El Siglo XVII en Europa y España: Crisis, Conflictos y Transformaciones
El Contexto Mundial en el Siglo XVII
A pesar de la avidez de Europa por explotar nuevos territorios, gran parte del mundo era desconocido en el siglo XVII:
- El continente africano: La zona norte, conocida desde la antigüedad, estaba dominada por el Islam. Marruecos pasaba por una etapa de esplendor, mientras que Egipto era una provincia turca.
- El continente asiático: Siria, Mesopotamia y Asia Menor eran provincias turcas. Los portugueses controlaban el comercio del Océano Índico y el Extremo Oriente.
- El Nuevo Mundo: América era claramente ibérica. Los portugueses dominaban Brasil y los españoles el resto del continente. Apenas quedaban restos de poblaciones precolombinas.
Europa Dividida y Enfrentada
En los inicios del siglo XVII, la Casa de Austria o Habsburgo dominaba en el continente europeo. El protestantismo se había consolidado en el norte y el centro de Europa, y el Imperio Otomano ocupaba la zona oriental. Conforme avanzó el siglo, los países europeos se vieron envueltos en una larga cadena de conflictos. Políticamente, la Europa de la segunda mitad del siglo XVII era muy diferente a la de principios de siglo: la Casa de Austria estaba en decadencia, Inglaterra salió de su aislamiento, Suecia dominaba el Báltico y las Provincias Unidas (Holanda) emergían como potencia.
Absolutismo Monárquico
Las teorías absolutistas defendían el origen divino del poder real. Los defensores del absolutismo monárquico señalaban que todo el poder residía en el rey. Estas ideas políticas del Antiguo Régimen triunfaron en Francia, que anuló las instituciones tradicionales que limitaban la soberanía del rey. Sin embargo, en Inglaterra, el Parlamento se resistió a este modelo.
La Decadencia Española en el Siglo XVII
Un País en Quiebra
A lo largo del siglo XVII reinaron en España Felipe III, Felipe IV y Carlos II. De los 102 años que reinaron, 70 fueron de guerras. El enorme desgaste humano y económico que se produjo provocó una crisis general debido a acontecimientos políticos, económicos, sociales y morales:
- Unidad nacional inconclusa.
- Persistencia de actitudes económicas anticuadas.
- Una administración ineficiente.
- Grandes golpes militares.
- Epidemias y otras catástrofes.
Crisis Política
Con la subida al trono de Felipe III, el rey delegó su trabajo y sus responsabilidades en la persona del Duque de Lerma y en otros ministros preocupados por enriquecerse. En política exterior se adoptó una actitud pacifista, firmando la paz con Inglaterra y una tregua con Holanda. Felipe IV llevó al poder al Conde-Duque de Olivares, que con su política embarcó a España en la Guerra de los Treinta Años, que acabó por agotar al país. Durante el reinado de Carlos II, el futuro de la monarquía española dependía cada vez más de las decisiones tomadas desde las capitales europeas.
Los Tratados de Paz
España, debilitada económica y militarmente, se vio obligada a suscribir una serie de tratados de paz a costa de concesiones territoriales. Por la Paz de Westfalia (1648) se reconoció la independencia de Holanda, y por la Paz de los Pirineos (1659) se cedieron a Francia territorios en los Países Bajos y el Rosellón. La única compensación recibida fue la recuperación de Cataluña.
La Evolución de la Economía
Los problemas económicos que afectaron a Europa en el siglo XVII incidieron gravemente en España. Para sufragar los gastos de las guerras se impusieron nuevos tributos sobre el consumo, que se convirtieron en una pesada carga para los habitantes.
La Mentalidad Social
La difícil situación económica se veía agravada por una crisis social y moral. España se acostumbró a vivir del oro y la plata americanos, que provocaban el alza de precios y salarios, el desprecio por el trabajo manual y el desarrollo de las actividades no productivas. Esta mentalidad social anclada en el pasado hizo que los cambios del mercantilismo incidieran menos en España que en Inglaterra o Francia.
El Estado de la Población Española en el Siglo XVII
Una de las principales causas de la decadencia española fue la crisis demográfica. De más de ocho millones de habitantes en 1600, la población descendió a seis millones. Esta regresión demográfica tuvo múltiples causas:
- Las bajas ocasionadas por las guerras: Los historiadores calculan que murieron 288.000 personas en el periodo de la guerra.
- La deficiente alimentación: Hacía disminuir las defensas de los habitantes, que caían enfermos con mayor facilidad.
- La gran mortandad por epidemias de peste que azotaron el país.
- La baja tasa de natalidad: Debido al gran número de solteros y las altas tasas de mortalidad infantil.
- La emigración de jóvenes: Se fueron a las provincias de Sevilla, Badajoz, Cáceres, etc.
- La expulsión de los moriscos: Se decretó en 1609 y España perdió 300.000 súbditos.
Se calcula que entre las epidemias y la expulsión de los moriscos se perdieron más de un millón de habitantes.