La Economía del Siglo XVI

La economía del siglo XVI se caracterizó por un incremento continuo de la población, con el consiguiente crecimiento de la demanda de productos. Desde América, la agricultura tuvo un alza constante. La expansión del siglo XVI no mejoró ni transformó la estructura agraria. A principios del siglo XVI, también se produjo una expansión industrial artesanal, por la demanda del mercado americano. El comercio fue el sector con mayor desarrollo, gracias a la explotación del Nuevo Mundo. El crecimiento se centró en las ciudades castellanas y en los puertos del Atlántico.

Sociedad Estamental

La sociedad estamental se caracterizó por el privilegio de la nobleza y el clero, y la persecución de cualquier desidencia o desacuerdo de opiniones religiosas o ideológicas. Se conformó una sociedad más conservadora y el mayor valor era ser hidalgo (noble), aunque no tuviera fortuna. La nobleza era el 5% y era la élite que tenía inmensos patrimonios. El clero, entre el 5 y el 10%, se distinguía entre el alto clero (arzobispos…) con situaciones semejantes a la nobleza, y el bajo clero (párrocos, monjes…) que vivían como artesanos o campesinos. El señorío, que era la forma más extendida y sólida de su preeminencia social, luego los no privilegiados, eran los pecheros sujetos a pago de tributos y justicia ordinaria el 80%, como población urbana, había diferencias de fortunas, todos sujetos a dominio nobiliario y cargaban con los impuestos. Luego los distinguidos por su etnia: moriscos y judíos conversos, que eran marginados y perseguidos.

Guerra de los 30 Años

La Guerra de los 30 Años fue un conflicto de signo religioso, al enfrentar a protestantes y católicos, pero significó también una pugna política contra el dominio de Europa de los Habsburgo austriacos y españoles. Los contendientes, agotados por la larga guerra, pactaron la Paz de Westfalia. España reconoció la independencia del territorio norte de los Países Bajos, y Francia continuó hasta que acabó en la Paz de los Pirineos donde los españoles cedieron territorios que tenían al norte de los Pirineos.

La Guerra de Sucesión

El último monarca, Carlos II, murió sin descendencia. Su testamento proclamaba sucesor a Felipe V (Borbón). Este nombramiento causó un gran conflicto y rápidamente los contrarios a tal situación dieron el apoyo al otro candidato, el austriaco, y entraron en guerra con Francia y España. De esta forma, se convirtió en un conflicto internacional. En España también había dividido los territorios, fieles de uno y otro. La paz se firmó en los Tratados de Utrecht y Rastdat, pero teniendo que ceder a Austria: Milán, Flandes, Nápoles, Luxemburgo y Cerdeña. A Gran Bretaña: Gibraltar y Menorca. A Saboya: Suiza y Sicilia.

Absolutismo

La monarquía absoluta es una forma de gobierno en la que el monarca (lleve el título de rey, emperador, zar o cualquier otro) ostenta el poder absoluto. No existe en ella división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial). Al instalarse los borbones en el trono español, impusieron el modelo de absolutismo implantado en Francia con Luis XIV. En esta fórmula política, el monarca absoluto constituía la encarnación misma del Estado: a él pertenecía el territorio y de él emanaban las instituciones. Su poder era prácticamente ilimitado, autoridad máxima del gobierno y cabeza de la justicia.

Centralización

Los primeros borbones, Felipe V y Fernando VI, tenían la tarea de unificar y reorganizar los reinos peninsulares, mediante los Decretos de Nueva Planta. Se abolieron las cortes de diferentes reinos integrándolas en las de Castilla, que se convirtieron en las Cortes de España. Se suprimió el Consejo de Aragón y el Consejo de Castilla.

Sociedad y Economía del Antiguo Régimen (Siglo XVIII)

Pervivencia de la Sociedad Estamental

Los elementos esenciales eran la desigualdad jurídica y el inmovilismo. Estaba dividida en clero (2% de la población pero controlaba el 40%), la nobleza (que pertenecía por nacimiento y era el 5%) y luego el campesinado (que era el resto y soportaba las cargas económicas).

Una Economía Agraria

Era la fuente esencial de riqueza en el siglo XVIII y la mayor parte estaba amortizada, no podía ni comprarse ni venderse, solo en herencia. La corona, la nobleza y la iglesia eran dueños de los señoríos. La mayor parte del campesinado era arrendatario (norte) y jornalero (sur). En Cataluña, las tierras eran señoríos laicos o eclesiásticos, cultivadas por campesinos con contratos enfitéuticos, estables y de perpetuidad. En Galicia y Asturias, los arrendamientos (foros) eran fijos durante 3 generaciones, pero la falta de tierras generó estos foros (subforos) y un problema de minifundismo, con explotaciones minúsculas, incapaces de mantener una familia. En Castilla, Extremadura y Andalucía existían enormes extensiones (latifundios) en manos de nobleza y clero, trabajadas por campesinos en arriendos de cortos plazos o jornaleros. La ganadería ovina era aún muy fuerte.

Industria y Comercio Interior

La industria tradicional continuaba organizada de forma gremial, con estricto control sobre la producción y creación de nuevas industrias. Había escasez de demanda. El comercio, el mercado interior era débil y escaso, existían intercambios de tipo local y comarcal. Había problemas de transporte. La economía agraria era casi de autoconsumo. Solo el comercio colonial mantenía una cierta importancia, permitiendo una reactivación de las transacciones con América.

La Ilustración Española

La introducción y difusión de nuevas ideas ilustradas fue lenta y difícil. Surgió una generación de pensadores (Feijoo, Caldaso, Jovellanos…) que en sus escritos reflejaban las preocupaciones y criticaban el modelo social de España del siglo XVIII. No formaban un grupo homogéneo, pero coincidían en la idea de progreso. Muchos eran miembros de la pequeña nobleza y estaban aislados. Hicieron de la educación un objetivo prioritario. También se preocuparon de la cuestión económica, eran conscientes de la situación del país y había que proponer una serie de reformas que contribuyeran al crecimiento económico.

El Despotismo Ilustrado: Carlos III

Accedió al trono español al morir su hermanastro Fernando VI sin descendencia. Se mostró partidario de seguir ideas de progreso y racionalización ilustradas. Tuvo que enfrentarse a la oposición de grupos privilegiados contra su programa de reformas. Así se produjo el motín de Esquilache, una gran revuelta que tuvo lugar en Madrid. Este lo destituyó, paralizó las reformas y tomó medidas. Se calmó el país y volvió a retomar su programa, pero de mano de ministros y colaboradores como Campomanes, Floridablanca y Aranda, también otros puestos públicos, ilustrados como Olavide, Cabarrus y Jovellanos, que propusieron medidas de renovación y racionalización del Estado.

Política Ilustrada

Forma de gobierno en la que los ilustrados aceptaron la debilidad de la burguesía y la ignorancia de las clases populares que hacían imposible cualquier programa de cambio que no fuera asumido por un poder fuerte como el de la monarquía. Tomaban medidas para favorecer al pueblo, pero no preguntaban su opinión, simplemente dictaban las normas que querían. Esto sucede cuando Carlos III accede al trono. Al principio, iba a favor del progreso y la racionalización ilustrada. Tuvo enfrentamientos por sus reformas (motín de Esquilache). Aterrorizado, paró las reformas, contó con colaboradores y ministros como Floridablanca, Jovellanos… con medidas de modernización y racionalización. Expulsó a los jesuitas. En lo social: una reforma de estudios. En lo económico: limitación de privilegios (reforma agraria), libre circulación de mercancías en el interior, apoyo a la actividad industrial y moderación en la política impositiva. Se crearon sociedades económicas de amigos del país.