Causas, Desarrollo y Protagonistas de la Primera Guerra Mundial (1914-1918)
El Estallido de la Primera Guerra Mundial: Causas y Países Contendientes
El detonante de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) fue el asesinato del archiduque Francisco Fernando, heredero al trono de Austria-Hungría, en Sarajevo. Este acto, perpetrado por un estudiante nacionalista serbio, desencadenó una serie de eventos que llevaron a la guerra. Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, que a su vez recibió el apoyo de Rusia. Así, el complejo sistema de alianzas entre países se activó, dando lugar a un conflicto de proporciones mundiales.
Los Bandos Enfrentados
Los contendientes se agruparon en dos bandos principales, a los que posteriormente se sumaron otros aliados:
- Imperios Centrales: Alemania y Austria-Hungría. Italia, inicialmente parte de la Triple Alianza con estos países, se mantuvo neutral al principio y luego se unió al bando aliado.
- Aliados (o Entente): Francia, Rusia, Gran Bretaña y Serbia. Estados Unidos se incorporó a este bloque en 1917.
Características de la Primera Guerra Mundial
La Primera Guerra Mundial presentó características distintivas en comparación con conflictos anteriores:
- Extensión Geográfica: La participación de países con vastos imperios coloniales y el desarrollo de la guerra en múltiples frentes la convirtieron en un conflicto de gran alcance territorial.
- Innovaciones Bélicas: Se introdujeron nuevas armas ofensivas (como gases tóxicos y lanzallamas), sistemas defensivos (trincheras) y modalidades de lucha, incluyendo la guerra psicológica. La propaganda jugó un papel crucial para minar la moral del enemigo y fortalecer la propia.
- Transformaciones Socioeconómicas: Los países beligerantes transformaron sus economías para enfocarlas en la producción de material bélico. Además, se produjo una incorporación masiva de mujeres al mundo laboral para suplir la ausencia de los hombres que estaban en el frente.
Etapas de la Primera Guerra Mundial
La guerra, que se prolongó por más de cuatro años (1914-1918), se desarrolló en varias etapas:
- Guerra de Movimientos (1914): Alemania buscó una victoria rápida sobre Francia para concentrar sus fuerzas en el frente oriental contra Rusia. Sin embargo, el plan fracasó debido a la resistencia francesa en el Marne y el rápido ataque ruso.
- Guerra de Posiciones o de Trincheras (1915-1916): Los frentes se estabilizaron en extensas líneas de trincheras. Se lanzaron ofensivas de desgaste, como las de Verdún y el Somme, que causaron numerosas bajas pero no lograron avances significativos.
- Cambios Cruciales de 1917: Rusia se retiró de la guerra tras la Revolución Bolchevique. Este hecho permitió a Alemania concentrar sus fuerzas contra Francia. Sin embargo, la entrada de Estados Unidos en el conflicto, tras el hundimiento del transatlántico Lusitania por un submarino alemán, reforzó a los Aliados.
- El Final de la Guerra (1918): Una ofensiva aliada en todos los frentes condujo a la rendición progresiva de los Imperios Centrales. La guerra concluyó en 1918 con la firma del armisticio por parte de Alemania y la abdicación del emperador Guillermo II, tras lo cual se proclamó una república.
Las Grandes Potencias y las Relaciones Internacionales (1870-1914)
Panorama Europeo
En Europa Occidental, el Reino Unido, aunque perdió su primacía industrial frente a Alemania y Estados Unidos al final de la época victoriana, mantuvo su posición como principal potencia comercial y financiera. Francia se consolidó como una de las grandes potencias, mientras que Alemania emergía como la principal potencia económica de Europa gracias a su rápido desarrollo industrial.
En el resto del continente, los países mediterráneos y los imperios austrohúngaro y ruso presentaban un desarrollo menor. La región de los Balcanes, bajo el dominio del decadente Imperio Otomano, era un foco de tensión debido a los intereses independentistas de los pueblos sometidos y las ambiciones expansionistas de los imperios vecinos.
Potencias Extraeuropeas
Fuera de Europa, Estados Unidos, tras la Guerra de Secesión (1861-1865), se consolidó como una gran potencia industrial. Japón, por su parte, experimentó una rápida industrialización que aumentó su influencia en el Pacífico.
Las Relaciones Internacionales en Europa: Dos Etapas Clave
- Los Sistemas Bismarckianos (1871-1890): Tras la unificación alemana, el canciller Bismarck diseñó un sistema de alianzas basado en la diplomacia secreta para aislar a Francia (resentida por la pérdida de Alsacia y Lorena) y evitar una alianza franco-rusa contra Alemania. Este sistema, que buscaba la alianza de Alemania con Austria-Hungría y Rusia, fracasó debido a la rivalidad austro-rusa por el control de los Balcanes y la llegada al trono del emperador Guillermo II.
- La Paz Armada (1891-1914): Este período se caracterizó por una intensa carrera armamentística y la formación de dos bloques de alianzas: la Triple Entente (Francia, Rusia y Reino Unido) y la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia). Estos bloques se enfrentarían en la Primera Guerra Mundial.
Los Sistemas Políticos en Europa (1870-1914)
Durante este período, coexistieron en Europa dos sistemas políticos principales:
- Europa Occidental: Predominaron los sistemas parlamentarios, que evolucionaron del liberalismo moderado hacia la democracia, impulsados por la presión de los primeros partidos políticos de masas. Muchos países adoptaron el sufragio universal masculino, y surgieron movimientos sufragistas que reivindicaban el voto femenino, especialmente en el Reino Unido y los países nórdicos.
- Europa Central y Oriental: Prevalecieron los sistemas políticos autoritarios, como los imperios ruso y otomano. El Imperio Austro-Húngaro, formado por diversas nacionalidades, adoptó una monarquía dual (Austria y Hungría) con un emperador con amplios poderes. El Imperio Ruso, a pesar de la emancipación de los siervos en 1861, mantuvo un sistema autocrático con un Parlamento sin poder real. El Imperio Otomano, también autocrático, enfrentaba la decadencia y los movimientos independentistas en los Balcanes.
Fuera de Europa, Estados Unidos adoptó el sufragio universal masculino, mientras que Japón estableció un sistema parlamentario tras la Constitución de 1889.