Industrialización en España: Siglos XIX y XX. Desarrollo Regional y Consecuencias Sociales
Inicios de la Industrialización en España: Minería, Ferrocarriles y Diversidad Territorial
Siderurgia y Recursos Mineros
La siderurgia se vio impulsada por los recursos mineros del hierro y del carbón. La existencia de yacimientos en Asturias la convirtió en el centro siderúrgico. A finales del siglo XIX, con la llegada del carbón de coque a Bilbao, se consolidó la industria siderúrgica en el País Vasco. El eje comercial Bilbao-Cardiff fue fundamental. Además de la siderurgia, en Vizcaya se desarrollaron empresas de construcción mecánica y naval.
Explotación Minera (1874-1914)
Entre 1874 (final del Sexenio Democrático) y 1914 (inicio de la Primera Guerra Mundial), tuvo lugar la explotación masiva de yacimientos mineros en España. El país contaba con abundantes reservas de hierro, mercurio, cobre, plomo y carbón. La Ley de Minas de 1868 liberalizó el sector del suelo. Sin embargo, la explotación por parte de sociedades extranjeras generó escasos beneficios para España.
Desarrollo Industrial en Cataluña y País Vasco
En el último tercio del siglo XIX, Cataluña y el País Vasco habían desarrollado una industria moderna, destacando la siderúrgica y la textil. El tejido industrial se fue extendiendo, propiciando el desarrollo de nuevas industrias como la agroalimentaria, química, del calzado, harinera, editorial, etc.
Retraso de la Industrialización en España
En la España del siglo XIX, el proceso de industrialización sufrió un notable retraso con respecto a los países que lideraron la Revolución Industrial. En el siglo XX, la economía española siguió siendo predominantemente agraria, aunque algunas zonas avanzaron hacia la industria moderna, generando desequilibrios regionales. En conclusión, España careció de una revolución industrial propiamente dicha, aunque a lo largo del siglo XIX se observa un despegue de la industria textil catalana y de las siderurgias malagueña, asturiana y vasca.
El Ferrocarril: Impulso a la Industria y al Desarrollo Económico
Para estimular la industria y el desarrollo económico, era imprescindible generar un nuevo medio de transporte: el ferrocarril. En 1844, se permitió la construcción de las primeras líneas ferroviarias, pero fue la Ley General de Ferrocarriles de 1855 la que permitió despegar al sector.
Efectos del Ferrocarril en la Economía
- Estructura radial con centro en Madrid, dificultando la comunicación transversal.
- Ancho de vía diferente al resto de Europa, lo que aislaba a España del mercado europeo.
A pesar de sus deficiencias, el ferrocarril se convirtió en un medio indispensable de transporte, barato, masivo y rápido. La posterior revolución del automóvil a principios del siglo XX introdujo una nueva revolución en el transporte, aunque el principal problema seguía siendo la falta de demanda.
El comercio exterior aumentó considerablemente después de la pérdida de las últimas colonias españolas. Los mercados coloniales fueron sustituidos por los europeos.
Industria Textil Catalana: Motor de la Industrialización
Las medidas liberalizadoras del mercado, impulsadas por los gobiernos progresistas, permitieron el libre ejercicio de la actividad industrial y la rápida mecanización en zonas como Cataluña. En el siglo XIX, la industria textil catalana se convirtió en el motor de la industrialización española. Destacó en el sector del algodón, pero sus posibilidades fueron limitadas por la escasez de carbón, la debilidad del mercado español y la falta de inversión del sector bancario. El crecimiento textil se interrumpió por la Guerra de Secesión de EE. UU., pero continuó con su gran expansión, logrando la industrialización de Cataluña, pero no del resto de España.
Urbanización y Consecuencias Sociales en la España Industrial
La abolición del régimen señorial, el impacto de la reforma agraria liberal, la mejora de los transportes y los materiales originaron un éxodo rural. Se produjo un movimiento de la población campesina del ámbito rural a los núcleos industriales de la ciudad, transformando a los campesinos en obreros o proletarios. Cataluña, Madrid y el País Vasco se convirtieron en demandantes de trabajadores industriales.
Transformaciones Urbanas
El crecimiento de las ciudades hizo que se demolieran murallas medievales y se aplicaran planes de reforma urbana, conocidos como “ensanches”, que dieron lugar a un nuevo modelo constructivo.
Desigualdades y Tensiones Sociales
A pesar de estos cambios, a principios del siglo XX la mayor parte de la población seguía siendo campesina, con una distribución muy irregular entre el campo y la ciudad. Esto generó grandes tensiones políticas y sociales en el siglo XX. Socialmente, la reforma agraria y el desarrollo de la industrialización dieron lugar a nuevas relaciones sociales, con la desaparición de los estamentos y el surgimiento de una nueva sociedad de clases, dividida principalmente entre burguesía y proletariado, en función de la riqueza.