Causas de la Revolución Rusa

El estallido revolucionario de 1905 sirvió de precedente y referente al de 1917. Fue fruto del malestar que provocó la crisis económica que azotaba Rusia.

Entre 1901 y 1903, la crisis azotó a Rusia, que ya entonces había alcanzado cierto grado de industrialización. Se sucedieron manifestaciones y huelgas. La inestabilidad se prolongó durante todo 1905. En comparación con la revolución de 1917, la mayoría de las fuerzas políticas que se vieron implicadas no pretendían destruir el zarismo, tan solo denunciaban el mal gobierno y solicitaban la incorporación de reformas políticas.

El hecho que desencadenó el proceso revolucionario ocurrió en enero de 1905, cuando una muchedumbre se encaminó hacia el Palacio de Invierno, residencia del zar. Por respuesta obtuvieron una violenta represión que se saldó con más de mil manifestantes muertos. Este acontecimiento ha pasado a la historia con el nombre de “Domingo Sangriento”. Ante este aluvión de protestas, el zar se vio obligado a transigir e hizo algunas concesiones, que se recogieron en un manifiesto imperial emitido en octubre de 1905.

A comienzos del siglo XX, Rusia era un país preindustrial con un predominio absoluto del sector agrícola. La tierra era trabajada por campesinos analfabetos. En vísperas de la Primera Guerra Mundial, solo el 14,5% de la población vivía en ciudades.

La industrialización dependió siempre del capital extranjero y de la iniciativa del Estado.

Monarquía absoluta y autocrática presidida por el zar. Aunque existía un parlamento (la “Duma”), sus poderes estaban a merced del zar, que disfrutaba de la potestad de convocarlo o disolverlo.

Etapas de la Revolución Rusa de 1917

En el periodo comprendido entre febrero y octubre de 1917 tuvieron lugar dos revoluciones.

La de febrero supuso el destronamiento del zar y la constitución de una república democrática burguesa representada por un gobierno provisional.

La de octubre puso fin a ese efímero gobierno derribado por los bolcheviques y dio origen al primer estado socialista del mundo.

Primera Etapa: Revolución de Febrero

La primera etapa de la Revolución Rusa, dirigida por socialistas moderados (Mencheviques), fue la que trajo como resultado la caída del Zar Nicolás II y originó, a su vez, el establecimiento de la República con Alejandro Kerensky como primer presidente.

Desarrollo

Como el ambiente para la insurrección del pueblo contra la monarquía estaba ya preparada, precipitaron la revolución: la aguda crisis de alimentos que provocó una hambruna general, sobre todo en la capital (Petrogrado), las frecuentes y aplastantes derrotas de los ejércitos rusos en la guerra contra Alemania y las sangrientas represiones ordenadas por el gobierno. Fue en este clima en que estalló la revolución en la Capital rusa y luego se propagó en todo el país.

A los obreros amotinados, dirigidos por los Mencheviques, se sumaron los soldados que habían abandonado los regimientos y también, los marineros del Mar Negro. Ante la insurrección general y la presión del pueblo, Nicolás II, se vio obligado a abdicar. Se organizó un consejo representativo de la clase trabajadora, denominada Soviet.

El gobierno de Kerensky duró pocos meses, pues se hizo impopular a causa de haber intentado proseguir la guerra contra los alemanes y debido a que no había realizado ninguna reforma económica favorable al pueblo.

Segunda Etapa: Revolución de Octubre

La segunda etapa de la Revolución Rusa, dirigida por socialistas radicales, se trataba de un movimiento popular que destruyó por completo el antiguo régimen de privilegios y desigualdades.

Desarrollo: Revolución Bolchevique

Vladímir Uliánov, conocido como Lenin, fue el alma de esta revolución bolchevique. Comenzó por agitar a las masas de obreros, campesinos y soldados contra el gobierno provisional. Lenin fue proclamado Primer Ministro por el Congreso de los soviets. El golpe de Estado bolchevique había triunfado.

El nuevo gobierno de Lenin estuvo asesorado por el Consejo de Comisarios del Pueblo, y tuvo que hacer frente a una situación crítica, pero logró imponerse tras dura y sangrienta lucha. Meses después, el zar y su familia eran fusilados por orden del soviet del Ural.

Las primeras disposiciones que tomó el gobierno revolucionario de Lenin fueron:

  1. Organizó el Estado bajo la forma de gobierno de una República Socialista Federal; dirigida por comités de obreros (Soviets).
  2. Decretó la confiscación de las tierras y la abolición de la propiedad privada.
  3. Dispuso la entrega de las fábricas a los obreros. Los bancos y el comercio fueron también nacionalizados.
  4. Pactó un armisticio con las Potencias Centrales (Alemania y Austria-Hungría): Tratado de Brest-Litovsk, por el que Rusia se comprometía a pagar una fuerte indemnización de guerra, a la vez que renunciaba a Polonia y a los Estados Bálticos (Estonia y Lituania).

Procediendo con mano férrea y en forma implacable contra los enemigos de la Revolución, Lenin, contando con sus dos principales colaboradores: Trotsky y Stalin, consiguió transformar radicalmente el sistema político y económico de Rusia, mediante el establecimiento de un gobierno comunista dirigido por la clase proletaria y bajo el sistema federal, denominado Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.R.S).

Consecuencias de la Revolución Rusa

  • Abolición de la monarquía absoluta y autocrática de los Zares, con todo su pasado de injusticias, desigualdades y privilegios.
  • El establecimiento de un gobierno comunista en Rusia: República Federativa comunista, que desde 1923, pasa a ser URSS.
  • Rusia como gran potencia política, económica, científica y militar del mundo.
  • La formación en el mundo de dos bandos ideológicos; el del Capitalismo y el del Comunismo, y la rivalidad y discrepancia surgidos entre los mismos. Esto ocasionaría el surgimiento de un mundo bipolar y el consiguiente conflicto entre ellos (Guerra Fría).