Historia de España: Reinado de Isabel II y el Desarrollo del Ferrocarril
Los Partidos Políticos Durante el Reinado de Isabel II
El liberalismo, desde 1820, se dividió en dos tendencias principales:
Moderados:
Consideraban la Constitución de Cádiz demasiado avanzada e intentaron adaptarla al liberalismo doctrinario. Fueron los favoritos de Isabel II para gobernar, lo que obligó a los progresistas a recurrir a pronunciamientos para acceder al poder.
Progresistas:
Originados en el liberalismo exaltado del Trienio Liberal, solo llegaron al poder en momentos puntuales (1836-37 y 1840-43 durante la Regencia de María Cristina, y 1854-56 en el reinado de Isabel II), siempre mediante insurrecciones. Esto se debía al restrictivo sistema censitario de los moderados que les impedía el acceso por vías legales. Defendían la soberanía nacional, el sufragio universal, amplios derechos, la Milicia Nacional y la libertad de cultos.
En 1849, tras las revoluciones de 1848 en Europa, surge el Partido Demócrata, basado en la soberanía nacional, la igualdad ante la ley, la división de poderes, la libertad de comercio y una política desamortizadora.
Durante el Bienio Progresista aparece la Unión Liberal, proveniente de los puritanos moderados, que defendía el progreso económico al margen de las ideologías.
El carlismo mantuvo su carácter contrarrevolucionario, defendiendo el foralismo frente al centralismo liberal.
La Revolución de 1868: ¿Pronunciamiento Militar o Revolución?
La Revolución de 1868 (Revolución de Septiembre o “La Gloriosa”) fue, en realidad, un pronunciamiento con una amplia participación popular. Prim, líder del movimiento, sabía que los sectores burgueses a los que representaba solo buscaban un nuevo gobierno que impulsara la débil economía española. Estos sectores no deseaban una subversión social y tomaron medidas para controlar el movimiento.
En septiembre de 1868, surgieron Juntas Revolucionarias en todo el país, dominadas por progresistas y demócratas. Hasta la formación del Gobierno Provisional de Serrano, las Juntas organizaron a los revolucionarios: los Voluntarios de la Libertad.
Sin embargo, el gobierno provisional, formado por progresistas y unionistas (marginando a los demócratas) y presidido por Serrano (unionista) con Sagasta, Topete y Prim como ministros, se enfocó en estabilizar el régimen marginando a demócratas y republicanos. Esto implicó la supresión de las Juntas Revolucionarias y la Milicia Nacional (Voluntarios de la Libertad). El gobierno las disolvió por decreto, encontrando resistencia en algunos casos.
En resumen, los elementos más conservadores de la coalición se impusieron, evitando cualquier intento revolucionario.
Ley de Desamortización de Mendizábal
¿A Quién Benefició la Forma de Pago?
La burguesía urbana y la nobleza fueron los principales compradores de bienes desamortizados, convirtiéndose en terratenientes. Ambas clases sociales eran las únicas con dinero y títulos de la Deuda, ya que el pago se realizaba principalmente con estos títulos. La ley permitía el pago en efectivo o por el valor nominal de los títulos, que era superior al del mercado debido a la depreciación de la deuda española.
Diferencias entre la Desamortización de Mendizábal y la de Madoz
Objetivos:
- Mendizábal: Ganar la guerra contra los carlistas, sanear la Hacienda, obtener recursos para financiar la guerra, crear una masa de propietarios fieles al régimen liberal y castigar a la Iglesia, especialmente al clero regular que apoyaba al carlismo.
- Madoz: Obtener recursos para modernizar el país, impulsar la construcción de ferrocarriles, amortizar deuda, equilibrar el presupuesto estatal y subvencionar obras públicas.
Bienes Afectados:
- Mendizábal: Principalmente bienes del clero regular, cuyas órdenes fueron disueltas.
- Madoz: Bienes municipales (propios y comunes), del clero (secular y regular), la instrucción pública, la Beneficencia y la Corona.
Mendizábal
Político español de la burguesía comercial gaditana que apoyó el pronunciamiento de Riego en 1820. Se exilió en Londres tras el regreso del absolutismo, donde amasó una fortuna y ganó prestigio. La corriente progresista lo propuso para sustituir al moderado Martínez de la Rosa en el gobierno en 1835 como presidente y ministro de Hacienda. Su medida más significativa fue la desamortización de 1836. La desconfianza de la regente le impidió completar su programa, llevándolo a dimitir en 1836. Sin embargo, tras el Motín de los Sargentos de La Granja, volvió a ser ministro de Hacienda en 1836-37, continuando las desamortizaciones.
El Desarrollo del Ferrocarril en España
Proceso de Construcción:
Hasta 1855, la construcción fue lenta, con solo tres líneas en funcionamiento: Barcelona-Mataró, Madrid-Aranjuez y Gijón-Langreo. A partir de 1855, se aceleró con la Ley General de Ferrocarriles: subvenciones, facilidades para la construcción e importación de material. Sociedades extranjeras (francesas, inglesas) con participación de aristócratas y banqueros españoles compitieron por construir y explotar las líneas. Entre 1855 y 1865 se produjo un boom ferroviario. En 1866, la crisis internacional paralizó la construcción hasta 1876. Esta crisis se debió al hundimiento en la bolsa de los valores de las compañías ferroviarias, que habían invertido grandes capitales en líneas poco rentables debido al atraso del país.
Pascual Madoz
Político español liberal-progresista, abogado, periodista, hombre de negocios, gobernador, diputado y Ministro de Hacienda. A principios de 1833, dirigió las Oficinas del Diccionario Geográfico Universal de Barcelona. Tras la revolución de 1854, fue nombrado Gobernador de Barcelona y luego volvió a ser diputado, ocupando la cartera de Hacienda en los gobiernos de Espartero. En 1855, se aprobó su Proyecto de Ley de Desamortización Civil y Eclesiástica. Tras la revolución de 1868, fue gobernador de Madrid, cargo al que renunció poco después, falleciendo en 1870.
Influencia del Ferrocarril en Otros Sectores Económicos
En España, el desarrollo textil y ferroviario fueron paralelos. Dada la debilidad de la Hacienda, fueron grupos financieros privados (españoles y extranjeros) quienes construyeron las líneas mediante concesiones. La ley de ferrocarriles de 1855 facilitaba la importación de material y tecnología, lo que no favoreció el desarrollo de la industria siderometalúrgica española.