La Guerra Civil Española: Sublevación, Desarrollo y Dimensión Internacional
La Sublevación Militar y el Estallido de la Guerra
Tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, un grupo de generales monárquicos y conservadores (Sanjurjo, Mola, Franco), con el apoyo de grupos de derechas (Falange, Renovación Española y carlistas), comenzaron a preparar un levantamiento militar. El asesinato de Calvo Sotelo sirvió de pretexto para iniciar el alzamiento. La sublevación se inició en Marruecos el 17 de julio, bajo la dirección del general Franco, y rápidamente se extendió por la Península, mientras el gobierno de Quiroga reaccionaba con lentitud. El golpe de estado triunfó en Marruecos, Canarias y el norte de la península. Pero fracasó en Madrid, Cataluña, Levante, la franja cantábrica, Castilla-La Mancha, Andalucía Oriental y Extremadura. El objetivo era implantar rápidamente un régimen autoritario que pusiese fin a la República.
Desarrollo de la Guerra y División de Bandos
Tras el golpe, desde el 20 de julio, España quedó dividida en dos bandos:
El Bando Nacional
Los sublevados, autodenominados nacionales, pretendían restablecer el orden, acabar con la anarquía y con los enemigos de la patria, calificados como rojos. Militarmente, contaban con milicias falangistas y carlistas, un ejército disciplinado con una estricta dirección, y combatientes marroquíes, irlandeses, portugueses, italianos y la Legión Cóndor alemana. Contaban con el apoyo de las oligarquías tradicionales, pequeños propietarios agrarios, clases medias católicas, integrantes de la CEDA, organizaciones de extrema derecha (falangistas y carlistas) y la Iglesia católica. Económicamente, dominaban las principales zonas agrarias.
El Bando Republicano
Defendían la República democrática y sus logros frente al fascismo, que se extendía por Europa. Militarmente, lo formaban milicias de partidos y sindicatos de izquierda, el Quinto Regimiento, guardias de asalto, gran parte de la guardia civil, de la marina y aviación, y las Brigadas Internacionales. Económicamente, controlaban las zonas industriales y mineras, y los recursos del Banco de España.
La Dimensión Internacional del Conflicto
La Guerra Civil Española estalló en un momento crítico en las relaciones internacionales, con una peligrosa tensión entre las democracias europeas (Francia y Reino Unido) y los regímenes totalitarios fascistas y nazis. La guerra provocó divisiones en la opinión pública europea y mundial, obligando a las grandes potencias a adoptar posiciones individuales y colectivas, convirtiéndose en un conflicto de trascendencia internacional.
La Sociedad de Naciones constituyó un Comité Internacional de No Intervención, propuesto por Francia y firmado inicialmente con Gran Bretaña, al que se adhirieron otros veinticinco países, entre ellos Alemania e Italia. El acuerdo prohibía la exportación a España y a sus posesiones en el norte de Marruecos de armas, municiones y todo material de guerra. Estados Unidos no aceptó el acuerdo. El Acuerdo de No Intervención resultó ineficaz, una farsa, como fue calificado en su momento.
La ayuda que recibió el ejército franquista vino de: Alemania, con la Legión Cóndor; Italia, con aviones y el Cuerpo de Tropas Voluntarias. Alemania e Italia prestaron ayuda por la necesidad de realizar una puesta a punto de cara a la guerra mundial que se avecinaba, porque simpatizaban ideológicamente con los sublevados y por la posibilidad de ejercer influencia sobre un nuevo aliado. En menor medida, recibió apoyo de Portugal (Legión Viriato) e Irlanda (Legión de San Patricio). El Estado Vaticano reconoció el régimen en 1937.
El Gobierno republicano contó con el apoyo de las Brigadas Internacionales, de la URSS con la entrega de armamento, que la II República pagó con el oro del Banco de España (oro de Moscú), y la pequeña ayuda de México con municiones y acogiendo a exiliados. Los gobiernos conservadores de Gran Bretaña se abstuvieron de apoyar a la II República, promoviendo una política de apaciguamiento hacia los fascismos, para evitar que un conflicto local se transformara en una guerra europea, que no deseaban ni podían permitirse.
Francia alentó la adhesión al Gobierno republicano, pero sin pronunciamiento oficial para no levantar las iras británicas y por el miedo a provocar a Alemania; limitándose a cerrar las fronteras para que no entrase armamento. Las razones que dio Estados Unidos para mantenerse neutral fueron no alentar el comunismo europeo. Oficialmente, alentó la no intervención y la prohibición de venta de armas; sin embargo, grandes empresas estadounidenses abastecieron al bando franquista. Intelectuales y artistas se involucraron y acudieron a España, como Hemingway, G. Bernanos y Robert Capa.