El Antiguo Régimen y su Crisis (Reinado de Carlos IV y Fernando VII)

La etapa que vamos a tratar se circunscribe a los reinados de Carlos IV y Fernando VII, y es una etapa especialmente trascendental y convulsa en la Historia de España. En el primer reinado vemos los intentos de impedir la penetración de las ideas revolucionarias francesas en la Península, así como un posterior acercamiento a Francia por parte de Godoy, primer ministro de Carlos IV. Fruto de ese acercamiento es la derrota de Trafalgar frente a los ingleses y la caída del propio Godoy y de Carlos IV tras un motín popular. Entre tanto, las fuerzas francesas entran en España con la intención de invadir Portugal, pero ocupando de hecho España. Tanto Carlos IV como su hijo Fernando se someten al arbitrio de Napoleón en la lucha que les enfrentaba por la corona. Napoleón les arrebata el trono y se lo entrega a su hermano José. Ante esta situación, el pueblo inicia una lucha contra el invasor que durará cinco años. Mientras, en Cádiz, ciudad sitiada y protegida por la flota inglesa, se reúnen las Cortes del Reino y elaboran la Constitución de 1812 que finiquitaba el Antiguo Régimen en España y proclamaba la monarquía parlamentaria. Tras la derrota de Napoleón, llega a España Fernando VII y anula todos los decretos de las Cortes, gobernando de manera despótica siguiendo el más puro absolutismo. Salvo un periodo de tres años, el Antiguo Régimen restaurado estará vigente hasta su muerte en 1833. Es en esta época cuando se produce la independencia de las colonias americanas, convirtiéndose España en una potencia de segundo orden. Por último, la muerte de Fernando VII sin heredero varón, su hija Isabel tenía sólo tres años de edad, abrió la puerta a una guerra civil entre los partidarios de su hija y los que no la reconocían como reina, que se agruparon en torno a Carlos María Isidro, hermano de Fernando.

El Reinado de Isabel II: Consolidación del Liberalismo (1833-1868)

Durante el reinado de Isabel II se va a consolidar el sistema político liberal en España. Los dos partidos liberales que lucharán por el poder serán los moderados (representantes de la alta burguesía) y los progresistas (representan más a la baja burguesía). Estos se sucederán en el poder; cuando gobiernen cada uno redactará una constitución a su medida. Fuera del sistema quedan los absolutistas (carlistas) que reclaman el trono para Carlos María Isidro y sus sucesores. Debido a estos, España se verá envuelta en tres guerras civiles. Este reinado pudo haber sido el periodo decisivo para la modernización de las estructuras económicas, pero esa tentativa quedó frustrada. En la evolución del reinado podemos hablar de varias etapas:

  • Las Regencias (1833-1843): La reina es menor de edad y en su nombre gobierna primero su madre María Cristina (1833-1840) y luego Espartero (1840-1843).
  • Mayoría de Edad de Isabel II (1843-1868): Proclamada mayor de edad en 1843, se sucederán los gobiernos moderados, interrumpidos solamente por la revolución de 1854 que inaugura el bienio progresista. Tras 1856 retornan los moderados de varias tendencias.

A partir de 1866, una crisis económica grave y varios escándalos y represiones de pronunciamientos desacreditan a Isabel II. Una revolución en septiembre de 1868 la destrona y se abre una nueva etapa en la Historia de España.

El Sexenio Democrático (1868-1874): Un Intento Fallido

La revolución de 1868 se llevó por delante a Isabel II y a los gobiernos moderados. Se abre para el país un periodo de esperanzas que se vería frustrado casi desde el primer momento. El cambio de rumbo se mostró con la Constitución de 1869, de carácter progresista pero no revolucionario, las masas populares habían quedado fuera. Esta Constitución define al país como una monarquía. El paso siguiente sería encontrar rey, y se encontró en la figura de Amadeo de Saboya, verdadero rey democrático, pero que, falto de apoyos, tuvo que abdicar tras poco más de dos años en el trono. Si el experimento monárquico había fallado, ahora le toca el turno a la República, que tampoco llega a consolidarse por los enfrentamientos internos, guerras y conflictos que contribuyeron a desprestigiarla. El golpe de Pavía el 3 de enero de 1874 inaugura una dictadura republicana que dura todo ese año y que al final es derribada tras otro golpe, el de Martínez Campos en diciembre, que restaura a los Borbones en la figura del príncipe D. Alfonso, hijo de Isabel II.

Transformaciones Económicas y Sociales del Siglo XIX

En otro orden de cosas, trataremos en este apartado las transformaciones económicas y sociales, no del Sexenio, sino de todo el siglo XIX. Para ello analizaremos las transformaciones que la burguesía impuso en el campo para que el modelo de propiedad pasara a ser plenamente liberal y capitalista, dejando atrás el Antiguo Régimen; cómo, con todo, el atraso de la agricultura fue la característica principal, y cómo la industrialización sólo se afianzó en algunas zonas del país. Capítulo especial merece el desarrollo del ferrocarril. Desde el punto de vista social, veremos cómo la burguesía liberal crea una sociedad de clases que sustituye a la sociedad estamental del Antiguo Régimen.

La Restauración Borbónica (1874-1902): Estabilidad y Crisis

El periodo que vamos a tratar abarca desde la caída de la I República hasta la proclamación de Alfonso XIII como rey en 1902. La restauración de la monarquía en la persona de Alfonso XII supone una etapa de estabilidad que durará hasta finales del siglo XIX. Esa estabilidad estará propiciada por la Constitución de 1876, el sistema bipartidista creado por Cánovas, y una cierta prosperidad económica. Pero estos logros no ocultan grandes defectos del sistema: fraude electoral y caciquismo que deja a las masas fuera del sistema, marginación de los partidos que están fuera del sistema (republicanos, movimientos obreros, nacionalismos…). A la vez, afloran en las regiones periféricas los primeros movimientos regionalistas y nacionalistas que aspiran a conseguir un cierto grado de autonomía en un estado fuertemente centralizado. Pero el gran mazazo para el sistema será la crisis del 98, año en el que se pierden las últimas colonias. A partir de ahí, España se replantea la razón de su ser y las medidas a llevar a cabo para su modernización. El sistema político de la Restauración, que más o menos ha funcionado en el XIX, se continúa en el XX, pero ya está obsoleto y acabará saltando por los aires en los años treinta con la caída de Alfonso XIII y la proclamación de la II República en 1931.

La Crisis de la Restauración (1902-1931): El Camino hacia la II República

Dos fechas marcan los límites temporales de este periodo, por una parte, 1902, año de la subida al trono de Alfonso XIII, y 1931, año de la caída de la monarquía y la proclamación de la II República. Entre esos dos años asistimos a la crisis del sistema de alternancia de partidos creados en el siglo anterior. Además, el desastre del 98 deja al descubierto todos los males de España: miseria, atraso, sistema político ficticio, nacionalismos en alza, tensiones obreras y campesinas… A todos estos problemas se tratará de dar solución en línea con el regeneracionismo, pero la oposición de las clases privilegiadas frenará una reforma en profundidad. El sistema se verá sacudido por profundas crisis: 1909 y, sobre todo, 1917. Esta última hará tambalear el edificio de la Restauración. De 1918 a 1923 desaparece la alternancia en el poder y se formarán gobiernos de concentración tan frecuentes como ineficaces. El progresivo protagonismo del rey en política le lleva a apoyar, como única salida, la dictadura de Primo de Rivera, que, en principio, es bien recibida como una forma de lograr la estabilidad y conseguir la ansiada reforma. El intento de perpetuarse en el poder le granjea la animadversión de sectores que le habían encumbrado, y falto de apoyos, dimite en 1930. Tras este hecho, Alfonso XIII encarga a otros militares la transición hacia el parlamentarismo como si no hubiera pasado nada; las elecciones municipales de 1931 le demostraron que no tenía la confianza de su pueblo. El fracaso de la Dictadura le había arrastrado.

La II República (1931-1936): Un Intento de Democracia Moderna

La proclamación de la República el 14 de abril de 1931 supone por primera vez el intento de instaurar en España un sistema democrático moderno. Este paso se da porque el poder político ha pasado por primera vez a las clases medias ante la hostilidad de los grupos tradicionales y frente a las clases populares orientadas hacia la revolución. La situación internacional no es favorable para la República. Desde el punto de vista económico, Europa vive las repercusiones de la crisis del 29 y desde el punto de vista político, es una etapa de debilidad de los sistemas democráticos ante el ascenso de los totalitarismos tanto de izquierda (comunismo) como de derecha (fascismos).

La Guerra Civil Española (1936-1939): Un País Dividido

El 18 de julio de 1936 se extiende por la Península un golpe de Estado militar contra el gobierno del Frente Popular. La activa participación del pueblo y la lealtad de casi la mitad del Ejército hacia la República hacen que esta sublevación sólo triunfe en la mitad del país y desemboque, por tanto, en una guerra civil de tres años de duración. Surgen así dos zonas: una republicana y otra nacional con sus respectivos ejércitos, gobiernos e instituciones. El rápido apoyo de la Italia de Mussolini y de la Alemania de Hitler al bando sublevado y la no intervención de Francia y Gran Bretaña a favor de la República, que sólo contó con el efectivo apoyo ruso, hace que el enfrentamiento armado se prolongue durante casi tres años. Era el enfrentamiento entre dos concepciones distintas de España. El bando rebelde representaba los valores tradicionales y conservadores que habían sido socavados durante la República y luchaban contra todas las reformas que habían ido demasiado lejos. El bando legal pretendía la modernización del país y la profundización en las reformas, aunque había sectores que querían ir mucho más allá de los límites de un régimen parlamentario. La mayor unidad, la eficacia militar y los importantes apoyos militares dieron el triunfo a la España nacional representada por el general Franco y consolidó un régimen político autoritario y conservador que se mantendría en España durante más de treinta años. Además de ser importante para España, la guerra tuvo una gran resonancia internacional y se convirtió en el primer episodio de la II Guerra Mundial que se veía como inminente.

El Primer Franquismo (1939-1959): Autarquía y Aislamiento

Tras la victoria en la Guerra Civil, se instaura en España un régimen autoritario que estará vigente durante casi cuarenta años. Aunque en tan largo periodo de tiempo hay una evolución importante, una constante permanece: el control absoluto del poder político por parte de Franco. En todo este periodo distinguiremos dos etapas fundamentales: el primer franquismo (1939-1959) y el segundo franquismo (1959-1975). Estudiaremos en este apartado el primer franquismo, caracterizado en lo político por el predominio de Falange en un primer momento y por los católicos tras la derrota de los fascismos en la II Guerra Mundial en un segundo acto. Se pasa en esta etapa del aislamiento al régimen de Franco por parte de un gran número de países, a la plena integración en las instituciones internacionales. En lo económico se asiste a los duros años de la autarquía y el inicio de la liberalización económica. Mientras, el aparato desmantela cualquier conato de oposición en el interior de una manera brutal, quedando ésta reducida a la clandestinidad.

El Segundo Franquismo (1959-1975): Desarrollo Económico y Agonía del Régimen

El presente apartado se desarrolla entre 1959 y la muerte de Franco en 1975. 1959 es un año clave, es la fecha del Plan de Estabilización que puso las bases para el desarrollo económico de los sesenta y primeros setenta. La España de los sesenta no se parece en casi nada a la que sale de la Guerra Civil, sólo en una cosa: el sistema político ha cambiado muy poco. En el presente apartado estudiaremos primero la evolución política: el gobierno de los tecnócratas -autores del desarrollo económico-, la llegada a la presidencia de Carrero Blanco y, por último, la agonía del régimen. En lo económico hablaremos de las transformaciones económicas profundas que experimenta la economía española y su incorporación definitiva al sistema económico capitalista, pero este desarrollo experimenta un brusco frenazo en 1973 con la crisis del petróleo. Con todo, las transformaciones económicas producen profundos cambios sociales y de mentalidad que demandan una apertura del régimen y mayores cotas de libertad. Por último, hablaremos de la oposición al franquismo durante esta etapa, dando mucha importancia a los movimientos de oposición de los dos últimos años de vida de Franco, momento clave para entender qué va a pasar tras la muerte de éste.