Crisis del Reinado de Isabel II, Sexenio Democrático y Primera República Española
1. Causas de la Revolución
1.1 Crisis económica
En el último periodo del reinado de Isabel II se inició una crisis económica importante. La recesión se manifestó a nivel financiero e industrial y coincidió con una crisis de subsistencias. La crisis financiera, provocada por una bajada del valor de las acciones en bolsa, fue originada por la crisis de los ferrocarriles, cuyo rendimiento económico fue menor del esperado. La crisis industrial afectó sobre todo a Cataluña, donde la industria textil, que se abastecía de algodón importado de EE.UU., sufrió el encarecimiento de la importación debido a la Guerra de Secesión americana. La crisis de subsistencias, causada por una serie de malas cosechas, provocó hambre en el campo, lo que condujo a la violencia social, y una oleada de paro en las ciudades.
1.2 Deterioro político
Gran parte de la población estaba descontenta con el sistema isabelino. Los gabinetes del partido moderado continuaron gobernando por decreto y cerraron las Cortes. El partido progresista, dirigido por Prim, y el partido demócrata firmaron el Pacto de Ostende, que proponía el fin de la monarquía isabelina y la convocatoria de unas Cortes constituyentes por sufragio universal. A este pacto se unieron los unionistas.
2. La Revolución de Septiembre
2.1 Revolución del 68 y Gobierno Provisional
La escuadra concentrada en Cádiz, al mando de Topete, protagonizó un levantamiento militar. El gobierno envió un ejército para enfrentarse a los sublevados, que se encontraban al mando del general Serrano. Se libró una batalla que dio la victoria a la fuerza revolucionaria. El gobierno no tuvo más remedio que dimitir y la reina, exiliarse. Se constituyeron juntas revolucionarias que organizaron el levantamiento. Los sublevados propusieron el nombramiento de un gobierno provisional centrista. El general Serrano fue proclamado regente y el general Prim, presidente de gobierno.
2.2 La Constitución de 1869 y la Regencia
El nuevo gobierno convocó elecciones a Cortes constituyentes por sufragio universal masculino, con victoria de progresistas y unionistas. La Constitución de 1869, la primera democrática, estableció un amplio régimen de derechos y libertades y proclamaba la soberanía nacional. La potestad de hacer leyes residía en las Cortes, que se componían de un Congreso y un Senado. Las Cortes establecieron una regencia.
2.3 El Intento de Renovación Económica
Se estableció una legislación que protegiera los intereses económicos de la burguesía nacional. El problema más grave era la deuda pública, que se pretendió solucionar mediante la Ley de Minas, que permitía la venta de yacimientos mineros a compañías extranjeras.
2.4 La Frustración de las Aspiraciones Populares
Durante el periodo de la regencia hubo una fuerte conflictividad social. El campesinado demandaba un mejor reparto de la tierra. Las revueltas urbanas protestaban contra los consumos, las quintas y el aumento de los precios. El movimiento obrero sufrió un proceso de radicalización.
4. El Reinado de Amadeo de Saboya
4.1 Un Monarca para un Régimen Democrático
Prim fue el encargado de las negociaciones y consiguió imponer la candidatura de Amadeo de Saboya, que fue elegido rey de España por las Cortes.
4.2 Las Dificultades de la Nueva Dinastía
La nueva dinastía contaba con escasos apoyos. La oposición de la aristocracia, el clero y una parte del ejército mostró su resistencia a expresar fidelidad. Los dos años del reinado de Amadeo de Saboya se vieron marcados por dificultades constantes, como los problemas económicos, el conflicto carlista, la guerra en Cuba y las insurrecciones republicanas.
4.3 Una Permanente Inestabilidad
Los carlistas se reorganizaron como fuerza política con la expectativa de sentar en el trono a su candidato, Carlos VII. Se produjeron insurrecciones de carácter federalista, que combinaban la acción de los republicanos con la de los anarquistas. En 1868 se inició el conflicto cubano con el llamado Grito de Yara (Guerra de los 10 años). La crisis final fue la desintegración de la coalición gubernamental. Finalmente, privado de todo apoyo, Amadeo de Saboya presentó su renuncia al trono y abandonó España.
5. La Primera República
5.1 Proclamación y Desafíos Iniciales
Las Cortes decidieron la proclamación de una república, la cual fue aprobada en 1873. Fue elegido para gobernar Estanislao Figueras. Gran parte de la cámara era monárquica, y su voto republicano fue una estrategia para ganar tiempo, lo que provocó el aislamiento internacional, salvo por el reconocimiento de EE.UU. y Suiza. La República fue recibida con entusiasmo por las clases populares. En Andalucía se produjo un movimiento insurreccional que pretendía una solución al problema del reparto de tierras, y en las ciudades también se dieron movimientos populares a favor de la reducción de la jornada laboral, del aumento de salarios, etc. Los dirigentes republicanos disolvieron las Juntas. Una vez tranquilizadas las revueltas populares, se convocaron elecciones a Cortes constituyentes, en las que ganaron los republicanos. Sin embargo, la victoria electoral de los republicanos era engañosa, ya que un 60% del electorado se abstuvo.
5.2 El Intento de República Federal
En este mismo año se proclamó la República Democrática Federal y el gobierno pasó a manos de Francisco Pi y Margall. Su propósito era emprender grandes reformas. La propuesta de la Constitución Republicana Federal defendía la democracia y el reconocimiento de amplios derechos y libertades. Se declaraba la libertad de culto y la separación de la Iglesia del Estado. La Nación española estaría compuesta por diecisiete estados que emanaban de municipios, Estados regionales y Estado Federal. Los Estados regionales tendrían autonomía propia y elaborarían sus propias constituciones. La Primera República tuvo que enfrentarse a graves problemas: 1) Una insurrección carlista, que se extendió y se prolongó hasta 1876; 2) La continuación de la guerra en Cuba, a pesar de lo cual los gobiernos intentaron dar una solución al problema de la estructura del Estado; 3) La sublevación cantonal, el conflicto más grave, donde se mezclaban las aspiraciones autonomistas con las aspiraciones de revolución social. La proclamación de cantones independientes fue la consecuencia de aplicar de forma radical la estructura federal. Ante esta situación, Pi y Margall fue sustituido por Nicolás Salmerón, quien inició una acción militar contra el cantonalismo, excepto en Cartagena. Salmerón dimitió al sentirse incapaz de firmar las penas de muerte y la presidencia recayó en Emilio Castelar. Castelar consiguió plenos poderes de las Cortes para reorganizar el ejército y gobernar con el Parlamento cerrado. Sin embargo, algunos diputados plantearon una moción de censura que acabó con el gobierno de Castelar. Manuel Pavía eliminó las Cortes republicanas con fuerzas de la Guardia Civil. El poder pasó a una coalición de unionistas y progresistas encabezada por el general Serrano.