Tucídides y la Guerra del Peloponeso

Tucídides narra los hechos de La guerra del Peloponeso en orden cronológico, por años y estaciones. Su obra se caracteriza por una constante búsqueda de la objetividad y el contraste de fuentes. Debido a su destierro, pudo plantear su obra con mayor imparcialidad. Escribió en dialecto ático con influencia del jónico. Son famosos los discursos que puso en boca de los protagonistas de la contienda. Su estilo es difícil, con una sintaxis compleja, ya que escribía para personas formadas.

Jenofonte: Historia y Experiencias Personales

Jenofonte, también nacido en Atenas, formó parte del círculo de jóvenes que seguían las enseñanzas de Sócrates. Vivió el declive de Atenas, se sintió defraudado por la democracia y fue un gran admirador de Esparta.

Su obra Helénicas es una especie de continuación de la obra de Tucídides, aunque omite los acontecimientos que no le agradan y es proespartano. Su estilo es más sencillo y es un maestro de las descripciones de escenas y personajes. Escribió también la Anábasis, un relato sobre su experiencia como soldado mercenario del príncipe Ciro en la expedición de los Diez Mil.

La Oratoria en la Antigua Grecia

Los griegos concedían un gran valor al arte de la palabra, que podía ser mágica y hechizadora. Se dice que el arte de hablar comenzó en Siracusa. Uno de los más famosos maestros de oratoria fue el sofista Gorgias.

La democracia ateniense fue la que provocó el desarrollo de la oratoria y sus técnicas, ya que los ciudadanos debían hablar bien en sus discursos ante la asamblea y los tribunales.

En la Atenas clásica había una cierta afición a los litigios, pero no había abogados ni fiscales. Por tanto, los ciudadanos debían aprender a rebatir argumentaciones y a ganarse al auditorio. No todo el mundo era capaz de hacer eso, pero se podía recurrir a los logógrafos, escritores de discursos.

Isócrates: Maestro de la Retórica

Isócrates fue logógrafo y maestro de retórica. Toda su larga vida se lamentó de la desunión de los griegos frente al peligro de los persas. Confiaba en la unión de Atenas y Esparta, pero pronto se sintió decepcionado y llegó a confiar en Filipo II de Macedonia como protector de Grecia. Sus discursos eran muy elaborados, evitaba los hiatos y buscaba la armonía y el equilibrio.

Isias: El Logógrafo de Atenas

La familia de Isias era originaria de Siracusa. Pasó tiempo en Turios formándose en la retórica. Volvió a Atenas y se ganó la vida como logógrafo. Por su condición de meteco (ciudadano no ateniense) no podía pronunciar sus discursos en la asamblea. Sin embargo, sí tuvo interés en los asuntos políticos y colaboró en la derrota de los Treinta Tiranos. Sus discursos presentan un estilo claro y sencillo. Mostró una gran maestría para adaptarse a la personalidad de sus clientes, creando retratos realistas y simpáticos de estos para contar con la benevolencia del jurado.

Obras: En defensa del inválido y Por la muerte de Eratóstenes.

Demóstenes: El Defensor de la Democracia Ateniense

Demóstenes comenzó su carrera como orador en los juicios contra sus tutores, ya que quedó huérfano de niño y estos dilapidaron su herencia. Compuso discursos judiciales, muchos de ellos por encargo, y políticos. En estos últimos destacan sus discursos en contra de Filipo II de Macedonia: las Filípicas. Se le considera el mejor orador griego por la belleza de sus discursos y por su fuerza de voluntad para vencer sus dificultades para hablar en público. Pero, ante todo, fue un gran defensor de la democracia ateniense, que ya estaba a punto de desaparecer. Cuando Alejandro Magno murió, Demóstenes se unió a los griegos que querían recuperar la independencia perdida, pero Antípatro atacó Atenas. Tuvo que huir y prefirió morir envenenado a entregarse.

El Nacimiento de la Novela en la Época Helenística

La novela surgió más tarde que los géneros anteriores. Su nacimiento se produjo en el Próximo Oriente en la época helenístico-romana. Se divulgó gracias al desarrollo de la lengua griega llamada koiné. Es un género para consumo privado. Seguramente hubo una gran cantidad de mujeres lectoras.

La novela es un relato ficticio que pretende ser verosímil. En las obras conservadas hay elementos que se repiten: pareja de jóvenes enamorados que sufren múltiples aventuras, visitan lugares exóticos, hay falsas muertes, pero se mantienen fieles a su amor y son premiados con el reencuentro y un final feliz. Son frecuentes los elementos exóticos y maravillosos.

Destaca la novela Dafnis y Cloe de Longo de Lesbos, donde no aparece un viaje a tierras lejanas, sino un paisaje de carácter bucólico como testigo de los amores de dos adolescentes ingenuos. La obra de Luciano de Samósata Relatos verídicos es una parodia de la literatura de viajes fantásticos, al igual que en Don Quijote de la Mancha se parodian las novelas de caballería.