Características del Mercado de Trabajo Industrial

Una de las características del mercado de trabajo industrial es el exceso de población que emigró a la ciudad, cambiando así su actividad. Se produjo un cambio gradual de las economías tradicionales (campesinos) hacia las modernas (industriales).

En 1870, casi el 50% de la población europea se dedicaba a la agricultura; un 25% a la industria, incluyendo el trabajo artesanal; y el sector servicios en las ciudades ocupaba a una cuarta parte de la población.

Con el tiempo, la agricultura se convirtió en un nicho de trabajo residual. Progresivamente, la población se trasladó hacia la industria en las ciudades (finales del siglo XIX y XX) y, posteriormente, a los servicios (siglo XXI). La agricultura también cambió, pasando a ser una actividad enfocada en la producción para el mercado.

Liquidación de la Agricultura Tradicional

Con el paso del tiempo, la agricultura se convirtió en un nicho de trabajo con poca demanda, y su naturaleza cambió. La población se trasladó progresivamente hacia la industria en las ciudades (finales del siglo XIX y XX) y, posteriormente, a los servicios (siglo XXI). La agricultura, al cambiar su enfoque, pasó a ser una actividad orientada a la producción para el mercado, en lugar de para el consumo local.

En el campo, menos personas producían entre un 10-20% más que antes. Esto indica el inicio de cambios en los cultivos, como la selección de variedades, etc. (principios del siglo XX).

Tasa de Actividad (%) por Sexo (16-64) en España, 1877-2001

La tasa de actividad (siglo XX) representa el número de personas que trabajan entre el número de habitantes por cien (discriminando entre 16 y 64 años). En esta gráfica, se observan datos separados para hombres y mujeres.

Los hombres se encontraban, más o menos, en situación de pleno empleo. En cambio, las mujeres rondaban entre el 20-30% durante la época de la industrialización. A partir de los años 60, la tasa femenina aumentó debido a la industrialización y, posteriormente, a la transición, llegando hasta un 80%. Hoy en día, aunque persisten diferencias, están más controladas.

Inicialmente, las mujeres eran empleadas en el sector textil, que fue disminuyendo gradualmente. Luego, se incorporaron a la alimentación, la fabricación de electrodomésticos (a partir de los años 60) y la industria, siendo las fábricas de tabaco las mayores empleadoras de mujeres.

La baja tasa de actividad femenina se debía a:

  1. No se requería mano de obra femenina, ya que el hombre era considerado el modelo de trabajador industrial, y ellas solo eran contratadas en empleos minoritarios.
  2. La sociedad ideal creada a partir de la sociedad industrial se basaba en: trabajador (jornalero) y amas de casa.

Cuando el salario del hombre no era suficiente y la mujer tenía que trabajar (algo mal visto, sobre todo si eran casadas; no tanto si eran solteras), se llevaban a cabo manifestaciones para aumentar el sueldo de los hombres (salario familiar). Esto fue una reivindicación del movimiento obrero durante muchos años.

Otra opción para las mujeres casadas, si había fábricas textiles cerca de casa, era coser en casa para evitar la “vergüenza” de trabajar y compatibilizar el trabajo doméstico con el remunerado. Hasta los años 30, cuando se consiguió el salario familiar, las mujeres trabajaban en el sector servicios y en economías sumergidas.

La terciarización de la economía brindó una gran oportunidad para la integración de las mujeres al trabajo.

Tasas de Actividad (%) por Sectores Económicos y Sexo según Padrones Municipales. C. 1930 (15-64 Años)

En esta época, se considera que la sociedad es urbana y madura.

En Vitoria, en los años 30, el sector primario se dedicaba básicamente al cultivo de patatas.

En esta época, los hombres se dedicaban mayoritariamente al sector secundario (industria). En el sector terciario, los hombres se dedicaban a trabajos administrativos, comercio, etc.

En el sector terciario, prácticamente el 75% de las mujeres se dedicaban a la servidumbre, exceptuando en Gasteiz, donde alternaban el trabajo en el campo con la industria. Cabe destacar que tener servidumbre masculina otorgaba prestigio social.

En conclusión, las mujeres tenían poca cabida en el mercado laboral, pero si trabajaban, lo hacían en varios sectores diferentes.