Cortes de Cádiz: Contexto Histórico, Composición y Legado
La Convocatoria de las Cortes
Durante la Guerra de la Independencia, coexistieron dos gobiernos:
- El de José I, que gobernaba con la carta otorgada de Bayona, aceptado por instituciones y autoridades del Antiguo Régimen, así como algunos ilustrados, debido a la modernización que el régimen bonapartista introducía en España.
- El gobierno patriota o español, de carácter antifrancés.
Este último representó una auténtica revolución al asumir la soberanía nacional, aunque reconociendo la legitimidad monárquica de Fernando VII. Surgieron Juntas Locales, luego Provinciales, y finalmente, en septiembre, la Junta Suprema Central en Aranjuez, que se convirtió en el gobierno de la resistencia. A pesar de su carácter revolucionario, las juntas estaban formadas por miembros de las clases dirigentes. Además de dirigir la guerra, la Junta se propuso reformar las instituciones del Antiguo Régimen.
Tras debates, se acordó que solo las Cortes del reino, elegidas por sufragio universal, podían aprobar las reformas necesarias. La Junta Central convocó las Cortes Generales en Cádiz y se disolvió, dando paso a un Consejo de Regencia. Las sesiones se inauguraron en septiembre de 1810, y ese mismo día, el Consejo de Regencia entregó toda la autoridad a las Cortes, consolidando el proceso revolucionario.
La Tarea Revolucionaria de las Cortes de Cádiz
Las Cortes de Cádiz, con mayoría liberal, buscaron la disolución del Antiguo Régimen, es decir, de sus bases políticas, sociales y económicas. Aunque la revolución solo se materializó parcialmente, debido al retorno de Fernando VII, que anuló las reformas liberales, se inició el camino hacia la monarquía constitucional en el siglo XIX. Las Cortes se enfocaron en dos tareas principales: la elaboración de la primera Constitución de España y una legislación ordinaria que complementara las decisiones constitucionales. Estas medidas implicaron el desmantelamiento de las bases económicas y sociales del Antiguo Régimen.
La Composición de las Cortes
La composición de las Cortes varió con el tiempo. Dada la dificultad de desplazamiento por la guerra, se adoptaron sustituciones. La mayoría de los diputados provenían de las capas medias urbanas: funcionarios, abogados, comerciantes y profesionales. También había un centenar de eclesiásticos y unos cincuenta aristócratas. Se distinguían tres tendencias políticas:
- Conservadores: Defendían el Estado absolutista (liderados por el conde de Floridablanca). Se oponían a la convocatoria de Cortes y veían a la junta como un Consejo de Regencia.
- Centristas: Integrados por ilustrados que no se alinearon con José I. Seguían a Jovellanos (jovellanistas), buscando un equilibrio entre absolutismo y soberanía nacional. Proponían limitar el poder del rey y reformas moderadas.
- Liberales: Un sector de jóvenes que formarían el «partido liberal» (Agustín Argüelles, Calvo de Rozas, Quintana), que consideraban que la soberanía residía en las juntas y los poderes surgidos de ellas. Buscaban que las Cortes representaran la soberanía nacional y tuvieran poder constituyente.
En general, predominaban las opiniones liberales, especialmente al principio, debido a la presencia de partidarios de las reformas en Cádiz. El liberalismo, proveniente de Francia, se propagó a pesar de la censura oficial. El ambiente revolucionario y patriótico de Cádiz, ciudad cosmopolita y símbolo de la resistencia, permitió que el ideario liberal se concretara en la Constitución de 1812. Los liberales exigían un régimen político libre y parlamentario, basado en la soberanía nacional, en oposición al absolutismo monárquico. Defendían el derecho preferente de los más ricos y notables a participar en la política, concretado en el sufragio censitario.