La Crisis del Antiguo Régimen y la Construcción del Estado Liberal en España (1788-1931)
Bloque 4: La Crisis del Antiguo Régimen (1788-1833): Liberalismo frente Absolutismo
1) El Reinado de Carlos IV. La Guerra de la Independencia:
Carlos IV y María Luisa de Parma gobernaban una monarquía desacreditada con problemas financieros. Tras el Tratado de San Ildefonso, la sumisión a Napoleón y la derrota en Trafalgar (1805), surgieron motines como el de El Escorial (1807) y Aranjuez (1808), llevando a la abdicación de Carlos IV. Napoleón intervino, convocó a los reyes a Bayona y ocupó la península, provocando levantamientos populares. El Estatuto de Bayona: la organización del nuevo estado napoleónico se basó en una carta otorgada. Era una declaración de derechos y reforma liberal, con tres órganos consultivos: senado, consejo de Estado y cortes, el problema será la falta de apoyos del rey. estableció un nuevo estado napoleónico, pero la falta de apoyo del rey generó tensiones. La guerra incluyó victorias españolas como en Bailén (1808) y la retirada francesa tras la campaña de Rusia (1812). El Tratado de Valençay (1813) restituyó a Fernando VII en el trono.
2) Las Cortes de Cádiz. La Constitución de 1812:
Convocadas en 1810 por la Junta Central, las Cortes de Cádiz reunieron a liberales, absolutistas y Jovellanistas. Predominó la opción liberal, plasmada en la Constitución de 1812. Estableció soberanía nacional, igualdad ante la ley, libertad de imprenta, abolición de la tortura, de la Inquisición y desamortización de bienes del clero. Promulgada el 19 de marzo de 1812, la Constitución se convirtió en un símbolo para el liberalismo del siglo XIX, a pesar de su limitada aplicación.
3) El reinado de Fernando VII. La cuestión sucesoria
– Sexenio Absolutista (1814-1820):
En el Sexenio Absolutista (1814-1820), Fernando VII restauró el absolutismo en España tras la Guerra de la Independencia. Este periodo se caracterizó por la abolición de la Constitución de Cádiz, la represión a los liberales y el apoyo a la camarilla, mientras España enfrentaba la emancipación de sus colonias y problemas financieros. A pesar de la debilidad de la oposición popular, se registraron 8 levantamientos, siendo el sublevamiento del general Riego en 1820 un hito significativo. Riego, originalmente liderando un ejército hacia América, decidió pronunciarse, desencadenando la revolución que llevó a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812 y dar inicio al Trienio Liberal en 1820
– Trienio Liberal (1820-1823):
Durante el Trienio Liberal (1820-1823) en España, se llevaron a cabo reformas importantes, como la libertad de presos políticos y la supresión de la Inquisición. A pesar de enfrentar obstáculos, como la oposición de las monarquías del Congreso de Viena y la resistencia del rey, los liberales lograron avances significativos. Sin embargo, las diferencias internas entre moderados y exaltados influyeron en el desarrollo del trienio. Los moderados, buscando un compromiso, gobernaron hasta mediados de 1822 y se enfrentaron a conspiraciones y resistencias. El intento de golpe de Estado fue frenado, pero desencadenó la intervención de los Cien Mil Hijos de San Luis en 1823, marcando el fin del Trienio Liberal y la restauración del absolutismo con persecución de los liberales.
– Década Ominosa (1823-33):
Durante la Década Ominosa (1823-1833) en España, se inició con una fuerte represión política contra los liberales, llevando a muchos al exilio, encarcelamiento o incluso la muerte. Se implementaron instrumentos represivos como la superintendencia general de policía, el cuerpo de voluntarios realistas, tribunales de justicia y las Juntas de Fe, herederas de la Inquisición.
Las principales reformas se centraron en la Hacienda y la administración. La guerra en América generó grandes gastos y una elevada deuda, lo que condujo a la necesidad de una reforma fiscal. Se crearon los primeros presupuestos, se redujo la deuda pública y se alquilaron minas a compañías extranjeras. En el ámbito administrativo, se estableció el consejo de ministros, el código de comercio, el Banco de San Fernando, la bolsa y el ministerio de Fomento.
– Crisis del absolutismo
Durante la Crisis del Absolutismo en España, las reformas realizadas generaron descontento entre los defensores del Antiguo Régimen, impulsando insurrecciones carlistas lideradas por Carlos María Isidro. La cuestión sucesoria agravó la situación, ya que Fernando VII, tras derogar y luego aceptar la Pragmática Sanción, desencadenó tensiones. Tras la muerte del rey en 1833, se anticipaba una guerra civil, y la regente María Cristina se vio obligada a negociar con los liberales para enfrentar la crisis.
4) El proceso de independencia de las colonias americanas. El legado español en América:
Durante la Guerra de la Independencia en España (1810), las colonias americanas iniciaron su proceso de independencia. La subyugación económica de los peninsulares sobre los criollos, la influencia de eventos como la independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa, junto con la acción de potencias como el Reino Unido, impulsaron este movimiento.
En dos fases (1808/15 y 1816/24), las colonias proclamaron su intención de separarse de España. Aunque hubo intentos de frenar la revuelta, líderes como Bolívar y San Martín lideraron la independencia, culminando en la victoria de Ayacucho en 1824. En México, la independencia se logró en 1821 con Agustín de Itúrbide.
Las consecuencias fueron una importante deuda pública, la independencia de la mayoría de las colonias americanas (excepto Cuba y Puerto Rico), la creación de nuevos países y su dependencia económica de potencias extranjeras como el Reino Unido, Francia y Estados Unidos.
Bloque 5. La conflictiva construcción del Estado Liberal (1833-1874)
1. Isabel II: las Regencias. Las guerras carlistas. Los grupos políticos, el Estatuto Real de 1834 y la Constitución de 1837
– Regencia de María Cristina (1833-1840):
Durante la Regencia de María Cristina (1833-1840), tras la muerte del rey y la minoría de edad de Isabel II, se formaron los partidos liberales moderados y progresistas, así como los carlistas liderados por Carlos María Isidro. Hubo varias fases:
- Inicio de la guerra carlista: La regente se apoyó en los liberales, promulgando el Estatuto Real en 1834. La crisis de Hacienda y la epidemia de cólera afectaron la situación.
- Etapa progresista (1835-37): Con Mendizábal como ministro se disolvieron los jesuitas y se desamortizaron bienes eclesiásticos. Hubo intentos revolucionarios, y se aprobó la Constitución de 1837, aunque la falta de estabilidad llevó a un cambio de gobierno.
- Trienio moderado (1837-40): Los moderados, condicionados por la guerra carlista y la deuda, ganaron las elecciones. Al final de la guerra, motines surgieron por el descontento progresista. María Cristina cedió el poder a Espartero y renunció a su regencia, conspirando con los moderados en su exilio en París.
– Guerra Carlista (1833-40):
La Guerra Carlista (1833-40) fue un conflicto en España surgido tras la muerte de Fernando VII. El carlismo, basado en la religión, absolutismo y la defensa de fueros y el Antiguo Régimen, liderado por Carlos, desafió la sucesión de Isabel II. La guerra tuvo tres fases clave:
- Primera fase (1833-35): Dirigidos por Zumalacárregui, los carlistas controlaron provincias del Norte y el Maestrazgo. Aunque la Expedición Real intentó sitiar Bilbao con éxito inicial, el sitio se levantó tras la muerte de Zumalacárregui.
- Segunda fase (1835-37): La Expedición Real hacia Madrid fracasó en 1837, y la expedición de Gómez recorrió la península en 1836.
- Tercera fase (1838-40): El avance de Espartero dividió a los carlistas. Maroto, líder carlista, negoció con Espartero, resultando en el Convenio de Vergara en 1839, que respetó los fueros y permitió la incorporación de militares carlistas a la vida civil o militar. Aunque la resistencia persistió en Cataluña y Aragón, la derrota final de Cabrera en 1840 marcó el fin de la Guerra Carlista.
2. Isabel II: el reinado efectivo. Los grupos políticos y las constituciones:
– Regencia de Espartero (1840-43):
Espartero, general progresista y autoritario, estableció un gobierno populista respaldado por clases medias y militares de la guerra de independencia americana (ayacuchos). Su apoyo al librecambismo generó oposición, destacando:
- Levantamiento de O’Donnell (1841): O’Donnell se rebeló contra Espartero, siendo los sucesos de Barcelona un punto álgido. La importación de tejidos ingleses amenazaba la industria catalana, y la recluta de soldados llevó a disturbios reprimidos con el bombardeo de la ciudad.
- Rebelión y derrota (1843): Con oposición de moderados, catalanes y muchos progresistas, la derrota en Torrejón frente al general Narváez en 1843 condujo al exilio de Espartero. La mayoría de edad de la reina se adelantó a los 13 años.
– Década Moderada (1844-54)
Período político con cinco tendencias: carlistas, moderados, Unión Liberal, liberales progresistas y demócratas. Elecciones viciadas, Narváez lidera medidas significativas, incluida la Constitución de 1845. Enfrentamiento a la segunda guerra carlista. Bravo Murillo firma el Concordato en 1851. Intentos de reforma, corrupción y desconfianza llevan a cambios en 1854.
– Bienio Progresista (1854-56):
Pronunciamiento en Vicálvaro liderado por Dulce y O’Donnell, con Cánovas del Castillo. Revueltas en Madrid, regreso de Espartero. Desamortización, ley de FFCC, Banco de España y Constitución de 1856 (sin entrar en vigor). Problemas de deuda llevan a la retirada de Espartero y el retorno de O’Donnell.
– Unión Liberal (1856-63):
Estabilidad y crecimiento económico. Ley Moyano, Canal del Ebro, desarrollo de FFCC y telégrafo. Revueltas por escasez de trigo en Andalucía y Madrid (1857). Política exterior expansiva con expediciones a Conchinchina, Santo Domingo, Perú, México y norte de África, resultando en una guerra con Marruecos (1860, Batalla de Tetuán) con resultados limitados.
– Fin del reinado (1863-68):
Gobiernos moderados y unionistas enfrentan descrédito de la Corona y crisis económica. Protestas por destitución de profesores (La noche de san Daniel), sublevación de sargentos del Cuartel de San Gil reprimida. Pactos de Ostende (1866) unen progresistas, demócratas y republicanos contra Isabel II. Armada en Cádiz se subleva liderada por almirante Topete, con apoyo de generales Prim y Serrano. Revolución Gloriosa (1868) con levantamientos populares, victoria en Alcolea y huida de Isabel II a Francia.
3. El Sexenio Democrático (1868-1874): la constitución de 1869. Evolución política: gobierno provisional, reinado de Amadeo de Saboya y Primera República
– La Constitución de 1869 y Gobierno Provisional (1868-1870):
Tras la Revolución Gloriosa, la Junta Revolucionaria liderada por el general Serrano tomó medidas para estabilizar la situación, convocando Cortes constituyentes. La coalición de unionistas, progresistas y demócratas ganó las elecciones y elaboró la Constitución de 1869, considerada la primera democrática en España. Incluyó derechos como sufragio universal, libertad de imprenta y soberanía nacional, estableciendo una monarquía con poder limitado. Serrano fue nombrado regente y Prim, jefe de gobierno. Enfrentaron desafíos como la guerra en Cuba y oposición de carlistas y alfonsinos.
– Reinado de Amadeo de Saboya (1870-1873):
Buscando un candidato no borbón para el trono, el general Prim propuso a Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia, aunque enfrentó oposición republicana y de partidarios del duque de Montpensier. Amadeo asumió el trono tras el asesinato de Prim. Enfrentó oposición de republicanos, carlistas y partidarios de Alfonso, hijo de Isabel II. Su reinado estuvo marcado por conflictos, incluyendo la Tercera Guerra Carlista y la guerra en Cuba. Con agitación sociopolítica y la presión internacional, Amadeo abdicó el 11 de febrero de 1873, proclamándose la República en España.
– Primera República Española (1873-1874)
Establecida el 11 de febrero de 1873, la Primera República fue un periodo de gran inestabilidad. Figueras y Pi y Margall asumieron la presidencia, buscando una república federal ordenada. Sin embargo, la lucha entre federalistas y unitarios, junto con la amenaza del cantonalismo radical, causaron conflictos. La república enfrentó insurrecciones, golpes de estado y rebeliones cantonales, especialmente en Levante y Andalucía. Emilio Castelar asumió la presidencia en medio de la crisis y reprimió la insurrección cantonalista. La inestabilidad llevó al golpe de estado de Pavía, disolviendo las Cortes y marcando el fin de la república. La restauración monárquica se gestó con el pronunciamiento de Martínez Campos en 1874, proclamando rey a Alfonso XII.
Bloque 6: El régimen de la Restauración (1874-1902)
1. El sistema canovista: la Constitución de 1876 y el turno de partidos. La oposición al sistema
– Creación del sistema canovista
Tras la restauración borbónica con Alfonso XII, Cánovas del Castillo estableció el sistema canovista, buscando una monarquía pactada. Creó dos partidos principales: el Partido Conservador y el Partido Liberal, estableciendo las bases de la Restauración. La Constitución de 1876 definió un sistema bipartidista, con sufragio limitado, dando gran poder al rey y facilitando el turnismo entre conservadores y liberales para evitar conflictos. El caciquismo, práctica corrupta de manipulación electoral, prevaleció, excluyendo a otros partidos. El turno pacífico y el fraude electoral caracterizaron este periodo, consolidándose con el Pacto del Pardo entre Cánovas y Sagasta.
– Gobiernos en el Reinado de Alfonso XII (1876-1885):
- Gobierno de Cánovas (1876-1881): Período autoritario, buscó consolidar la monarquía con medidas como juramentos de lealtad, control sobre la libertad de expresión y sufragio censitario. Logró pacificar a los carlistas y abolir los fueros vascos. En Cuba, la Paz de Zanjón (1878) otorgó amnistía sin abordar autonomía ni esclavitud.
- Gobierno de Sagasta (1881-1883): Inició el turnismo, implementando reformas en el Ejército y políticas librecambistas. Se garantizó la libertad de imprenta y se llevaron a cabo reformas educativas.
- Gobierno de Cánovas: Continuó hasta el final del reinado, enfrentando una epidemia de cólera.
- Regencia de María Cristina (1885-1902): Durante la regencia de María Cristina, se consolidó el pactismo entre los partidos de la Restauración.
- Gobierno liberal de Sagasta (1885-1890): Promulgó reformas importantes, como la Ley de Asociaciones que legalizó sindicatos y permitió congresos obreros. Se estableció la ley de sufragio universal y se modernizó el ejército. Durante el reparto colonial en África en 1885, España tuvo una participación limitada.
Hasta finales de siglo: Se sucedieron gobiernos de ambos partidos, enfrentándose a desafíos coloniales, debates sobre proteccionismo y librecambismo, y el crecimiento de los nacionalismos. En 1897, Cánovas fue asesinado.
– Los nacionalismos catalán y vasco y el regionalismo gallego. El movimiento obrero y campesino
a. Carlismo:
Tras la derrota en 1876 y el exilio de Carlos VII, surgen dos variantes políticas: la integrista, de catolicismo intransigente, y los tradicionalistas.
b. Nacionalismos:
- Cataluña: Se fortalece durante la Restauración como reacción al centralismo liberal. Dos modelos: republicano federal y conservador. Predominio del conservador con la Lliga Regionalista en 1901.
- País Vasco: Surge por la pérdida de fueros y la industrialización. Sabino Arana lidera el PNV, reivindicando raza, lengua y costumbres.
- Galicia, Valencia y Andalucía: Emergencia de nacionalismos regionales.
c. Republicanismo:
Cuatro corrientes a finales de siglo lideradas por exrepublicanos. Disputa con anarquismo y socialismo por el apoyo popular.
d. Movimiento Obrero:
- Condiciones Laborales: Industrialización lleva a migración a ciudades. Jornadas largas, bajos salarios, explotación infantil.
- Partido Socialista Obrero Español (PSOE): Fundado en 1879 por Pablo Iglesias, inicialmente marxista pero evoluciona hacia posiciones socialdemócratas.
- Unión General de Trabajadores (UGT): Sindicato socialista fundado en 1888. Celebra el Primero de Mayo en 1890 y establece la primera Casa del Pueblo.
- Anarquismo: Introducido por Fanelli, seguidor de Bakunin. Perseguidos, operan en clandestinidad. Conflicto anarquista con atentados contra Cánovas, Alfonso XII y en Barcelona.
- Confederación Nacional de Trabajadores (CNT): Fundada en 1910, principal sindicato anarcosindicalista hasta la Guerra Civil.
2. Las guerras de Cuba, el conflicto bélico contra Estados Unidos y la crisis de 1898
A finales del siglo XIX, las colonias españolas de Cuba, Puerto Rico y Filipinas enfrentaron conflictos y deseos de independencia. La guerra en Cuba entre 1895 y 1898, marcada por la ineficacia del ejército español, resultó en la intervención de Estados Unidos a favor de los insurgentes. La explosión del acorazado USS Maine llevó a la declaración de guerra de Estados Unidos a España, extendiéndose el conflicto a Filipinas.
El Tratado de París en 1898 determinó la independencia de Cuba y la cesión de Puerto Rico, Filipinas y Guam a Estados Unidos. Las consecuencias incluyeron pérdidas demográficas y económicas significativas, así como un desgaste político en España. Esto generó un movimiento de regeneracionismo, liderado por el gobierno de Silvela en 1899 y movimientos intelectuales críticos, buscando reformar España sin cambiar radicalmente el sistema.
Bloque 8: El reinado de Alfonso XIII (1902-1931)
1. La crisis de la Restauración: intentos regeneradores y oposición al régimen:
A principios del siglo XX, la monarquía liberal en España enfrentó inestabilidad política tras la derrota en 1898. El Regeneracionismo, liderado por Joaquín Costa, buscó reformas ante el sistema oligárquico. A pesar de intentos de estabilización, la crisis persistió con cambios de gobierno y conflictos internos. La Primera Guerra Mundial y la crisis de 1917 agravaron la situación, llevando a la profunda crisis de la Restauración.
Oposición al Régimen:
Los principales partidos opositores fueron:
- Republicanos: Unión Republicana: Surgió con la aspiración de democratizar la política y adoptar laicismo. Unión de tendencias reformistas y radicales, esta última liderada por Lerroux, que más tarde formaría el Partido Radical.
- Nacionalistas: Cataluña (Lliga Regionalista): Liderada por Cambó, buscaba autonomía y modernización económica. La Mancomunidad de Cataluña se estableció en 1914. Esquerra Republicana surgió en 1931. País Vasco: Tras la muerte de Arana, se dio un enfrentamiento entre radicales y moderados que abogaban por la autonomía.
- Movimiento Obrero: Anarcosindicalismo (CNT): Dividido entre grupos violentos y anarcosindicalistas, la CNT, fundada en 1910, se convirtió en la principal fuerza obrera en Cataluña y Andalucía. Activa en la huelga general de Barcelona (1909) y el trienio bolchevique. (PSOE): Inicialmente marxista, cambió estrategia uniéndose a la alianza Convergencia Republicano-Socialista en 1910. Pablo Iglesias fue el primer diputado obrero en 1910. La UGT ganó fuerza en la huelga de 1917, y en 1921, surgió el Partido Comunista tras la Revolución Soviética.
2. El impacto de los acontecimientos internacionales: Marruecos, la Primera Guerra Mundial y la Revolución rusa
I Guerra Mundial en España
La I Guerra Mundial dividió a España entre germanófilos (conservadores) y aliadófilos (liberales). A pesar de la neutralidad, la economía española experimentó un crecimiento debido a la exportación a los países beligerantes, beneficiando a la burguesía. Sin embargo, la clase trabajadora, especialmente en el campo, sufrió descensos en el nivel de vida.
Conflicto de 1917 y Malestar Social
En el verano de 1917, España enfrentó un triple conflicto:
- Descontento militar: Oficiales formaron Juntas de Defensa, exigiendo aumentos salariales y oponiéndose a ascensos rápidos.
- Asamblea de Parlamentarios: Juntas se unieron a la Lliga Regionalista, republicanos y grupos obreros, buscando una reforma política y Cortes Constituyentes para establecer un sistema democrático. Dato disolvió las Cortes al no recibir suficiente apoyo.
- Huelga general: UGT y CNT convocaron una huelga para derrocar el régimen y establecer una república democrática. Hubo represión militar, condenas y aumento de la conflictividad.
Colapso del Sistema Liberal (1917-1923)
Entre 1917 y 1923, los partidos dinásticos no pudieron mantener el sistema oligárquico, y los partidos no dinásticos también perdieron fuerza:
- -PSOE se dividió tras la fundación de la III Internacional en 1919.
- -Republicanos evolucionaron a posiciones conservadoras.
- -Nacionalistas en Cataluña y País Vasco experimentaron escisiones.
- -Aumento de afiliados en sindicatos, con la UGT y la CNT destacando.
Trienio Bolchevique (1918-1920)
En Andalucía, campesinos denunciaron el sistema latifundista, intensificando las movilizaciones dirigidas por sindicatos. Hubo huelgas en minas e industrias, destacando la huelga en la Canadiense de Barcelona. La represión militar y conflictos entre patronal y obreros caracterizaron este periodo.
Intervención en Marruecos:
tras la I Guerra Mundial, España completó la ocupación del territorio en Marruecos. La derrota en Annual generó un escándalo político, involucrando a militares, partidos dinásticos y el rey, aumentando el desprestigio del régimen y el ejército. El gobierno de García Prieto intentó salvar el régimen con un programa de democratización que no se pudo llevar a cabo.
3. La dictadura de Primo de Rivera. El final del reinado de Alfonso XIII:
Miguel Primo de Rivera lideró un golpe militar en 1923, estableciendo un régimen transitorio con respaldo empresarial y eclesiástico. La dictadura suspendió la Constitución, censuró y prohibió partidos. Enfrentó conflictos en Marruecos y descontento interno.
Durante el Directorio Militar (1923-1925), se instauró el estado de guerra y se reforzó el control militar. En el Directorio Civil (1925-1930), Primo de Rivera buscó consolidar el régimen con una política intervencionista en la economía, creando monopolios estatales y obras públicas. Sin embargo, a partir de 1926, perdió apoyo.
El final de la dictadura se vio marcado por la oposición a medidas impopulares, conspiraciones y la aparición de nuevos partidos. En 1930, Primo de Rivera dimitió.
El intento de retorno a la normalidad constitucional por el general Berenguer no tuvo éxito. El Pacto de San Sebastián (1930) buscaba proclamar la república. A pesar de un fallido intento insurreccional en 1930, las elecciones municipales de 1931 reflejaron un rechazo a la monarquía. Alfonso XIII abandonó España, proclamándose la Segunda República el 14 de abril de 1931.