Durante el periodo comprendido entre 1902 y 1923 (monarquía de Alfonso XIII), tiene lugar una permanente crisis política que afecta al sistema de la Restauración. Las causas de inestabilidad e incapacidad de los gobiernos para superarla fueron: la personalidad del rey Alfonso XIII, que se implicó en la política rodeado e influido por el sector más conservador; la división de los partidos del turno y la lucha entre los nuevos políticos por el control de sus grupos; el progresivo debilitamiento del caciquismo y del falseamiento electoral; a ello se suman las críticas del regeneracionismo y el mayor peso del voto de las ciudades. Además, socialistas, republicanos y nacionalistas incrementaron su fuerza electoral y, a partir de 1917, ningún partido fue capaz de formar gobierno por sí solo.

Entre los grandes problemas que protagonizan la vida política se encuentra el aumento de la lucha social, la reaparición de la cuestión religiosa, resurgió el llamado problema militar, cristalizó el movimiento nacionalista en Cataluña y el País Vasco y el problema de Marruecos.

La Primera Década del Siglo XX (1902-1912)

La primera década del siglo XX fue muy inestable, con continuos cambios de gobierno, estuvo marcada por los intentos de aplicar las reformas regeneracionistas que fracasaron por las disputas internas entre los partidos. En 1905 estalló una fuerte crisis en Cataluña, tras la victoria del partido nacionalista, Lliga Regionalista, en las elecciones municipales. El gobierno suspendió las garantías constitucionales y en 1906 se aprobó la Ley de Jurisdicciones, por la que se identificaron los delitos contra el ejército, lo que desprestigió a los liberales.

El Gobierno de Antonio Maura (1907-1909)

En enero de 1907, el rey llamó a formar gobierno al líder del partido conservador, Antonio Maura. Éste afrontó un programa de gobierno con medidas de inversión pública en sectores estratégicos, de atención a demandas sociales y estableció el voto obligatorio para intentar luchar contra el caciquismo. Su apuesta más ambiciosa fue la creación de las Mancomunidades, que no salieron adelante por falta de apoyo.

La Crisis de 1909 y la Semana Trágica

En 1909 se desencadenó una profunda crisis provocada por la situación en Marruecos y los errores del gobierno. El clima de tensión desembocó en el desastre del Barranco del Lobo, se declaró el estado de guerra y durante varios días, en la Semana Trágica de Barcelona, tuvieron lugar una serie de sucesos que acabaron con una represión por parte del gobierno de Maura que provocó su caída y que Alfonso XIII disolviera las Cortes y traspasara el gobierno a los liberales.

El Gobierno de José Canalejas (1910-1912)

Entre 1910 y 1912 dirigió el gobierno José Canalejas, líder del partido liberal. Constituyó el último intento de regeneracionismo. Durante este periodo, las Cortes aprobaron la Ley del Candado, por la que se prohibía durante dos años la instalación de nuevas congregaciones religiosas. En 1912 se aprobó en el Congreso la Ley de Mancomunidades, que permitía un incipiente autogobierno y satisfacía las peticiones catalanistas. Pero el 12 de noviembre, Canalejas fue asesinado por un radical anarquista y, a partir de ese momento, se iniciaba una etapa de crisis permanente de los partidos del turno.

La I Guerra Mundial y la Crisis de 1917 (1914-1917)

En agosto de 1914 estalla la Primera Guerra Mundial y España (Eduardo Dato, conservador) se declara neutral. A partir de 1915, hubo un boom económico, ya que España fue suministradora de los países en guerra, pero se produjo un importante aumento de precios, lo que condujo a una situación de brecha social entre ricos y pobres.

En el verano de 1917 confluyen tres importantes crisis:

  • La crisis militar: con las Juntas de Defensa, estalla en junio debido al malestar entre los militares por las reformas que pretendían hacer desde el gobierno.
  • La crisis política: con la Asamblea de Parlamentarios, estalla en julio cuando diversos grupos de la oposición ven un buen momento para emprender una revolución democrática. Cambó, líder de la Lliga, toma la iniciativa y convoca una asamblea de parlamentarios en Barcelona en julio de 1917, en la que acordaron formar un gobierno provisional y celebrar Cortes Constituyentes para intentar reformar la Constitución.
  • La crisis social: ya desde marzo de 1917, la UGT y la CNT suscribieron un manifiesto llamado “La Huelga General”, que estalla en agosto. Tiene impacto en centros industriales de Madrid, Barcelona, País Vasco, Asturias… apenas en zonas rurales. Todo el comité de huelga cayó preso y fue condenado a cadena perpetua.

El Trienio Bolchevique y el Desastre de Annual (1918-1923)

Entre 1918 y 1923 se suceden once gobiernos cada vez más débiles. Con el fin de la Guerra Mundial, se van agravando la situación económica y social y la contradicción de los precios, los despidos y las huelgas; a ello se suma la mortalidad de la gripe de 1918, la violencia en el enfrentamiento entre obreros y patronos a partir de 1919. El gobierno de Maura autoriza a las autoridades militares y a los industriales a endurecer su posición.

Los sectores más radicales del anarquismo responden con la acción directa, entrando en las principales ciudades del país. En 1921 es asesinado Eduardo Dato por anarquistas y en 1923 es asesinado el líder anarquista Salvador Seguí.

El Desastre de Annual

En el verano de 1921, el gobierno decide completar la ocupación total del territorio colonial en Marruecos. El general Berenguer era el alto comisionado español en la zona e inició la ocupación del sector occidental, combinando operaciones militares y política de alianzas.

El general Silvestre era comandante general de Melilla y, de forma impulsiva, se precipita sobre el Rif con intención de ocupar después la bahía de Alhucemas. Abd el-Krim, líder rifeño, abanderó el cerco a las tropas españolas en Annual. Silvestre dio la orden de retirada en medio del caos y se pierden 13.000 soldados y todo el territorio. Llegan tropas de refuerzo de Melilla y se recupera el territorio de nuevo.

El desastre de Annual constituyó una de las causas del fin del régimen parlamentario. El gobierno nombró una comisión presidida por el general Picasso. El desprestigio del régimen fue en aumento y el ejército se mostraba en rebeldía contra el sistema. El socialista Indalecio Prieto atribuyó al rey toda la responsabilidad del desastre.

El Golpe de Estado de Primo de Rivera (1923)

Tras la incapacidad del sistema para renovarse y democratizarse, se acababa propiciando la solución militar. En el año 1923, Primo de Rivera daba un golpe de estado por el que se imponía una dictadura militar como solución a la crisis del régimen, que triunfaba sin resistencias.