Evolución Histórica de España: Desde la Prehistoria hasta los Reyes Católicos
La Prehistoria en la Península Ibérica: Paleolítico y Neolítico
El origen de la especie humana se sitúa en África. Sin embargo, los fósiles encontrados en la península Ibérica demuestran que esta tuvo un papel clave en el proceso de hominización de Europa. En el Paleolítico Inferior se suceden tres especies de homínidos: hace 800.000 años, el Homo Antecessor, encontrado en 1994 en Atapuerca (Burgos); luego, con una antigüedad de 600.000 años, el Homo Heidelbergensis, que daría lugar al Homo Sapiens Neanderthalensis, datado hace 400.000 años. Al final del Paleolítico Medio (100.000 – 35.000 años), el Neanderthalensis coexistió con nuestra especie, el Homo Sapiens Sapiens, que salió de África y llegó a Europa, produciéndose un proceso de hibridación entre ambas especies. Finalmente, el Neanderthalensis se extinguió en el Paleolítico Superior.
En el Paleolítico, la economía era depredadora y la forma de vida, nómada. A partir del 10.000 a.C., el Neolítico impone una economía productiva con la agricultura y la ganadería, aportando otras innovaciones como la cerámica, el telar, el urbanismo y las herramientas pulimentadas.
El arte rupestre aparece en dos áreas diferentes de la península. En el Paleolítico Superior, en cuevas como Altamira o Tito Bustillo, en el norte, con un estilo naturalista y pinturas policromas. Posteriormente, en el Neolítico y en la zona del Mediterráneo, la pintura se vuelve esquemática y monocroma, con tendencia a crear escenas dotadas de movimiento. Actualmente, se cuestiona la idea de que los Neandertales no desarrollaron manifestaciones artísticas.
La Monarquía Visigoda
Los godos, pueblo germánico dividido entre godos del este (ostrogodos) y godos del oeste (visigodos), migraron de Jutlandia al Mar Negro. Presionados por los hunos, entraron en el Imperio Romano de Oriente, derrotándolo en Adrianópolis (378 d.C.). Roma los convirtió en tropas federadas del imperio. Cuando en el 409 los bárbaros invaden el Imperio Romano Occidental, los visigodos se encontraban en Italia. En el 415, se firma un Foedus: Roma cede el sur de la Galia a cambio de que los visigodos expulsen a suevos, vándalos y alanos de Hispania. Sin embargo, en el 476 desaparece el Imperio Romano Occidental, y en el 507, los francos derrotan a los visigodos, quienes establecen el reino de Toledo.
Los visigodos constituyeron la élite política y militar del reino. Leovigildo consiguió la unidad territorial al expulsar a suevos, vándalos, alanos y bizantinos, y al frenar a los vascones fundando Vitoriaco (Vitoria). Recaredo abandonó el arrianismo y, al convertirse al cristianismo, logró la unificación religiosa. Recesvinto promulgó el Liber Iudiciorum (Fuero Juzgo), unificando la ley para hispanorromanos y godos. La monarquía visigoda era electiva; el rey era asesorado por los nobles en el Aula Regia. Los Duces eran los representantes del rey en las provincias, y los Gardingos, los jefes militares. Los concilios eran reuniones políticas y religiosas. La cima cultural del reino la representa San Isidoro de Sevilla con sus Etimologías. Las desavenencias entre los partidarios de Rodrigo y los witizanos facilitaron la derrota de Guadalete en el 711 a manos del imperio musulmán.
Modelos de Repoblación y Organización Estamental en los Reinos Cristianos Medievales
La repoblación y colonización cristiana comenzó en el norte del Duero, frontera poco poblada y disputada por Al-Ándalus y el reino Astur. El crecimiento demográfico cristiano al norte de la cordillera Cantábrica y el aporte de población mozárabe dieron lugar a un importante proceso repoblador entre los siglos IX y X, basado en la figura de la Presura o Aprisio. Trabajar la tierra abandonada confería la propiedad de la misma, otorgando a quien la trabajaba la condición jurídica de hombre libre. La presura justificaba la posesión tanto de las pequeñas propiedades (alodios) como de las grandes parcelas en manos de nobles o monasterios.
El siglo XI y XII es el de la repoblación concejil: los reyes creaban concejos y les otorgaban cartas pueblas o fueros con determinados privilegios. En el siglo XIII, la Reconquista se organiza con las órdenes militares (Santiago, Alcántara, Calatrava), quienes reciben grandes feudos. En los siglos XIV y XV se utilizó el Repartimiento: una comisión de oficiales reales dividía casas y tierras entre los que habían participado en la Reconquista, según su condición social y mérito. Los grandes latifundios del sur de España se deben a este régimen de tenencia originado por los Repartimientos.
Los reinos cristianos peninsulares eran sociedades estamentales. Los estamentos eran grupos sociales cerrados: nobleza y clero, con privilegios; y el estado llano o tercer estado, sin ellos. El rey, cúspide de la monarquía feudal, tenía una concepción patrimonial del estado, pudiendo dividirlo o anexionar territorios. El rey era un primus inter pares, y los nobles le debían vasallaje. Era asesorado por la alta nobleza y el clero en la Curia Real. Cuando se unieron los representantes de las ciudades, aparecieron las Cortes. Las primeras fueron las de León en 1188. Eran consultivas y aprobaban los impuestos especiales. Además de las tierras de realengo, los nobles poseían feudos, que eran sus señoríos territoriales, donde podía haber campesinos libres o siervos adscritos al feudo. Si el noble tenía además el poder de juzgar, se denominaban señoríos jurisdiccionales.
Los Reyes Católicos: Unión Dinástica, Instituciones de Gobierno y la Guerra de Granada
En 1469, el matrimonio de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón crea una unión dinástica entre ambas coronas. Nace España, una nueva nación, pero no un nuevo Estado, ya que cada reino (Castilla, Aragón, Cataluña, Valencia…) mantenía sus propias leyes. Los Reyes Católicos (RRCC) sientan las bases del Estado Moderno, con un ejército permanente y una administración real, gobernando bajo una monarquía autoritaria que excluía sistemáticamente a la alta nobleza de las tareas de gobierno.
Los objetivos políticos de los RRCC eran la unificación territorial y religiosa de España, y la expansión territorial en el Atlántico, Italia y el Norte de África (Canarias, colonizada mediante el sistema de capitulaciones; Melilla y Orán; y Nápoles). La expansión en Italia, iniciada mucho antes por Aragón, chocaba con Francia. Esta rivalidad llevó a los RRCC a intentar aislar políticamente a Francia mediante una política internacional basada en matrimonios con otros países europeos: Portugal, Inglaterra y Flandes.
Los RRCC crearon una serie de instituciones para gobernar:
- Consejos Consultivos: Consejo de Castilla, Consejo de Aragón, Consejo de la Inquisición.
- Mantuvieron las Cortes de cada uno de sus estados.
- En cada reino de Aragón, les representaba un virrey.
- En las ciudades, les representaba un corregidor.
- Crearon la Santa Hermandad como policía de las villas.
- Establecieron la Inquisición, un tribunal religioso (única institución presente en todos los reinos) encargado de perseguir a los herejes, especialmente a los judíos conversos que judaizaban a pesar de haberse convertido en 1492.
La Guerra de Granada
Fue facilitada por las luchas internas entre facciones de la nobleza y la corte real nazarí. Más que una batalla, fue una sucesión de asedios a diferentes plazas, que fueron cayendo y menguando el territorio nazarí hasta que solo quedó Granada. La ciudad fue asediada durante años, hasta que el emir Boabdil la rindió sin lucha el 2 de enero de 1492 tras la firma de unas capitulaciones. Los RRCC incorporaron Granada a Castilla.