Bienio Radical-Cedista, Revolución de 1934 y el Frente Popular: Claves de la II República Española
El Bienio Radical-Cedista, la Revolución de 1934 y el Frente Popular
Los problemas del gobierno de Azaña (sucesos de Casas Viejas, huelgas en las ciudades y en el campo) hicieron que Alcalá Zamora retirara su apoyo al gobierno progresista y encargara al líder del Partido Radical, Alejandro Lerroux, la formación de uno nuevo. Pero ante la imposibilidad de este para obtener los suficientes apoyos parlamentarios, debido fundamentalmente a la fuerte presencia de socialistas en el Congreso, el presidente de la República disolvió las Cortes y convocó elecciones generales para noviembre de 1933.
Los socialistas se presentan separados de la izquierda republicana y, los afiliados a la CNT reciben la consigna de abstenerse. Además, por primera vez las mujeres tienen derecho al voto y, como se temía, votaron masivamente opciones conservadoras sobre todo en las zonas rurales (influencia de la Iglesia). Resultados: Derecha 204 diputados (CEDA 115) Centro 168 (P. Radical 102) Izquierda 94 (PSOE 58).
Comienza así el llamado Bienio Radical-cedista, un periodo caracterizado por la inestabilidad política y parlamentaria, el revisionismo de todo lo hecho por el gobierno anterior y la conflictividad social que tuvo su culminación con los sucesos de Asturias de octubre del 34.
Gobiernos del Partido Radical hasta 1934
La CEDA había sido el partido más votado, pero su presencia en el gobierno era vista en amplios sectores populares como una amenaza a la existencia de la República, de modo que Gil Robles prefirió no participar en el gobierno directamente y apoyar (controlar) los sucesivos gobiernos del Partido Radical, que se dedican a desmontar la obra reformadora del gobierno anterior: Contrarreforma Agraria; ley de Amnistía (Sanjurjo); Proyecto de Reforma constitucional en el que desaparecían la mayoría de los artículos que se referían a la Iglesia, a la educación, al divorcio, etc. Conflicto abierto con la Generalitat de Cataluña por la aprobación por parte de esta de la Ley de Contratos de Cultivos, que favorecía a los arrendatarios (rabasaires) frente a los propietarios.
Revolución de 1934 en Asturias
El 5 de octubre de 1934, tres ministros de la CEDA entraron en el gobierno presidido por Lerroux. El papel de Gil Robles como Ministro de la Guerra y la colocación de militares antiazañistas (Mola, Goded, Franco, Fanjul) de clara inspiración fascista y golpista, fue la señal para que los socialistas, con el apoyo de resto de la izquierda (la CNT no apoyó en todos los sitios por igual), pusieran en marcha una Huelga General Revolucionaria y llamaran a la insurrección armada contra lo que se entendía como un intento de destruir la república e instaurar en España un régimen fascista.
El movimiento se extendió a toda España y fue en Cataluña donde tuvo una mayor repercusión política con la proclamación por parte de Companys del “Estado Catalán dentro de la República Federal Española”. El ejército bombardeó el centro de Barcelona, la Generalitat se rindió, sus dirigentes fueron encarcelados y el Estatuto del 32 fue suspendido.
En toda España el movimiento fue reprimido con dureza y efectividad y había acabado en una semana. Sin embargo, en Asturias, la acción conjunta de la izquierda (incluida la CNT) convirtió el movimiento en una verdadera revolución social. El control de la fábrica de armas de Trubia, la acción decidida de los mineros y la perfecta coordinación de las diferentes fuerzas políticas permitió el establecimiento de un “orden revolucionario”, que permitió que la vida continuara con bastante normalidad (abastecimientos, servicios sanitarios, educativos, orden público). Ni la policía, ni la Guardia Civil, ni el ejército regular fueron capaces de acabar con la resistencia de los trabajadores asturianos. El gobierno decidió encargar al General Franco la represión del movimiento mediante las unidades coloniales del ejército español estacionadas en el Protectorado de Marruecos (Legión y Regulares) 2.000 soldados profesionales desembarcan en Gijón y acaban con la sublevación con gran dureza, y con una salvaje represión posterior: 1.300 revolucionarios muertos, 200 ejecutados sin juicio, 30.000 encarcelados. Así mismo, las fuerzas gubernamentales tuvieron 284 muertos y los revolucionarios fusilaron a 33 religiosos y 30 guardias civiles. Además se produjeron numerosos casos de saqueos, torturas y violaciones por parte las tropas coloniales, que contribuyeron al desprestigio del gobierno derechista dentro y fuera del país.
Consecuencias de los sucesos de 1934
Radicalización de la Derecha
Una parte de la derecha se radicalizó y comenzó a pensar en el levantamiento armado. La Unión Militar Española (UME), formada por militares contrarios a la república comenzó a planear un golpe militar. Calvo Sotelo funda el Bloque Nacional (monárquicos y tradicionalistas) con el claro objetivo de crear un estado basado en una monarquía autoritaria con estructuras corporativas que se acercaban a los planteamientos del fascismo italiano.
Los sucesos de Asturias llevaron a una reacción de las derechas. Se incluyó a cinco ministros de la CEDA en el gobierno (Gil Robles en el Ministerio de la Guerra), Se suprimió transitoriamente el Estatuto catalán, se anularon las expropiaciones agrarias. Además el partido radical fue perdiendo paulatinamente protagonismo y, además, se vio envuelto en varios escándalos como el del estraperlo, un juego de ruleta en el que siempre ganaba la banca. Esto unido a otros problemas derivó en una crisis que acabó con el gobierno de Lerroux.
Radicalización de la izquierda
El temor al fascismo estimula la unión de las izquierdas en un programa común y una política destinada a salvar a la República, manifestada en una reorganización y reagrupación de la izquierda con un programa común y una política destinada a salvar la república (Acercamiento de centro-izquierda, Azaña con Izquierda Republicana y Martínez Barrio con Unión Republicana, a la izquierda). Con un matiz claramente antifascista en línea con lo que está sucediendo en otros países de Europa (recordar que Hitler ha subido al poder en 1933) se forma el Frente Popular, inspirado en las ideas de enfrentamiento integral al fascismo de la Komintern, y cuya Plataforma electoral consiste en: Amnistía y readmisión represaliados, aplicación Const. 1931, vuelta legislación Bienio reformista, reformas agrarias y educativas. Formado por IR, UR, PSOE, UGT, PCE, POUM y en Cataluña Front d’Esquerres liderada por Esquerra Republicana
Escándalos y crisis: el final de la república de derechas
Los sucesos de Asturias llevan a 5 miembros de la CEDA al gobierno. El Partido Radical va perdiendo paulatinamente protagonismo y, además, se ve envuelto en varios escándalos de corrupción. El más sonado el de la introducción de un juego de ruleta fraudulento, el estraperlo (Strauss y Perl), en algunos casinos españoles por influencia de destacados miembros del P. Radical (entre ellos el hijo de Lerroux). Tanto Lerroux, al que nunca se le pudo probar implicación directa, como el Partido quedaron totalmente desprestigiados y sin futuro político en España.
Gobierno de Portela Valladares (14-XII-35): Convocó elecciones generales para de febrero de 1936. Las izquierdas constituyeron el Frente Popular (PSOE y UGT, PCE, Izquierda Republicana de Azaña, POUM y otros) y en Cataluña el Front d´Esquerres. Su programa recogía la amnistía general y la reintegración de los represaliados en octubre, la vigencia de la reforma agraria y del Estatuto catalán, reformas sociales y en la enseñanza. Las derechas y el centro se presentaron en general más divididos.
En las elecciones triunfó el Frente Popular seguido por la CEDA. Gil Robles y el general Franco pidieron el estado de guerra, José Antonio Primo de Rivera, fundador del partido de corte fascista Falange Española, armas. Portela se opuso y Azaña fue encargado de formar gobierno.
Elecciones de febrero de 1936: victoria del Frente popular
Derecha e izquierda, se han agrupado en dos bloques que se disputan las elecciones. La CNT deja liberad de voto a sus afiliados lo que propicia la victoria del Frente Popular. La izquierda obtuvo 278 diputados (99 PSOE y 89 Izquierda Republicana); el centro se hundió con 51 diputados (Partido Radical 4) y la derecha obtuvo 124 (CEDA 88): gobierno monocolor de IR de Azaña y Casares Quiroga (Azaña presidente hasta abril) con apoyo externo de socialistas y del resto de la Izquierda. Se trata de una vuelta al espíritu reformista con la restauración del programa del Bienio reformista.
Medidas de gobierno
- Ley de Amnistía: liberación de todos los implicados en la Revolución de Asturias (legalizó lo que había sido inmediatamente llevado a cabo cuando se supo el resultado de las elecciones).
- Restauración del Estatuto de Autonomía de Cataluña. Aprobación del Estatuto Vasco.
- Reanudación con fuerza y velocidad del proceso de Reforma Agraria con expedientes de urgencia: de febrero a julio de 1936 se expropiaron 572.055 ha. Y se asentaron 110.921 familias (cuatro veces más de lo hecho entre 1932 y 1934).
- Alejamiento de posibles golpistas de los centros de poder, pero también lejos de su control gubernamental. Goded a Baleares, Franco a Canarias, Mola a Pamplona.
Radicalización política
La radicalización del PSOE (división interna: Largo Caballero e Indalecio Prieto) liderado por el sector más radical de Largo Caballero, la UGT, el PCE (estrategia de unidad antifascista, defensa de la República y la democracia frente al fascismo por encima de la revolución), el POUM y la CNT-FAI abogan por una salida revolucionaria (aunque mantienen el apoyo a la república) e inician una ofensiva sindical con ocupaciones de tierras y oleadas huelguísticas en Madrid (mayo-julio 1936). La extrema derecha de Falange Española se refuerza con jóvenes procedentes de la CEDA (JAP) y de otros grupos de derecha. Los enfrentamientos callejeros, atentados e inseguridad en general se acentúan a lo largo de los primeros seis meses de 1936. El ambiente internacional dominado por el fascismo favoreció la conspiración antirrepublicana.
El incremento del terrorismo y de la revolución alimentados por pistoleros falangistas y milicias armadas de militantes de izquierda concluyeron con el asesinato del teniente Castillo (militante socialista de la Guardia de Asalto) y de Calvo Sotelo como detonantes de la sublevación del 18 de julio de 1936 y el inicio de la guerra civil.