Valoración del Patrimonio Cultural

1. Tipos de Valor de los Bienes Culturales

Valor de Uso: Dimensión utilitaria. Evaluamos el patrimonio considerando su utilidad para satisfacer necesidades materiales, de conocimiento o deseos. Ejemplo: los molinos.

Valor Formal: Placer estético. Este valor se atribuye a objetos apreciados por su atractivo sensorial, la armonía de su forma y el mérito que representan.

Valor Simbólico – Significativo: Actúan como portadores de mensajes entre quienes los crearon y usaron en el pasado y quienes los perciben en el presente. Funcionan como nexo entre pasado y presente, testimoniando ideas, hechos y situaciones del pasado.

2. Tipos de Patrimonio Cultural

Jardín Histórico: Espacio delimitado, resultado de la ordenación humana de elementos naturales, a veces con estructuras artificiales, considerado de interés por su origen, historia o valores estéticos, sensoriales o botánicos.

Conjunto Histórico: Agrupación de bienes inmuebles que forman una unidad de asentamiento, continua o dispersa, representativa de la evolución de una comunidad humana, su cultura, o que constituye un valor de uso y disfrute colectivo. También se considera Conjunto Histórico cualquier núcleo individualizado de inmuebles dentro de una unidad de población mayor que comparta estas características y sea claramente delimitable.

Sitio Histórico: Lugar o paraje natural vinculado a acontecimientos, recuerdos del pasado, tradiciones, creaciones culturales o naturales, y obras humanas con valor histórico, etnológico, paleontológico o antropológico.

Bienes Muebles: Objetos con valor histórico, artístico, arqueológico, científico, etc., que pueden trasladarse sin perder su integridad ni valor. Ejemplos: pinturas, esculturas, orfebrería, objetos arqueológicos.

Patrimonio Arqueológico: Bienes muebles o inmuebles de carácter histórico susceptibles de estudio arqueológico, estén o no extraídos, ubicados en la superficie, subsuelo, mar territorial o plataforma continental. Incluye elementos geológicos y paleontológicos relacionados con la historia humana y sus orígenes.

Zona Patrimonial: Territorios o espacios que conforman un conjunto patrimonial diverso y complementario, integrado por bienes representativos de la evolución humana, con valor de uso y disfrute colectivo, y posibles valores paisajísticos y ambientales.

Evolución del Turismo Cultural

3. Antecedentes Históricos del Turismo Cultural

El turismo moderno nace en el siglo XIX con la Revolución Industrial, enfocado en el ocio y el descanso.

En la Edad Antigua, las motivaciones eran similares a las actuales: políticas, económicas, religiosas o por curiosidad. En la Grecia Clásica, se valoraba el ocio dedicado a la cultura, religión y deporte. Durante el Imperio Romano, se disfrutaba de espectáculos, termas y estancias costeras, facilitado por la Pax Romana, las vías de comunicación y la prosperidad económica. Tanto griegos como romanos buscaban conocer lugares exóticos como los Jardines Colgantes de Babilonia o el Coloso de Rodas. Los mercaderes también viajaban buscando productos exóticos.

La Edad Media vio un retroceso en los viajes turísticos debido a la conflictividad, aunque surgieron las peregrinaciones religiosas, como el Camino de Santiago o la peregrinación a La Meca.

En la Edad Moderna, las expediciones marítimas despertaron la curiosidad por viajar. Continuaron las peregrinaciones y surgieron los primeros hoteles para alojar a las grandes personalidades y su séquito. A finales del siglo XVI, surgió el Grand Tour, un viaje de formación para jóvenes aristócratas ingleses por Europa.

A finales del siglo XIX y principios del XX, con la expansión económica y la Revolución Industrial, la burguesía emergente tuvo recursos y tiempo libre para viajar. Se popularizó el turismo de salud y montaña. El motor a vapor y el ferrocarril impulsaron el turismo de masas, con cruceros y los primeros viajes organizados por Thomas Cook en 1841, quien introdujo el concepto de “paquete turístico”.

En el siglo XX, el turismo se desarrolló plenamente. Tras la Segunda Guerra Mundial, el auge del turismo de sol y playa lo convirtió en un fenómeno social, económico y cultural. Mejoraron las comunicaciones, se estandarizaron los paquetes turísticos con vuelos chárter, y surgió el “colonialismo turístico”.

Desde los años 80 y 90, el turismo creció de forma más moderada y controlada, limitando la capacidad receptiva, diversificando la oferta, mejorando la calidad e internacionalizando las empresas turísticas. La tecnología transformó el sector y el interés por los sitios históricos enriqueció la noción de patrimonio, integrándolo en la agenda política de muchos países.