Introducción

El canto segundo de la Ilíada de Homero ofrece una valiosa perspectiva sobre los albores de la democracia. En esta escena, los jefes aqueos se reúnen para discutir su situación tras la retirada de Aquiles del combate.

El debate entre los jefes aqueos

Los jefes aqueos debaten sobre si abandonar el asedio de Troya o atacar sin la ayuda de Aquiles. Cada postura tiene sus partidarios y detractores. Incluso se producen conatos de rebelión, como el encabezado por Tersites, un hombre del pueblo que critica al rey Agamenón.

La intervención de Ulises

Ulises interviene y hace callar a Tersites, argumentando que no todos pueden ser reyes y que los que nacieron para obedecer no deben entrometerse en las deliberaciones de los que nacieron para mandar.

El principio de igualdad

A pesar de las diferencias de rango y experiencia, los jefes aqueos se consideran iguales y discuten y deciden entre iguales. No admiten un jefe supremo más que en tanto les convenga y sólo mientras se comporte de modo aceptable.

El papel del pueblo

Los soldados de a pie y la gente del pueblo no tienen voz ni voto en las deliberaciones. Tersites, que intenta expresar su opinión, es castigado por Ulises.

La naturaleza de la democracia

El autor sostiene que la democracia no es una idea evidente, sino una idea revolucionaria que surgió gradualmente a través de sucesivos pasos históricos. El primer paso fue el más difícil: reconocer que los individuos son iguales más allá de sus diferencias.

La desigualdad en las sociedades primitivas

Las primeras organizaciones sociales se basaron en las diferencias evidentes entre los individuos, como la fuerza, la valentía y la inteligencia. Estas diferencias se aprovecharon en beneficio del grupo.

La desigualdad hereditaria

Con el tiempo, las desigualdades se hicieron hereditarias, lo que llevó a la creación de castas y jerarquías sociales.

La revolución griega

Los griegos comenzaron a cuestionar las autoridades tradicionales y a valorar las capacidades humanas. Inventaron la polis, una comunidad ciudadana donde la libertad de los hombres prevalece sobre la necesidad de la naturaleza o la voluntad de los dioses.

La democracia ateniense

La democracia griega se basaba en el principio de isonomía, es decir, la igualdad de todos ante la ley. Las leyes eran creadas por los mismos ciudadanos que debían obedecerlas.

La esclavitud y la desigualdad de género

El autor reconoce que la democracia ateniense no era perfecta, ya que excluía a los esclavos y a las mujeres de la participación política. Sin embargo, destaca que fue un paso revolucionario hacia la igualdad política.

Conclusión

El canto segundo de la Ilíada ofrece una visión de los albores de la democracia. Los griegos dieron el primer paso hacia el reconocimiento de la igualdad humana y la creación de una sociedad donde la libertad y la razón prevalecen sobre la tradición y la autoridad.