Describe la Guerra de la Independencia: sus causas, la composición de los bandos en conflicto y el desarrollo de los acontecimientos. 

La Guerra de la Independencia (1808-1814) fue un conflicto bélico entre España y Francia, provocado por la invasión de la Península por parte de las tropas napoleónicas. Las causas de la guerra fueron:

  • La ambición de Napoleón Bonaparte de extender su imperio por Europa.
  • La debilidad de la monarquía española, gobernada por Carlos IV, un rey indeciso e incapaz.
  • La alianza entre España y Gran Bretaña, enemiga de Francia.

Los bandos en conflicto fueron:

  • España: El pueblo español, apoyado por Gran Bretaña y Portugal.
  • Francia: El ejército napoleónico, dirigido por el propio Napoleón.

El desarrollo de los acontecimientos fue el siguiente:

  • 1808: Napoleón invade España y obliga a Carlos IV a abdicar en su hijo, Fernando VII. El pueblo español se levanta en armas contra los franceses.
  • 1809: Los franceses ocupan Madrid y se establece una Junta Central Suprema para coordinar la resistencia española.
  • 1810: Napoleón nombra a su hermano, José I, rey de España. La resistencia española se intensifica.
  • 1812: Se promulga la Constitución de 1812, primera constitución española.
  • 1813: Las tropas españolas y británicas derrotan a los franceses en la Batalla de Vitoria.
  • 1814: Napoleón es derrotado en Europa y las tropas francesas abandonan España. Fernando VII regresa al trono.

Conclusión: La Guerra de la Independencia fue un conflicto largo y sangriento que tuvo un profundo impacto en España. La guerra provocó la muerte de cientos de miles de personas y la destrucción de gran parte del país. Sin embargo, la guerra también tuvo un efecto positivo, ya que unió al pueblo español y sentó las bases para el liberalismo en España.

Comenta las características esenciales de la Constitución de 1812. 

La Constitución de 1812, también conocida como la Constitución de Cádiz, fue la primera constitución española. Fue promulgada el 19 de marzo de 1812 por las Cortes Generales reunidas en Cádiz, durante la Guerra de la Independencia. Las características esenciales de la Constitución de 1812 fueron:

  • Soberanía nacional: La soberanía reside en la nación, no en el rey.
  • División de poderes: El poder se divide en tres ramas: legislativa, ejecutiva y judicial.
  • Monarquía constitucional: El rey es el jefe del Estado, pero su poder está limitado por la Constitución.
  • Cortes unicamerales: Las Cortes son el órgano legislativo y están formadas por una sola cámara.
  • Sufragio universal masculino: Todos los hombres mayores de 25 años tienen derecho a voto.
  • Libertad de prensa y expresión: Se garantiza la libertad de prensa y expresión.
  • Abolición de los señoríos: Se abolieron los señoríos y los privilegios de la nobleza.
  • Igualdad ante la ley: Todos los ciudadanos son iguales ante la ley.

Conclusión: La Constitución de 1812 fue un documento progresista que sentó las bases del liberalismo en España. Sin embargo, la Constitución fue derogada en 1814 por Fernando VII y no fue restablecida hasta 1820.

Detalla las fases del conflicto entre liberales y absolutistas durante el reinado de Fernando VII

El reinado de Fernando VII (1814-1833) estuvo marcado por el conflicto entre liberales y absolutistas. Los liberales defendían la Constitución de 1812 y un sistema de gobierno parlamentario, mientras que los absolutistas defendían el poder absoluto del rey. El conflicto entre liberales y absolutistas se desarrolló en varias fases:

  • 1814-1820: Fernando VII deroga la Constitución de 1812 y restaura el absolutismo. Los liberales son perseguidos y muchos de ellos se exilian.
  • 1820-1823: El pronunciamiento de Riego inicia el Trienio Liberal. Los liberales restablecen la Constitución de 1812 y ponen en marcha una serie de reformas liberales.
  • 1823-1833: La intervención de la Santa Alianza pone fin al Trienio Liberal. Fernando VII restaura el absolutismo y persigue a los liberales.

Conclusión: El conflicto entre liberales y absolutistas durante el reinado de Fernando VII fue un periodo de gran inestabilidad política. El conflicto terminó con la muerte de Fernando VII en 1833 y el inicio de la regencia de María Cristina.

A finales de 1813, Napoleón firmó la paz con España (Tratado de Valençay) y reconoció a Fernando VII como rey de España.

Resume las etapas de la evolución política del reinado de Isabel II desde su minoría de edad, y explica el papel de los militares.

El reinado de Isabel II (1833-1868) se divide en tres etapas:

  • Regencia de María Cristina (1833-1840): La regente María Cristina se apoya en los liberales moderados para gobernar. Los liberales moderados aprueban una serie de reformas liberales, como la Constitución de 1837.
  • Regencia de Espartero (1840-1843): El general Espartero, líder de los liberales progresistas, asume la regencia. Los liberales progresistas aprueban una serie de reformas más radicales, como la Constitución de 1845.
  • Mayoría de edad de Isabel II (1843-1868): Isabel II alcanza la mayoría de edad y asume el trono. El gobierno de los moderados, liderado por Narváez, se caracteriza por la represión de los liberales progresistas y la corrupción.

Los militares jugaron un papel importante en la política española durante el reinado de Isabel II. Los militares se pronunciaron en varias ocasiones para derrocar a los gobiernos y nombrar a nuevos regentes. Los militares también apoyaron a los moderados en su represión de los liberales progresistas.

Conclusión: El reinado de Isabel II fue un periodo de gran inestabilidad política. El conflicto entre liberales y absolutistas, así como la intervención de los militares, hicieron que el reinado de Isabel II fuera un periodo de gran inestabilidad política.

Resume la evolución política del reinado de Isabel II durante la etapa de la mayoría de edad (1843-1868) y explica el papel de los militares.

Durante la etapa de la mayoría de edad de Isabel II (1843-1868), el gobierno de los moderados, liderado por Narváez, se caracterizó por la represión de los liberales progresistas y la corrupción. Los militares jugaron un papel importante en la política española durante este periodo, pronunciándose en varias ocasiones para derrocar a los gobiernos y nombrar a nuevos regentes. Los militares también apoyaron a los moderados en su represión de los liberales progresistas.

Conclusión: El reinado de Isabel II fue un periodo de gran inestabilidad política. El conflicto entre liberales y absolutistas, así como la intervención de los militares, hicieron que el reinado de Isabel II fuera un periodo de gran inestabilidad política.

Describe las características esenciales de la Constitución democrática de 1869.


Se enmarca dentro del periodo denominado Sexenio Democrático (1868-1874).  Las causas de esta revolución del último periodo del reinado de Isabel II cuando en 1866 estalla una gran crisis económica, financiera, industrial y de subsistencia, a la que se une la política por el desprestigio de Isabel II y la dura represión practicada por el gobierno moderado. En 1866 los progresistas, demócratas y republicanos firmaron el Pacto de Ostende donde acordaron la expulsión de los Borbones y la democratización de España. En septiembre de 1868, la flota al mando del general Topete se sublevó en Cádiz. Además de Topete figuraban el general Prim y el general Serrano. El movimiento se extendió por todo el país y la reina optó por huir a Francia.  Se formó un Gobierno Provisional encabezado por Prim con progresistas y unionistas, con Serrano como regente del reino. Se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes mediante sufragio universal masculino que dieron la victoria a la coalición gubernamental: progresistas, unionistas y un sector de los demócratas con la presencia minoritaria de carlistas y republicanos. Las Cortes aprobaron la Constitución a mitad del año 1869 siendo la primera constitución democrática de España. Sus características son: Amplia declaración de derechos y libertades individuales reconociéndose los derechos de reunión, de enseñanza, manifestación y asociación Se reconocía la libertad de culto, tanto público como privado, aunque la nación se comprometía a mantener el culto y a los ministros de la religión católica. Se proclamaba la soberanía nacional; todos los poderes emanan de la nación, del pueblo. Proclama la división de poderes con gran protagonismo de las Cortes compuestas por dos cámaras: Congreso y Senado, como órgano representativo de la nación: legislaba, controlaban al gobierno y limitaban el poder del rey. Proclama un poder judicial independiente. Se definió como forma de Estado una monarquía parlamentaria en la que la potestad de hacer leyes correspondía a las Cortes y el monarca no tenía derecho de veto aunque podía interferir en las decisiones del ejecutivo y en la designación de ministros. Sufragio universal masculino, siendo esta una de las conquistas destacadas de la etapa. Una vez aprobada, Serrano fue nombrado regente mientras Prim asumía la jefatura de Estado y se procedía a la búsqueda de un rey, candidatura que recayó en Amadeo de Saboya, hombre con una concepción democrática del Estado. Fue la 1ª Constitución democrática de la Historia de España y una de las más avanzadas de su tiempo pero apenas tuvo vigencia por los graves conflictos generados a lo largo del Sexenio. Durante la I República fue aprobado un proyecto de Constitución Federal  (1873) que no llegó a estar vigente. Con la Restauración Borbónica la Constitución de 1869 fue reemplazada por la Constitución de 1876.

Identifica los grandes conflictos del Sexenio y explica sus consecuencias políticas.
La experiencia democrática del Sexenio (1868-1874) está enmarcada entre los reinados de Isabel II (1833-1868) y el de su hijo Alfonso XII (1874-1885). Tras la Revolución  del 1868, “la Gloriosa”, con un Gobierno Provisional Encabezado por Prim con progresistas y unionistas, con Serrano como Regente del Reino, se elaborará la Constitución de 1869, la primera democrática de España, y se elegirá a Amadeo de Saboya como nuevo rey de España. La Monarquía democrática de Amadeo de Saboya (1871-1873). Elegido por el empeño del general Prim (asesinado en el momento de su llegada a España), Amadeo no encontró ningún apoyo (oposición de la Iglesia y la aristocracia, los militares, los republicanos, los carlistas, los monárquicos alfonsinos…). Su reinado significó el fracaso de instalar una monarquía democrática.  Al tiempo los problemas se acumulaban: la Tercera Guerra Carlista (1873-1876), originada porque estos intentarán sentar en el trono a Carlos VI, la insurrección cubana con el grito de Yara en 1868, un conflicto en la isla de Cuba, último territorio colonial español y que duró hasta 1878. La insurrección, dirigida por criollos,  se originó por el apoyo popular a las demandas del fin de la esclavitud. El gobierno se mostró favorable de conceder reformas políticas y a terminar con la esclavitud pero los empresarios no estaban a favor lo que frustró su solución y convirtió la guerra en un grave problema. Privado Amadeo de todo apoyo por la desintegración de la coalición gubernamental (unionistas, progresistas y demócratas) presentó su dimisión y al día siguiente, el Congreso y el Senado, en sesión conjunta, instauraron  La Primera República (1873-1874).


La Primera República (1873-1874).
Este periodo que abarcó menos de un año se caracterizó por su gran inestabilidad como se refleja en el hecho de que se sucedieron cuatro presidentes de la república en menos de doce meses. Uno de los principales problemas fue la división de los republicanos entre unitarios y federales. La república unitaria (Castelar y Serrano) con un único gobierno para todo el país y la República Federal (Pi i Margall) formada por estados autónomos que se ponen de acuerdo para crear un Estado de rango superior.Durante este periodo los conflictos continúan: Los de tipo social alcanzan mayor gravedad a partir de la influencia de la AIT, la Primera Internacional obrera, los trabajadores abandonan los principios republicanos para apostar por posturas más revolucionarias de carácter anarquista. Sus reivindicaciones son fundamentalmente la abolición de las quintas, de los impuestos de consumos, la mejora de las condiciones laborales y sus métodos de acción es la ocupación de tierras y la huelga general como la de Alcoy  que fue reprimida duramente. De los problemas políticos se produce un agravamiento de la Guerra Carlista al generalizarse y crear un estado alternativo en la zona de Navarra (Cantón de Estella) y País Vasco llegando a sitiar Bilbao, terminando el conflicto en 1876. La guerra de Cuba, también se generalizó caracterizándose por ser una guerra colonial dirigida por los criollos que aspiraban a reformas políticas y económicas en la isla, y que con el apoyo popular pretendían el fin de la esclavitud, finalizando en la Paz de Zanjón (1878). El mayor problema que tuvo la República fue el movimiento cantonal, sistema político que propone la división administrativa del Estado en cantones independientes que gozan de gran autonomía de gobierno dentro de un Estado Federal. El movimiento cantonal se extendió sobre todo por el sudeste de la península siendo el cantón de Cartagena el que más se resistió, hasta 1874. Causó la dimisión de Pi i Margall (republicano federal) por Salmerón, que dimitirá al negarse a firmar penas de muerte para los lideres cantonalistas  y será sustituido por Castelar (republicanos centralistas) que se encargarían de reprimir duramente a los cantones aumentando el autoritarismo dando un giro conservador a la República. En enero de 1874 cuando el presidente Castelar se queda sin apoyos y se tiene que nombrar un nuevo presidente, el general Pavía entra en el Congreso de los Diputados y lo disuelve sin que se produzca ninguna resistencia. Tras el golpe de estado se impuso los que se ha denominado República unitaria o dictadura del general Serrano. Es un periodo provisional en el que se busca sobre todo ir cerrando los conflictos carlistas, cubano y cantonal y es el periodo en el que los alfonsinos, dirigidos por Cánovas del Castillo, preparan el retorno de Alfonso XII, quien el 1 de Diciembre firma el Manifiesto de Sandhurst, escrito que dirige a la población española y que sintetizaba el programa de una nueva monarquía de régimen conservador y católico que garantizaría el funcionamiento del sistema político libera. El  29 de diciembre de 1874  el general Martínez Campos, en Sagunto, se pronuncia y proclama a Alfonso XII como rey de España poniendo fin al periodo denominado Sexenio Democrático, dando lugar al período conocido como La Restauración monárquica, 1875-1898.


Explica los elementos fundamentales del sistema político ideado por Cánovas.
El sistema canovista se encuadra en el periodo de la Restauración (1875-1902), en  la que tras el fracaso de la I República ( 1873-1874), se despertó el deseo de una restauración monárquica, al tiempo que  Cánovas del Castillo, iba poniendo a la opinión pública a favor de Alfonso de Borbón, hijo de Isabel II, tal y como se puede ver en textos como el Manifiesto de Sandhurst, escrito que, el futuro rey,  dirige a la población española y que sintetizaba el programa de una nueva monarquía de régimen conservador y católico que garantizaría el funcionamiento del sistema político liberal. El  29 de diciembre de 1874  el general Martínez Campos, en Sagunto, se pronuncia y proclama a Alfonso XII como rey de España (1874-1885). El gran artífice del sistema es, pues, Cánovas del Castillo que ideó un sistema político fundamentado en una  monarquía parlamentaria liberal basado en la alternancia de dos grandes partidos: Conservador y Liberal. Se trata por lo tanto de una monarquía liberal parlamentaria de carácter conservador y oligárquico que tenía como objetivo la recuperación del poder por las clases conservadoras, restablecer el orden social y político y  acabar con la intervención del ejército en la vida política  supeditándolos al poder civil. El sistema de Cánovas se fundamentaba de la siguiente forma: Soberanía compartida. El Rey y las Cortes serán las dos instituciones fundamentales del nuevo orden diseñado en la Constitución del 76. Una Constitución moderada, la de 1876, que se inspira en la de 1845: soberanía compartida, bicameralismo con Senado no electivo, fortaleza del ejecutivo y que supone una vuelta atrás al instaurar el sufragio restringido hasta 1890 en que se introduce el sufragio universal masculino pero mediatizado por el falseamiento electoral. El bipartidismo, la labor de Gobierno recaerá en dos partidos, Liberal y Conservador, que se alternaran en el poder mientras que la oposición no tendrá opciones reales de ejercer el poder debido a la manipulación electoral y los caciques. Estos partidos funcionaban como partidos de notables y dinásticos, sustentados por el sufragio restringido y la manipulación electoral. El Partido Conservador dirigido por Cánovas se había formado como continuador del Partido Moderado e integraba a los antiguos moderados, a los miembros de la Unión Católica de Pidal y a los “alfonsinos” de Cánovas. El Partido Liberal de Sagasta aglutinó a la izquierda moderada, burguesa, a partir de la fusión de varios grupos: los progresistas, un sector demócrata, algunos republicanos y otros; siendo el partido que introdujo la reformas más importantes.  Ambos partidos tienen un fondo común pues defienden los intereses oligárquicos y creen que la participación política debe estar, de facto, limitada, aunque también presentan diferencias como, por parte de los liberales el apoyo a la separación entre Iglesia y Estado. Turno pacífico, manipulación electoral y caciquismo. Los cambios de gobierno se pactaban de antemano y después se amañaban las elecciones mediante métodos fraudulentos: encasillado, caciquismo y pucherazo. Los dos partidos tenían su red organizada para asegurarse los resultados electorales adecuados. En esta red eran claves los caciques, personalidades poderosas e influyentes de la localidad o comarca, que controlaban  a mucha gente que dependía de ellos. El fraude electoral fue mayor en el medio rural que en la ciudad. La aprobación del sufragio universal en 1890, no alteró el funcionamiento del sistema, sin embargo las divisiones internas en los partidos del turno y cambios sociales que se produjeron en el siglo XX durante el reinado de Alfonso XIII, lo fueron debilitando teniendo que recurrir cada vez más a medidas excepcionales que incluyen hasta una dictadura como la de Miguel Primo de Rivera a partir de 1923.


Especifica las características esenciales de la Constitución de 1876
La Constitución del 76 se localiza durante el periodo de la Restauración(1874 -1902)  en la que Cánovas organizó un sistema político basado en una monarquía parlamentaria, conservadora y oligárquica. La Constitución de 1876 es el instrumento fundamental de la vida política de esa época. Es una clara muestra del liberalismo doctrinario y su gran ventaja radicaba en su articulado, poco preciso, compatible con gobiernos tanto de partidos liberales como conservadores, de este modo, los distintos gobiernos podían cambiar las leyes ordinarias sin cambiar la Constitución, lo que dotaba de estabilidad política al sistema.  Las características de la Constitución son: Establece una soberanía compartida entre las Cortes y el Rey en la que el monarca goza de grandes prerrogativas: regula los tres poderes, es cabeza del ejército, nombra y cesa al gobierno y tiene la potestad de hacer las leyes junto a las Cortes así como derecho de veto.  Amplia declaración de derechos: imprenta, expresión, asociación, reunión…que serán concretados según el partido en el poder y serán más restrictivos cuando gobierne el Partido Conservador. División de poderes: legislativo corresponde a las Cortes y al Rey, ambos tienen iniciativa legal, y la Corona puede vetar una ley por legislatura y disolver las Cortes. El ejecutivo, lo ejerce la Corona a través de los Ministros que responden ante las Cortes. El Rey no es responsable ante las Cortes y elige al Presidente del Gobierno. El judicial, se reconoce como poder independiente, y se establece la unidad del código para todo el Estado quedando suprimidos los Fueros vascos. Las Cortes eran Bicamerales: Congreso y Senado y tenían un poder limitado. En el  Senado, de carácter elitista,  la mitad de los senadores lo eran por derecho propio o vitalicio lo que daba opción al rey y al gobierno a nombrar directamente a los senadores. El Congreso era electivo, pero la Constitución no señalaba el tipo de sufragio, lo que permitía, que por ley, se estableciera en cada momento (universal o censitario) y dependiendo del partido en el poder. En 1890 se establece el sufragio universal masculino que no alteró el sistema. Ayuntamientos y Diputaciones quedan bajo control del Gobierno: centralismo. Se reconoce la confesionalidad católica del país garantizándose el sostenimiento de culto y clero. Se admite la libertad de creencias quedando prohibidas sus manifestaciones públicas. Establece el sufragio censitario bastante restringido mediante la ley de 1878, pero en 1890 se aprobará el sufragio universal masculino. Esta Constitución estuvo vigente desde 1876 hasta el golpe de estado de 1923, protagonizado por Miguel Primo de Rivera. El intento de regresar a ella tras el final de la dictadura, en 1930, resultó infructuoso ante el devenir de los acontecimientos que, finalmente, desembocaron en la proclamación de la II República española en 1931 y la aprobación de una nueva constitución ese mismo año. 


Especifica las consecuencias para España de la crisis del 98 en los ámbitos económico, político e ideológico
Los precedentes de esta crisis habría que buscarlos durante el Sexenio Democrático (1868- 1874)  en el que se inserta el reinado de Amadeo de Saboya(1871-1873)y la I República (1873-1874). Se produce una insurrección en Cuba con el “ Grito de Yara” en 1868 conocida como La guerra de los diez años ( 1868-1878), reclamando el pueblo cubano reformas políticas y económicas, así como el fin de la esclavitud a lo que se oponía el sector económico español. Esta guerra finaliza con la Paz de Zanjón (1878). La crisis del 98 se desarrolla durante la época de la Restauración monárquica, (1875-1902) y coincide con la Regencia de Mª Cristina de Habsburgo (1885-1902) viuda de Alfonso XII (1874-1885) y madre de Alfonso XIII(1902-1936). La situación en Cuba se había calmado tras la Paz de Zanjón ( 1878), que había puesto fin a la Guerra de los 10 años(1868-1878), por la que España se comprometió a llevar a cabo una serie de reformas en la isla: representación política, fin de la esclavitud, etc. Sin embargo, el incumplimiento de esas promesas provocó un nuevo conflicto y  en 1895, bajo la dirección de José Martí con el Grito de Bayre(1895), se inicia la Guerra de Independencia de Cuba.  Durante los tres años siguientes, el ejército español será incapaz de acabar con el levantamiento, a pesar de los cambios en la dirección de la guerra: Martínez Campos, Weyler, etc.  Tras el incidente de la explosión del  Maine, barco estadounidense, se producirá la intervención directa de los EEUU que declaró la guerra a España. Dicha intervención acelerará el desenlace en perjuicio de España, que pierde la contienda, finalizando la misma, con su capitulación  y la firma del  Tratado de París (1898) por el que reconoce la pérdida de Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Guam. Al año siguiente, España vendió a Alemania, las Carolinas y las Marianas (Tratado hispano-germánico) poniendo fin, definitivamente, a su imperio ultramarino.  Las consecuencias serán variadas: A nivel político, no hubo una gran crisis,  ni quiebra del Estado.  Se desató inmediatamente una lucha sobre la asunción de responsabilidades. Algunos periódicos acusaron solo a los militares del desastre (las tropas españolas estaban muy dispersas, mal abastecidas y eran técnicamente inferiores). Los militares se resintieron contra los políticos pero el sistema de la Restauración sobrevivió al desastre aunque evidenció un desgaste de los partidos de turno que potenció el avance de la oposición: republicanos, socialistas y nacionalistas. Desde el punto de vista económico, no hubo una gran crisis a pesar de la pérdida de los mercados coloniales y de la deuda causada por los gastos de la guerra. Se produjo una inflación(subida de los precios) que generó motines de subsistencia pues afectó a los más humildes. Se agravó la industria algodonera catalana, pero hubo repatriación de capitales lo que  redujo la Deuda Pública y  hubo una considerable inversión en la Banca y  en la economía  peninsular. Socialmente, la derrota y pérdida de las colonias, sumió a la población en un estado de desencanto por la destrucción del mito español, en un momento en que las potencias europeas estaban construyendo vastos imperios coloniales. Pero, sería en el ámbito ideológico donde se produjo una crisis de conciencia nacional que se manifestó desde una óptica cultural y política, criticando el sistema de la Restauración y dando lugar al Regeneracionismo, corriente de pensamiento que propugnaba la regeneración y modernización  política y  económica española. Esta corriente contó con el respaldo de las clases medias y sus ideales quedaron ejemplificados en el pensamiento de Joaquín Costa,  autor del libro Oligarquía y Caciquismo y del famoso lema “pan y escuela” que apostaba por la modernización económica y la alfabetización de la población. El desastre dio cohesión también a un grupo de intelectuales, la llamada Generación del 98: Unamuno, Baroja, Machado, Ganivet, Azorín… que se caracterizaron por un profundo pesimismo, una crítica frente al atraso cultural e intelectual y planteando una reflexión sobre el sentido de España y su papel en la Historia.


Identifica los factores del lento crecimiento demográfico español en el s. XIX.
Durante el siglo XIX el crecimiento de la población española fue lento en comparación con otros países europeos. Según el censo de Godoy de 1797 España contaba con 10 ‘5 millones de habitantes mientras que en el censo de 1900 se contabilizaban 18’ 5 millones, un proceso de crecimiento que se había acelerado en la segunda mitad del siglo. Si observamos los movimientos naturales de población (Natalidad y mortalidad junto con el resultado crecimiento natural) debemos señalar que durante gran parte del siglo España se encontraba dentro del “Ciclo Demográfico Antiguo”con una alta natalidad entre el 30 y el 35 ‰ y una alta mortalidad alrededor del 30‰ dando como resultado un crecimiento natural del 0’5% anual . Esta alta mortalidad se debe, en particular, a las malas condiciones de vida, falta de higiene, de medios sanitarios, etc. Además, las frecuentes  malas cosechas provocan crisis de subsistencia y favorecen la propagación de las epidemias. La mortalidad se agudiza en el caso de la mortalidad infantil. Esta mortalidad recibe el nombre de mortalidad catastrófica en la que incluimos las muertes en las sucesivas guerras de la Independencia, Carlistas, Marruecos y la de Cuba, con la que cerramos el siglo. También mortalidad catastrófica es la provocada por el hambre en 1856-1857 y 1867-1868 y epidemias de peste (1854) y de cólera (1855), una enfermedad contagiada al consumir agua contaminada. En el caso de España se llegó a acusar a los frailes de, en connivencia con los carlistas, envenenar los pozos para propagar la enfermedad, lo que provocó que la multitud enfervorizada asaltara los conventos. A finales de siglo España entra en el “Ciclo Demográfico de Transición” con una disminución de la mortalidad (mejoras sanitarias e higiénicas como red de alcantarillado y de agua potable) lo que, junto al mantenimiento de la natalidad, provocó un gran crecimiento de la población. El otro aspecto de la evolución demográfica es el de las migraciones y en este caso hay que señalar que España es un país de emigrantes.  En cuanto a las migraciones internas, se produce en este periodo, y se acelera conforme pasa el siglo, el fenómeno de éxodo rural. Está impulsado por la mecanización del campo, las desamortizaciones de los comunales y la incipiente industrialización en Cataluña, País Vasco y Madrid. Los emigrantes proceden del interior salvo Madrid, hacia la periferia; de provincias agrarias como Guadalajara, Teruel y Soria hacia las industrias catalanas y vascas o Madrid por su capitalidad. Las migraciones externas son hacia el norte de África (levantinos, murcianos y almerienses), América (gallegos, asturianos, cántabros y vascos, algunos de los cuales, enriquecidos, volvían a sus pueblos creando el fenómeno del indiano benefactor y a Europa (exiliados políticos como afrancesados, liberales y demás). Los emigrantes a América y África lo hacen por causas económicas. En el caso de la emigración a América se acelera a partir de mitades de siglo (no olvidemos que Cuba sigue siendo española) pero se frena con las guerras coloniales finiseculares.


Analiza las causas, principales hechos y consecuencias de la intervención de España en Marruecos desde 1904 y 1927.
La intervención de España en Marruecos se localiza durante el periodo conocido como “La crisis de la Restauración” reinando Alfonso XIII (1902-1931). Tras el desastre de 1898 y  un primer momento de retraimiento en su política colonial, se inicia la penetración en el norte de África a partir de 1906 con la Conferencia de Algeciras y en 1912 con el Tratado hispano-francés que supusieron el establecimiento de un protectorado franco-español en Marruecos. A España le correspondió el territorio del Rif  y un enclave en la costa atlántica (Ifni y Río de Oro). La presencia española se vio estimulada tanto por intereses económicos (mineros, inversiones de ferrocarril, obras públicas, etc..) como por la voluntad de restaurar el prestigio del ejército y convertir a España, de nuevo, en una potencia colonial. Esta presencia fue contestada con diversos ataques de los rifeños, pueblo indómito y guerrero, entre los que destaca el duro golpe que sufrieron en el Barranco del Lobo en 1909 donde fueron atacados desde el Monte Gurugú en una emboscada protegiendo el ferrocarril. Allí murieron más de 150 oficiales y 1000 soldados. Como respuesta, se decidió enviar más soldados, muchos de ellos padres de familia, lo que provocó un importante levantamiento popular que acabaría en la Semana Trágica de Barcelona (26 de julio-2 de agosto de 1909). Una semana más tarde lo que comenzaría siendo una huelga general contra la guerra de Marruecos, acabaría siendo un estallido de todas las tensiones sociales acumuladas. Se levantaron barricadas y las autoridades declararon el estado de guerra. Se produjeron fuertes enfrentamientos con el orden público y se quemaron centros religiosos. La oposición al conservador Antonio Maura, apoyada por campañas internacionales de denuncia a la represión, consiguió que Alfonso XIII disolviera las Cortes y traspasara el gobierno a los liberales. En 1912 se firmó un nuevo tratado y se estableció oficialmente el protectorado de Marruecos, con capital en Tetuán en la parte de España. La situación siguió siendo muy conflictiva. Todo esto contribuyó a crear un tipo especial de militar, el africanista, principal beneficiado de estas eternas guerras que les servía para ascender y llegar rápido al generalato mientras los soldados morían de disentería por las malas condiciones alimenticias y de higiene. En 1920 se creó la Legión, una unidad de choque, formada por voluntarios españoles y mercenarios marroquíes que exaltaban la muerte, el sufrimiento y la fuerza. Los fundadores y jefes de este cuerpo militar fueron José Millán Astray y el comandante Francisco Franco que lograron rápidos ascensos.  En 1921 los españoles, al mando de los generales Berenguer y  Silvestre, prepararon una incursión hacia el interior para tomar mejor la zona y conectar los tres enclaves españoles (Melilla, Ceuta y Larache). Fueron atacados y aprisionados en la retirada. Hubo 12.000 muertos en la desbandada. Es el Desastre de Annual, siendo la mayor derrota colonial sufrida por un país europeo. Los rifeños estaban unidos por Abd el Krim que consiguió unificar las cabilas y crear el germen de la República del Rif. La Derrota de Annual en 1921 frente a los rifeños produjo una gran indignación pública y tanto el ejército, general Silvestre y el general Berenguer, como el gobierno y el rey, fueron acusados de ineptitud, negligencia y corrupción. Así pues, se formó una comisión parlamentaria para investigar sobre las responsabilidades de la derrota. El miedo a que el informe (Expediente Picasso) implicase a altos cargos del ejército y al monarca fue el detonante que instigó a Primo de Rivera a encabezar y justificar un golpe de Estado, con el que dio paso a una dictadura en septiembre de 1923. Abd el Krim cometió el error de atacar territorios marroquíes bajo tutela francesa con lo que Francia se unió a España. Primo de Rivera asumió el mando del protectorado y en 1925 junto a Francia preparó el Desembarco de Alhucemas. En tan solo un año la al menos temporalmente se acabaría el problema marroquí.


Analiza la crisis general de 1917: sus causas, manifestaciones y consecuencias
La crisis general de 1917 se inscribe durante el periodo conocido como “La crisis de la Restauración” reinando Alfonso XIII (1902-1931). En la crisis de 1917 van a confluir todas las tensiones que se arrastraban desde el 98 y que no habían sido solucionadas por el sistema canovista. España fue neutral durante la 1ª Guerra Mundial (1914-1918) y se convirtió en abastecedora de los países beligerantes lo que dio lugar a un enriquecimiento sin precedentes a la burguesía comercial e industrial mientras las clases trabajadoras venían empobrecerse aún más porque los salarios no crecían al ritmo de los precios que subieron desproporcionadamente sobre todo en los alimentos básicos que se exportaban.  La agitación social aumentó. Las graves dificultades del sistema político de la Restauración, el descontento militar y la conflictividad social provocaron una protesta generalizada que implicó a los partidos no dinásticos, a militares y a las organizaciones obreras. Es decir ahora confluyen tres conflictos: militar, político y obrero. La protesta o crisis militar tuvo su origen en el número excesivo de militares en relación con el número de soldados del ejército (macrocefalia), así como en el conflicto entre africanistas y peninsulares en la guerra con Marruecos. Desembocó en la formación de Juntas de Defensa, asociaciones de militares, que reclamaban entre otras cosas un aumento salarial y que los ascensos fueran por antigüedad y no por méritos de guerra, en concreto con la guerra de Marruecos. En junio de 1917 lanzaron un manifiesto que culpaba al gobierno del Conde de Romanones de los males del ejército y del país. Con el apoyo del rey lograron imponer sus propuestas pues amenazaron con recurrir a la violencia y el nuevo gobierno tuvo que aceptar sus peticiones. La crisis política: con las Cortes clausuradas y las garantías constitucionales suspendidas por el gobierno conservador de Dato, las fuerzas de oposición (con la Lliga de Cambó a la cabeza) y animadas por el fenómeno juntero (que vaticinaba la caída del régimen) organizaron en Barcelona una Asamblea de Parlamentarios catalanes que exigían la formación de un Gobierno Provisional que convocase Cortes Constituyentes, para reformar el sistema político. Esta Asamblea fue disuelta sin violencia y la Lliga catalana fue invitada a participar en el gobierno (siempre fue un partido conservador y burgués) aunque sus propuestas se desestimaron. El líder republicano Melquíades Álvarez terminó por convencerse de la inutilidad del recurso a la violencia para conseguir una democratización del país. Por último, la protesta o crisis social tuvo su origen en las desigualdades sociales, económicas y políticas. La  miseria en el ámbito rural, la inflación  de los precios frente a la  insuficiencia de los salarios y la falta de trabajo en las ciudades produjeron un gran descontento en toda la península y mucha agitación social. El descontento fue canalizado por los sindicatos CNT (anarcosindicalista) y UGT (socialista), centrales sindicales que acordaron firmar un manifiesto conjunto en el que se instaba al Gobierno a intervenir para contener los precios, bajo la amenaza de una Huelga General. La tensión estalló a raíz de un conflicto ferroviario en Valencia y aprovechando la circunstancia, UGT y PSOE convocaron Huelga General. La protesta adquirió carácter político y revolucionario porque las fuerzas obreras reclamaban : el fin de la monarquía, formación de un Gobierno Provisional que convocará Cortes Constituyentes y proclamación de la República. La Huelga tuvo una desigual incidencia y la reacción del Gobierno, fue represiva: Ley Marcial, se envió al ejército para sofocar los disturbios, hubo muertos y numerosos detenidos, entre ellos el comité de huelga. (Francisco Largo Caballero, Julián Besteiro, Andrés Saborit y Daniel Anguiano que fueron sentenciados a cadena perpetua y encarcelados aunque su elección como diputados de la coalición Alianza de Izquierdas en las elecciones de febrero de 1918, obligó al  gobierno en 1918 a darles una amnistía y abandonaron la prisión). En definitiva, todas las protestas pretendían la regeneración política y militar. Las consecuencias de la crisis del 17  fueron,  la descomposición del sistema político de la Restauración, un incremento de la conflictividad y una mayor presencia del ejército en la vida pública, para solucionar los problemas públicos, que  desembocarían en el golpe de estado de Primo de Rivera en 1923 que lo justificaría por todo lo acontecido.


Describe la evolución de dictadura de Primo de Rivera, desde  El Directorio militar al Directorio civil y su final
La Dictadura se encuadra en el periodo conocido como “Crisis de la Restauración” reinando Alfonso XIII (1902-1931). El Periodo comienza con un pronunciamiento o golpe de estado del general Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923 y la aceptación por parte de Alfonso XIII de un Directorio Militar presidido por este general. Primo de Rivera y los sectores que le apoyaron (militares, políticos cercanos a la monarquía…), defendieron su acción como una solución a la crisis política y a la conflictividad social presente en el país. Para estos golpistas, había varias razones que justificaban la necesidad de cambio como la inestabilidad y el bloqueo del sistema político parlamentario, el aumento de la influencia del republicanismo y auge del nacionalismo en Cataluña, el descontento del ejército tras el desastre de Annual y el Informe Picasso que implicaba al monarca,  o el miedo de las clases acomodadas a una revolución social ante el auge de la conflictividad obrera y campesina. Primo de Rivera contó con el apoyo del ejército y el beneplácito del rey. Además, justificó este golpe militar a través de un manifiesto inaugural de corte regeneracionista, en el que anunció su firme voluntad de limpiar el país de caciques. Esta dictadura fue una solución inconstitucional para frenar la posible reforma del sistema, que podía resultar amenazadora para ciertos sectores e intereses sociales. La dictadura de Primo de Rivera atravesó dos fases sucesivas, desde 1923 hasta 1925 gobernó el Directorio Militar cuyos miembros eran militares. Durante este periodo, la primera medida tomada fue acabar con el desorden. A  nivel político (prohibición de partidos y Cortes, suspensión del régimen constitucional) con la disolución del Parlamento y la liquidación de ayuntamientos y diputaciones, depurándose las administraciones locales y provinciales. A  nivel social (prohibición de la CNT y domesticación de UGT) y creación del Somatén Nacional, cuerpo de civiles armados bajo mando militar. A nivel militar (acabar con la división dentro del ejército). También intentó eliminar el caciquismo y elaboró un Estatuto Municipal y otro Provincial (aunque el resultado fue una gran farsa). Durante la primera etapa de la dictadura de Primo de Rivera, este centró su interés en el conflicto con Marruecos y así, en colaboración con Francia se organizó con gran éxito el desembarco de Alhucemas (1925). A partir de 1916, se fue abandonando la idea de una dictadura transitoria tras la que se volvería al régimen constitucional. Primo de Rivera transformó su directorio militar en otro civil e inspirado en el fascismo italiano intentó aplicar en España esa doctrina. El camino hacia el régimen autoritario comenzó con la convocatoria de una Asamblea Nacional Consultiva de carácter corporativo (sus miembros eran designados entre los ciudadanos pertenecientes a grandes instituciones públicas) y de un Estatuto Municipal y otro Provincial. Para promover la adhesión al nuevo sistema se creó la Unión Patriótica, partido gubernamental cuya misión era proporcionar apoyo social a la dictadura. Quiso acabar con la conflictividad social y, basándose en la idea del paternalismo, fundó la Organización Corporativa Nacional, donde patronos y obreros juntos, mediante los Comités Paritarios regulaban los conflictos laborales y creó el somatén (cuerpo de civiles que actúan frente a la delincuencia). Aprovechando una coyuntura económica favorable se nacionalizó la economía y aumentó la intervención del Estado, que fomentó obras públicas, concedió monopolios: Compañía telefónica y CAMPSA y aplicó el proteccionismo  además de militarizar la vida pública. Pero a esta dictadura empezaron a oponerse líderes de partidos dinásticos, republicanos, nacionalistas, anarquistas, determinados sectores del ejército, intelectuales y universitarios que crearon el Sindicato Estudiantil Federación Universitaria Española(FUE) para hacer frente a las limitaciones que imponía la dictadura. En Cataluña se produjo un especial rechazo a Primo de Rivera a la dictadura, debido a las medidas restrictivas que este había aplicado en la región. Fruto de la creciente oposición a Primo de Rivera se produce la caída de la dictadura el 30 de enero de 1930. Primo de Rivera fue sustituido por el General Berenguer: DICTABLANDA,  encargado de convocar elecciones para retomar la normalidad constitucional. Ante tal situación la oposición acordó la firma conjunta del Pacto de San Sebastián (agosto de 1930) con un programa para presentarse a las elecciones y organizar un comité revolucionario que deberá convertirse en el gobierno provisional de la futura República. Berenguer, incapaz de preparar las elecciones,  fue sustituido por el almirante Aznar que convocó elecciones a tres niveles: municipales, provinciales y legislativas. Se convocaron las municipales, en primer lugar, para el 12 de Abril, mediante sufragio universal masculino, obteniendo la victoria, en las principales capitales de provincia, la coalición republicano-socialista. El 14 de Abril se proclama la República, el rey renuncia a la potestad real y marcha hacia el exilio


Resume las reformas impulsadas durante el Bienio Reformista de la República.
El Bienio reformista  incluye los años 1931-1933 a partir de la aprobación de la Constitución de 1931, en diciembre. El Presidente de la República es Alcalá Zamora (Republicano de derechas, católico) que encargó a Manuel Azaña (Republicano de Izquierda) la formación de un gobierno. Este optó por la alianza con los socialistas. El bienio se caracterizó por una política reformista para democratizar y modernizar el país, continuando la labor iniciada en el gobierno provisional. Estas reformas son: Reformas laborales: Llevadas a cabo por el ministro socialista  Largo Caballero, destacamos la Ley de Contratos de Trabajo que regulaba la jornada laboral en ocho horas, el trabajo de mujeres y niños y la duración de los contratos buscando proteger al trabajador; la Ley de Jurados Mixtos que estarían constituidos por patronos y trabajadores con la misión de conciliar y arbitrar en los conflictos laborales; la Ley de Asociaciones Obreras que regulaba los sindicatos y los fortalecía frente a los patronos. Estas leyes chocaron con la resistencia de las organizaciones patronales. La reforma educativa y la política cultural: El objetivo era hacer de la educación, mixta, obligatoria, laica y gratuita un derecho universal. La religión católica había sido eliminada como asignatura y se había prohibido la enseñanza a las congregaciones religiosas en consonancia con la secularización del Estado promovida por la Constitución; se llegaron a construir más de 13.000 escuelas, casi se duplicó el número de maestros atendiendo a su formación y a sus salarios. Paralelamente, con el objetivo de difundir la cultura hasta el último rincón de España se crearon las Misiones Pedagógicas que recorrían el país, sobre todo las áreas rurales, con bibliotecas, teatro, cine, reproducciones artísticas… El apartado educativo y cultural fue uno de los grandes logros. La reforma militar: También continuaba la emprendida por Azaña en el Gobierno Provisional y que buscaba modernizar el ejército al tiempo que limitaba el ámbito civil y buscaba su fidelidad a la República. Se suprimieron los tribunales de honor y se derogó la Ley de Jurisdicciones a favor de la jurisdicción civil. Se redujeron los mandos del ejército a los que se les obligaba a jurar fidelidad a la República o, si lo preferían, pasar a un retiro en el que se les respetaba el mismo sueldo. También se cerró la Academia Militar de Zaragoza de la que era director el General Franco. Estas reformas irritaron a amplios sectores del ejército que llegaron a sublevarse como en el caso de Sanjurjo. La Reforma Agraria: Fue la reforma más importante y buscaba solucionar el atraso y la miseria del campo español, sobre todo desde que la crisis del 29 había acentuado los problemas de miseria entre los trabajadores. La Ley de Bases de la Reforma Agraria de 1932 pretendía modernizar técnicamente el campo, acabar con el latifundismo y realizar una redistribución de la propiedad más justa al asentar a los campesinos en las tierras expropiadas. Se expropiarían los antiguos señoríos, las tierras mal cultivadas, las que estaban permanentemente arrendadas y las de regadío no regadas (Más tarde se añadieron las tierras de los participantes en el golpe de estado de Sanjurjo). Las expropiaciones se harían con indemnización para tierras no explotadas directamente por sus propietarios o cultivadas deficientemente y en las había asiento de labradores en régimen de arrendamiento. Para su aplicación se creó el Instituto de Reforma Agraria. Sin embargo su aplicación fue lenta por la cantidad de estudios que había que hacer antes de expropiar y por la insuficiencia del presupuesto para pagar las indemnizaciones y el gasto en el  asentamiento de los campesinos. La ley no solo acrecentó la oposición de los grandes propietarios sino también la frustración de los jornaleros que, en muchos casos, se alinearon con el anarquismo protagonizando insurrecciones. Los estatutos de autonomía. Tal como señalaba la Constitución del 31, las provincias o conjunto de provincias cuyos electores lo decidiesen por mayoría de dos tercios podrían optar a crear una Región Autonómica y su Estatuto debería ser aprobado en las Cortes. Cataluña fue la primera en obtener la autonomía cuyo estatuto fue aprobado a finales del 32, sin embargo el estatuto para el País Vasco quedó bloqueado en la Cortes porque en el Estatuto Vasco se señalaba la confesionalidad católica (Solo en 1936 en plena guerra y con la mayor parte del País Vasco ocupada fue aprobado) Tal como se ha ido diciendo, estas reformas fueron aumentando la oposición al gobierno, tanto de derechas como de izquierda que se manifestaron en: En agosto del 32, en Sevilla se produjo la sublevación del general Sanjurjo que simbolizaba el descontento de los militares. El golpe fue rápidamente sofocado y su director condenado a cadena perpetúa. Entre los trabajadores se fue extendiendo un sentimiento revolucionario que no era compartido por el gobierno, más reformista. Los anarquistas protagonizaron insurrecciones en Arnedo, Castilblanco y, sobre todo, Casas Viejas con 20 muertos. Al tiempo incluso en la UGT socialista se imponía la línea revolucionaria de Largo Caballero lo que produjo el desgaste del gobierno de Azaña. La derecha por su parte se reorganiza creándose un gran partido de derecha católica que es la CEDA. Aparecieron otros de extrema derecha como los ultra monárquicos de Renovación Española fundada por José Calvo Sotelo (Asesinado en vísperas de la guerra civil), los carlistas mayoritarios en Navarra  ya posicionados contra la República o los partidos fascistas de Falange Española (fundada por José Antonio Primo de Ribera) y las JONS de Ramiro Ledesma.


Especifica las características esenciales de la Constitución de 1931.
A partir de la proclamación de la República, el 14 de abril de 1931, el primer objetivo del gobierno provisional es el de convocar elecciones a Cortes constituyentes. Estas, celebradas en junio por sufragio universal masculino, dieron el triunfo a la coalición de republicanos y socialistas  (90%) mientras que la derecha antirrepublicana quedó como minoría no significativa. La constitución fue aprobada en diciembre y es considerada como la primera constitución republicana de España de carácter democrático y progresista fruto del compromiso de socialistas y republicanos, tal y como se evidenciaba en el artículo 1º, en el que se definía España como “Una república de trabajadores de toda clase que se organiza en un régimen de Libertad y Justicia” Entre sus características destacamos: La soberanía popular ya que todos los poderes emanan del pueblo. Con el término de “integral” se intentó dar respuesta a los deseos autonomistas de algunos territorios. Estos podrían organizarse como región autónoma y se garantizaba la supremacía del estado ya que el estatuto debía ser aprobado por las Cortes. Establecía una radical división de poderes: Poder legislativo: Las Cortes, de una sola cámara, tenían el poder legislativo, también controlaban al gobierno y podían destituir al presidente de la República por lo que estaban por encima del resto de las instituciones. Poder ejecutivo: La Jefatura del Estado la tiene el Presidente de la República cuya función es nombrar al presidente de gobierno y sometido al control de las Cortes. El poder judicial: tiene como novedad la aparición del jurado y de un tribunal que velaba por el cumplimiento de la constitución. Incluía una amplia declaración de derechos y libertades individuales que incluían los temas económicos y sociales: además del derecho de reunión, de expresión, de asociación de sindicación, incluye el voto de las mujeres por primera vez en la historia de España, matrimonio civil y divorcio, derecho a la educación, el derecho a la propiedad se subordina al interés público con lo cual se abre la puerta a expropiaciones y a la nacionalización de los servicios públicos como la educación… Un tema importante es el de la separación de la Iglesia-estado al declarar a España como estado laico. Se declaró la libertad de cultos, se disolvieron las órdenes religiosas consideradas peligrosas para el Estado como los Jesuitas, se prohibió a las órdenes religiosas ejercer la educación y se suprimió el mantenimiento económico de la Iglesia. Esta Constitución no consiguió el consenso de las fuerzas políticas y, a medida que se producían los debates se distanciaban las fuerzas políticas, sobre todo los que se referían a la cuestión religiosa y autonómica. Fue el tema religioso el que causó la dimisión de Maura y de Alcalá-Zamora, republicanos de la derecha católica, de sus cargos en el gobierno. Al día siguiente de la aprobación de la Constitución, Alcalá-Zamora era nombrado Presidente de la República y Manuel Azaña presidente de gobierno. La vigencia de la Constitución va desde diciembre de 1931 hasta 1939. Aunque, lógicamente, durante la guerra civil solo en el bando republicano.


Describe las causas, desarrollo y consecuencias de la Revolución de Asturias de 1934.
El desgaste sufrido durante el Bienio reformista por los partidos en el gobierno (republicanos de izquierda y centro), la movilización de los sectores más conservadores junto con la imposibilidad de formar gobierno le llevó al presidente de la república Alcalá Zamora, a disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones para noviembre de 1933. En estas elecciones por primera vez votaron las mujeres y mientras que los partidos de la derecha, como la CEDA y otros, se presentaron unidos en coalición con el objetivo de revisar las reformas anteriores, los partidos de izquierda se presentaron divididos e incluso radicalizados como es el caso del PSOE. Los resultados de las elecciones supusieron un desplazamiento del electorado hacia la derecha: Los dos grandes partidos votados fueron de derechas (CEDA de Gil Robles) y los republicanos radicales de Lerroux ya conservadurizados. Insuficientes sus diputados para gobernar en solitario había también una multitud de pequeños partidos fragmentados donde estaban incluidos los partidos de centro e izquierdas. Al Presidente de la República, Alcalá-Zamora, le correspondió la dura  tarea de gobernar con el Partido Radical de Lerroux, el apoyo de pequeños partidos de centro y la CEDA que exigía el revisar las reformas del anterior bienio. En política religiosa los colegios católicos siguieron funcionando y el estado siguió manteniendo parte de los sueldos de los sacerdotes. La legislación laboral y la reforma agraria fueron rectificadas o ralentizadas. Se suprimió la ley de términos municipales y los jurados mixtos se modificaron para favorecer a los empresarios. En política autonómica no se aprobó el nuevo estatuto vasco. Se aprobó una ley de amnistía para reintegrar en sus puestos a los golpistas de 1932, la sanjurjada. Lógicamente todas estas decisiones acarrearon un aumento de la conflictividad. En el campo la UGT convocó una huelga general que se saldó con docenas de muertos. Otro foco de tensiones fue Cataluña donde Esquerra Republicana quería aprovechar la autonomía para quedar al margen de la legislación de Madrid. Aunque el mayor conflicto fue la Revolución de octubre de 1934. Para entonces la UGT y el PSOE, dirigidos por Largo Caballero, habían cambiado de estrategia, se alejaban del reformismo y adoptaban la vía revolucionaria hasta crear una república federal socialista. Cuando en octubre, un nuevo gobierno incluía a tres ministros de la CEDA, los socialistas con la excusa de que la república estaba en peligro (Por esas mismas fechas Hitler había llegado al poder en Alemania) promovieron la insurrección. El comité revolucionario dirigido por el socialista Largo Caballero convocó a una huelga general en todo el país pero tuvo un seguimiento desigual, teniendo el carácter insurreccional tan solo en Cataluña y en Asturias. En Cataluña Lluís Companys proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española y fue rápidamente sometido por los militares. En Asturias llegó a tener rasgos de revolución social, sobre todo porque se unieron socialistas, comunistas y anarquistas y partiendo de la cuenca minera llegaron a tomar Avilés, Gijón y Oviedo, incluso la fábrica de armas. La revuelta tuvo una duración de 12 días y para sofocarla el gobierno tuvo que traer a la Legión de Africa al mando del general Franco. El balance fue de 1000 muertos entre los sublevados y trescientos entre los militares. La represión fue durísima con miles de detenidos, Azaña (Que no había participado en los hechos) encarcelado y la autonomía catalana suspendida indefinidamente. Como consecuencias de la revolución debemos destacar la agudización del enfrentamiento de la derecha y la izquierda que empieza a aparecer irreconciliable. La CEDA aumentó su presencia en el gobierno aprovechando la descomposición del Partido Radical de Lerroux, inmerso en escándalos de corrupción, y exigió una fuerte represión a los revolucionarios. Se desmontaron las leyes de los jurados mixtos, hubo una nueva ley de reforma agraria, se ascendió en el escalafón militar a los militares más antirrepublicanos, Como ya se ha dicho la autonomía catalana fue suspendida indefinidamente. También la izquierda tuvo que asumir lecciones de la experiencia de octubre: los socialistas reconsideraron la vía insurreccional y volvió a surgir un sentimiento de unidad de las fuerzas republicanas de izquierda, unidos sobre todo en la petición de la amnistía para los represaliados de octubre.   


Explica las causas de la formación del Frente Popular y las actuaciones tras su triunfo electoral, hasta el comienzo de la guerra.
Durante el bienio derechista (septiembre del 33 a febrero del 36) los enfrentamientos políticos se radicalizaron polarizándose las posturas en dos bloques antagónicos ( derechas e izquierdas). El Presidente de la República debido a la inestabilidad política, disolvió las Cortes y convocó las elecciones de febrero del 36. A esas elecciones los partidos de izquierda (Republicanos de izquierdas, socialistas y comunistas) se presentaron unidos en el Frente Popular con un programa moderado consistente en la amnistía para los encarcelados, anular las represalias políticas de la Revolución de Octubre y recuperar la política reformista del primer bienio. Las derechas y el centro se presentaron desunidos pues la CEDA fracasó en sus intentos de una gran coalición nacional y al margen quedaron los monárquicos de Calvo Sotelo, los falangistas de José Antonio Primo de Rivera, los carlistas y los nacionalistas. Los resultados arrojaron una victoria muy ajustada del Frente Popular y mostraban el mapa de una España dividida: la izquierda ganó en las grandes ciudades, Extremadura, Andalucía, Asturias y litoral Mediterráneo; la derecha ganó en las dos Castillas, Aragón, Navarra y zonas del País Vasco. Como Alcalá Zamora había disuelto dos veces las Cortes estas decidieron destituirlo y nombrar como Presidente de la República a Manuel Azaña. Este encargó el gobierno a Casares Quiroga, aunque no logró la participación de los socialistas a pesar de ser estos el partido más votado. Las actuaciones del gobierno fueron, según lo acordado, las siguientes: Amnistía general para todos los represaliados por los acontecimientos de octubre de 1934 (Lluís Companys fue excarcelado) Se restableció el estatuto de autonomía de Cataluña con Lluís Companys de presidente. Se reanudó el proceso de elaboración de los estatutos de Galicia y del País Vasco. Se reanudó el proceso reformista interrumpido en el bienio derechista. Se apartó del poder a los generales proclives al golpismo como Mola y Franco. Por supuesto, estas medidas exacerbaron el anti republicanismo de propietarios, de los empresarios y de la Iglesia. Los desórdenes públicos fueron continuos. Las masas populares, movilizadas por los partidos y sindicatos de izquierda (Anarquistas y UGT), protagonizaron masivas ocupaciones de tierras en zonas de latifundio y huelgas multitudinarias. En la derecha también surgían grupos violentos, sobre todo Falange Española, que practicaban la violencia callejera en duro enfrentamiento con los militantes de izquierda. Pero en el desenlace sería decisiva la intervención del ejército. Desde el momento en que se confirmó la victoria del Frente Popular se pusieron en marcha diversas tramas conspirativas a partir de militares derechistas y de la Unión Militar Española. El gobierno, informado, trasladó a los sospechosos aunque no muy certeramente: a Mola se le destinó a Pamplona cerca de los carlistas con los que entabló relación y a Franco se le mandó a Canarias cerca del ejército africano que le era fiel. La golpe, preparado por Mola, consistía en una serie de sublevaciones simultáneas por todo el país que se harían con el poder, utilizando toda la violencia que fuese necesaria. Una vez tomado Madrid, se formaría una junta de generales que sustituirían al gobierno. Se fijó como fecha el 18 de julio de 1936 pero sería el 17 de julio cuando empezase en las guarniciones de Marruecos. El fracaso de la rebelión derivó en una guerra civil de tres años.


Sintetiza en un esquema las grandes fases de la guerra, desde el punto de vista militar.
El fracaso de la sublevación militar y la incapacidad del gobierno para sofocarla dieron paso a una guerra civil de 3 años. Podemos establecer estas fases y destacar sus principales escenarios: De los inicios (18 de julio de 1936) a la primavera de 1937. La sublevación se inició el 17 de julio en Marruecos y se extendió al resto del territorio español entre los días 18 y 20 de julio con resultados diversos: La rebelión triunfó en parte de Andalucía, en Navarra, en la mayor parte de Aragón, Castilla y León, La Rioja, Galicia, Canarias, Mallorca y parte de Extremadura; fracasó en las grandes ciudades de Madrid, Barcelona y Valencia, en Cartagena, en Asturias, País Vasco y Cataluña. Así España quedó dividida en dos zonas enfrentadas: la España urbana e industrial, la que tenía las  reservas de oro del Banco de España en la zona leal al gobierno; la España agraria, conservadora y católica quedó en manos de los militares sublevados. En cuanto al ejército, el de tierra lo dominaban los rebeldes y la marina y del aire la República, aunque también aquí la balanza se inclinaría a favor de los rebeldes cuando llegó la ayuda italiana y alemana. A partir de cada una de las zonas cada uno de los bandos organizó columnas militares para conquistar el territorio enemigo. El principal objetivo de los generales rebeldes era tomar la capital, lo que se ha llamado Batalla de Madrid (Agosto del 36 a marzo del 37). Al principio se intenta desde el norte pero son detenidos en la sierra de Guadarrama por lo que la iniciativa pasa a las columnas que proceden desde Andalucía. Desde allí, el ejército de África avanza decididamente hacia el norte (Especialmente cruel fue la toma de Badajoz) aunque Franco decide aplazar la conquista para liberar Toledo, esto permite que Madrid organice su defensa al tiempo que el gobierno abandona Madrid y se traslada a Valencia. Madrid resistirá hasta el final de la guerra a pesar de que las afueras sean escenarios de grandes batallas como la del Jarama o Guadalajara. Etapa central  (abril-mayo de 1937 a noviembre de 1938). Los fracasos ante Madrid hicieron que Franco cambiase su estrategia planteándose una guerra larga con la sistemática ocupación del territorio y aniquilación del enemigo. Franco se dirigió hacia el norte industrial y minero y desde el Este se fue tomando Vizcaya, Santander y Asturias ya en octubre del 37 con lo que concluía ya el frente del norte. En este frente, en abril del 37, se produjo el bombardeo por la Legión Cóndor de la villa de Guernica que pasó a ser un símbolo contra la guerra. En los meses de invierno del 37-38 se produjo una ofensiva republicana para tomar Teruel, una batalla extremadamente dura, en la que se impuso la superioridad de los rebeldes. A continuación Franco optó por una continuar presionando en el frente de Aragón hasta llegar al Mediterráneo con lo cual Cataluña quedó separada del resto del territorio republicano. La república intentando romper el frente, en verano del 38, desencadenó una gran ofensiva, llamada la batalla del Ebro, que pasa por ser la más sangrienta de toda la guerra con 30.000 bajas franquistas y 60.000 republicanas. Fue una batalla de desgaste que agotó definitivamente al ejército republicano ya completamente desmoralizado. Última etapa: de la Batalla del Ebro a la caída de Madrid (Noviembre 1938-marzo de 1939). Tras la batalla del Ebro el ejército rebelde, ya muy superior al republicano, va a tomar Cataluña y a principios del 39 medio millón de personas, civiles y militares, miembros del gobierno como Azaña, personalidades como Machado, pasan la frontera pirenaica a Francia. Allí, muchos, fueron internados en campos de concentración. Por estas fechas el territorio controlado por el gobierno se reduce a Madrid, territorios manchegos y la costa que va de Valencia a Almería. La derrota es irremediable y el bando republicano se divide entre los que desean rendirse y negociar con Franco y los comunistas que desean continuar hasta el final. El enfrentamiento desemboca en un golpe de estado en Madrid del coronel Casado y Besteiro. Estos intentaron una rendición con condiciones pero Franco se mantuvo intransigente y exigió una rendición incondicional. En marzo se rinde Madrid y el 1 de abril, el general golpista Franco firma el último parte de guerra que pone fin a tres años de guerra civil.


Elabora un esquema con los grupos políticos y los apoyos sociales del franquismo en su etapa inicial.
El franquismo nació como una dictadura (1939-1975) que consolidó los poderes absolutos de Franco con un carácter antidemocrático de las instituciones. El franquismo instituyó un estado legitimado tan sólo por la Guerra Civil y caracterizado por un autoritarismo extremo. Sus rasgos más relevantes fueron: El totalitarismo: la dictadura suprimió la Constitución de 1931, se clausuró el Parlamento y sólo se permitió la existencia de un partido único y de un único sindicato oficial. El caudillismo: Franco era el jefe del Estado, fue presidente del gobierno y Generalísimo de todos los ejércitos y jefe nacional del partido. Concepción unitarista y centralista del Estado: abolió los estatutos de autonomías y fomentó la españolización de la población. La represión de la oposición: persecución de los simpatizantes de las causas republicanas durante todo el franquismo y por último, el control de los medios de comunicación: sujetos a una rígida censura y considerados el aparato de represión franquista. Esta dictadura estaba sustentada por: el ejército, un partido único, la Iglesia católica y la oligarquía. El ejército fue el más destacado de los apoyos. Fue la columna vertebral del régimen, su principal baluarte. Defensor a ultranza de la unidad nacional y del orden público. Llegó a estar totalmente controlado por Franco, autodenominado Generalísimo, subordinó el ejército a su persona, pues Franco se veía fundamentalmente como un militar. La Falange Española Tradicionalista y de las JONS fue el partido único que dotó al régimen de unas bases ideológicas y de símbolos. Nutrió de cuadros dirigentes a la dictadura. Controlaba los medios de comunicación y creó cuatro organizaciones de masas: el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, el Sindicato Español Universitario y la Central Nacional Sindicalista. Hasta el fin de la 2ª G.M., 1945, tuvo un predominio total sobre las otras “familias” del régimen. La derrota del Eje hizo disminuir su monopolio político. Dentro del franquismo existían diferentes “familias” que integraban el llamado Movimiento Nacional. Eran grupos que habían dado apoyo incondicional a la sublevación de 1936: (falangistas, carlistas o requetés con un papel minoritario y los ultracatólicos que también eran minoritarios), ciertos sectores incorporados posteriormente (miembros de la CEDA, Liga Catalana y los Juanistas que apoyaban la restauración monárquica pero apoyaron la dictadura). Por último, la Iglesia creó la Asociación Católica Nacional Propagandística y el Opus Dei que suministra dirigentes. La Iglesia católica tuvo un papel destacado en la legitimación y construcción del régimen franquista y desde el inicio de la guerra la jerarquía católica se identificó con los sublevados llamando a su causa “cruzada”. Ejerció un dominio absoluto sobre la vida social, desde los púlpitos, confesionarios y controlando todo el sistema educativo con obligatoriedad de la enseñanza religiosa en todos los niveles.  Fue uno de los pilares más sólidos del régimen y se plegó totalmente a la política franquista y viceversa pues impuso una estricta moral católica con castigos  por incumplimiento en el Código Penal. El régimen franquista  se vio beneficiado por los apoyos de las élites económicas y sociales que recuperaron el poder económico, social y político. Las oligarquías de terratenientes recuperaron las tierras, igual que los  industriales incrementaron sus negocios y los oligarcas financieros fueron también muy favorecidos por la dictadura. Las clases medias constituían  un sector políticamente desconcertado, el trastorno de la guerra los convirtió en una clase pasiva y apolítica. En algunas zonas rurales, sobre todo de Castilla, se beneficiaron de un régimen que había eliminado a la “competencia”. Las depuraciones realizadas al final de la guerra crearon en las ciudades un cuerpo de funcionarios, maestros, universitarios y militares adeptos al régimen franquista. Finalmente una buena parte de los sectores populares se consideraron perdedores   de la Guerra Civil y fueron los primeros protagonistas de la oposición  al franquismo, pero el miedo y la represión les llevó a la pasividad política.


Explica la política económica del franquismo en sus diferentes etapas y la evolución económica del país.
El franquismo nació como una dictadura (1939-1975) que consolidó los poderes absolutos de Franco con un carácter antidemocrático de las instituciones. El franquismo instituyó un estado legitimado tan sólo por la Guerra Civil y caracterizado por un autoritarismo extremo. La autarquía (1939-1950): 1ª etapa económica de la dictadura. Uno de los principales objetivos de la primera etapa del franquismo fue conseguir la autosuficiencia económica, es decir, la autarquía mediante una política económica que propugnó el aislamiento del exterior y la intervención del Estado en la economía. La política autárquica tuvo tres grandes ámbitos de actuación: El primero fue la reglamentación del comercio exterior que supuso la reducción de las importaciones de los productos imprescindibles, el encarecimiento de productos como el petróleo, la escasez de consumo y el descenso notable de la producción industrial. El segundo ámbito de actuación fue el fomento de la industria; se fundó el Instituto Nacional de la Industria (1941), el cual, impulsó la creación de numerosas empresas públicas como Renfe, Endesa o Seat (Iberia se creó durante la dictadura de Primo de Rivera). También se fomentó el desarrollo de las industrias de los bienes de equipo que recibieron una continua ayuda pública que dio lugar a importantes efectos inflacionistas. El tercer ámbito de intervención afectó al sector agrario. Se dio un descenso de la producción debido a los bajos precios oficiales y de la productividad que llegó a niveles de principios del siglo XX. El resultado fue un profundo estancamiento económico (colapso del comercio exterior, descenso de producción, disminución del nivel de vida…) así como un freno a las tendencias modernizadoras (tardó 15 años en alcanzar los niveles de 1935). La rígida reglamentación conllevaba el control del mercado que condujo al desabastecimiento generalizado de alimentos y al racionamiento de los productos de primera necesidad. La tasación de los precios de los alimentos por debajo de su valor comportó que muchos productores prefiriesen esconder la producción para venderla en el mercado negro, del cual obtenían unas ganancias más elevadas. Salarios bajos, escasez de productos y precios altos caracterizan la década de 1940.Se incrementó el coste de la vida (renta per cápita real un tercio de la de 1935, poder adquisitivo 1/3 del de 1936…) Se incrementó el chabolismo en las afueras de Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao; se extendieron las enfermedades erradicadas como la tuberculosis y el crecimiento vegetativo o natural descendió. En consecuencia, se incrementó la tasa de mortalidad (sobre todo la mortalidad infantil) y la esperanza de vida disminuyó considerablemente. En los años 50 Franco remodeló otra vez el gobierno ante la mala situación económica, entrando en el poder hombres del Opus Dei que defendían la liberación económica. A esto se unió el fin del aislamiento del régimen franquista en el contexto de la Guerra Fría y el comienzo de los tratados militares con EE.UU cuya ayuda económica será clave. El desarrollismo ( 1950-1973). En un contexto de transformación económica y social internacional, el gobierno franquista emprendió una serie de reformas políticas intentando renovar y modernizar la administración, las leyes y las instituciones. Los tecnócratas del Opus Dei, desarrollistas (Manuel Fraga) llegan al gobierno, en un difícil equilibrio con las familias tradicionales (falangistas, militares y católicos de la ACNP). Con ellos se da el Plan de Estabilización (1959) que pone fin a la autarquía liberalizando la economía. Los Planes de Desarrollo Económico y Social tenían dos líneas de actuación: acciones estructurales para solucionar deficiencias en la industria y la creación de polos de desarrollo, con los que se buscaba reducir los desequilibrios económicos regionales promoviendo nuevas industrias en zonas de escasa industrialización. Se produjo un despegue económico. La prosperidad y el desarrollo económico llevarían a una paz social que permitiera obviar la falta de libertades y la participación de la sociedad en la política “sin democracia”. Esta prosperidad no fue debida a la industrialización sino al turismo, las inversiones extranjeras y las fuentes de divisas que reportaba la emigración a Europa. El desarrollo industrial se dio en los centros tradicionales industriales apareciendo una gran masa de obreros industriales modernos (Asturias, País Vasco, Cataluña,  y Madrid). Los polos de desarrollo sirvieron para la industria de bienes de equipo (la que transforma los productos semielaborados de la industria pesada). Se produce también una transformación y modernización de la agricultura aunque se produce una fuerte emigración del campo a la ciudad, con el consabido aumento de la sociedad urbana. El crecimiento económico se reflejó en un aumento de la renta per cápita, un fuerte crecimiento demográfico (baby boom), consolidación de la clase media y la aparición de una incipiente sociedad de consumo dándose un cambio en las mentalidades y en la sociedad. La crisis económica mundial de 1973, relacionada con el petróleo, hará convulsionar a la ya no tan rígida y tradicionalista sociedad española.


Especifica los diferentes grupos de oposición política al régimen franquista y comenta su evolución en el tiempo.
El franquismo nació como una dictadura (1939-1975) que consolidó los poderes absolutos de Franco con un carácter antidemocrático de las instituciones. El franquismo instituyó un estado legitimado tan sólo por la Guerra Civil y caracterizado por un autoritarismo extremo. El franquismo nunca mostró el menor interés por buscar una reconciliación con los vencidos. Su objetivo fue siempre destruir o someter a todos aquellos que mostraban su oposición al régimen. Destacó una violencia indiscriminada contra los republicanos (detenciones, fusilamientos…). El fin del conflicto procedió a la institucionalización de la represión. Elaboraron leyes coercitivas como  la Ley de Responsabilidades Políticas y la Ley de Represión del Comunismo y la Masonería. Se supeditó la justicia a los dictados del gobierno. El ejército fue el principal brazo ejecutor de la política represiva hasta 1963, cuando se creó el Tribunal de Orden Público (TOP).En cuanto a las cifras de represión franquista, las personas ejecutadas por razones políticas fueron unas 150.000 y en cuanto a la población reclusa, había unos 280.000 presos. Una parte considerable de los condenados fueron enviados a los Batallones de Trabajadores y a los “desafectos” los enviaban a los Batallones Disciplinarios de Soldados y Trabajadores. Ambos batallones trabajaban en la reconstrucción de carreteras, puentes… El conjunto de medidas represivas adoptadas por las autoridades se caracterizó por su voluntad de ejemplaridad y castigo. Fue un “tiempo de miedo” y “de silencio”. Las medidas represivas contra los vencidos fueron acompañadas por un proceso de confiscación y expolio de su patrimonio. Se llevó a cabo una depuración generalizada de los funcionarios y trabajadores. También hubo depuraciones en los colegios profesionales. Asimismo, en las empresas particulares, las autoridades ordenaron el despido obligatorio de todos los exiliados y detenidos bajo acusación de abandono del puesto de trabajo. La victoria de Franco tuvo unas características muy particulares en Cataluña, País Vasco y Galicia, cuyos principios nacionalistas atentaban contra el principio de la inquebrantable unidad de España. El catalán, el vasco y el gallego fueron considerados simples dialectos, inapropiados para las funciones de la vida pública. La represión obligó a buscar exilio a buena parte de los intelectuales más comprometidos con los nacionalismos catalán, vasco y gallego. De este modo, estas culturas quedaron vinculadas casi exclusivamente a los perdedores de la guerra y al activismo cívico y político antifranquista. Los que no se exiliaron crearon guerrillas (anarquistas, comunistas, nacionalistas, demócratas) que combatían la dictadura en Pirineos, Asturias, Galicia-León, Cantabria, etc.… Otros se unieron en células de resistencia (CNT, CGT, PCE y en menor medida el PSOE) promoviendo huelgas obreras como la de Barcelona (1946) y Bilbao (1947). Las huelgas universitarias también fueron importantes en 1956. En la década de los sesenta se produce una mayor organización y renovación de la oposición antifranquista pues se estaba dando un gran cambio en la sociedad y en las mentalidades. El movimiento obrero  se organiza con sindicatos clandestinos como CC.OO (Comisiones Obreras), USO (Unión Sindical Obrera) o HOAC (Hermandades Obreras de Acción Católica), los movimientos estudiantiles se hacen más fuertes con la creación de sindicatos democráticos que denuncian el obsoleto sistema educativo. Franco cierra muchas universidades pero el cambio es imparable pues hasta parte de la jerarquía eclesiástica se posiciona contra la dictadura. Cabe destacar la Carta del clero vasco denunciando el totalitarismo franquista y la ausencia de libertades (1960), el caso Antonio Añoveros Ataún en 1974 o el papel del cardenal primado Tarancón presidente de la Conferencia Episcopal defendiendo la libertad. En cuanto a los partidos se celebra el IV Congreso del Movimiento Federal Europeo en Múnich con dirigentes de la oposición en el exilio que piden la desaparición del régimen (“El Contubernio de Múnich” de 1962).  El PSOE renueva sus dirigentes en el Congreso de Suresnes de 1973 y el PCE elige a Santiago Carrillo como secretario general en 1960. Aparecen organizaciones nacionalistas como Convergencia Democrática de Cataluña o el Partido Nacionalista Vasco. De las juventudes del PNV, una escisión creará en 1959 E.T.A. También aparece una nueva izquierda (ORT, LCR, MC…) y movimientos de barrio, vecinales, democráticos en casi todos las ciudades españolas. En el ámbito de las relaciones internacionales, se produjo la independencia de Guinea Ecuatorial (1968) y se cedió a Marruecos Ifni. En 1970 se firmó un Acuerdo Preferencial por el que se redujeron los aranceles y se favoreció la exportación. Además el Sáhara Occidental dejó de pertenecer a España y se produjo la Marcha Verde (noviembre de 1975 – febrero de 1976) tras la muerte de Franco que culminó con el Acuerdo de Madrid.


Describe las actuaciones impulsadas por el Presidente de Gobierno Adolfo Suárez para la reforma política del régimen franquista: Ley para la Reforma Política de 1976, Ley de Amnistía de 1977, etc.
La primera etapa de la transición del franquismo a la democracia (1975-1978) abarca desde la muerte de Franco hasta la promulgación de la Constitución, y la segunda (1979-1982) hasta la consolidación de la alternancia política y el acceso del PSOE. Gobierno de Arias Navarro. Como consecuencia de la actividad de ETA en diciembre del año 1973 murió en un atentado terrorista Luis Carrero Blanco, Presidente del Gobierno. Franco murió el 20 de noviembre de 1975, dejando España sumida en una profunda crisis. Tortuaco Fernández Miranda, presidente de las Cortes ( considerado como un estratega del proceso de transición a la democracia)desempeñó de forma interina la Gobierno en diciembre de 1973, tras el asesinato de Carrero Blanco hasta la asunción de Carlos Arias Navarro. Juan Carlos de Borbón fue proclamado rey y mantuvo a Arias Navarro al frente del gobierno, del cual se esperaba una aceleración de las reformas, sin embargo, se apostó por el continuismo franquista y por reformas escasas. Proponía leyes extremadamente restrictivas (sobre el derecho a reunión y asociación) y no había otros partidos. El rey viaja a EE.UU y este país se manifiesta partidario de su causa. (La visita oficial comenzó el 2 de junio con la recepción de los monarcas en la Casa Blanca, en aquel momento habitada por un Gerald Ford desde 1974, tras la dimisión de Nixon a causa del escándalo Watergate). La oposición tomó entonces la iniciativa política. Las fuerzas antifranquistas se unieron en la llamada Coordinación democrática promoviendo una serie de movimientos populares (manifestaciones, huelgas…), que reclamaban libertades democráticas y la amnistía. Esta Coordinación Democrática, popularmente conocida como Platajunta, fue un organismo unitario de oposición al régimen dictatorial creado el 26 de marzo de 1976 mediante la presentación de un manifiesto. ​En Cataluña y en el País Vasco se promovieron diversas huelgas y en Madrid se mantuvo la huelga (metal, construcción) durante semanas. Estos movimientos fueron fuertemente reprimidos (detenciones, despidos). En Vitoria- Gasteiz los hechos fueron más relevantes (5 muertos y decenas de heridos en marzo de 1976). Se polarizaron las posturas, los inmovilistas querían la continuidad del régimen y la represión política, mientras que los reformistas, por su parte, pretendían una evolución de las leyes y de las instituciones franquistas. Gobierno de Adolfo Suárez y Ley para la Reforma Política. Arias Navarro fue forzado a dimitir y fue elegido como sucesor Adolfo Suárez. Este, inició contactos con las  fuerzas democráticas, promulgó un indulto para los presos políticos y propuso la Ley de Reforma Política que reconocía los derechos de las personas, así como un sistema electoral democrático. La ley fue aprobada por las cortes sin problemas, algo extraño ya que había franquistas que formaban parte de ellas. Esta ley fue sometida a Referéndum el 15 de diciembre de 1976 y aprobada con el 81% de los votos. Meses más tarde se aprobaron una serie de reformas como la libertad sindical, la legalización de los partidos políticos (excepto el partido comunista) y una amplia amnistía. Hubo muchos intentos de desestabilización política por parte de la extrema izquierda (GRAPO y FRAP) o la extrema derecha (Guerrilleros de Cristo Rey). Legalización del PCE y elecciones de junio de 1977. Esta fase se enmarca en la búsqueda de colaboración de la oposición organizada. Finalmente, el PCE fue legalizado en abril tras el asesinato de cinco abogados sindicalistas en Atocha en enero de 1977 y al inestimable buen trabajo de Carmen Diez de Rivera (jefa de Gabinete del presidente del Gobierno y figura clave en asuntos como la legalización del Partido Comunista de España). En las elecciones generales celebradas el 15 de junio de 1977, se presentaron partidos de izquierda (PSOE, PCE), y de la derecha. Manuel Fraga Iribarne creó un nuevo partido, Alianza Popular. También se constituyó Unión de Centro Democrático (encabezado por Adolfo Suárez), siendo el partido vencedor con 166 diputados, seguido por el PSOE, con 118. Suárez constituyó el primer gobierno democrático. En la tarea de construcción de un sistema democrático y para poder hacer frente a los problemas económicos era imprescindible un entendimiento entre el gobierno y las principales fuerzas de la oposición, de la misma manera que en paralelo se iniciaba el consenso constitucional. Así, los principales partidos firmaron los Pactos de la Moncloa (octubre 1977), los cuales contenían una serie de acuerdos para la reforma y saneamiento de la economía y un programa de actuación jurídica y política. En el terreno político, el gobierno se comprometió a una regulación de la vida pública. En el terreno económico, los objetivos fundamentales fueron la reducción de la inflación y la puesta en práctica de unas reformas para repartir equitativamente los costes de la crisis. También hubo una reforma fiscal y una tributaria, así como una reforma de la Seguridad Social


Explica el proceso de elaboración y aprobación de la Constitución de 1978, y sus características esenciales.
La Constitución de 1978, se redactó por un consenso de los partidos. El borrador lo proponen 7 diputados de todos los partidos que tenían representación en las Cortes (menos minorías vascas). La redacción de la Constitución inició la llamada política de consenso y la resolución de los problemas mediante la negociación y el acuerdo entre las fuerzas políticas. La constitución adoptó un carácter progresista. La “ponencia constitucional” la formaron José Pedro Pérez LLorca, Miguel Herrero de Miñón y Gabriel Cisneros por UCD; Gregorio Peces-Barba por el PSOE; Jordi Solé Tura por el PCE-PSUC; Miguel Roca por Minoría Catalana y Manuel Fraga Iribarne por AP. El PNV quedó descolgado de la dinámica constitucional, al no recoger el reconocimiento pleno de los derechos forales que el partido defendía. Recomendarán la abstención. El texto constitucional se presentó el 6 de noviembre y se sometió a referéndum el 6 de diciembre. Características de la Constitución de 1978: Define España como un “Estado social y democrático de Derecho”. Establece la “indisoluble unidad de la nación española, integrada por “nacionalidades y regiones”, a las que  garantiza el “derecho de autonomía”. Consagra un nuevo modelo del Estado no centralista: El Estado de las Autonomías. Monarquía parlamentaria como forma de gobierno. La corona, el rey, Jefe de Estado, tiene función representativa y funciones moderadas. Es el jefe de las Fuerzas Armadas. Hay una nítida división de poderes: El poder legislativo lo encarnan las Cortes formadas por dos Cámaras, el Senado y el Congreso de los Diputados, elegidas por sufragio universal. El poder ejecutivo descansa en el gobierno, con un presidente elegido por los diputados (el Congreso) a través de una votación de investidura. El poder judicial debe ser independiente. Está formado por jueces y magistrados. El máximo órgano es el Tribunal Supremo, con jurisdicción en toda España, constituyendo el tribunal superior en todos los órdenes (civil, penal, contencioso-administrativo y social) Un Tribunal Constitucional decide sobre los recursos de inconstitucionalidad, recursos de amparo y conflictos de competencia entre el Estado y las comunidades autónomas, o de éstas entre sí. La Carta Magna establece el derecho a la autonomía, se reconoce como lengua oficial el castellano, así como otras lenguas propias en las respectivas comunidades. Se establecen también como oficiales en sus respectivas Comunidades Autónomas. El ejército debe quedar sometido al poder civil, estado no confesional. Establecimiento de una amplia declaración de derechos fundamentales y libertades civiles y políticas – incluía el derecho a huelga y sindicatos). Incluye la mayoría de edad a los 18 años, la libertad religiosa, la libertad de expresión, el derecho al trabajo y a una vivienda digna, o el derecho a una educación gratuita y de calidad. Supresión de la pena de muerte. Se reconoce el divorcio cuyos términos  serán regulados en una ley posterior. En lo social y económico, se garantiza la propiedad privada y reconoce la libertad de mercado, pero también la posibilidad de planificación económica y la intervención del Estado en la propiedad por motivos de interés público. Fue ratificada por referéndum el 6 diciembre de 1978


Elabora un esquema con las etapas políticas desde 1979 hasta la actualidad, según el  partido en el poder, y señala los principales acontecimientos de cada una de ellas.
Los gobiernos de la UCD. Durante la primera legislatura de la transición, el gobierno tuvo que hacer frente a una grave crisis económica  y a las fuertes tensiones derivadas de las actitudes violentas de quienes pretendían obstaculizar el proceso de transición a la democracia. La transición coincidió con el inicio de la crisis desencadenada por la subida del precio del petróleo en 1973. Esto generó un proceso inflacionario a la vez que el déficit de la balanza comercial se duplicó. La crisis energética derivó en una profunda crisis industrial. En consecuencia, el paro aumentó. En la tarea de construcción de un sistema democrático y para poder hacer frente a los problemas económicos era imprescindible un entendimiento entre el gobierno y las principales fuerzas de la oposición, de la misma manera que en paralelo se iniciaba el consenso constitucional. Así, los principales partidos firmaron los Pactos de la Moncloa (octubre 1977), los cuales contenían una serie de acuerdos para la reforma y saneamiento de la economía y un programa de actuación jurídica y política. En el terreno político, el gobierno se comprometió a una regulación de la vida pública. En el terreno económico, los objetivos fundamentales fueron la reducción de la inflación y la puesta en práctica de unas reformas para repartir equitativamente los costes de la crisis. También hubo una reforma fiscal y una tributaria, así como una reforma de la Seguridad Social. Como siempre, algunos sectores se oponían a esto. Las principales amenazas provenían del involucionismo, el  golpismo militar y del terrorismo. En la extrema derecha se llegaron a crear agrupaciones de pistoleros como los Guerrilleros de Cristo Rey, a la extrema izquierda se asocian el GRAPO y el FRAP pero la principal actividad terrorista provenía de ETA. La segunda legislatura de la transición vino marcada por el declive del partido en el gobierno y  por el intento de golpe de Estado para abortar la naciente democracia. Una vez aprobada la Constitución, se disolvieron las Cortes y se convocaron elecciones legislativas para marzo de 1979, en las que triunfó la UCD  presidida por Adolfo Suárez. Se inicia el Estado de las Autonomías, el cual, pasó por dos etapas. Por un lado las preautonomías (autonomías provisionales); la primera se concedió a Cataluña. En 1977 se  restableció la Generalitat bajo la presidencia de Tarradellas y se creó un gobierno provisional. En el País Vasco se formó un Consejo General Vasco y en Galicia se creó la Xunta de Galicia. La Constitución establecía la posibilidad de que todas las regiones se convirtiesen en Comunidades Autónomas, regidas por un Estatuto de Autonomías, con órganos legislativos, elegidos por sufragio universal (Parlamentos autónomos) y órganos ejecutivos (gobiernos autónomos). En cuanto a Navarra, se regía por el sistema foral y en Andalucía se creó una Junta de Andalucía. Los primeros estatutos aprobados fueron los de Cataluña y País Vasco (1978), Galicia y Andalucía (1981), y posteriormente entre 1982 y 1983 los del resto de las Comunidades Autónomas. En 1995 se concedió a Ceuta y Melilla. Este gobierno presentó numerosos problemas internos y perdió las primeras elecciones municipales democráticas  así como las autonómicas en el País Vasco y Cataluña. La oposición ganaba fuerza y en 1980 el poder  ejecutivo se sometió a una moción de censura, con la que se paralizaron las reformas. Adolfo Suárez presentó su dimisión como presidente del gobierno y del partido. El 23 de febrero de 1981, hubo un golpe de Estado militar cuando Leopoldo Calvo Sotelo fue nombrado sustituto en la Presidencia del Gobierno. En el Golpe de Estado la cabeza visible al mando fue el teniente Coronel Antonio Tejero cuyo principal propósito era paralizar el proceso democrático y otorgar al ejército un papel relevante en el gobierno. Finalmente el golpe fue abortado. Dos días después, Calvo Sotelo fue nombrado nuevo jefe del gobierno. El gobierno firmó el Acuerdo Nacional del Empleo, así como la Ley de Divorcio. También hubo una petición de España a la OTAN y la aprobación de la LOAPA. Sin embargo, Clavo Sotelo no consiguió frenar la progresiva desintegración del partido en el gobierno ni alcanzar un entendimiento con Suárez y sus seguidores. Suárez abandonó la UCD y creó su propio partido: CDS. Calvo Sotelo decidió disolver el parlamento y convocó nuevas elecciones que serían ganadas por el PSOE, las cuales marcaron el fin del proceso de la transición. En las últimas décadas, el sistema político español ha consolidado una situación de “bipartidismo imperfecto” basado en la alternancia en el poder de dos grandes partidos, el PSOE  y el PP, con la peculiaridad del fuerte arraigo de los partidos nacionalistas en Cataluña y el País vasco. Los gobiernos del PSOE. En las elecciones de octubre de 1982, el PSOE obtuvo mayoría absoluta. Felipe González fue elegido presidente de gobierno y el PSOE se mantuvo en el poder durante cuatro legislaturas. El cambio socialista se concretó en un amplio programa de reformas cuya prioridad era la lucha contra la crisis económica, la racionalización de las administraciones públicas y el avance hacia el estado del bienestar. Para reactivar la economía se tomaron medidas como la reconversión bancaria. También hubo una reconversión industrial que permitió el saneamiento financiero y la adaptación a la tecnología aunque provocó la reducción de la capacidad industrial y del empleo. Esto provocó conflictos laborales. Las reformas económicas estuvieron acompañadas de unas reformas sociales. Cabe destacar la reforma educativa con la Ley de Reforma Universitaria (1983) y la LODE (1985). En 1990, llegó la LOGSE. El Estado de las Autonomías se consolidó y en 1983 se aprobó la Ley del Proceso Autonómico (LPA). La plena integración de España en la comunidad Económica Europea se firmó con el Tratado de Adhesión el cual se alcanzó el 1 de enero de 1986. Por otro lado, el gobierno tuvo que hacer frente a ETA y realizó una reforma del ejército. Hubo una gran oposición a estas reformas, cuyo resultado se plasmó en una huelga general el 14 de diciembre de 1988. Por primera vez, un sindicato socialista, la UGT, figuraba como inspirador de una huelga frente a un gobierno del mismo signo político. El gobierno respondió con una serie de medidas: se universalizó la asistencia sanitaria gratuita, se fortaleció el sistema de protección contra el desempleo y se consolidó y garantizó el sistema público de pensiones. Posteriormente, surgieron disensiones entre Felipe González y Alfonso Guerra, lo que dio lugar a la aparición de dos corrientes políticas: la de los renovadores (seguidores de Felipe González) y la de los guerristas. Hubo escándalos de corrupción en el gobierno y posteriormente la llamada “guerra sucia”. En 1992 se inició un proceso de recesión económica de carácter mundial. Finalmente, en las elecciones de marzo de 1996, el PSOE fue derrotado y fueron ganadas por el PP sin alcanzar la mayoría absoluta. José María Aznar fue elegido presidente del gobierno.