La inmigración extranjera

Características

Desde 1995, España está recibiendo un elevado volumen de inmigrantes extranjeros. Así, en 2008 la población extranjera supera los 5,2 millones. Dentro de ella se diferencian los extranjeros nacionalizados (que pasan a ser españoles de pleno derecho) y los inmigrantes legales, que obtienen permiso de residencia y mantienen su nacionalidad de origen, y los ilegales, más difíciles de contabilizar, que tras la última regularización se cifran en unos 230.000.

Las causas de esta atracción inmigratoria son:

  • La necesidad de mano de obra a raíz del desarrollo económico desde 1995.
  • La proximidad de España a África y los lazos histórico-culturales con América Latina.

En cuanto a la procedencia de los inmigrantes, predominan los inmigrantes extracomunitarios procedentes de África (Marruecos), Iberoamérica (Ecuador, Colombia) y Asia (China, Pakistán), y los inmigrantes de la Europa del Este, principalmente rumanos (hoy la 1ª comunidad) y búlgaros. Realizan trabajos de baja cualificación en el sector servicios, la construcción, la agricultura, la minería y la pesca.

Consecuencias de la inmigración

a) Demográficas: Los inmigrantes han contribuido decisivamente al crecimiento demográfico. Gracias a ello, se ha evitado el decrecimiento demográfico.

b) Consecuencias económicas: La inmigración aporta población activa que desempeña las tareas más duras y peor remuneradas, colabora al crecimiento del PIB y aporta más dinero a las arcas públicas, pero también se relaciona con algunos problemas, como la pérdida de competitividad (la disponibilidad de mano de obra retrasa la modernización de ciertos sectores) y la presión a la baja sobre los salarios. Han surgido actitudes xenófobas y racistas que tienden a aumentar en épocas de crisis económicas. Muchos inmigrantes sufren duras condiciones laborales y malas condiciones de vida. Las dificultades de integración pueden suscitar tensiones con la población autóctona.

La estructura de la población española

La estructura de la población es su composición por sexo y edad, y por actividad económica.

La estructura por sexo y edad

Se suele medir con las pirámides de población.

Por sexo o sex ratio

Es la relación entre el número de hombres y mujeres que componen una población. Esta relación se mide mediante las tasas de masculinidad o de feminidad. Cuanto más se aleje el índice de 100, mayor será el desequilibrio entre sexos. Los factores que influyen en la estructura por sexo son el nacimiento siempre de un mayor número de niños (unos 105 por cada 100 niñas), la mayor esperanza de vida de las mujeres y las migraciones, dado que suelen emigrar más los varones. Así (84-65 años de la mujer frente a los 78-66 de los hombres). En las edades jóvenes predominan los hombres; sin embargo, en la edad adulta madura (50-54 años) los efectivos de los sexos se igualan y al final predominan las mujeres.

La estructura por edad

La estructura por edad es la composición de la población por grupos de edad: jóvenes (0-14 años), adultos (15-64 años) y viejos (65 o más años) de una población. Esta se considera joven cuando el porcentaje de jóvenes supera el 35% y envejecida cuando el porcentaje de viejos supera el 12%. En España la estructura por edad se encuentra envejecida, pues los jóvenes representan un bajo porcentaje.

a) Las causas del envejecimiento son:

  • El fuerte descenso de la natalidad.
  • El aumento de la esperanza de vida.
  • La emigración de épocas pasadas, que no se ha visto compensada por la reciente inmigración.

No obstante, hay diferencias territoriales: las comunidades con mayor porcentaje de jóvenes son las que muestran tasas de natalidad más altas (sur peninsular) o las fuertemente inmigratorias. Las comunidades más envejecidas son las que en el pasado se vieron muy afectadas por la emigración y cuentan actualmente con bajas tasas de natalidad (Galicia, Asturias, Castilla y León, País Vasco, Aragón).

b) Las consecuencias del envejecimiento son:

  • La desaceleración económica.
  • La elevación de los gastos en pensiones y sanidad.

La tasa de paro

La evolución de la tasa de paro ha pasado por diferentes etapas: hasta 1993 no fue un problema grave (no superaba el 3% de la población activa). Entre 1973 y 1995, el paro pasó por dos fases: un ligero retroceso y un aumento entre 1990 y 2005. Desde 1995 hasta 2008 la tasa de paro descendió. En la actualidad, las cifras de paro se deben a la actual y enorme crisis económica, con casi 5 millones de parados (+20% población activa).

La tasa de paro presenta variaciones en función del sexo (mayor paro femenino), la edad (mayor desempleo juvenil), el nivel de instrucción (más paro cuanto menor cualificación), la época del año (reducción de la demanda hotelera en invierno) y la comunidad autónoma (más paro en las de menor dinamismo económico o mayor peso de la población joven, como Extremadura y Andalucía).