Situación previa al golpe de Estado

La situación previa al golpe de Estado era muy tensa, con gran descontento de la población y frecuentes manifestaciones obreras. La situación empeora tras el desastre del Annual. El 13 de septiembre de 1923, el general Primo de Rivera protagoniza un Golpe de Estado y toma los servicios básicos de la ciudad. Este Golpe de Estado se acordó entre militares de ambos bandos (peninsulares y africanistas), que buscaban un Gobierno fuerte y que sería liderado por Primo de Rivera. El Gobierno liberal de García Prieto intentó sofocar la rebelión destituyendo a los generales.

Alfonso XIII, inconforme ante esta medida, contacta con Primo de Rivera para formar un nuevo Gobierno. La oligarquía apoyará este pronunciamiento, pues pretende acabar con los conflictos sociales, al igual que el ejército, en mayor parte para ocultar el informe Picasso. Este informe investigó el desastre del Annual y tanto Primo de Rivera como sus apoyos, intentarán esconder sus implicaciones.

Finalmente, la dictadura fue aceptada y presentada con un lenguaje regeneracionista como provisional para mejorar la situación política, económica y social del país. La dictadura se divide en dos etapas.

El Directorio Militar (1923-1925)

El Directorio Militar es la primera etapa de la Dictadura de Primo de Rivera y se extiende desde 1923 hasta 1925. Primo de Rivera es el máximo mandatario y a nivel administrativo, los gobernadores civiles son sustituidos por gobernadores militares. También existe la figura del rey, Alfonso XIII, pero sus poderes se verán limitados. El objetivo principal del nuevo Gobierno es el orden político y finalizar con la guerra de Marruecos.

Algunas de las medidas que se llevaron a cabo durante este periodo fueron la suspensión de la Constitución de 1876, así como la limitación de derechos y la actividad política. Se suspenden las Cortes, además de la Mancomunidad de Cataluña. Se crea la figura del Delegado Gubernativo. También se paralizó el informe Picasso y se declara el Estado de Guerra. La persecución de grupos revolucionarios se limita a los anarquistas, provocando su clandestinidad y la aparición de la FAI (Federación Anarquista Ibérica). Esta etapa se caracteriza por la consecución de paz social, orden público y la ordenación de la administración central, provincial y municipal. La guerra de Marruecos termina con el pacto que Primo de Rivera firma con los franceses tras el final del desastre del Annual con el desembarco de Alhucemas (Abd-el-Krim se rindió).

Oposición al régimen

Durante la Dictadura se crean numerosos grupos de oposición, como los nacionalistas catalanes (supresión de la Mancomunidad), intelectuales, el movimiento obrero y cargos militares que no se tienen en cuenta.

  • Movimiento obrero: Todas las corrientes de izquierda, como el movimiento obrero, apoyaban la República. Se prohibió la CNT y sus actividades, lo que favoreció a la UGT que ensanchó sus filas, pues eran socialistas pero no perseguidos. En cambio, los anarquistas fueron perseguidos fomentando la violencia terrorista (FAI).
  • Ejército: En el Ejército, a pesar de los apoyos iniciales, el trato de Primo de Rivera a los africanistas provoca una sublevación. En 1926 tiene lugar la Sanjuanada, que reunía tanto a militares como a personas influyentes, y es reprimida por las fuerzas estatales.
  • Intelectuales: Respecto a los intelectuales, en oposición al Régimen, encontramos dos grupos. Por una parte, intelectuales como José Ortega y Gasset y Unamuno, ni defendían el Régimen ni lo criticaban. En cambio, el otro grupo participa activamente en la resistencia. En 1924, se clausura el Ateneo de Madrid por ser lugar de reunión y promover ideas republicanas. Primo de Rivera intenta poner en marcha la “Ley Calleja”, para permitir a las órdenes religiosas otorgar títulos universitarios.

El Directorio Civil (1925-1930)

La segunda etapa de la dictadura de Primo de Rivera, el Directorio Civil, fue el movimiento de mayor éxito durante su Gobierno. Se reforma su imagen y su gabinete lo conforman personalidades civiles. También se inició la Unión Patriótica, partido político conformado por “buenos” españoles de ideología conservadora católica. También se proyecta una especie de Constitución, la Constitución de 1929, que nunca se llevó a cabo. Esta Constitución negaba la soberanía nacional, establecía la separación de poderes, otorgaba privilegios al rey… Además, se convoca la Asamblea Nacional Consultiva con el objetivo de legislar y crear proyectos que el dictador aprobaba.

Fue una época de bonanza económica, se crearon monopolios (telefónica), obras públicas, la Exposición Iberoamericana de 1927 en Sevilla o la Plaza de España. Los beneficios se dirigieron principalmente a la oligarquía y a pesar de que el paro se redujo, el modelo de regulación del trabajo y la organización cooperativa entre empresas y empleados favorecían a los mandatarios.

La Dictablanda y los antecedentes de la Segunda República

En 1929, con una crisis a nivel internacional (el Crack de Wall Street) Primo de Rivera pierde apoyos. Además, los españoles comienzan a reclamar de nuevo las libertades políticas perdidas y Alfonso XIII le retiró su confianza pues daba una mala imagen de la monarquía. En enero de 1930 Primo de Rivera dimitió ante el rey y se exilió a Francia, poniendo fin al Directorio Civil.

Tras la dimisión de Primo de Rivera comienza un periodo denominado “La Dictablanda” que se aleja del autoritarismo. Se intenta restaurar la Constitución de 1876 y el sistema canovista, pero el pueblo se niega. Finalmente, Dámaso Berenguer es instaurado en el poder ante el miedo de la aparición de una república.

En agosto de 1930, republicanos y socialistas firman el Pacto de San Sebastián con la finalidad de derribar la monarquía de Alfonso XIII. Se intenta un pronunciamiento en Jaca, pero fracasa y se fusila a sus cabecillas. El comité revolucionario que organizaba estas acciones, redacta un manifiesto para conseguir el apoyo popular. Finalmente, Berenguer es sustituido por Aznar y se convocan elecciones municipales, en las cuales los republicanos obtuvieron la mayor parte de victorias. Esto terminó desencadenando la proclamación de la Segunda República y el exilio del rey Alfonso XIII.