La Crisis del Antiguo Régimen en España (1808-1833)

La crisis del Antiguo Régimen en España comenzó con la invasión napoleónica en 1808, que llevó a la Guerra de la Independencia. Durante este periodo, las instituciones absolutistas y el sistema feudal se pusieron a prueba. Las Cortes de Cádiz, formadas en 1810, redactaron la Constitución de 1812, que establecía principios liberales como la soberanía nacional y la separación de poderes. A pesar de ello, la vuelta de Fernando VII en 1814 supuso un retorno al absolutismo. A lo largo de las décadas posteriores, surgieron movimientos amplios por el liberalismo, enfrentándose a la resistencia de los absolutistas. La lucha entre ambas corrientes culminó en la Década Ominosa (1823-1833), donde la restauración absolutista se dio con el apoyo de los Cien Mil Hijos de San Luis. La muerte de Fernando VII en 1833 dio paso a la Primera Guerra Carlista, un conflicto entre liberales y carlistas que defendían el Antiguo Régimen. Este periodo marcó el quiebre de estructuras antiguas y una transición hacia el liberalismo, aunque con mucha inestabilidad política.

La Crisis de 1808 y la Guerra de la Independencia (1808-1814)

La invasión napoleónica de 1808, que comenzó con la entrada de las tropas francesas en España, fue un acontecimiento crucial que desató la Guerra de la Independencia. El levantamiento del 2 de mayo en Madrid simbolizó la resistencia popular contra la ocupación francesa, donde los ciudadanos se alzaron con valor. José I Bonaparte, hermano de Napoleón, fue impuesto como Rey de España, pero su mandato fue contestado por la población que se negaba a aceptar el dominio francés. Ante esta situación, se organizaron Juntas de resistencia en diferentes regiones, en un esfuerzo por mantener la soberanía y el control local. Las Juntas convocaron las Cortes de Cádiz en 1810, un órgano donde se discutieron nuevas ideas políticas y se redactó la Constitución de 1812, que estableció principios liberales y la idea de una nación española basada en la soberanía popular. Sin embargo, la guerra continuó hasta 1814, marcada por grandes batallas y la participación tanto de guerrilleros como de tropas regulares. La vuelta de Fernando VII al trono trajo consigo la restauración absolutista, pero la guerra mostró la capacidad de movilización y el deseo de cambio por parte del pueblo español.

La Constitución de Cádiz de 1812

La Constitución de Cádiz, conocida popularmente como La Pepa, fue un hito fundamental en la historia de España, ya que marcó el inicio del liberalismo en el país. Proclamada por las Cortes en tiempos de la Guerra de la Independencia contra Napoleón, estableció la soberanía nacional, afirmando que la autoridad residía en el pueblo y no en el monarca. Entre sus principios fundamentales destacan:

  • División de poderes: Se establecieron tres ramas del gobierno (ejecutiva, legislativa y judicial) para evitar la concentración del poder.
  • Monarquía constitucional: Se reconoció la figura del rey, pero bajo un marco en el que sus poderes estaban limitados por la ley.
  • Igualdad ante la ley: Se promovió la idea de que todos los ciudadanos eran iguales ante la ley, lo que sentó las bases para futuras luchas por los derechos civiles.
  • Derechos individuales: Se reconocieron varios derechos fundamentales, aunque se excluyó explícitamente la libertad religiosa, un punto que generaría controversia.

La Constitución de Cádiz fue un modelo para otros países en Europa y América Latina, y su legado se sigue sintiendo en las modernas democracias españolas.

Restauración del Absolutismo (1814-1820)

Tras la victoria de las tropas de Fernando VII y la derrota de Napoleón, el rey regresó a España en 1814 y rápidamente empezó a deshacer las reformas liberales establecidas por la Constitución de Cádiz.

  • Abolición de la Constitución: Fernando VII anuló la Constitución de 1812, restableciendo un régimen absolutista donde el rey concentraba todos los poderes.
  • Represión de los liberales: Los liberales y aquellos que habían apoyado las ideas de la Constitución sufrieron una dura represión. Muchos fueron perseguidos, encarcelados, o forzados al exilio.
  • Intentos de pronunciamientos: Durante este periodo, hubo varios intentos de levantamientos y pronunciamientos liberales, pero estos fracasaron debido a la férrea represión del régimen.
  • La Década Ominosa (1823-1833): En este contexto, se producirían movimientos de resistencia y contrarreformas, que culminarían en la invasión de los Cien mil hijos de San Luis en 1823, apoyando a Fernando VII y consolidando su absolutismo.

Este periodo fue crucial en la historia de España, ya que mostró la lucha continua entre las fuerzas absolutistas y liberales que caracterizaría gran parte del siglo XIX.

Trienio Liberal (1820-1823)

El Trienio Liberal fue un periodo significativo en la historia de España, resultado del levantamiento liderado por Rafael del Riego. Este movimiento obligó a Fernando VII a aceptar y jurar nuevamente la Constitución de 1812, reestableciendo el régimen constitucional.

  • Reformas Liberales: Durante este tiempo, se implementaron varias reformas cruciales, como la abolición de los señoríos, que limitaban el poder feudal, y la supresión de la Inquisición, promoviendo un ambiente más abierto y tolerante.
  • Oposición Interna: Sin embargo, el régimen enfrentó una fuerte resistencia interna. Muchos conservadores y absolutistas en el país se opusieron a los cambios, provocando tensiones políticas y sociales.
  • Intervención de la Santa Alianza: La presión externa también fue notable, con la Santa Alianza interviniendo en 1823 para restaurar el absolutismo al ver que el liberalismo se extendía. Esta intervención resultó en la entrada de tropas francesas, que fueron fundamentales para sofocar el régimen liberal.

Este periodo, aunque breve, fue fundamental en la lucha entre el liberalismo y el absolutismo en España.

La Década Ominosa (1823-1833)

La Década Ominosa (1823-1833) fue un periodo turbulento en la historia de España, que empezó con la restauración del absolutismo por Fernando VII tras la intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis.

  • Restauración del Absolutismo: Con el apoyo francés, Fernando VII regresó al poder y anuló la Constitución de 1812, reinstaurando el régimen absolutista y reprimiendo a los liberales.
  • Conspiraciones Liberales: Durante esta década, se llevaron a cabo numerosas conspiraciones y levantamientos liberales en un intento de restablecer el sistema constitucional, aunque muchos fueron sofocados.
  • Cuestión Sucesoria: La muerte de Fernando VII en 1833 complicó la situación, ya que la cuestión sobre quién debería heredar el trono dividió al país entre liberales que apoyaban a Isabel II y los conservadores que preferían al hermano de Fernando, Carlos María Isidro, lo que llevó a la Primera Guerra Carlista.
  • Conflicto Bélico: Este conflicto no solo acentuó las divisiones políticas, sino que también tuvo profundas repercusiones sociales y económicas en España.

Las Regencias y el Inicio del Reinado de Isabel II (1833-1843)

Las Regencias en España, que abarcaron desde 1833 hasta 1843, fueron un período crucial en la historia del país. Tras la muerte de Fernando VII, comenzó la minoría de edad de su hija, Isabel II. En este contexto, su madre, María Cristina de Borbón, asumió la regencia. Sin embargo, la situación política era tensa debido a la lucha entre liberales y absolutistas, reflejada en la Primera Guerra Carlista. Este conflicto fue esencial, ya que los liberales, también conocidos como isabelinos, buscaban establecer una monarquía constitucional mientras que los carlistas, liderados por Carlos María Isidro, defendían la restauración del absolutismo. La guerra dejó profundas divisiones en la sociedad española y un paisaje político cambiante. Posteriormente, María Cristina fue relevada por el general Baldomero Espartero, quien continuó en la lucha por el reconocimiento y la estabilidad del régimen isabelino. Este período también incluyó la búsqueda de reformas y la modernización del país, aunque con tensiones constantes y enfrentamientos.

La Década Moderada (1844-1854)

La Década Moderada estuvo marcada por un enfoque conservador del liberalismo bajo la dirección de Ramón María Narváez, quien se convirtió en una figura clave en la política española de la época. En 1845, se aprobó una nueva Constitución que consolidó un régimen liberal moderado, instituyendo un sufragio censitario que limitaba el voto a las élites económicas y políticas, destacando un gobierno con un fuerte poder centralizado. Durante este tiempo, se creó la Guardia Civil en 1844, una fuerza encargada de mantener el orden y la seguridad en el medio rural, que se convirtió en un símbolo del estado moderno y su capacidad de control social. La Guardia Civil también desempeñó un papel crucial en la lucha contra bandoleros y movimientos insurreccionales. Este periodo fue testigo de varias reformas económicas y administrativas, aunque también generó descontento entre sectores más progresistas de la sociedad que buscaban una mayor participación política y social. El término de esta época se vio marcado por el crecimiento del descontento social y la llegada de nuevas corrientes políticas que desafiaban el régimen moderado.

El Bienio Progresista (1854-1856)

El Bienio Progresista nació tras la Vicalvarada, que fue un pronunciamiento militar en 1854 liderado por el general O’Donnell, buscando un cambio hacia un régimen más liberal. Durante este tiempo, se llevaron a cabo reformas significativas, como la desamortización de Madoz, que buscaba la nacionalización y venta de bienes eclesiásticos y de manos muertas, lo que intentó modernizar la agricultura y aumentar la propiedad privada. Además, en 1855, se aprobó la Ley General de Ferrocarriles, impulsando el desarrollo de la red ferroviaria en España, lo que facilitó la comunicación y el comercio, y fue vital para la industrialización del país. Sin embargo, este periodo también enfrentó tensiones políticas y conflictos entre distintos grupos progresistas y moderados, lo que llevó a su declive y al regreso de un régimen más conservador.

Retorno al Moderantismo (1856-1868)

Tras la etapa del Bienio Progresista, España vivió un periodo de alternancia entre los moderados y la Unión Liberal, liderada por O’Donnell. A pesar de las luchas de poder, se logró cierta estabilidad política. Durante esta época, el crecimiento económico fue notable, impulsado por inversiones en infraestructuras ferroviarias y las reformas de desamortización, que transformaron la estructura agraria y promovieron la expansión de la industria. Sin embargo, los años 60 también estuvieron marcados por una crisis social y política, con conflictos sociales derivados de la desigualdad económica, y un aumento de la corrupción que socavaba la confianza en el gobierno. Esto culminó en un ambiente tenso que precedió a la Revolución de 1868, donde la insatisfacción popular llevó a un cambio radical en el sistema político.


 Caída de Isabel II en 1868: La Revolución de 1868, conocida como “La Gloriosa”, se inició como una respuesta a la creciente insatisfacción con Isabel II, debido a la corrupción, la crisis económica y las tensiones sociales. Las fuerzas liberales, unidas bajo el liderazgo de generales como Prim y Serrano, organizaron un levantamiento. El conflicto se intensificó rápidamente y el pueblo, ansioso por el cambio, se unió al movimiento. A finales de septiembre de 1868, las tropas revolucionarias entraron en Madrid, llevando a la reina al exilio y proclamando una nueva era. Este evento no solo puso fin a su reinado, sino que también marcó el inicio de un periodo de inestabilidad en el que se exploraron diversas opciones de gobierno, incluyendo la búsqueda de un nuevo rey. El impacto de “La Gloriosa” se sintió durante años, moldeando el futuro político de España.

a Crisis del Antiguo Régimen en España (1808-1833): La crisis del Antiguo Régimen en España comenzó con la invasión napoleónica en 1808, que llevó a la guerra de independencia. Durante este periodo, las instituciones absolutas y el sistema feudal se pusieron a prueba. Las Cortes de Cádiz, formadas en 1810, redactaron la Constitución de 1812, que establecía principios liberales como la soberanía nacional y la separación de poderes. A pesar de ello, la vuelta de Fernando VII en 1814 supuso un retorno al absolutismo. A lo largo de las décadas posteriores, surgieron movimientos amplios por el liberalismo, enfrentándose a la resistencia de los absolutistas. La lucha entre ambas corrientes culminó en la Década Ominosa (1823-1833), donde la restauración absolutista se dio con el apoyo de los Cien Mil Hijos de San Luis. La muerte de Fernando VII en 1833 dio paso a la Primera Guerra Carlista, un conflicto entre liberales y carlistas que defendían el Antiguo Régimen. Este periodo marcó el quiebre de estructuras antiguas y una transición hacia el liberalismo, aunque con mucha inestabilidad política.


la Crisis de 1808 y la Guerra de la Independencia (1808-1814): La invasión napoleónica de 1808, que comenzó con la entrada de las tropas francesas en España, fue un acontecimiento crucial que desató la Guerra de la Independencia. El levantamiento del 2 de mayo en Madrid simbolizó la resistencia popular contra la ocupación francesa, donde los ciudadanos se alzaron con valor. José I Bonaparte, hermano de Napoleón, fue impuesto como Rey de España, pero su mandato fue contestado por la población que se negaba a aceptar el dominio francés. Ante esta situación, se organizaron Juntas de resistencia en diferentes regiones, en un esfuerzo por mantener la soberanía y el control local. Las Juntas convocaron las Cortes de Cádiz en 1810, un órgano donde se discutieron nuevas ideas políticas y se redactó la Constitución de 1812, que estableció principios liberales y la idea de una nación española basada en la soberanía popular. Sin embargo, la guerra continuó hasta 1814, marcada por grandes batallas y la participación tanto de guerrilleros como de tropas regulares. La vuelta de Fernando VII al trono trajo consigo la restauración absoluta, pero la guerra mostró la capacidad de movilización y el deseo de cambio por parte del pueblo español.

la Constitución de Cádiz de 1812: La Constitución de Cádiz, conocida popularmente como “La Pepa”, fue un hito fundamental en la historia de España, ya que marcó el inicio del liberalismo en el país. Proclamada por las Cortes en tiempos de la Guerra de la Independencia contra Napoleón, estableció la soberanía nacional, afirmando que la autoridad residía en el pueblo y no en el monarca. Entre sus principios fundamentales destacan: – *División de poderes*: Se establecieron tres ramas del gobierno (ejecutiva, legislativo y judicial) para evitar la concentración del poder.- *Monarquía constitucional*: Se reconoció la figura del rey, pero bajo un marco en el que sus poderes estaban limitados por la ley.- *Igualdad ante la ley*: Se promovió la idea de que todos los ciudadanos eran iguales ante la ley, lo que sentó las bases para futuras luchas por los derechos civiles.- *Derechos individuales*: Se reconocieron varios derechos fundamentales, aunque se excluyó explícitamente la libertad religiosa, un punto que generaría controversia.la Constitución de Cádiz fue un modelo para otros países en Europa y América Latina, y su legado se sigue sintiendo en las modernas democracias españolas. ¿Te gustaría saber más sobre algún aspecto específico de “La Pepa”?


Restauración del Absolutismo (1814-1820): Tras la victoria de las tropas de Fernando VII y la derrota de Napoleón, el rey regresó a España en 1814 y rápidamente empezó a deshacer las reformas liberales establecidas por la Constitución de Cádiz.  – *Abolición de la Constitución*: Fernando VII anuló la Constitución de 1812, restableciendo un régimen absolutista donde el rey concentraba todos los poderes.  – *Represión de los liberales*: Los liberales y aquellos que habían apoyado las ideas de la Constitución sufrieron una dura represión. Muchos fueron perseguidos, encarcelados, o forzados al exilio. – *Intentos de pronunciamientos*: Durante este periodo, hubo varios intentos de levantamientos y pronunciamientos liberales, pero estos fracasaron debido a la férrea represión del régimen.  – *La Década Ominosa (1823-1833)*: En este contexto, se producirían movimientos de resistencia y contrarreformas, que culminarían en la invasión de los “Cien mil hijos de San Luis” en 1823, apoyando a Fernando VII y consolidando su absolutismo. Este periodo fue crucial en la historia de España, ya que mostró la lucha continua entre las fuerzas absolutistas y liberales que caracterizaría gran parte del siglo XIX. ¿Te gustaría profundizar más en alguno de estos eventos?

Trienio Liberal (1820-1823): El Trienio Liberal fue un periodo significativo en la historia de España, resultado del levantamiento liderado por *Rafael del Riego*. Este movimiento obligó a Fernando VII a aceptar y jurar nuevamente la Constitución de 1812, reestableciendo el régimen constitucional. – *Reformas Liberales: Durante este tiempo, se implementaron varias reformas cruciales, como la **abolición de los señoríos, que limitaban el poder feudal, y la **supresión de la Inquisición*, promoviendo un ambiente más abierto y tolerante. – *Oposición Interna*: Sin embargo, el régimen enfrentó una fuerte resistencia interna. Muchos conservadores y absolutistas en el país se opusieron a los cambios, provocando tensiones políticas y sociales. – *Intervención de la Santa Alianza: La presión externa también fue notable, con la **Santa Alianza* interviniendo en 1823 para restaurar el absolutismo al ver que el liberalismo se extendía. Esta intervención resultó en la entrada de tropas francesas, que fueron fundamentales para sofocar el régimen liberal. Este periodo, aunque breve, fue fundamental en la lucha entre el liberalismo y el absolutismo en España. 


La *Década Ominosa* (1823-1833) fue un periodo turbulento en la historia de España, que empezó con la restauración del absolutismo por Fernando VII tras la intervención de los *Cien Mil Hijos de San Luis*.

– *Restauración del Absolutismo*: Con el apoyo francés, Fernando VII regresó al poder y anuló la Constitución de 1812, reinstaurando el régimen absolutista y reprimió a los liberales.

– *Conspiraciones Liberales*: Durante esta década, se llevaron a cabo numerosas conspiraciones y levantamientos liberales en un intento de restablecer el sistema constitucional, aunque muchos fueron sofocados.

– *Cuestión Sucesoria: La muerte de Fernando VII en 1833 complicó la situación, ya que la cuestión sobre quién debería heredar el trono dividió al país entre liberales que apoyaban a **Isabel II* y los conservadores que preferían al hermano de Fernando, *Carlos María Isidro, lo que llevó a la **Primera Guerra Carlista*.

– *Conflicto Bélico*: Este conflicto no solo acentuó las divisiones políticas, sino que también tuvo profundas repercusiones sociales y económicas en España.