Prat de la Riba: Este texto, extraído de *La nacionalidad catalana* (1906), es un escrito político e ideológico del nacionalismo catalán, considerado una fuente primaria que refleja el pensamiento político de la época. Su tema central es el derecho de las nacionalidades a autodeterminarse políticamente, con especial atención a Cataluña dentro de una estructura federativa en España.

Enric Prat de la Riba, figura clave del catalanismo y fundador de la Lliga Regionalista, defendía la descentralización política, la promoción de la cultura, el idioma y las instituciones catalanas. El texto, dirigido a las clases medias e intelectuales catalanas, buscaba fortalecer la conciencia nacional y legitimar las aspiraciones políticas de Cataluña. Publicado en un contexto de auge de los nacionalismos catalán y vasco frente al centralismo de la Restauración, este escrito marcó la transición del catalanismo de un movimiento cultural a una organización política que demandaba autonomía.

En el primer párrafo, se afirma que las nacionalidades, como unidades culturales con identidad colectiva, tienen derecho a organizarse políticamente según su voluntad. En el segundo párrafo, Prat de la Riba explica que el nacionalismo catalán no busca la separación, sino una federación de nacionalidades basada en ideales de progreso y fraternidad.

En resumen, este texto es un manifiesto inicial del nacionalismo catalán que reivindica el autogobierno fundamentado en la identidad cultural. Refleja las tensiones entre el centralismo de la Restauración y las demandas de autonomía catalana, proponiendo un modelo federalista como solución conciliadora pero firme en la defensa de los derechos nacionales.

El Nacionalismo Vasco de Sabino Arana

Sabino Arana: El texto, extraído de *Bizkaitarra* (1894), es un escrito político e ideológico que plasma las ideas fundacionales del nacionalismo vasco en sus formas más radicales. Pertenece al género político, ya que desarrolla una visión crítica sobre la identidad cultural y política del pueblo vasco frente a la influencia española. Es una fuente primaria, elaborada por Arana para movilizar al pueblo vasco en torno a su ideario nacionalista.

El autor, Sabino Arana, fue el fundador del nacionalismo vasco y del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895. Su pensamiento, influido por el integrismo católico y el etnicismo, exaltaba la tradición, los fueros históricos y el euskera como elementos esenciales de la identidad vasca. El texto está dirigido a los vascos, especialmente a los que se habían influido por la cultura española, y tiene un ámbito público, con la intención de difundir el nacionalismo y promover un movimiento frente al centralismo español.

En el primer párrafo, Arana idealiza el pasado de Vizcaya como un estado libre e independiente y denuncia la sumisión al poder español. En el segundo párrafo, critica a quienes han adoptado costumbres españolas, calificándolos de “degenerados” y “corrompidos”. En el tercer párrafo, rechaza cualquier influencia positiva de Castilla, atribuyendo los defectos del pueblo vasco exclusivamente a esa interacción y resaltando las virtudes de su propia cultura.

En conclusión, el texto representa el pensamiento radical de Sabino Arana, quien defiende una visión esencialista y excluyente de la identidad vasca. Su discurso busca recuperar lo que considera la pureza y los valores tradicionales del País Vasco, reaccionando contra los cambios sociales y políticos derivados de la integración del País Vasco en el sistema español de la Restauración.

Diferencias y Similitudes entre los Nacionalismos Catalán y Vasco

El surgimiento de los nacionalismos catalán y vasco a finales del siglo XIX fue una respuesta al centralismo de la Restauración y la incapacidad del estado para reconocer las particularidades de estas regiones. Ambos movimientos luchaban por reivindicar una identidad propia frente a un estado percibido como opresor, aunque sus fundamentos y estrategias eran diferentes. El nacionalismo catalán, influido por la Renaixença, defendía el proteccionismo económico y el uso del catalán, evolucionando desde el republicanismo federal hacia una postura más moderada, representada por la Lliga Regionalista, que buscaba un autogobierno dentro de un sistema federal.

En contraste, el nacionalismo vasco, liderado por Sabino Arana, comenzó de manera más radical y excluyente, centrado en la defensa de los fueros, el euskera y las tradiciones locales, con un fuerte discurso antiespañol y etnicista. Rechazaba la inmigración y abogaba por la independencia de Euskadi. Mientras que el nacionalismo catalán estuvo más vinculado al desarrollo económico urbano y adoptó posturas más integradoras, el vasco tuvo una base de apoyo en el ámbito rural y en la pequeña burguesía, con un enfoque más radical y etnicista.