Arte Rupestre en la Península Ibérica

La Península Ibérica posee un gran número de cuevas y abrigos que conservan pinturas y grabados paleolíticos, concentrándose la mayoría en la zona cantábrica (El Castillo, El Pindal y Altamira). La imagen de la izquierda es un ejemplo de pintura rupestre cantábrica de la Cueva de Altamira (20,000-15,000 B.P.). Se trata de un arte figurativo en el que destacan los animales (bisontes, ciervos, caballos…), pintados con técnica naturalista. Las figuras se hallan superpuestas y sin formar escenas, aunque presentan efectos de volumen y movimiento derivados del uso del color y del aprovechamiento de los salientes de las rocas. Los colores predominantes son el negro y diversos tonos de ocre.

Fases del Arte Franco-Cantábrico

Las distintas fases del arte franco-cantábrico se desarrollan en el Paleolítico Superior, desde el 36,000 al 9,000 a.C. En cambio, la imagen de la derecha es un ejemplo de la pintura levantina peninsular. En la zona levantina destacan las pinturas halladas en abrigos al aire libre como los de El Cogull (Lérida), Albarracín (Teruel) y La Valltorta (Castellón), con una cronología más tardía (final del Paleolítico Superior y Epipaleolítico/Mesolítico, en torno al 6,000 a.C.).

Características de la Pintura Levantina

  • Representación de escenas de carácter narrativo (cacerías, danzas rituales, recolección…)
  • Proliferación de figuras humanas.
  • Colores planos (rojo y negro).
  • Gran estilización de las formas que tiende a la esquematización.

Las pinturas rupestres han sido relacionadas con prácticas y creencias mágicas, y podrían formar parte de ritos o ceremonias propiciatorias de la caza. También se han interpretado las cuevas como santuarios en los que las pinturas se distribuyen según un orden que se relaciona con las prácticas rituales o la existencia de mitos, y en ellos los protagonistas son los animales.

La Conquista Romana de la Península Ibérica

La conquista romana de la Península Ibérica se extendió desde el año 218 al 19 a.C. La sumisión a los romanos de la totalidad de los pueblos ibéricos (conocidos genéricamente como íberos, celtas y celtíberos) se realizó en diversas etapas, interrumpidas por períodos de inactividad bélica. La presencia romana en Hispania dio lugar a un proceso que se conoce como romanización, es decir, la adscripción del territorio hispano y sus gentes en el marco cultural romano al imponerse los elementos culturales (lengua, derecho, religión…) y la estructura social y económica de la civilización romana.

Proceso de Romanización

Fue, pues, un proceso profundo y prolongado de aculturación. Los medios para la romanización fueron variados. La presencia permanente de soldados y colonos del imperio, que poco a poco se mezclarán con la población autóctona, ayudaron a agilizar este proceso de aculturación. Los romanos se asentarán en las ciudades existentes, o crearán otras nuevas (muchas a partir de campamentos militares), y convertirán las ciudades en la base de su expansión cultural.

Elementos Culturales de la Romanización

  • La lengua latina, que se impondrá al resto de lenguas autóctonas.
  • El derecho romano, que regulaba tanto las actividades privadas como las instituciones políticas y su funcionamiento.
  • El culto a los dioses romanos y al emperador, que se verá alterado a partir del siglo III con la introducción del cristianismo.

Así, la integración de Hispania en la cultura romana se muestra en el hecho de que tanto intelectuales (Séneca, Quintiliano, Marcial…) como emperadores (Trajano, Adriano, Teodosio…) fueron de origen hispano. Por último, las numerosas edificaciones y obras de ingeniería (foros, acueductos, murallas, templos, anfiteatros…) que han perdurado dejan constancia del patrimonio artístico heredado de Roma.

La Repoblación en los Reinos Cristianos

A medida que los reinos cristianos fueron avanzando sobre el territorio andalusí, se vieron en la necesidad de organizar las tierras conquistadas, instalar nueva población, poner en cultivo las tierras, fijar unas estructuras político-administrativas y asegurar su defensa. A ese proceso se le llama repoblación.

Fases de la Repoblación

Como puede verse en el mapa, la expansión de los reinos cristianos hacia el sur de la Península Ibérica y la repoblación posterior se hace por fases y mediante distintos sistemas. El ámbito territorial de expansión de los reinos cristianos fue, en una primera fase, Galicia, el valle del río Duero y el sur de los Pirineos, cuyo sistema de repoblación sería la presura o aprisio.

Sistemas de Repoblación

  • Presura o Aprisio: Las tierras del valle del Duero y el sur pirenaico, hasta entonces despobladas, fueron ocupadas por los campesinos, a los que se les reconocía su propiedad (alodio) con solo ponerlas en cultivo.
  • Fueros y Cartas Pueblas: A partir del siglo XI, para atraer población cristiana a las tierras conquistadas, los reyes concedieron fueros y cartas pueblas a los habitantes de las villas que se deseaba repoblar.
  • Repartimientos: Empleado a partir del siglo XIII, consistía en que los reyes entregaban grandes lotes de casas y tierras, inicialmente a las órdenes militares y posteriormente a la nobleza o la Iglesia.

Las consecuencias de la entrega de tierras fue el origen de los enormes latifundios del sur peninsular.

Hechos Relevantes de 1492

En 1492 se producen una serie de hechos que tienen que ver con la política religiosa de los Reyes Católicos y con la expansión de sus reinos, y que condicionarán el desarrollo futuro de la corona hispánica.

El Descubrimiento de un Nuevo Mundo

Cerrada la ruta por tierra a Oriente por el empuje del Imperio turco, era preciso encontrar nuevas rutas comerciales para obtener productos como la seda o las especias. La aparición de nuevos barcos, como la carabela o la nao; la generalización del uso del astrolabio y la brújula y la extensión de la idea, conocida desde la Antigüedad, de la redondez del planeta, permitió a Portugal abrir nuevas rutas comerciales y controlar nuevos territorios en África y Asia, llegando hasta La India tras circunnavegar África.

Capitulaciones de Santa Fe

Tras la conquista de Canarias, a los Reyes Católicos se les presenta una oportunidad de ampliar sus territorios y llevar adelante el espíritu caballeresco de cruzada cuando el genovés Cristóbal Colón les ofrece un proyecto de alcanzar China, la India y las islas de las especias a través del Atlántico. El 27 de abril de 1492, los Reyes Católicos firman las Capitulaciones de Santa Fe, un acuerdo para apoyar a Cristóbal Colón en su expedición. La autorización llega tras finalizar la conquista de Granada.

Consecuencias del Descubrimiento

El 12 de octubre de 1492, Colón llega a unas islas que creyó Japón, China o La India. Pronto se sabrá que es un continente desconocido y lleno de riquezas. Castilla llevará adelante la conquista y poblamiento de América, lo que tendrá consecuencias en Europa y en América:

  1. Demográficas: El descenso de las poblaciones indígenas americanas, en un primer momento por el proceso de conquista, pero luego, sobre todo, por el choque biológico que supuso la introducción de enfermedades desconocidas en América, como la viruela o el sarampión.
  2. Económicas: Comienzan a llegar nuevas riquezas naturales (cacao, papa, maíz, tabaco, etc.) y minerales (oro, plata, esmeraldas, etc.), creando nuevas rutas y mercados y dando a la corona hispana un carácter mundial.
  3. Políticas: Castilla y Portugal iniciaban la creación de grandes imperios ultramarinos, lo que provocó el aumento de la tensión entre ambos, que se resolvió con el tratado de Tordesillas (1494).
  4. Culturales: La imposición de la religión, la tecnología y las formas de vida de los europeos en América provocará la aculturación de los pueblos indígenas.

Otros dos hechos relevantes acaecidos ese año de 1492 fueron la conquista de Granada, que culmina el proceso de reconquista de los territorios musulmanes de la península, y la expulsión de los judíos, realizada en el marco de la búsqueda de la unidad religiosa de los territorios hispanos, con el coste de una pérdida de población muy laboriosa y útil y con efectos negativos en la economía de los reinos hispanos.