Reinado de Alfonso XIII (1902-1931)

Panorama General

El reinado de Alfonso XIII abarca dos periodos: uno constitucional (1902-1923) y la dictadura del general Primo de Rivera (1923-1931). El periodo constitucional se caracterizó por una permanente crisis política del sistema de la Restauración, cuyas causas fueron:

  • La personalidad de Alfonso XIII y su papel activo, que rebasó la función constitucional, con su apoyo a la Dictadura.
  • La división de los partidos del “turno” tras la desaparición de los dirigentes históricos.
  • El progresivo debilitamiento del caciquismo debido al crecimiento de otros partidos políticos: socialistas, radicales, republicanos y nacionalistas.

Entre los problemas del país que marcaron la vida política se encontraban:

  • El aumento de las luchas sociales y la escasa acción de los gobiernos.
  • La reaparición de la cuestión religiosa y el creciente anticlericalismo entre las clases populares.
  • El llamado “Problema Militar”, que desde el Desastre del 98 había enfrentado a civiles y militares.
  • La consolidación del nacionalismo en el País Vasco y en Cataluña.
  • El problema de Marruecos. En 1906, la conferencia de Algeciras concedió el protectorado conjunto de España y Francia, pero en 1909 se inició un conflicto bélico.

Intentos de Modernización: El Regeneracionismo

En la primera década del siglo XX se intentaron aplicar las reformas regeneracionistas, pero fue un período muy inestable. En 1905 estalló una grave situación en Cataluña. El triunfo nacionalista fue visto como separatista por algunos militares. La prensa nacionalista contraatacó con comentarios y caricaturas. Se incendiaron las imprentas y el Ejército consiguió la Ley de Jurisdicciones, por la que los delitos contra el Ejército pasaban a la jurisdicción militar. Su derogación se convirtió en la reivindicación clave para los nacionalistas, republicanos y el movimiento obrero.

El Regeneracionismo de Maura

Entre 1907 y 1909, Antonio Maura, líder del partido conservador, emprendió una serie de medidas como la Ley de Protección de la Industria Nacional, actuaciones sociales como el Instituto Nacional de Previsión y se reguló la jornada de mujeres y niños. Se modificó la ley electoral, pero no se acabó con el caciquismo. Se preparaba la Ley de Administración Local, para crear mancomunidades o autogobiernos regionales. Pero, de repente, irrumpió la crisis de la Semana Trágica de Barcelona en julio de 1909.

En Marruecos, algunas cabilas atacaron a los trabajadores de las compañías mineras. Maura aprovechó para ensayar el plan de movilización de reservistas y ordenó su incorporación en Madrid y Barcelona. Se produjeron fuertes protestas y manifestaciones. Pocos días después, se produjo el desastre del Barranco del Lobo, con más de 1.200 bajas. Ante los envíos, se inició una huelga general en Barcelona. El paro fue total y se extendió a las ciudades industriales vecinas. Durante tres días se sucedieron luchas callejeras entre huelguistas y miembros de la policía y el Ejército. Barcelona quedó aislada del exterior. El balance fue de más de un centenar de muertos, numerosos heridos y edificios destruidos. Luego llegaron las detenciones en masa y los juicios. El hecho más grave fue el procesamiento y ejecución del pedagogo y anarquista Francisco Ferrer y Guardia, fundador de la Escuela Moderna. Parece demostrado que no participó, por lo que se produjo una oleada de protestas internacionales.

Las consecuencias de la Semana Trágica fueron importantes:

  • Provocó la caída de Maura, muy desprestigiado, y críticas al sistema político de la Restauración.
  • Propició la alianza republicano-socialista que logró el primer escaño en las Cortes para Pablo Iglesias.
  • Los anarquistas fundaron el sindicato Confederación Nacional de Trabajadores (CNT).

El Gobierno Canalejas: Último Intento Regeneracionista

Entre 1910 y 1912, el gobierno lo dirigió José Canalejas, líder del Partido Liberal. Durante su mandato se suprimieron los consumos; se estableció el servicio militar obligatorio en guerra; se restringieron las exenciones de quintas; y se reguló el trabajo nocturno femenino. Con la “ley del candado”, se prohibió la instalación de nuevas comunidades religiosas. Su mayor éxito fue la Ley de Mancomunidades, que, al permitir un inicio de autogobierno, satisfacía las peticiones catalanistas. Pero Canalejas no llegó a ver aprobada esta ley, fue asesinado por un anarquista en Madrid. Con su muerte, se iniciará una etapa de crisis permanente en los dos partidos del “turno”.

La Crisis de 1913

El estallido de la Primera Guerra Mundial en agosto de 1914 fue seguido de una declaración de neutralidad del gobierno español, aunque la opinión pública se dividió entre aliadófilos (progresistas) y germanófilos (conservadores). Pero mucho más importantes fueron las consecuencias económicas. A partir de 1915 se produjo un auténtico boom económico, pues España se convirtió en suministradora de los países en guerra. Sin embargo, las consecuencias sociales fueron negativas porque las exportaciones y la escasez dispararon los precios muy por encima de los salarios, lo que provocó una tensión social que derivará en la crisis de 1917.

A comienzos de 1917, el descontento era general contra el Gobierno. Se le acusaba de corrupción política, y este respondió con la suspensión de las Cortes y la detención de líderes de la UGT. En junio, estalló un enfrentamiento entre el Gobierno y el ejército debido al malestar de los militares por los bajos salarios y por los rápidos ascensos de los militares en Marruecos. Los oficiales “peninsulares”, para defender sus reivindicaciones, formaron Juntas de Defensa, una especie de sindicatos, considerados ilegales. Pero cuando finalmente el Gobierno decidió disolverlas, las Juntas respondieron con un ultimátum al Gobierno para que aceptara sus reivindicaciones. Ante la desautorización real, el Gobierno liberal, incapaz de restablecer la disciplina, dimitió. El nuevo gabinete conservador de Dato respondió a las exigencias militares y reconoció las Juntas. Pero éstas pedían al rey la formación de un gobierno de concentración. Entonces Dato ordenó de nuevo la suspensión de las garantías constitucionales.

En julio estalló otro conflicto, una crisis parlamentaria. Los partidos de la oposición reclamaban la reapertura de las Cortes. Ante la negativa, la Lliga, con republicanos, reformistas y socialistas, se decidió convocar una Asamblea Nacional de Parlamentos para promover la democratización de la política. Unos 70 diputados y senadores se reunieron en Barcelona y pidieron un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes. Se mandó detener a los asistentes, pero hubo que ponerlos inmediatamente en libertad.

Pero el principal acontecimiento de la crisis fue la huelga general del mes de agosto. Los sindicatos habían empezado a organizarla, con el objetivo de obligar al Gobierno a cambiar de rumbo. Pero cuando una huelga de ferroviarios en Valencia fue respondida con una violenta represión, se precipitaron los acontecimientos y se convirtió en huelga general indefinida. La huelga se inició el 13 de agosto y tuvo un seguimiento bastante importante en las principales capitales y en las zonas mineras e industriales, pero fue menor en las zonas agrarias. La respuesta del Gobierno fue sacar las tropas a la calle y las enfrentó con los piquetes. La huelga de 1917 tuvo consecuencias importantes:

  • Hubo un centenar de muertos y miles de detenidos.
  • Demostró la capacidad de movilización de los sindicatos.
  • Llevó a las Juntas de Defensa a reaccionar a favor de la represión y a abandonar sus peticiones reformistas.
  • AGudizó la crisis política: en octubre Dato dimitió y se formó un frágil gobierno de coalición que, con la participación de la Lliga, desactivó la asamblea de los parlamentarios.

La Quiebra del Sistema de la Restauración

Entre 1918 y 1923 se sucedieron once gobiernos, cada vez más débiles, mientras la situación económica y social se fue agravando. Con el fin de la guerra se inició un periodo de recesión, aumentó la conflictividad social y las huelgas. Desde 1919, el enfrentamiento entre los trabajadores y patronos entró en una fase de extrema violencia, sobre todo en Barcelona. La huelga de “La Canadiense” paralizó la ciudad durante cuarenta y cuatro días y provocó la dimisión del Gobierno. Con el nuevo gobierno conservador de Maura se endurecieron las posiciones. Los empresarios pusieron en práctica el lock-out y surgió en Barcelona el …, una organización de pistoleros financiada por el sector más duro de la patronal. Los sectores más radicales del anarquismo respondieron con la “acción directa” contra el Sindicato Libre y dirigentes de la burguesía catalana. Entre 1919 y 1921 hubo continuos atentados y numerosos muertos, la mayoría obreros. Las autoridades aplicaron la “ley de fugas” a los detenidos. Fueron asesinados Eduardo Dato y el líder anarquista Salvador Seguí.

La Guerra de Marruecos. El Desastre de Annual.

Desde su estallido en 1909, la guerra de Marruecos se había ido complicando cada vez más. Tras la Primera Guerra Mundial, Francia y España reanudaron su expansión en el protectorado. El general Berenguer inició una acción encaminada a controlar el territorio del Rif. Pero la situación era muy difícil: unas tribus muy beligerantes, un terreno abrupto, un ejército mal pertrechado y compuesto de una mezcla de regulares (tropas indígenas), soldados de reemplazo y miembros de la Legión. Además, una pésima dirección militar, la falta de suministros, la corrupción en retaguardia y conflictos internos. En el …, una acción mal planificada por el general Fernández Silvestre permitió al líder guerrillero del Rif, Abd-el-Krim, atacar las posiciones defendidas por tropas mal agrupadas, que huyeron precipitadamente sin que los mandos supieran afrontar la situación. Se desencadenó una matanza: el desastre de Annual supuso 13.000 vidas, incluida la de Fernández Silvestre. A la impopularidad de la guerra marroquí, vista por la opinión pública como una sangría inútil y carísima, se unieron los que reclamaban una investigación en el Parlamento para depurar responsabilidades. El expediente fue instruido por el general Picasso. Desde las compañías mineras, en las que la élite y hasta la Corona tenían importantes intereses, y el Gobierno, opuesto a ahondar en la investigación, entorpecieron su trabajo. Aun así, se hallaron negligencias graves. Pero cuando el informe iba a ser expuesto en el Parlamento hubo un cambio radical en el Gobierno: un Golpe de Estado.