Formación y Expansión de los Reinos Cristianos en la Península Ibérica (Siglos VIII-XII)
Los Primeros Núcleos de Resistencia. El Nacimiento de León y Castilla (Siglos VIII-X)
Tras la entrada de los musulmanes en la Península en el 711, solo la Cornisa Cantábrica y los valles pirenaicos no fueron ocupados. Allí se formaron los primeros núcleos de resistencia cristianos. Cada uno de ellos tuvo un desarrollo propio:
A. Reino Astur-Leonés
Los astures de la zona Cantábrica y algunos refugiados de otras zonas peninsulares reconocieron como caudillo al noble visigodo Pelayo, y vencieron por primera vez a los musulmanes en la batalla de Covadonga (722). Pero en estos primeros años se mantuvieron a la defensiva.
Alfonso I (a partir de 739), ya con título de rey de Asturias, pasó a la ofensiva, entrando en la Meseta para realizar razzias y para llevarse hacia el norte a los cristianos que encontró. La capital del reino quedó establecida en Cangas de Onís; más adelante se trasladaría a Oviedo.
Alfonso II (ya del siglo IX) se sentía heredero del reino visigodo, por lo que impuso el Fuero Juzgo como norma jurídica. Con él hubo una expansión hacia Galicia, donde se descubrieron supuestamente los restos del Apóstol Santiago; esto ayudó a darle cohesión a la heterogénea población (visigodos, astures y cántabros, mozárabes…). También a partir de su reinado comenzó la ocupación de la cuenca del Duero, muy despoblada, que se empezó a repoblar.
Alfonso III el Magno (a partir del 866) se tituló como Emperador. Fijó la línea fronteriza en el río Duero, y a sus despobladas ciudades comenzaron a llegar tanto gentes del Norte como mozárabes: Oporto, Zamora, Toro, Tordesillas… Incluso se realizaron razzias hasta el Tajo. Este rey trasladó la capital a León para controlar mejor el territorio ocupado. De esta forma, los reyes del siglo X, como Ordoño II y Ramiro II comenzaron a conocerse como reyes de León.
Durante su reinado no hubo muchos avances hacia el sur por la fortaleza de los musulmanes en la época del Califato -aunque Ramiro II ocupó ya tierras al sur del Duero tras la victoria de Simancas-. Los ataques de Almanzor pusieron en serios aprietos al reino.
Mientras tanto, dos zonas iban ganando autonomía: al oeste, el reino de Galicia (llegó a tener reyes propios en algunos momentos de los siglos X y XI); y al este, el Condado de Castilla. Esta zona (originalmente el sur de Cantabria, Burgos y el oeste de La Rioja) era fronteriza y recibía numerosos ataques musulmanes desde la zona del Ebro, por lo que estaba muy fortificada (el término “Castilla” provendría de estas fortalezas). Para su defensa, se asentaron pobladores del norte y se establecieron varios condados. Poco a poco se fue dando una diferenciación de Castilla con León, tanto en el aspecto socioeconómico (en principio en Castilla abundaban los pequeños propietarios porque al poblar una zona peligrosa se les concedían tierras), como en el legislativo (el Fuero Juzgo en León, la costumbre en Castilla). Fue el conde Fernán González el que en el siglo X concentró en sus manos el territorio castellano y lo hizo independiente de León.
B. Reino de Pamplona
En el norte de la actual Navarra, los vascones intentaban subsistir en una zona intermedia entre musulmanes y francos, pactando o luchando alternativamente con cada uno de ellos (su victoria sobre los francos en la batalla de Roncesvalles de 778 pasó a la Historia al ser narrada en el Cantar de Roldán, obra cumbre de la épica francesa). Solo en el siglo IX comenzaron a tener una monarquía estable, con la dinastía de los Arista. El principal rey en estos primeros siglos fue Sancho Garcés I, de la dinastía Jimena, que inició una expansión hacia el Valle del Ebro, ocupando Calahorra o Nájera. Además, sus sucesores incorporaron, durante un tiempo -por política matrimonial- el Condado de Aragón.
C. Condado de Aragón
En el siglo VIII, los francos llevaron a cabo una serie de incursiones en los valles pirenaicos, y organizaron a los habitantes de esta zona -la mayor parte refugiados que habían huido de los musulmanes- en condados: Sobrarbe, Ribagorza y Aragón. Este último, con capital en Jaca, pronto tuvo condes independientes, aprovechando la barrera con Francia que suponían las montañas. A partir del siglo siguiente tuvo más relación con Pamplona, tanta que durante un tiempo se incorporó a este reino.
D. Condados Catalanes
También bajo la órbita de los reyes francos nacieron en el VIII en el Pirineo Oriental varios condados que formaban parte de la llamada Marca Hispánica (una zona defensiva de los francos con respecto a Al-Andalus) como Girona, Cerdaña, Rosellón, Urgel y, ya en el siglo siguiente, tras su conquista a los musulmanes, el más importante, el de Barcelona. Sus condes se fueron haciendo, por política matrimonial, con el control de la mayoría de los condados. Destacó entre estos condes especialmente Wifredo el Velloso, aunque aún era vasallo de los reyes francos. La independencia con respecto a estos llegó con Borrell II.
Las Principales Etapas de la Reconquista
Se conoce como “Reconquista” el proceso por el que los diferentes reinos cristianos se fueron expandiendo y reduciendo así el territorio dominado por los musulmanes. Estos reinos tenían muchos elementos en común, como la religión, las bases culturales y lingüísticas y el sentirse de alguna manera herederos del reino visigodo, pero también tenían diferencias e intereses contrapuestos, lo que hizo que casi siempre avanzaran por separado y que se enfrentaran entre ellos en numerosas ocasiones. En el proceso reconquistador se pueden distinguir varias fases además de la ya vista de los siglos VIII-X.
1ª Fase: Siglo XI
Cuando en 1031 finalizó el Califato de Córdoba y Al-Andalus se disgregó en los Reinos de Taifas, el avance militar de los cristianos se hizo mucho más fuerte; muchas de las Taifas tuvieron que pagar tributos para sobrevivir. Pero cada reino cristiano siguió su propia trayectoria:
a) Reino de Pamplona
Sancho III el Mayor dio a este reino su máximo esplendor, buscando una unificación de los reinos cristianos. Por el este incorporó todos los condados del Pirineo Central. Por el oeste incorporó el actual País Vasco, el condado de Castilla, e incluso llegó a ocupar León. Pero a su muerte, en 1035, dividió sus posesiones entre sus hijos, con lo que Pamplona volvió a tener una extensión más reducida.
b) Reino de León y Castilla
Fernando I, hijo de Sancho III de Pamplona, fue el primero que en 1035 utilizó el título de Rey de Castilla, y poco después lo fue también de León. Conquistó a los musulmanes el centro-norte de Portugal, e impulsó la repoblación al sur del Duero (en ciudades como Ávila, Segovia, Salamanca…). Alfonso VI conquistó parte del Valle del Tajo, siendo muy importante la conquista de la ciudad de Toledo por su simbolismo de antigua capital. Durante su reinado vivió el noble castellano Rodrigo Díaz de Vivar (conocido como El Cid) que, después de ser desterrado por el rey y de actuar como mercenario para reyes musulmanes, ocupó por su cuenta numerosos territorios en el Mediterráneo, incluso -temporalmente- la ciudad de Valencia.
c) Reino de Aragón
Unidos los condados de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, su primer rey fue Ramiro I, -hijo de Sancho III de Pamplona-. Este reino comenzó su expansión hacia el sur, incorporando ciudades del Prepirineo como Huesca y Barbastro.
d) Cataluña
Las conquistas de sus condes se dirigieron hacia el sur, por la costa de Tarragona.
*2a FASE: SIGLO XII
Durante la primera mitad del siglo los progresos cristianos fueron escasos por la llegada de los Almorávides, los cuáles les resistieron con mayor fuerza que los dispersos reinos de Taifas. Durante la segunda mitad se reanudó el avance, pero volvió a ralentizarse al llegar los Almohades.
a) REINOS DE CASTILLA Y LEÓN: A mediados de siglo, los dos reinos se volvieron a separar, y tuvieron enfrentamientos como los protagonizados por Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León. La expansión de estos reinos se dirigió hacia el Valle del Guadiana, Extremadura y la zona de Cuenca.
En 1188 se reunieron en León las primeras Cortes (asamblea representativa) de la Península y de los reinos europeos. Se derivaban de la antigua Curia Regia, consejo de nobles de la época de los visigodos, pero la novedad es que también había en ella delegados de las ciudades y las villas.