Al-Ándalus y los Reinos Cristianos en la Península Ibérica
Al-Ándalus: la conquista musulmana de la Península Ibérica. Emirato y Califato de Córdoba
Entendemos por Al-Ándalus al Estado musulmán que se estableció en la Península Ibérica entre 711 y 1492. Llegaron con la victoria de Tarik y Muza en la Batalla de Guadalete (711) contra el Reino Visigodo (liderado por Don Rodrigo), y su avance fue imparable hasta la Batalla de Covadonga (722) y la de Poitiers (732).
A lo largo de los años, el territorio andalusí experimenta distintas etapas políticas:
- El Emirato dependiente de Damasco (714-756), con el emir a la cabeza.
- El Emirato independiente (756-929), proclamado por Abderramán I y políticamente independiente pero no religiosamente.
- El Califato de Córdoba (929-1031), proclamado por Abderramán III, al que sucede su hijo Al-Hakam II y más tarde Hisham II, ejerciendo el poder militar Almanzor, quien transformó el Califato en una dictadura militar, reafirmando el poder musulmán frente a los reinos cristianos.
Al morir Almanzor, las luchas internas entre bandos rivales, conocidas como la “Fitna” de Al Ándalus, se intensificaron, provocando la desintegración del Califato en numerosos Reinos de Taifas en el año 1031.
Al-Ándalus: Reinos de Taifas. Reino Nazarí
La rebelión en Córdoba de 1031 depuso a Hisham III, provocando la caída del Califato, que quedó dividido en reinos de taifas, dominados por familias de clanes árabes, bereberes y eslavos.
Inicialmente eran muy numerosos, pero se fueron unificando y destacamos taifas como Zaragoza y Toledo. Políticamente eran débiles, pagando parias a los reinos cristianos, aunque adelantados intelectual y materialmente.
Hubo diversos intentos de unificación, pero todos ellos fracasaron. Los almorávides entre 1090 y 1145 (imperio con capital en Marraquech) lo lograron tras su victoria en Sagrajas (1086), pero este poder no se consolidó y surgieron los segundos reinos de taifas.
Más tarde, los almohades lograron una segunda unificación (en Alarcos) pero que tras la Batalla de las Navas de Tolosa (1212), se convirtieron en los terceros reinos de taifas (1232-1492).
El avance cristiano se volvió imparable (en 1288 cae la taifa de Mallorca), quedando solo el Reino Nazarí de Granada, establecido por Muhammad I. Granada sobrevivió gracias a la protección de su frontera natural (Sierra Morena), su localización geográfica estratégica para el comercio, la ayuda de los benimerines del Magreb y el vasallaje al rey castellano por medio del pago de parias. El Reino Nazarí vivió una época de prosperidad hasta que en 1492 los Reyes Católicos lo incorporan a la Corona castellana al capitular Boabdil (último emir de Granada).
Al-Ándalus: economía, sociedad y cultura
El desarrollo económico y cultural que se dio en Al Ándalus fue superior al del resto de la Península Ibérica (Reinos cristianos). En cuanto a su economía, se basaba en la agricultura, donde destacamos la introducción de nuevos cultivos y la difusión del regadío, aunque también existía ganadería bovina y ovina, y minería.
Las ciudades tienen una función económica y social, destacando la actividad artesanal (lino y seda), que supuso una expansión del comercio y la circulación de la moneda. El comercio interior se desarrollaba en el zoco y el exterior era con África y Asia.
La sociedad estaba dividida en:
- Creyentes, musulmanes con privilegios (lo que supuso una conversión masiva, muladíes), había diferencias entre etnias (enfrentamientos);
- No creyentes, mozárabes y judíos.
La cultura estaba basada en el Corán y se desarrollaron diversas disciplinas:
- Matemáticas, con sistema de numeración que incluía el cero;
- Ciencia, con botánica, astronomía y medicina;
- Literatura, en la que destacan el zéjel, las moaxajas y las jarchas mozárabes;
- Filosofía, donde destacamos a Averroes y a Maimónides;
- Arte, desarrollándose casi únicamente arquitectura (por las restricciones del Corán), con mezquitas y palacios.
Los primeros núcleos de resistencia cristiana. Principales etapas de la reconquista. Modelos de repoblación
Aparecen los primeros núcleos de resistencia cristiana entre el siglo VIII y el siglo X. Asturias, fue establecido por Don Pelayo tras la Batalla de Covadonga (722) y Alfonso II traslada la Corte a Oviedo. Pamplona, cuyo primer rey fue Iñigo Arista (siglo IX), evolucionará en el Reino de Navarra. Aragón, formado por los condados de Sobrarbe, Ribagorza y Aragón, logran la independencia en el siglo IX gracias a Aznar Galíndez. Los condados catalanes fueron unificados por Wifredo el Velloso y emancipados por Borrell II en el siglo X.
Después se produce la Reconquista (proceso de expansión lento y discontinuo de los reinos cristianos sobre territorio musulmán) y la Repoblación (se ocupan los territorios deshabitados y conquistados). Se distinguen 3 fases:
- La primera (siglos VIII-X), se ocupan el valle del Duero, Galicia y los Pirineos, también se crea el Reino de León (independencia de Castilla), el modelo de repoblación es de presura, concediéndose la titularidad de la tierra al que se asiente en ella;
- La segunda (siglos XI-XIII), que tras la caída del Califato se acelera conquistando Toledo (1085), el valle del Tajo y Ebro, en un primer momento la repoblación fue concejil (la Corona concedía fueros a quien se trasladase), pero después se distinguen la repoblación por Órdenes Militares (primera mitad del siglo XIII) y Repartimientos (segunda mitad del siglo XIII), dando donadíos a la alta nobleza y heredamientos a la baja nobleza;
- Etapa final (siglos XIV-XV), donde el Reino Nazarí es incorporado a la Corona castellana en 1492.
Los reinos cristianos en la Edad Media
Las monarquías hispánicas medievales tenían la figura del rey como cima de poder solamente limitado por la autonomía de los señoríos y la nobleza y clero. Las Coronas más importantes son Castilla (Fernando III el Santo unifica Castilla y León en 1230) y Aragón (unificada con Cataluña por Alfonso II en 1164), aunque también encontramos la Corona de Navarra, bajo influencia francesa.
Todos los reinos tenían una estructura política similar, basada en la monarquía, las cortes y los municipios. El poder real era de origen divino salvo en Aragón, que era de origen pactista (Fueros de Sobrarbe). Las Cortes provienen de la Curia Regia. El crecimiento de las ciudades supuso el nacimiento de las cortes de tres brazos (se une la burguesía), que en Castilla servían para aprobar subsidios y en Aragón eran de carácter legislativo.
Se pasó de un primitivo autogobierno con participación popular a municipios controlados por nobleza y burguesía. La sociedad era feudal, basada en el vasallaje y en los señoríos territoriales y jurisdiccionales. Estaba dividida en tres estamentos inmóviles:
nobleza, señores feudales con privilegios; clero, privilegiados; estado llano, el más numeroso y heterogéneo, en su mayoría campesinos supeditados al señor feudal, y una minoría burguesa.2.6. Organización política de la Corona de Castilla, de la Corona de Aragón y del Reino de Navarra al final de la Edad Media: En la Baja Edad Media (S.XIV-XV), Castilla fortaleció la monarquía con su soberanía divina basada en el Derecho Romano y la elaboración de un código conjunto de leyes (como “las Partidas” de Alfonso X o el “Ordenamiento de Alcalá”). Se unen las Cortes de Castilla y León, se crea el Consejo Real (asesoran al rey) y se crea la Audiencia, la futura Chancillería. También se reorganiza la Hacienda entorno a el Mayordomo Real y aparece la Corte, con el Chanciller (funciones políticas y judiciales) y el Condestable (ejército). Territorialmente, aparecen las merindades (territorios ya en posesión) y los adelantamientos (nuevos). Los concejos abiertos se transforman en regimientos con regidores (poder municipal) y corregidores (poder real). En Aragón, la monarquía de origen pactista se encuentra muy limitada. Las Cortes tenían poder legislativo, las Diputaciones (como la Generalitat) velaban por el cumplimiento de lo acordado en las Cortes y aparece la figura del Justicia de Aragón. Los virreyes representan al rey en los reinos en los que éste no residía y el territorio estaba dividido en honores ( en Cataluña, veguerías). La administración local queda en manos de oligarquías ciudadanas y el virrey pierde poderes en favor de los magistrados (consellers) y un consejo municipal.Navarra poseía una monarquía pactista e instituciones como: la Cort general, ante la cual el Rey jura los fueros; el Consejo Real y la Cámara de los Comptos, equivalente a Hacienda, siendo la más antigua de España.