Espacios de Ejercitación del Cuerpo

Los espacios dedicados al ejercicio físico en el mundo griego eran muy diversos. Podemos citar en primer lugar el estadio (siendo el de Olimpia su paradigma), al cual se accedía por un dromos, una especie de pasillo que conducía a dos espacios: uno semicircular y otro cuadrado. Para evitar salidas anticipadas, había postes de madera unidos con cuerdas, que a su vez estaban conectados a una cuerda inferior. Al tirar de la cuerda principal, todas las “compuertas” se abrían simultáneamente.

También existían el hipódromo y el gimnasio, donde el aforo era limitado. Había zonas para entrenar al aire libre (paradromioi) y cubiertas (xystói). En la lucha, se delimitaba un área para evitar que los combatientes se salieran. Además, había bañeras y un sistema de evacuación de aguas con canalizaciones para las necesidades fisiológicas. La palestra era la parte del gimnasio destinada al entrenamiento para competiciones específicas.

Lupanares

El Espacio Sagrado o de Culto

El espacio sagrado estaba presente en todo el entramado urbano. Se considera espacio de culto aquel donde se percibe la presencia de un ser sobrenatural. No necesariamente era un altar o un espacio delimitado. Se usaban varios términos:

Hieron

Un lugar consagrado a la divinidad, elegido o no por el ser humano (como Delfos, considerado el centro del mundo, y Delos, dedicado a Artemisa y Apolo).

Santuario

Una porción territorial delimitada entre las propiedades humanas y dada como dominio a un dios. Es importante tener en cuenta que hasta el siglo VIII a. C., las diferencias entre territorios profanos y religiosos no eran muy claras.

Témenos

Un espacio religioso delimitado por una demarcación o un muro períbolos, con varias puertas. En la entrada se encontraban las perirrhanteriai, grandes cuencos con agua para rituales de purificación desde el siglo VII a. C. en el Ática. Más tarde, fueron sustituidos por esculturas que sostenían cuencos rituales para dar la bienvenida al fiel.

Ritualmente, el templo dentro del témenos estaba delimitado por árboles de un bosque sagrado, un cercado del terreno divino que se confundía con su entorno natural. La columnata períptera de los templos recordaba a este bosque primigenio a través de la piedra. Los árboles tenían connotaciones simbólicas, uniendo a los humanos con los dioses. En la Época Oscura, los templos se construían con columnas de troncos de árbol. Otra forma de presencia del bosque en los espacios religiosos griegos era el xoanon, una estatua de madera con la efigie de un dios.

Algunos templos tenían un propýlon o pórtico de acceso, así como un atrio con una fuente. Se encontraban estelas con inscripciones que informaban sobre el funcionamiento del espacio religioso y las consecuencias de no respetar las normas. El Asklepeion de Cos era un lugar para la sanación, con fuentes de agua y bosques para obtener hierbas medicinales. También había espacios para ofrendas al dios, buscando su intercesión o agradeciendo sus servicios.

Los espacios religiosos también podían estar en la ciudad (como la Acrópolis de Atenas), donde los fieles participaban en actividades cultuales como cortejos, sacrificios y banquetes rituales. En estos banquetes, una parte de los alimentos se destinaba al dios, otra al sacerdote y otra a los fieles. Todo se volvía más ostentoso, como se refleja en las estatuas criselefantinas o la parte inferior de las columnas del Artemision de Éfeso.

En el mundo griego también existía el telesterion, un espacio dedicado a los misterios de Eleusis, que se reformaba para acoger a la gran afluencia de fieles. Era un espacio oscuro iluminado por antorchas, donde el hierofante o Sumo Sacerdote del culto de Eleusis y otros cultos mistéricos oficiaba. En el anactoron se guardaban las ofrendas al dios. Se realizaban rituales de primavera llevando el peplo de Eleusis a Atenas. Debajo había depósitos votivos para las imágenes del dios.

El Espacio Doméstico o Privado

La casa era la máxima representación del espacio privado, doméstico y cotidiano. En ella se realizaban actividades cotidianas, aunque también era un lugar de representación del poder. La vivienda era un derecho al que accedía el démos, no los esclavos o los metecos.

En sus orígenes, la casa no estaba compartimentada, siendo como una especie de cabaña.