Evolución del Concepto de Patrimonio Histórico-Artístico: De la Antigüedad al Siglo XIX
La Evolución del Concepto de Patrimonio Histórico-Artístico
1. La Idea de Autenticidad y el Nacimiento del Patrimonio
La idea de autenticidad es una construcción occidental. En el siglo XIX nace el concepto de patrimonio histórico-artístico, donde los monumentos son símbolo de una nación y, por ello, surge la necesidad de su conservación. Un objeto es inmutable desde su creación hasta la actualidad; lo único que cambia es su valor y significado particular y distintivo, que lo convierte en un objeto único y significativo con valor cultural, con la necesidad de ser protegido porque es un bien de disfrute colectivo que debe conservarse. En la Antigüedad, el objeto artístico se valora por el valor intrínseco de los materiales con los que se hace. En el Renacimiento, esta consideración crece por la valoración de los monumentos, dejando los objetos de creación contemporánea fuera de esta valoración. Hacia el siglo XIX ya se habla de patrimonio histórico.
2. Los Objetos Artísticos de la Antigüedad
No podemos utilizar el término coleccionismo para hablar de la Antigüedad, sino del carácter precioso de los materiales que conforman esas piezas. El patrimonio aparece asociado a su valoración material, no hay valoración histórico-artística ni deseo de acercar estos bienes al público. Está presente en esta época la práctica habitual de expolia en los motines de guerra. Vemos una excepción en el reino de Pérgamo dentro del mundo antiguo, ya que en él se fomenta una valoración elevada de la cultura de Grecia. Hay un incipiente interés por lo griego que provocará hacia 146 a.C. un cambio en la política romana con respecto a Grecia. Plinio el Viejo nos habla en uno de los capítulos finales de Historia Natural de la subasta de una tabla pintada. Tenemos noticia en el mundo romano de exposiciones de objetos griegos, que junto con la copia de originales griegos y su coleccionismo nos delatan un cierto interés romano por lo heleno.
3. La Edad Media y el Acercamiento a la Cultura Antigua
En la etapa medieval existe un acercamiento a la cultura antigua, aunque se aprovechan algunos de estos materiales (idea contraria). Hay una valoración positiva de los objetos antiguos, se produce una cristianización de los objetos clásicos; usan edificios paganos (el Panteón).
Surge un incipiente género literario en la Edad Media (siglo XII), un prototipo de guía turística a modo de manuscrito que recoge datos de monumentos romanos, pero no es información de carácter histórico, sino que contienen leyendas que engrandecen la antigua ciudad de Roma. Tenemos un manuscrito del Maestro Gregorio de finales del siglo XIII llamado “De mirabilibus urbis Romae”, que fue importante para la difusión del momento. Surge un manuscrito que recoge datos de los monumentos romanos.
4. Los Monumentos como Objeto de Reflexión
Se produce un contacto profundo con la sociedad romana, teniendo en cuenta la distancia cronológica. Los monumentos son considerados como objetos de reflexión. Hay interés por los restos romanos que, a pesar de ello, sirven de cantera de materiales. Se estudiaban las técnicas de construcción, documentándolas. Expolios de revestimiento marmóreo. El concepto de monumento histórico-artístico y la consideración de vestigio surgen en torno a dos temas. El término monumento es aplicable a la arquitectura medieval, el patrimonio trasciende a la sociedad, exposición de los bienes. En la segunda mitad del siglo XVIII se da una producción controlada por las academias, el desarrollo de la arqueología cristiana, Pompeya y Herculano, y la historia del arte como historia de los estilos (Winckelmann).
5. La Revolución Francesa y el Vandalismo
Con la Revolución Francesa surge el vandalismo y la conservación reaccional, así como la destrucción de patrimonio. El vandalismo se divide en dos tipos: privado, donde personas no organizadas destruyen objetos de la corona, y estatal, donde desde el estado se promueve la destrucción de este patrimonio. Tras la revolución surge la necesidad de conservar el patrimonio. Se produce una nacionalización de bienes, estos se clasifican por categorías: valor nacional, cognitivo, económico y artístico. El monumento histórico y la literatura. Pugin critica la industrialización y defiende la sociedad feudal.
6. Nacionalismos y la Teoría de la Valoración de Riegl
El nacionalismo y el estilo del monumento como depósito de valores ideológicos dan lugar al eclecticismo; cada nación reflexiona cuál representa mejor su esencia nacional. Alemania y Francia optan por el gótico, España por el plateresco y neomudéjar. Se da una difusión gráfica del monumento histórico. La teoría de la valoración de Riegl se divide en dos bloques: uno de valores rememorativos y otro de valores contemporáneos.
- Valores rememorativos:
- Valor histórico: el monumento es de carácter documental, exige una conservación. Ejemplo: La Venus del espejo de Velázquez.
- Valor de antigüedad: se valora el paso del tiempo, no se precisa restauración. Ejemplo: craquelado.
- Valor rememorativo intencionado: monumentos creados con la intención de perdurar, proyección histórica, deben ser restaurados. Ejemplo: Columna Trajana.
- Valores contemporáneos:
- Valor instrumental: tiene que ver con los usos, satisfacer necesidades.
- Valor artístico: satisface necesidades espirituales.
Expolio: despojar a alguien de algo suyo. Pérdida de propiedad, deslocalización de objetos, mercado de arte.