación, como fenómeno general, no tiene una aplicación práctica directa en la determinación del momento de la muerte. Sin embargo, como fenómeno local, se puede estudiar en el ojo:

  • Turbidez de la córnea: Depende de si el cadáver permaneció con los ojos abiertos o cerrados. Con los ojos abiertos, se observa cierta turbidez a las 2 horas y opacidad a las 4 horas. Con los ojos cerrados, la turbidez aparece a las 24 horas.
  • Disminución de la tensión ocular: Ocurre rápidamente después de la muerte, lo que puede deformar la pupila. La presión ocular, medida con un tonómetro, es indetectable a las 2-3 horas.
  • Transparencia de la coroides: Se observa a través de la esclerótica debido al adelgazamiento de esta. La mancha negra es visible a las 10-12 horas con los ojos abiertos, aunque no es un fenómeno frecuente.

b. Livideces Cadavéricas

Las livideces (o livor mortis) pueden ser generalizadas o localizadas. Como fenómeno generalizado, son importantes para establecer la data de la muerte, considerando las siguientes fases:

  • Inicio: Aparición de pequeñas manchas en la parte posterior del cuello (0-1 horas).
  • Traslación.
  • Generalización.

Las livideces, al igual que otros fenómenos abióticos, son clave para la cronología de la muerte y dependen de factores ambientales. Cumplen los mismos requisitos ya mencionados: carecen de carácter individual, se basan en estándares, no dependen de procesos bioquímicos y evolucionan de forma lenta y regular.

2. Fenómenos Cadavéricos Originados por la Putrefacción

Estos fenómenos son el resultado de la acción de los gérmenes presentes en el cadáver.

a. Mancha Verde

Es un signo de aparición tardía, generalmente alrededor de las 36 horas después del fallecimiento. Se debe a la acción del ácido sulfhídrico (producto de la putrefacción) sobre la hemoglobina y sus derivados. Aparece en áreas con mayor concentración de gérmenes, típicamente en el cuadrante inferior derecho del abdomen. Aunque es un signo inequívoco de muerte, su aparición tardía (24-48 horas) limita su utilidad en la estimación temprana del intervalo post-mortem.

b. Enfriamiento Cadavérico (Algor Mortis)

El enfriamiento cadavérico es un proceso gradual en el que la temperatura corporal se iguala con la del ambiente. El cadáver se comporta como un cuerpo metálico caliente que deja de recibir calor.

1. Periodo de equilibrio térmico: El enfriamiento comienza en la periferia (extremidades, cara) y avanza hacia el interior. El “eje” del cadáver no se enfría hasta pasadas unas 2 horas. Esta distribución del calor causa una pausa aparente en el enfriamiento. Después de este periodo, el enfriamiento se vuelve más evidente y regular.

2. Hipertermia post-mortem: En algunos casos, puede ocurrir un aumento de la temperatura después de la muerte. Esto se observa en muertes con convulsiones o con actividad bacteriana excesiva.

Evolución del proceso:

  • El enfriamiento comienza en pies, manos y cara (fríos a las 2 horas).
  • Se extiende a extremidades, pecho y dorso.
  • Finalmente, se enfrían vientre, axilas y cuello.
  • Los órganos abdominales profundos conservan el calor durante más tiempo (hasta 24 horas).
  • El enfriamiento completo al tacto se produce entre las 8 y 17 horas, más comúnmente entre las 10 y 12 horas.

Factores que influyen en el enfriamiento:

  • Causa de la muerte: Enfermedades crónicas y hemorragias aceleran el enfriamiento.
  • Otros factores ambientales y propios del individuo.