El Helenismo: Filosofía, Ciencia y Sociedad tras la Muerte de Alejandro Magno
Contexto Histórico: La Transición al Helenismo
La labor intelectual de Aristóteles se desarrolla durante el siglo IV a. C. Durante el siglo V, Grecia había vivido su momento de máximo esplendor con la victoria sobre Persia en las Guerras Médicas. Sin embargo, ya a finales de ese siglo, entre el 431 y el 404 a. C., en la Guerra del Peloponeso, Atenas había sufrido una dura derrota frente a Esparta y la unión de las polis griegas había quedado rota. Nos encontramos, pues, en una época turbulenta, de crisis del ideal griego y de la polis, la forma básica de organización política. Además, una nueva potencia emerge en el norte de Grecia con Macedonia, gobernada por Filipo, que irá conquistando toda Grecia y acabando con la independencia de las polis y con el modelo político tradicional griego. El mismo Filipo, conocedor del prestigio de Aristóteles, le hará tutor de su hijo Alejandro Magno. Este continuará la labor expansionista de su padre conquistando el Imperio Persa, Egipto y llegando hasta la India. Asimismo, con la muerte de Alejandro, Aristóteles deberá abandonar Atenas y con ella su obra intelectual, como fue el Liceo que fundó allí, muriendo al poco tiempo después.
Esta crisis del mundo griego se ve representada en todos los órdenes de la cultura con el tránsito del arte clásico, donde rige el ideal del orden, la serenidad y la racionalidad, al helenismo, que expresa movimientos violentos y el sufrimiento humano que recoge, además, la nueva influencia oriental traída por las conquistas de Alejandro. Para ello, fundó la Academia, en donde Aristóteles, venido del norte de Grecia, entró con 16 años y permaneció largo tiempo, llamada Liceo. Por último, y ya al final de la vida de Aristóteles, comienzan a aparecer las llamadas escuelas helenistas.
El Periodo Helenístico: Cambios Sociales y Filosóficos
El llamado periodo helenístico es el periodo de tiempo que comienza con la muerte de Alejandro Magno (323 a. C.) y Aristóteles (322 a. C.), y se extiende hasta la derrota de Egipto por César (30 a. C.). Pero el estilo intelectual de este periodo se prolonga más allá del siglo III d. C., lo que permite hablar de un helenismo griego y un helenismo romano.
Los cambios sociales, culturales y filosóficos que mejor expresan el tránsito hacia el mundo helenístico son los siguientes:
1. El Cambio en la Polis
Este periodo está marcado especialmente por grandes modificaciones sociales surgidas de las conquistas de Alejandro Magno, que conllevan el fin del ideal de la polis. Las polis griegas ceden su importancia y funcionalidad a una gran monarquía que se gobierna desde una capital; las polis pierden así su autarquía y aparecen solo como provincias de un gran imperio. Pero el hombre de esta época está desarraigado, ya no tiene la posibilidad de participar en la construcción de su mundo social, político y cultural. La filosofía deja de ser sistemática y se convertirá en forma de vida orientada a la felicidad del individuo.
2. La Aparición de la Idea de Cosmopolitismo
Al mismo tiempo, la extensión del territorio que se produce con Alejandro inaugura una realidad nueva, el cosmopolitismo, la patria universal. La filosofía se va a desarrollar fundamentalmente en dos ámbitos: la ética y la ciencia.
Las Escuelas Morales y la Ciencia en el Helenismo
Las Escuelas Éticas
En el ámbito del pensamiento, la ética: las principales escuelas éticas son el epicureísmo y el estoicismo. Las dos intentan dar sentido a la existencia cotidiana de este hombre que debe buscar su felicidad. En general siguen las mismas ideas de Aristóteles con leves innovaciones: reconocen a la razón como el medio para conseguir la felicidad, y por tanto, el sabio representa el ideal de la conducción moral de la vida.
a) El Epicureísmo
Fue fundado por Epicuro de Samos, quien instala en Atenas aproximadamente en el 306 a. C. su escuela llamada “El Jardín”. Aconseja llevar una vida fácil en la que la felicidad reside en la ataraxia, la inquebrantable tranquilidad del alma, junto a una buena salud del cuerpo.
b) El Estoicismo
Fundado en torno al 300 a. C. La felicidad consiste en la consecución de una vida serena, libre de las pasiones, y actuando con virtud, lo que se consigue actuando o realizando acciones conforme al deber, que es lo mismo que conforme a la razón. (Estoicos famosos: el emperador Marco Aurelio, Séneca).
c) El Escepticismo
El fundador de esta escuela es Pirrón de Elis en el siglo III a. C. Otro autor importante es Sexto Empírico en el siglo II d. C. La verdadera felicidad consiste en la paz y la tranquilidad del alma (ataraxia). La única postura coherente será pues, suspender el juicio (epojé) y no decir nada (afasia). Podría decirse que la pretensión de Pirrón es que solo un escéptico puede aspirar a la felicidad en tanto y en cuanto puede abstraerse de las angustias de la vida.
d) La Escuela Cínica
Fundada por Antístenes en el siglo IV a. C., fue una de las llamadas “escuelas socráticas menores”. Su lugar de reunión era el gimnasio Cinosargo (“perro blanco”), por lo que se les llamó “perros”, apodo cuyo uso se justificaba también por la forma de vida errante y el desapego por los bienes materiales de los miembros de la escuela. Afirmaban que las costumbres, las creencias religiosas y las leyes se hallaban en oposición a la naturaleza. Veían a la civilización como algo artificial, antinatural y despreciable. Consideraban como virtud auténtica el vivir conforme a la naturaleza, con autarquía y autosuficiencia. Valoraban más una vida salvaje que otra sometida a las reglas del rebaño, una vida sencilla que otra refinada y alienante. Practicaban la no satisfacción de los apetitos artificiales o culturales y el dominio de los naturales.
La Ciencia
La ciencia griega, que tuvo su origen con la filosofía de los jonios, florece de un modo espectacular durante el siglo III y mediados del siglo II a. C., en torno al Museo de Alejandría. Los sabios helenistas no son ya, en su mayoría, ni propiamente filósofos ni poseedores de un saber universal; se especializan en sus respectivas investigaciones teóricas, que fundan en la observación y en la experiencia. Especialmente excepcional fue el desarrollo de las matemáticas. En matemáticas destacan Euclides y Arquímedes. La obra más importante de Euclides (330-277 a. C.) son los Elementos, obra que, en trece libros, reúne de forma sistemática el conjunto del saber matemático de la antigüedad.
El Hilemorfismo y la Teoría de las Cuatro Causas de Aristóteles
El Hilemorfismo
A diferencia de Platón, Aristóteles admite que la sustancia puede estar sometida a procesos de desarrollo vital y devenir, como observaba frecuentemente en los embriones de ave, mamíferos o reptiles. Así, la sustancia primera (el individuo), no será simplemente algo estático (una idea eterna en Platón), sino una realidad capaz de desarrollarse, devenir, perfeccionarse y crecer. Ese compuesto de materia y forma es indisoluble, de modo que no es posible separar realmente una de la otra; solo en el entendimiento dicha separación es posible, es decir, la materia y la forma solo pueden ser pensadas como realidades distintas. Tan lejos como llevemos la investigación seremos incapaces de dar con la materia primera de la que están hechas las cosas, dado que la materia se presentará siempre indisolublemente unida a una forma; de ahí que Aristóteles nos hable de una materia próxima o segunda y de una materia remota o materia primera. La materia es, pues, principio de individuación: lo que distingue una sustancia de otra es la materia de la que está hecha (lo que diferencia esta mesa de aquella es la materia de la que está hecha cada una de ellas, no la forma, que es universal y común a todas las mesas que existen). La materia primera es absolutamente indeterminada, puede ser todas las cosas, pero no es ninguna en acto. Es el sustrato común y eterno a todas las materias segundas. No podemos conocerla, pero sí podemos pensarla. La forma es aquel principio que hace que una sustancia sea un determinado ser y no otro. Por eso la forma representa no solamente la esencia de cada ser, sino también su naturaleza.
La forma inteligible está unida siempre a la materia sensible, excepto en el caso de la materia primera, que es pura materia sin forma, y de Dios, que es forma pura sin materia. En la medida en que la forma representa también la naturaleza, y siendo la naturaleza principio y causa del movimiento, Aristóteles introducirá en la sustancia la realidad misma del cambio y, con ello, la posibilidad de explicarlo.
La Teoría de las Cuatro Causas
El conocimiento científico es el conocimiento de las causas y primeros principios por los que se rigen los seres. Aristóteles distinguió cuatro causas:
- Causa material: aquello de lo que está hecho algo.
- Causa formal: es aquello en lo que consiste un objeto.
- Causa eficiente: es lo que provoca los cambios y transformaciones.
- Causa final: lo que da sentido a la acción del agente, el fin por el que algo llega a ser lo que es.
Las dos primeras causas son intrínsecas a la sustancia individual y las dos últimas son extrínsecas. En los seres artificiales se distinguen las cuatro causas, por ejemplo, una estatua tiene como causa material el bronce, causa formal lo que represente, la causa eficiente es el escultor, y la causa final para adornar. Mientras que en los seres naturales, las tres últimas coinciden. Con esto parece que Aristóteles reduce las cuatro causas a la materia y a la forma.