Evolución Política y Económica de España Durante la Guerra Civil y el Franquismo

La Guerra Civil Española (1936-1939)

Situación Política

La España Republicana

Durante la Guerra Civil Española, la sublevación militar contra el Frente Popular desencadenó profundas divergencias y tensiones internas. El 19 de julio, José Giral presidió un nuevo gobierno que distribuyó armas entre los obreros, desarticulando así el Estado republicano, excepto en el País Vasco, donde el PNV asumió el control. En el resto de la zona republicana, las organizaciones obreras armadas ejercieron el poder.

En septiembre de 1936 se constituyó un nuevo gobierno presidido por Largo Caballero, compuesto por republicanos, socialistas, comunistas y un nacionalista vasco, a los que se sumarían cuatro ministros anarquistas. Las organizaciones obreras se dividieron entre aquellos que abogaban por una revolución simultánea a la guerra (anarquistas y algunos marxistas) y aquellos que priorizaban ganar la guerra antes de emprender la revolución (PSOE y PCE). Los sucesos de mayo de 1937 en Barcelona provocaron la caída de Largo Caballero al negarse a ilegalizar el POUM.

En mayo de 1937, Juan Negrín formó un nuevo gobierno con una estrategia que priorizaba la guerra y requería un control absoluto del gobierno, junto con garantías de suministro de armas soviéticas.

En 1938, surgieron dos estrategias posibles de guerra: la continuación de la resistencia propuesta por Negrín y la opción de negociar una paz aceptable con el enemigo, respaldada por amplios sectores republicanos.

Por último, el coronel Casado se sublevó contra el gobierno republicano con la intención de negociar la paz con Franco. Pero este solo aceptaba la rendición incondicional. El 28 de marzo de 1939, Franco entraba con sus tropas en Madrid.

La España en Poder de los Sublevados

Los sublevados, al comenzar la Guerra Civil, establecieron la Junta de Defensa Nacional, con sede en Burgos, aunque el poder efectivo residía en cada general en su sector.

Franco emergió como líder principal y concentró el poder en sus manos. La Junta de Defensa de Burgos se transformó en Junta Técnica del Estado, con funciones secundarias, mientras que Franco asumió el cargo de Jefe de Estado y Generalísimo de los Ejércitos.

En abril de 1937, Franco promulgó el Decreto de Unificación, fusionando todas las organizaciones políticas adeptas en una sola: Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS). Franco asumió el papel de Jefe Supremo, consolidando un régimen personalista, nacionalista, fascista y católico.

Durante la guerra, Franco adoptó medidas provisionales, incluyendo la promulgación del Fuero del Trabajo, que regulaba los derechos y deberes de los trabajadores y reflejaba el marco de relaciones laborales inspirado en la Italia fascista.

Situación Económica

La economía española de este periodo atravesó una profunda crisis que afectó, en mayor o menor medida, todos los ámbitos de producción, distribución y consumo. Por lo tanto, se trata de analizar la situación general en cada una de las dos zonas y su incidencia en el desarrollo del conflicto. Por otra parte, las variaciones territoriales de cada bando a lo largo de la guerra modificaron también la situación económica.

La España Republicana

Cuando comenzó la guerra, la República controlaba todas las zonas industriales (Cataluña, País Vasco y Asturias) y las principales ciudades (Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia). En cambio, las zonas agrícolas eran insuficientes para alimentar a su población. El desconcierto provocado por la guerra en los primeros meses supuso la pérdida del control político por parte de las autoridades.

El Contexto Internacional de la Guerra Civil

La dimensión internacional de la Guerra Civil española ha sido planteada desde dos dimensiones:

  1. Considerarla un prólogo de la Segunda Guerra Mundial.
  2. Reducirla a un conflicto periférico, que se podía mantener aislado para evitar la propagación al resto de Europa.

Lo que es indiscutible es que la intervención extranjera tuvo una gran importancia en el desarrollo del conflicto. La victoria del ejército sublevado quizás no hubiera sido posible sin la decisiva ayuda de Alemania e Italia.

Las grandes potencias adoptan posturas individuales con respecto a la Guerra Civil española, pero también una postura conjunta al crear el Comité de No Intervención en 1936.

Tanto los sublevados como los republicanos recibieron ayuda internacional en forma de armamento y soldados, aunque la ayuda a los sublevados fue más regular y abundante. España aparece en el primer plano del escenario mundial, la opinión pública y los intelectuales de todo el mundo se hacen eco de la guerra española, tomando partido por uno u otro bando.

Las Acciones Individuales de las Potencias

  1. La intervención de la Italia fascista y de la Alemania nazi, junto con la colaboración de Portugal a favor del bando rebelde, es decisiva para el desarrollo de la guerra. Se trata de un apoyo diplomático y militar. Italia y Alemania realizan grandes aportaciones de hombres y medios técnicos, sin que mediase un pago inmediato; fueron ayudas semigratuitas. La guerra española les sirve para poner a punto sus ejércitos, ensayar armas y estrategias de combate de cara a la guerra mundial que se avecina. La ayuda de Portugal, bajo el régimen autoritario de Salazar, se centró en el control fronterizo, facilitando el paso de las tropas rebeldes y bloqueando a los republicanos.
  2. Los republicanos no cuentan con el apoyo de las democracias occidentales que se declaran neutrales para evitar la confrontación con Alemania, siguiendo la iniciativa franco-británica de “no intervención”. Gran Bretaña, por temor a una revolución social en España, y Francia, a pesar del apoyo popular a la República, cerraron sus fronteras para evitar el ingreso de armas.

Estados Unidos, aunque se mantuvo neutral oficialmente, a través de empresas como Ford, General Motors y TEXACO abastecieron al bando rebelde. El gobierno republicano sólo cuenta con la ayuda de la Unión Soviética (URSS) y, en menor medida, del gobierno mexicano, que proporciona algunas municiones, pero, sobre todo, acoge a numerosos exiliados republicanos. El apoyo soviético responde a un intento de acercamiento a los gobiernos democráticos para hacer frente a la amenaza fascista y se concreta de dos maneras:

  • A través de la Internacional Comunista pone en marcha un movimiento internacional de reclutamiento de voluntarios de todo el mundo, las Brigadas Internacionales (unos 60.000 voluntarios extranjeros, a lo largo del conflicto, procedentes de más de 50 países) e impulsa movimientos de solidaridad antifascista en los países occidentales.
  • Apoyo militar que consiste, sobre todo, en la entrega de armamento, que llega de manera lenta y clandestina, más anticuado que el que recibe Franco, pagado al contado por el gobierno republicano con el oro del Banco de España.

El Acuerdo de “No Intervención”

La postura oficial de Francia y el Reino Unido durante la Guerra Civil Española fue influenciada por su política de apaciguamiento frente a Hitler y el deseo de evitar la intervención extranjera y la internacionalización del conflicto. Esta política buscaba evitar la injerencia diplomática y militar en los asuntos españoles y prohibió las exportaciones de armamento a España. Un comité en Londres supervisó su cumplimiento. Esta política de “no intervención” aisló el conflicto español, pero impidió al gobierno de la II República aprovisionarse libremente de armas en el extranjero mientras Franco seguía recibiendo la ayuda militar de los regímenes fascistas. La “no intervención” de las democracias demuestra debilidad frente al expansionismo fascista y acerca la II Guerra Mundial.

La Opinión Pública Internacional

También hubo divisiones en este aspecto, pero en general la causa republicana atrajo las simpatías de la izquierda y de la mayoría de los intelectuales que tomaron partido a favor de la República. Muchos vinieron a España para apoyar la causa republicana, como el fotógrafo Robert Capa, los escritores André Malraux (La esperanza, Sierra de Teruel), George Orwell (Homenaje a Cataluña) o E. Hemingway (Por quién doblan las campanas).

Los Costes Humanos y las Consecuencias Económicas y Sociales de la Guerra Civil

La Guerra Civil dejó un trágico balance de muertes, desapariciones, exilio, represión y pérdidas económicas, aunque hay grupos sociales que se benefician con la nueva situación. La guerra la ganaron los franquistas; la consecuencia primordial y más directa de la guerra fue el establecimiento en España de una dictadura de casi cuarenta años encarnada en la figura del general Francisco Franco. A raíz del carácter totalitario del dictador, la guerra provocó otras consecuencias:

Costes Humanos

Como consecuencia de la guerra y sus efectos, disminuyó la población.

  • Los muertos y desaparecidos se fijan en torno a un millón, aunque el número sigue siendo objeto de polémica. Se suman las muertes causadas directamente por la guerra (300.000), fusilados y asesinados (200.000), los encarcelados (más de 300.000), muchos mueren en la cárcel (una buena parte de ellos fueron civiles), los muertos por desnutrición y enfermedades derivadas de la guerra, y a todo ello se añade el descenso de la natalidad, los no nacidos (generación hueca).
  • Los exiliados son una pérdida terrible, no solo en cantidad sino también en calidad. Un gran número de personas se vio obligado a exiliarse, huyendo principalmente hacia Francia y México, así como a otros países. El exilio representó una pérdida significativa en cantidad y calidad, empobreciendo y retrocediendo la vida cultural española.

Consecuencias Económicas

El país quedó en la ruina. Las pérdidas materiales fueron especialmente severas en las zonas de combate, con ciudades bombardeadas y entre 500.000 y 600.000 viviendas parcial o totalmente destruidas. Aunque la propaganda oficial exageró los daños, las instalaciones industriales en grandes centros como Bilbao, Barcelona y Madrid en su mayoría quedaron intactas.

Sin embargo, el sector de las comunicaciones sufrió graves daños, con una pérdida significativa de infraestructuras de transporte y un porcentaje importante de ferrocarriles y vehículos de motor destruidos.

La disminución de la población activa y la caída de la producción en todos los sectores provocaron un largo estancamiento económico. No se recuperó el nivel de producción y bienestar anterior a la guerra hasta finales de los años 50. La producción industrial disminuyó en un 30% debido a la escasez de materias primas y energía, mientras que la producción agrícola cayó un 20% por la partida de hombres al frente. La cabaña ganadera también se redujo considerablemente. La escasez de productos básicos para la alimentación fue generalizada, y al finalizar la guerra, se establecieron cartillas de racionamiento para acceder a ellos. La guerra representó un costo económico enorme, consumiendo entre el 25% y el 30% de la renta nacional de 1935. Además, ambos bandos acumularon deudas con compañías petroleras estadounidenses, y el gobierno republicano empleó el oro del Banco de España para pagar armamento y víveres recibidos de Francia, la Unión Soviética y México. De nuevo, la principal consecuencia afectó a la población civil, que sufrirá a lo largo de casi 20 años los efectos del racionamiento y la falta de bienes de consumo.

Consecuencias Sociales

La crueldad del conflicto generó un odio sin precedentes, dividiendo a la sociedad y provocando una fractura social que aún perdura.

El final de la guerra no trajo paz para muchos, sino venganza y represión contra el bando contrario. Miles de republicanos, combatientes, militantes de izquierda, sindicalistas, artistas e intelectuales fueron forzados al exilio; muchos, concentrados en campos en el sur de Francia en condiciones infrahumanas. Algunos lograron huir a Latinoamérica o la Unión Soviética, mientras otros fueron enviados a campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Los niños de la guerra sufrieron especialmente; muchos fueron evacuados a países extranjeros, algunos no regresaron a España ni se reunieron con sus familias.

Aquellos que no apoyaban al régimen franquista y no se exiliaron enfrentaron represión, prisión, campos de concentración o trabajo forzado. Se estima que más de 270.000 personas sufrieron estas consecuencias.

También hubo exiliados internos por convicciones políticas o por el rechazo social tras haber estado en la cárcel o en campos de concentración. Además, muchos fueron depurados y expulsados de la Administración y de profesiones, especialmente los profesores.

Sin embargo, algunos grupos se beneficiaron de la nueva situación, como terratenientes, el Ejército y la Iglesia, que se convirtieron en elementos hegemónicos en la sociedad franquista. La figura del excombatiente fue revalorizada y premiada con puestos en la Administración y concesiones comerciales.

El Franquismo (1939-1975)

Fundamentos Ideológicos y Bases Sociales del Franquismo

El régimen franquista se caracterizó por la existencia de un partido único, el FET y de las JONS, establecido en 1937 por Ramón Serrano Suñer, cuñado de Franco. Aunque aparentaba ser un sistema monolítico, los historiadores identifican diferentes “familias” políticas que competían por el poder, siendo Franco hábil en manejar estas tensiones internas en su beneficio:

  • Falange: el partido único oficial, también conocido como “Movimiento Nacional”, nada tenía que ver con el grupúsculo inicialmente creado por José Antonio antes de la guerra. Sin embargo, las consignas anticapitalistas fueron eliminadas; se convirtieron en un instrumento de propaganda del régimen y del dictador. Fue la familia más importante durante los primeros años de la dictadura hasta 1942; tras el atentado de la Iglesia de Begoña en Bilbao, en el que los falangistas atacaron a los carlistas, Franco terminó destituyendo a su propio cuñado.
  • Los militares: Apoyaron incondicionalmente a Franco desde el inicio y ocuparon roles clave en su gobierno. Figuras como Carrero Blanco destacaron en este grupo. Estaban bajo el control absoluto del dictador y constituían una base fundamental de su poder.
  • Los católicos: Ya desde el comienzo de la guerra fueron un apoyo incondicional del régimen, justificaron la sublevación militar presentándola como una cruzada contra el comunismo. El concordato de 1953 consolidó la presencia de la Iglesia en la enseñanza y en la vida intelectual. Especial importancia tuvieron miembros de la organización “Opus Dei”, sobre todo a finales de la década de los 50, que formaron parte de los gobiernos tecnócratas encargados de modernizar la economía española. No obstante, a comienzos de la década de los 60, sobre todo desde el Concilio Vaticano II, un sector importante de la Iglesia va a ir separándose del dictador e incluso formarán una oposición tolerada por el régimen que jugará un papel importante a la hora de su caída.

Para terminar, podemos citar otros posibles apoyos sociales del franquismo como los siguientes:

  • La oligarquía terrateniente y financiera, a quienes la dictadura devolvió su hegemonía económica y sus privilegios que habían sido cuestionados por la II República con leyes como la de Reforma Agraria.
  • Los pequeños propietarios rurales del centro y norte peninsular, tradicionalmente conservadores y fuertemente católicos, que temían perder su fuente de sustento ante el avance de ideologías como el comunismo o el anarquismo.
  • Sectores urbanos que se vieron favorecidos por las depuraciones de maestros, funcionarios y militares republicanos.

Organización Política del Estado Franquista

La característica principal de la organización política del régimen franquista va a ser la ausencia de constitución; en su lugar se van a ir aprobando una serie de leyes fundamentales que tratarán de dar legitimidad jurídica al régimen. Las primeras, de inspiración claramente fascista; las siguientes tratarán de acercarse a las democracias europeas. Todo ello irá configurando lo que se autodenominó Democracia Orgánica.

El entramado legal de la dictadura comienza con la promulgación de la Ley de Administración del Estado (30 de enero de 1938) fue el punto de partida. Esta ley otorgó al jefe del Estado, Franco, la suprema potestad de dictar normas jurídicas generales, concentrando así todos los poderes en su persona.

Las Leyes Fundamentales del régimen fueron siete, a las que habría que añadir la Ley de la Reforma Política de 1977, ya fallecido el dictador, de la que no vamos a hablar.

  • En 1938 se estableció el Fuero del Trabajo, inspirado claramente en la Carta del Lavoro de Mussolini. Este fuero regulaba las relaciones laborales, pero subordinaba los intereses de los trabajadores al Estado totalitario.
  • Fue complementado más tarde por la Ley de unidad sindical de 1940, que establecía los Sindicatos Verticales, en los que se integraban los empresarios y los trabajadores por ramas de producción. El estado los controlaba desde el Ministerio de Trabajo. El resultado fue un férreo control de la clase obrera por el Estado, que era quien dictaba las condiciones laborales (salarios, duración de la jornada laboral, vacaciones, permisos…), anulando toda posibilidad de negociación colectiva e ilegalizando la huelga, manteniendo bajos salarios para los trabajadores y permitiendo amplios beneficios empresariales.
  • En 1942, tras el atentado de la Iglesia de Begoña en el que Falange se enfrenta a la familia carlista y comenzado el declive del Eje en la II Guerra Mundial, Franco se aleja de los falangistas y busca dar al régimen una apariencia democrática homologable a las democracias occidentales. Se aprueba la Ley Constitutiva de las Cortes durante el régimen franquista, estableciendo unas Cortes corporativas que carecían de representatividad democrática. Los procuradores, sus representantes, eran designados por el poder, incluyendo ministros, altos cargos del Sindicato Vertical, alcaldes de grandes ciudades, rectores de universidades y jerarcas eclesiásticos. Estas Cortes no fueron elegidas democráticamente ni ejercieron un verdadero poder legislativo, ya que el gobierno determinaba qué proyectos de ley llegaban a las Cortes y cuáles eran aprobados directamente.
  • A partir de 1945, consumada la derrota del Eje en la II Guerra Mundial, Franco continúa con la tarea de aprobar leyes que instituyan una especie de ficción democrática que suavice la imagen de la dictadura. En este sentido se aprueban:
    • Fuero de los Españoles: Era una especie de declaración de derechos y deberes de los ciudadanos, impregnada de la mentalidad tradicionalista católica, pero el cumplimiento de estos derechos nunca estuvo plenamente garantizado por el estado.
    • Ley de Referéndum Nacional: se establecía el uso de referendos para aprobar cuestiones importantes; eran convocados a modo de consulta popular y todos fueron aprobados por aplastante mayoría.
    • Ley de Sucesión (1947): en ella, por fin, se fijaba la forma del estado. Su primer artículo estipulaba que España, como unidad política, es un estado católico, social y representativo, que, de acuerdo con su tradición, se declara constituido en Reino. Una vez el fascismo había sido barrido del mundo, Franco buscó legitimarse utilizando la monarquía. No obstante, no se decía quién sería el futuro rey; Franco se reservaba esa cuestión para más adelante. Hasta 1969 no se decidió que la corona debía recaer sobre el entonces príncipe Juan Carlos. Fue una decepción para los monárquicos que soñaban que Franco propiciara la vuelta al trono de los Borbones.
    • Ley de principios del Movimiento Nacional (1958): se redactaron 12 principios que todos los funcionarios debían jurar antes de tomar posición de su cargo. Estos principios simplemente resumían los viejos ideales del régimen como la patria, familia, religión o la monarquía (curiosamente seguía sin haber rey).
    • La Ley Orgánica del Estado (1967): básicamente era una refundición de las leyes anteriores. Daba amplios poderes a la jefatura del Estado, que por primera vez aparecía separada de la Jefatura del Gobierno. Establecía igualmente un Consejo Nacional del Movimiento, que velaba porque las leyes se ajustaran a los principios del régimen, así como por la elección directa de los procuradores a Cortes de las familias.

Evolución y Etapas Políticas del Régimen Franquista en Relación con los Cambios en el Contexto Internacional

España durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)

  • (1939-1942) La figura clave del comienzo del franquismo fue el abogado y cuñado de Franco, Ramón Serrano Suñer, quien había configurado el Estado franquista y quien dirigió la política exterior española entre 1940 y 1942, periodo en que fue Ministro de Asuntos Exteriores. Se plantea una posible participación de España en la Segunda Guerra Mundial del lado de las potencias fascistas; para ello Franco se entrevista con Hitler en Hendaya (1940) y con Mussolini en Bordighera (1941), pero las condiciones exigidas a España y su precaria situación tras la Guerra Civil hicieron que finalmente no interviniera. Inicialmente neutral, España pasó a una postura de no beligerancia en junio de 1940 y colaboró enviando la División Azul a luchar en Rusia junto al ejército alemán.
  • (1943-1945) Ante el giro de los acontecimientos militares a favor de los aliados, Franco empezó a distanciarse de las potencias fascistas, inclinándose hacia los previsibles vencedores. Serrano Suñer fue apartado del Ministerio de Asuntos Exteriores y sustituido por el conde de Jordana (anglófilo). El gobierno se reestructuró para iniciar una aproximación a los aliados. España pasó de una postura de no beligerancia a la neutralidad y retiró la División Azul del frente ruso.

El Aislamiento del Régimen (1945-1950)

Tras la victoria de los aliados en 1945, el régimen de Franco fue condenado políticamente y aislado internacionalmente por las potencias aliadas. Se rechazó la entrada de España en la ONU y se tachó al régimen de fascista en una resolución de diciembre de 1946, lo que llevó a la retirada de embajadores. Solo Portugal y Argentina mostraron apoyo oficial.

La Guerra Fría y la Apertura a Occidente (1950-1959)

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, el panorama internacional evolucionó hacia la Guerra Fría, donde Estados Unidos inició un acercamiento a Franco. A pesar de su pasado fascista, el anticomunismo de Franco y el valor estratégico de España desplazaron esta consideración. Con el respaldo de Estados Unidos, la ONU levantó en 1950 el bloqueo contra España y los embajadores regresaron a Madrid.

En 1953, el franquismo celebró importantes logros diplomáticos. Se firmó el Concordato con la Santa Sede, asegurando el reconocimiento pleno del régimen de Franco. Además, se suscribió un tratado con Estados Unidos que permitió la instalación de bases militares en la Península, facilitando la llegada de ayuda estadounidense. Esta colaboración también facilitó que España estableciera contactos con otros países para obtener créditos y reanudar el comercio exterior.

En la década de 1950, Europa experimentó un periodo de prosperidad y reconstrucción, abriendo sus fronteras a la emigración y atrayendo turistas en busca de precios accesibles y sol. La admisión de España en la ONU en 1955 marcó un hito en la política exterior de Franco, permitiendo su integración en otras organizaciones internacionales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE.

Sin embargo, la Comunidad Económica Europea, fundada en 1957, rechazó la entrada de España como miembro de pleno derecho, aunque firmó un Acuerdo Preferencial de Comercio en 1970. Esta exclusión de España de la CEE se convirtió en una de las razones clave para la transición a la democracia tras la muerte de Franco.

La Política Económica del Franquismo en sus Diferentes Etapas

La Autarquía (1939-1952)

El término autarquía hace referencia a la política económica que pretende producir dentro del país todo lo necesario, minimizando las importaciones. Inicialmente es una política económica voluntaria, típica de las potencias fascistas, pero a partir de 1945 va a ser obligada debido al aislamiento internacional que sufre España. Esta política tendrá nefastos resultados; se habla de “década perdida” para referirse a los años 40, en los que no se recuperarán los indicadores económicos anteriores a la contienda.

Característico de este periodo es un fuerte intervencionismo desde el estado. Es el estado quien fija los precios y controla la economía a través de instituciones como el SNT (Servicio Nacional del Trigo) o el INI (Instituto Nacional de Industria). También es el estado quien dirige el comercio exterior, controlando las escasas importaciones de bienes estratégicos como el petróleo, lo que dio pie a una enorme corrupción.

En agricultura se creó el SNT, que se encargaba de confiscar la producción a los agricultores para repartir alimentos a la población por medio de cartillas de racionamiento. Se fijó el precio de bienes como el pan o el café y se limitó su venta. Todo esto dio pie a que prosperase el estraperlo, término con el que se conocía a la venta de bienes escasos en el mercado negro a precios abusivos, tales como el tabaco, alcohol, café o medicinas.

Para regular la industria se creó el INI, a imitación del IRI italiano, que dirigió la reindustrialización de España creando grandes empresas en sectores estratégicos donde la iniciativa privada jamás se habría atrevido a intervenir por sí sola. Era una especie de holding estatal del que dependían multitud de empresas de variopintos sectores, entre las cuales podemos citar Endesa (creada en 1944, dedicada a la producción de electricidad), ENSIDESA (creada en 1950, dedicada a la siderurgia), SEAT (creada en 1950, dedicada a la fabricación de automóviles) o REPESA (creada en 1949, dedicada al refinado y venta de petróleos).

Toda esta política autárquica tuvo como consecuencia un gran retraso industrial frente a Europa, ya que a España se le negaron las ayudas del Plan Marshall, promovidas por Estados Unidos para la reconstrucción de Europa.

Las Ayudas de Estados Unidos y las Primeras Medidas Liberalizadoras (1952-1959)

En 1950 comienza el acercamiento a los Estados Unidos en el contexto de la Guerra Fría. Estas ayudas inicialmente consistían en el envío de excedentes de producción, como la famosa leche en polvo, gracias a los cuales se consiguió acabar con el racionamiento.

Gracias a la intervención de Estados Unidos, en 1955 España es admitida en la ONU y progresivamente irá entrando en el sistema económico mundial, recuperándose los indicadores económicos anteriores a la Guerra Civil.

No obstante, en los años finales de esta década hay una crisis de inflación, con un fuerte déficit exterior ante la falta de divisas extranjeras. El país sufre una grave crisis que desencadenará huelgas y protestas contra el régimen que no podrán ser ocultadas a pesar de la fuerte represión.

Plan de Estabilización y Desarrollismo (Desde 1959)

En 1959, un grupo de jóvenes economistas vinculados a la organización religiosa Opus Dei, encabezados por Laureano López Rodó, conocidos como los tecnócratas, siguiendo las indicaciones del FMI, elaboran el Plan de Estabilización, caracterizado por:

  • Abandono de la autarquía y apertura definitiva a la inversión extranjera, atraída por el bajo precio y la nula conflictividad de la mano de obra.
  • Devaluación de la peseta para controlar la inflación.
  • Creación de los Polos de Desarrollo en las zonas deprimidas para tratar de acabar con la excesiva concentración industrial. Los principales fueron: A Coruña, Vigo, Zaragoza, Burgos, Valladolid, Huelva, Córdoba y Sevilla.
  • Se incentiva el turismo; aparece el modelo de turismo masivo de sol y playa, dirigido a extranjeros de bajo-medio poder adquisitivo. Será una importante fuente de divisas junto a las remesas de los emigrantes.

Esta rectificación del modelo autárquico será presentada por la propaganda del régimen como la culminación de una exitosa trayectoria y tendrá inicialmente buenos resultados económicos. Sus principales consecuencias serán:

  • Gran crecimiento industrial, que pasará a ser el sector más importante por porcentaje del PIB y por empleo.
  • Éxodo rural. Por primera vez la población urbana supera a la rural. Se da una fuerte emigración del campo a la ciudad hacia los núcleos industriales tradicionales, los nuevos polos de desarrollo y las ciudades turísticas. Lentamente irá prosperando, al calor del pluriempleo y las horas extras, una clase media cada vez más numerosa. Aparece una sociedad moderna que no tardará en exigir al régimen cambios políticos acordes a los nuevos cambios sociales. Sin haberlo planeado, la exitosa política económica de los tecnócratas llevaría implícita la destrucción del régimen.

Los Diferentes Grupos de Oposición Política al Régimen Franquista y su Evolución en el Tiempo

Lo primero que hay que dejar claro es que la oposición fue escasa, debido fundamentalmente al duro aparato represivo del régimen. En 1939 se aprobaba la Ley de Responsabilidades Políticas, que creaba un tribunal especial encargado de castigar a los opositores; además, podía juzgar delitos de este tipo anteriores a su aprobación, violando el principio de irretroactividad.

El estado de Guerra se mantuvo hasta 1948. Esto supuso la posibilidad de detenciones arbitrarias, cárceles, condenas a muerte y la existencia de campos de concentración; el último en cerrarse fue el de Miranda de Ebro, en 1947.

A pesar de eso, estudiaremos la evolución de una valiente oposición que irá afianzándose a medida que el régimen y el dictador se debilitan con los años.

Años 40

  • INTERIOR: aparece una guerrilla de excombatientes republicanos escondidos en los montes del Pirineo Catalán, el “Maquis”. Contaron con cierto apoyo popular, aunque limitado por el miedo a las represalias. En 1944, desde Francia intentaron la invasión del Valle de Arán, que fue un rotundo fracaso.
  • EXTERIOR: Surge una oposición monárquica liderada por Don Juan de Borbón, quien publica el Manifiesto de Lausana (1945) criticando al régimen franquista. Además, un gobierno republicano en el exilio, establecido primero en México y luego en París, no logra acciones significativas para debilitar al régimen.

Años 50

  • Se inicia la lucha obrera con huelgas en el transporte público en Bilbao y Barcelona que paralizaron estas ciudades.
  • Las universidades van a ser otro foco de oposición, en particular en Madrid, donde llegan a cerrarse facultades, se expulsa a profesores e incluso se destituye al ministro de educación.
  • La institución que lidera esta oposición obrera es el PCE, dirigido en la clandestinidad por Dolores Ibárruri (la Pasionaria). Su técnica era combinar la lucha clandestina con la infiltración de agentes en el Sindicato Vertical. Su órgano de propaganda era la emisora Radio España Independiente, conocida popularmente como La Pirenaica.

Años 60

  • Exterior: Se produce el llamado “Contubernio de Múnich” (1962), donde varios intelectuales, incluidos socialdemócratas y liberales de derechas, piden a la Comunidad Económica Europea (CEE) no admitir a España hasta que se establezca una democracia real.
  • Interior: El Movimiento Obrero, liderado por el PCE y su sindicato clandestino CCOO, gana apoyo social. Grupos católicos, incluidos obispos vascos y la Juventud Obrera Cristiana, también se oponen al régimen. Surge el terrorismo, destacando ETA, que comete su primer asesinato en 1968, junto con otros grupos como el GRAPO y las FRAP.

El proceso de Burgos (1970) termina con la condena a muerte de nueve miembros de ETA, aunque la presión internacional y las protestas callejeras llevan a Franco a conmutar las penas por cadena perpetua.

En resumen, la oposición al régimen franquista creció gradualmente desde sus inicios, pero no fue suficiente para derrocarlo. El régimen respondió con violencia y represión interna, mientras que a la oposición exterior la enfrentó con manifestaciones masivas de apoyo al dictador. La dictadura finalmente cayó solo con la muerte de Franco, tras décadas de dominio autoritario.

La Crisis Final del Franquismo desde 1973

El comienzo de la década de los 70 se caracteriza por la fragilidad del régimen franquista, marcada por la debilidad creciente del dictador Franco, cuya edad avanzada limitaba su capacidad de decisión. En 1973, nombró a Carrero Bianco Presidente del Gobierno, separando por primera vez este cargo de la Jefatura del Estado, que aún mantenía Franco. Este movimiento sugería que el almirante seria el sucesor de Franco

La situación económica se complicó en 1973 debido a la cnsis mundial del petróleo La OPEP redujo la producción de petróleo, lo que llevó a un aumento de precios. El gobierno de Franco trató de ocultar esta crisis centrándose en la crisis sucesona, lo que retrasó las medidas para hacerte frente hasta los años 80, empeorando la situación económica.

La Iglesia Católica. Desde el Concilio Vaticano II (1962), ona parte importante de la iglesia se distanció del régimen, especialmente la iglesia vasca liderada por el obispo de Bilbao Añovero Conflicto obrero. La oposición obrera continuó creciendo, liderada por el PCE y su sindicato CC OO, dingido por Marcelino Camacho

Renovación del PSOE. En el congreso de Suresnes (1974), el PSOE se renovo bajo el liderazgo de Felipe González, trastadando su base de operaciones a España y adoptando una vía democrática pacifica. Grupos terroristas ETA, GRAPO y FRAP mantuvieron la via violenta, desafiando a las fuerzas de seguridad. En 1970 tuvo lugar el Proceso de

Burgos en el que nueve miembros de ETA eran condenados a pena de muerta. Franco tuvo que conmutar esa pena por cadena perpetua ante la unanime condena tanto dentro del pais como internacionalmente

A comienzos de los años 70 existian básicamente tres alternativas políticas ante el inminente final del dictador

Los inmovilistas conocidos como el bunker encabezados por el ministro de trabajo José Antonio Girón de Velasco, eran partidarios de continuar con los principios básicos de la dictadura. Tenían numerosos apoyos en el ejército, en las élites económicas y controlaban diarios como Ariba o El Alcazar.

Los aperturistas partidarios de llevar a cabo reformas desde dentro que condujeran a un régimen democrático Inicialmente estarian encabezados por Pio Cabanillas, también pertenecía a esta tendencia el presidente de las Cortes, Torcuato Fernández Miranda, cuya institución. Inicialmente vacía de atribuciones, había ido ganando poder a medida que avanzaba la enfermedad de Franco. El principe D Juan Carlos también parecia abrazar esta comente Tenían bastante respaldo social


y el apoyo de la oposición más moderada Los ruptunstas: Inicialmente no eran muchos pero poco a poco irán ganando apoyos entre las fuerzas de oposición. Querían romper con el régimen y construir su propia democracia, rompiendo con los aperturistas a los que consideran herederos del franquismo Querían convocar inmediatamente elecciones a cortes constituyentes y elaborar una constitución abiertamente democrática Estos grupos fueron convergiendo en dos asociaciones que finalmente se unirán tras la muerte del dictador. 

El periodo que rodea la muerte de Franco en 1975 fue un momento de gran incertidumbre y tensión en España. La desaparición del dictador dejó un vacío de poder que generó preocupación tanto dentro del pais como a nivel internacional. Durante sus últimos años, Franco había mantenido un control férreo sobre el pais, y su muerte planteaba la pregunta de qué dirección tomaría España a partir de ese momento.

La situación politica interna era compleja. Existian diferentes facciones dentro del régimen franquista, desde los inmovilistas que abogaban por mantener el status quo hasta los reformistas que buscaban una apertura gradual hacia la democracia. La violencia política también estaba en aumento, con atentados de grupos terroristas como ETA y una creciente oposición interna al régimen.

A nivel internacional, la caída de otras dictaduras en Europa, como la de Salazar en Portugal y la de los Coroneles en Grecia, planteaba la posibilidad de un cambio politico en España. Además, la Guerra Fría y las presiones de las potencias occidentales y la comunidad internacional también ejercian influencia en el devenir politico del país.

La Marcha Verde de Marruecos en noviembre de 1975, que aprovechó la debilidad política española para invadir el Sahara Occidental, añadió otra capa de complejidad a la situación. Esta acción planteó desafios tanto a nivel interno, al poner a prueba la capacidad del régimen para responder a amenazas externas, como a nivel internacional, al plantear dilemas sobre la posición de España en el contexto geopolitico.

La muerte de Franco marcó el inicio de la Transición Democrática en España, un proceso complejo y gradual que culminaría en la aprobación de la Constitución de 1978. Durante este periodo, se llevaron a cabo negociaciones políticas entre diferentes fuerzas y se establecieron las bases para la democracia parlamentaria en España. Sin embargo, el camino hacia la democracia estuvo marcado por tensiones, conflictos y desafios, reflejando la complejidad de la situación política en ese momento.