La Crisis de Al-Andalus en el Siglo XI y su Organización Social
Al-Andalus: La Crisis del Siglo XI
En el año 1031 desaparece el Califato y se crea un mosaico de unos 30 pequeños reinos llamados de taifas. Al frente de estos reinos están las oligarquías militares de diferentes orígenes: andalusí (Badajoz, Sevilla, Córdoba, Toledo, Zaragoza), berebere (Granada, Málaga) y eslava (Murcia y Valencia). Los reyes cristianos, ante la debilidad de los taifas, imponen las parias, que son pagos. Tras la toma de Toledo por los cristianos con Alfonso VI en 1085, el reino de taifa de Badajoz solicita la ayuda del norte de África. Llegan los almorávides, que eran ganaderos bereberes, y lograron parar el avance y reunificar al-Andalus. A mediados del siglo XII, aparecen los reinos de taifas; entre 1145 y 1172 se fueron introduciendo en la península los almohades. Unificaron al-Andalus e hicieron frente a los cristianos en la Batalla de Alarcos en 1195 contra Alfonso VIII, pero no lo consiguieron. Ante la victoria cristiana de las Naves de Tolosa en 1212, se hundió el imperio almohade, y dio lugar a los reinos de taifa, pero de vida efímera; subsisten los de Sevilla, Arjona, Niebla, Murcia y Valencia. Se desgajó una zona que constituyó, desde el siglo XIII, el reino nazarí de Granada. Acudieron desde el norte de África los benimerines en el siglo XIV, a principios, en ayuda de los andalusíes, pero son derrotados en 1340 en el río Salado por Alfonso XI. Siguió la conquista del reino de Algeciras, quedando como único reducto musulmán el reino nazarí en la península hasta 1492.
Organización Económica y Social
La sociedad de Al-Andalus era muy diferente a la visigoda. Los grupos eran de diversos lugares (árabes, bereberes, sirios, etc.) y, por la rápida islamización, estos se quedaron con las mejores tierras de cultivo y constituían la jassa. Los muladíes, cristianos convertidos al islam, ocupaban la posición inferior y constituían la amma. Los mozárabes y judíos mantenían su religión y adoptaban el árabe, así como sus vestidos y costumbres. Los esclavos negros y eslavos podían conseguir su libertad si se convertían al islam.
Las ciudades más notables de Al-Andalus fueron Córdoba, Sevilla y Toledo. La más destacada fue Córdoba, cuya población oscilaba entre 100,000 y 500,000 habitantes. Las ciudades estaban rodeadas de murallas con puertas en los cuatro puntos cardinales, se distribuían en barrios o arrabales, y la zona central era la medina, donde estaba la mezquita aljama, los hammam (baños) y los zocos (mercados). Las calles eran estrechas y silenciosas; la vida se hacía en los patios.
La economía se basaba en la agricultura y el comercio de productos agrícolas y artesanales. Cultivaban trigo, vid y olivo; en las zonas de regadío se extendían las alquerías. Los árabes introdujeron el arroz, la morera, cítricos, caña de azúcar y el textil. La artesanía se desarrolló en la cerámica, vidrio, textil (lino, lana), oro, marfil y bronce. El comercio era interno, mediando los zocos, y ya internacional por las rutas hacia África, el Próximo Oriente y Europa occidental. Por medio de la moneda, el dinar, se hacía posible la comercialización.
Los Primeros Núcleos de Resistencia
Tras la desaparición del reino visigodo, las zonas de montaña se mantuvieron libres de la dominación musulmana.
Núcleo Asturiano
Los efectos de Don Rodrigo se refugian en los Picos de Europa, capitaneados por Don Pelayo. Logran el éxito en Covadonga en 722 y ponen la corte en Cangas de Onís con Alfonso I, quien impone el derecho visigodo del líder iudiciorum. Este derecho se extiende por Cantabria, Vizcaya, Álava y la costa norte gallega. Alfonso II traslada la corte a Oviedo. Luego llegan a Astorga, Portugal y Bardulia. Alfonso III el Magno pone de moda la guerra de botín, que consiste en reclutar todo lo que conquisten. Tierras pobres en las montañas y la meseta norte despoblada.
Así nace Castilla, dominada por el conde Fernán González. Con Ordoño II, Galicia se convierte en reino independiente.
Núcleo Navarro
Los planes de los reyes francos frente a los árabes se concretan en 824 con la instauración del reino en Pamplona. En el siglo X, toma Estella y Sangüesa con Sancho Garcés I. García Sánchez une en matrimonio el condado de Aragón en 978. Navarra es saqueada por Almanzor. En el siglo XI, Sancho III el Mayor se convierte en el monarca más poderoso de los reinos cristianos, al incorporar los Condados de Sobrarbe y Ribagorza a sus dominios y casarse con la condesa y heredera de Castilla.
Núcleo de Aragón
Vinculados a los francos, pero con Azna Galíndez, se desvinculan y nace como zona independiente a mediados del IX: Jaca, Sobrarbe, Aragón. Se une a Pamplona en 922 y se divide; una parte pasa de nuevo a Navarra. En 1035, Sancho Garcés III lo convierte en reino independiente. En Cataluña existían condados francos (Marca Hispana); Luis el Piadoso tomó Barcelona en 801. El conde Wilfredo une varios condados a finales del IX. En 985, Almanzor invade Barcelona y, en 988, Borrell II obtiene la independencia de los francos.
Los Reinos Cristianos en la Edad Media
El Modelo de Repoblación de las Tierras del Norte (Siglos VIII-X)
Algunos árabes fundan monasterios y se apropian de tierras por encomendaciones. Existe un doble sistema feudal: nobiliario y eclesiástico. Desde la Cordillera Cantábrica al valle del Duero, el sistema era de presura (se establecen). Castilla, sociedad de campesinos guerreros, recibe un estatus especial (behetrías), otorgando derechos y libertades. En los territorios pirenaicos hasta el valle del Ebro, existen las comunidades en los valles llamadas aprisio en Cataluña, Aragón y Navarra. En el siglo XI, las condiciones empeoran para los payeses.
Modelo de Repoblación entre el Duero y Sierra Morena y en el Sur del Ebro (Siglos XI y XII)
En la zona central, son ciudades libres; los consejos aseguraban la frontera e incentivaban la repoblación. Se les daban las cartas pueblas. La mayoría de las tierras fueron entregadas a la nobleza y arzobispos, y el resto se repartió entre los cristianos. La repoblación al sur del valle del Ebro: población morisca y mudéjar; la tierra está en manos de la nobleza. Los reyes adoptan las formas de las cartas de repoblación (Soria, Almazar). En la región de la Mancha, menos fértil, no atrae colonos y recurre a las Órdenes militares (Santiago, Calatrava) que asumen el control. Los cruzados protegen a la población que, a cambio, trabaja sus tierras en encomiendas.
Modelos de Repoblación del Sur
Población de Extremadura, Andalucía y Murcia: población morisca; las viviendas y tierras fueron adjudicadas a los conquistadores mediante el repartimiento de grandes dominios (alta nobleza, arzobispos) o pequeños heredamientos (la pequeña nobleza). La repoblación de Baleares y Valencia: las tierras se dividieron para los servidores del rey Jaime. La Orden del Temple, magnates de la nobleza y la iglesia; en Ibiza y Mallorca, se quedó la nobleza catalana. A los moriscos se les masacró y vendió como esclavos. En Valencia, hubo una entrega pacífica donde permaneció la población musulmana.