La Colonización Española de América

Cuando Carlos I accedió al trono, Castilla solo dominaba las Antillas. Durante su reinado se llevó a cabo una expansión espectacular por América:

Conquista de Imperios

  • Hernán Cortés conquistó en 1521 México-Tenochtitlán, capital del Imperio Azteca.
  • Pizarro y Almagro se dirigieron hacia el sur y se toparon con el Imperio Inca, conquistando su capital, Cuzco, en 1532.

Ambos personajes actuaron rápidamente descabezando la cúpula política de ambos reinos, debilitando la estructura interna y aprovechando oportunidades únicas.

Exploraciones y Expansión

Los viajes de exploración y conquista también se desarrollaron en otras direcciones:

  • Hacia el sur por la costa Atlántica, descubriendo la desembocadura del Orinoco, del Amazonas (Orellana), remontando el Río de la Plata (Mendoza) o el río Paraguay, hasta el actual Chile (Valdivia y Almagro).
  • Otras expediciones se adentraron hacia Norteamérica por los actuales Nuevo México/Texas, California o Florida (Cabeza de Vaca).
  • Hacia el oeste, como Núñez de Balboa y su expedición que descubrió el Pacífico en 1513.

Se abrió un flujo de comercio ultramarino con consecuencias decisivas para Europa y España.

Impacto Económico

La colonización tuvo una primera dimensión económica que fue la búsqueda de metales preciosos. Entre 1650 y 1900, se extrajeron 19.000 toneladas de metales preciosos, más otro tanto oculto por contrabando y piratería. Esta ingente llegada de metales preciosos afectó a España:

  • Financió la política exterior y militar.
  • Contribuyó a incrementar la inflación, debido al descenso de producción y financiación de inversiones suntuarias.

La relación comercial entre España y América estimuló la exportación, pero la demanda creciente empezó a ser atendida por el resto de naciones que usaron a España de intermediario. A través del comercio americano llegaron productos como: el maíz, la patata, el cacao, el azúcar, el tabaco, etc.

Aspectos Sociales y Legales

La labor desarrollada por España en América ha suscitado muchas críticas. No cabe duda que se buscaba ante todo oro y riquezas, y que se usó para ello mano de obra indígena. A través de las encomiendas se repartían los indios entre los españoles, y se buscaba su protección, pero no impidió su explotación. De ahí la crítica de Bartolomé de las Casas y finalmente la aprobación por la Corona de sucesivas leyes que ponían el acento en el respeto a los aborígenes considerados súbditos de la monarquía, y teóricamente libres.

Todo ello llevó a una temprana polémica moral sobre los justos derechos de conquista, donde se planteaba oficialmente una discusión sobre la legalidad de la conquista y los derechos de los indígenas. El jurista Francisco de Vitoria planteará los principios del derecho de gentes, lo que actualmente denominamos derecho internacional, que se plasmaron en las Leyes Nuevas de Indias (1542).

La Crisis del Siglo XVII

El Sistema de Validos

La principal innovación en el funcionamiento del sistema político de la monarquía española en el siglo XVII fueron los validos, personajes (miembros de la aristocracia) en los que el rey depositaba su total confianza. El monarca se desentendía de las labores de gobierno y el valido tomaba las principales decisiones. Gobernaron al margen del sistema de los Consejos y en su lugar crearon Juntas como órganos de asesoramiento, compuestas por sus propios partidarios. El nuevo sistema significó un aumento de la corrupción. Los validos aprovecharon su poder para conseguir cargos, pensiones y mercedes para sus familiares y partidarios, lo que provocó críticas generalizadas por parte de los letrados que formaban los Consejos y los miembros de la aristocracia que no gozaban del favor del valido.

  • Validos de Felipe III: Duque de Lerma.
  • Validos de Felipe IV: Conde-Duque de Olivares.
  • Validos de Carlos II: Conde de Oropesa.

Tensiones Territoriales y Rebeliones

En la monarquía hispánica del siglo XVII se manifestaron conflictos entre una tendencia centralizadora que trataba de homogeneizar los territorios de la Corona de Castilla, y una tendencia descentralizadora que buscaba el mantenimiento de los fueros e instituciones particulares de cada territorio.

Rebelión Catalana

El fracaso de Olivares para que las instituciones catalanas aceptaran la “Unión de Armas” no le impidió mandar tropas al Principado al estallar la guerra con Francia. La presencia de tropas castellanas precipitó el estallido de revueltas entre el campesinado catalán. Finalmente el día del Corpus Christi grupos de campesinos atacaron Barcelona, asesinando al virrey y a las autoridades. La Generalitat se puso al frente de la rebelión y ante el avance de tropas castellanas, los rebeldes aceptaron la soberanía de Francia. El dominio de Francia acabó con la reconquista del Principado y la caída de Barcelona en 1652. La Corona Española perdió el Rosellón y la Cerdaña en la Paz de los Pirineos (1668).

Independencia de Portugal

En diciembre de 1640 se inició la rebelión en Portugal. La falta de ayuda castellana ante los ataques holandeses contra las posesiones portuguesas en Asia y la presencia de castellanos en el gobierno del reino provocaron que las clases dirigentes dejaran de ver ventajas en su unión. La rebelión, organizada en torno a la dinastía de los Braganza, se extendió rápidamente y apoyada por Francia e Inglaterra, ansiosas de debilitar a España. Finalmente Mariana de Austria (madre-regente de Carlos II) acabará reconociendo la independencia de Portugal en 1668.