Carteles de Propaganda en la Guerra Civil Española

Los carteles fueron fuentes primarias de naturaleza historiográfica, con contenido político y propagandístico relacionado con la Guerra Civil Española. En su elaboración participaron numerosos artistas gráficos de ambos bandos y su destinatario era el público.

Cartel del Bando Sublevado

El cartel del bando sublevado fue editado por el Servicio Nacional de Propaganda, probablemente en 1939. En él se observa una gigantesca cruz en cuyos brazos se puede leer “Primera Cruzada”, que proyecta su sombra sobre un globo terráqueo donde se ve España. Alrededor del globo se puede leer la frase: “España orientadora espiritual del mundo”. El objetivo de este cartel es justificar o legitimar el alzamiento militar desde el punto de vista religioso, presentando la guerra como una cruzada que defiende la religión católica.

Cartel del Bando Republicano

El cartel del bando republicano fue publicado en 1937 y está firmado por Parrilla, un autor del que se conocen más de 13 carteles y que pertenecía a la UGT. En el cartel se observan dos soldados con fusiles en mano en actitud de lucha y avance, ambos protegidos por una figura femenina, alegoría de la República que sostiene una corona de laurel del triunfo en una mano. Entre los dos soldados aparece un medallón con un puño cerrado y una estrella de 5 picos, símbolos ambos de internacionalismo obrero, donde se puede leer la frase “Voluntarios internacionales de la libertad, 1936-1937”. En la parte inferior del cartel encontramos el mensaje principal: “Los internacionales, unidos a los españoles, luchamos contra el invasor”.

La Represión Franquista

Tras la victoria del bando nacional, se inició una dura represión contra los republicanos y sus simpatizantes. La Ley de Responsabilidades Políticas, aprobada en 1939, establecía penas de cárcel, inhabilitación y confiscación de bienes para quienes hubieran participado activamente en la República o se hubieran opuesto al bando nacional durante la guerra civil.

La represión se institucionalizó con la aprobación de diferentes leyes, como la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo de 1940, Ley contra el Bandidaje y el Terrorismo de 1958 y la Ley de Orden Público de 1959.

Represión de la Mujer

Las mujeres relacionadas con la República, al igual que los hombres, fueron represaliadas, encarceladas y fusiladas. Además, recibieron castigos específicos por su condición de mujer. Se las humillaba rapándoles la cabeza, forzándolas a ingerir aceite de ricino y después hacerlas desfilar por las calles. Se las detenía y torturaba para que delataran a sus familiares varones que se habían escondido o habían huido. También vivían agresiones sexuales, que iban desde la violación, a tener que realizar favores sexuales a cambio de gestiones para favorecer a familiares encarcelados.

Otra forma de represión fue arrebatarle sus hijos para darlos en adopción o para ser reeducados por el régimen. Otro problema que vivieron estas mujeres en la posguerra fue que sobre ellas recayó el sustento familiar, ya que sus maridos se encontraban presos, en el exilio o habían sido fusilados. Muchas buscaron como forma de sobrevivir la prostitución.

El aumento escandaloso de la prostitución en la posguerra llevó a las autoridades franquistas en 1941 a aprobar un Real Decreto por el que se ratificaba la creación de prisiones especiales para la regeneración y la reforma de mujeres extraviadas, como la cárcel de Calzada de Oropesa en Toledo con una capacidad para 500 mujeres, en su mayoría provenientes de Madrid, cárcel donde está realizada la fotografía.