Las Armas

La producción de armas forma parte de la evolución cultural del hombre. La racionalidad técnica se manifiesta en el diseño y técnica de estas.

1ª fase: Técnica del azar

En las culturas cerradas, las armas están ligadas físicamente al cazador-recolector o guerrero como una prolongación más de su corporeidad. Los utensilios son proyecciones casi corporales que interactúan con un medio ecológico. Las diferentes formas de construcción dependen de la adaptación al medio.

2ª fase: Técnica artesano

El artesanado corre parejo al origen y gradual desarrollo de las culturas civilizadas. El trabajo de herrero, con sus fórmulas empíricas de forjado y templado, se convierte en un oficio transmitido paterno filialmente. En la Edad Media, la imagen del caballero no debe quedarse solo en un referente histórico o sociológico, sino también en la cristalización de un proceso técnico con innegables connotaciones morales.

3ª fase: La industria armamentística

El uso del carbón y del vapor como fuentes de energía dan un vigoroso impulso a la industria armamentística. El vínculo entre industrialización y artesanado genera la figura del técnico ingeniero. La evolución de las armas portátiles y de la técnica armamentística es compañera del Imperio. España ocupó un lugar hegemónico en los siglos XVI-XVII. A fin del S. XVII se inaugura la industria armamentística propiamente dicha, en los términos descritos por Adam Smith: “fabricación en cadena de piezas que después se ensamblan y que son intercambiables entre sí”. Esto acelera el proceso productivo. Lewis Mumford afirma de forma contundente que el derramamiento de sangre corre en paralelo con la producción de hierro. Las relaciones con la ciencia y la economía se hacen muy evidentes en el desarrollo de la industria armamentística pesada.

Guerra Fría

Durante este periodo se desarrollan armas tan potentes que, de usarlas, acabarían con la especie humana. Se planificaron armas para disuadir, no para luchar. La bomba atómica había desactivado la guerra entre ejércitos, dejando vía libre a las guerras revolucionarias de liberación y a la violencia expresa del terrorismo. El fin de la Guerra Fría no ha desactivado los conflictos. Sigue sin desmantelarse el enorme complejo militar-industrial, con sus grupos económicos interesados en la confrontación militar. Según el Instituto de Investigación de la Paz Internacional de Estocolmo, no existen pruebas de que vaya a producirse un menor ritmo de cambio tecnológico en el campo militar. Este es un caso claro de tecnología atrincherada. En pleno apogeo de la industria armamentística, la mitad de físicos, ingenieros… se dedicaban a este ámbito. Por todo ello, la liquidación parcial o total de esta industria traería grandes problemas económicos.

La Dialéctica

Término de origen griego emparentado con diálogo, y que alude a la confrontación de dos contrarios con el resultado final de que uno se acabará imponiendo a otro. Heráclito partía de la consideración de que toda la vida es un juego de oposiciones que se producen en flujo continuo. Esta dialéctica o lucha de opuestos fue retomada posteriormente por filósofos contemporáneos para analizar el desarrollo de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento. A lo largo de la historia viene produciéndose una tensión dialéctica entre naturaleza y cultura, en la que debemos analizar ambos aspectos sin perder la perspectiva antropológica.

La Aldea Global

(nace de mass media) en ella se superan todas las fronteras nacionales y los hombres y mujeres comienzan a sentirse ciudadanos del mundo. En el mundo en el que vivimos se tiene la impresión de carencia de fronteras. En pocos segundos recibes información de cualquier parte del mundo. Las nuevas tecnologías posibilitan ahora una sociedad de la información, interconectada, que puede significar una descentralización y democratización del acceso a múltiples fuentes, pero también puede originar una invasión de la intimidad personal, el surgimiento de nuevas formas de delito, el control policial, comportamientos individuales y una nueva fragmentación social.

Transformaciones históricas de las necesidades

En la época pre-revolución industrial se trabajaba en el campo sin horarios, más pendientes de las necesidades de equilibrio del individuo que a la productividad. Con la Revolución Industrial cambia el ritmo, se introduce el control de tiempo, calendarios, horarios que dejan de respetar al trabajador. Se busca la productividad, el empleado es un servidor del sistema, vive para currar. A partir del siglo XX, las labores sindicalistas han ido arañando avances poco a poco para el aumento de la calidad de vida.

Necesidades primarias y secundarias

Una distinción importante en este contexto es la que se da entre necesidades primarias y secundarias. Las primarias son innatas, individuales, biológicas, establecen una relación objetiva entre el organismo y su medio y pueden medirse (ej. temperatura, sueño, hambre…). Las secundarias son colectivas y están moduladas por respuestas de otros elementos sociales del medio (amistad, amor, el gregarismo…). Los deseos necesarios se corresponden con las verdaderas necesidades del ser humano, mientras que los innecesarios se corresponden con falsas necesidades.

Liberalismo económico

Los economistas ven al ser humano como un consumidor, aunque simultáneamente también sea productor y ciudadano. Para el liberalismo económico son los consumidores los que, con cada necesidad particular, forman la demanda social a las cuales va encaminada la oferta; aunque en realidad gobiernos, instituciones, empresas… tratan de orientarnos en su beneficio, por lo que también se puede tomar que la demanda viene dada por la oferta.