La II República Española: Proclamación, Constitución de 1931 y Reformas del Bienio Progresista
Proclamación de la II República Española
Las elecciones municipales del 12 de abril de 1931, convocadas por el Almirante Aznar en nombre de Alfonso XIII, dieron la victoria a las fuerzas republicanas en las grandes ciudades, adquiriendo el carácter de plebiscito contra la monarquía. Ante esta situación, y sin apoyos, el rey Alfonso XIII se vio obligado a renunciar al trono y abandonar España. Los miembros del Comité Revolucionario (firmantes del pacto de San Sebastián) proclamaron la II República el 14 de abril, convirtiéndose en el nuevo gobierno provisional, presidido por Alcalá Zamora.
El Gobierno Provisional y la Constitución de 1931
El Gobierno provisional, presidido por Alcalá-Zamora, se enfrentó con fuertes problemas (proclamación de la República catalana independiente, hostilidad de la alta jerarquía eclesiástica y el vandalismo anticlerical), iniciando un programa reformista mediante decretos ministeriales. Convocaron elecciones generales el 28 de junio, mediante sufragio universal masculino, que dieron el triunfo a la coalición Republicano Socialista.
La redacción de una nueva Constitución fue la primera tarea de las nuevas Cortes. Esta establecía:
- Una república democrática, bajo soberanía popular.
- Estricta separación de poderes.
- Poder legislativo en manos de unas Cortes unicamerales, elegidas por sufragio universal que, por primera vez, incluía a las mujeres.
- Una sola Cámara legislativa.
- Presidente elegido por las Cortes (era el poder moderador).
- El ejecutivo se constituía según la mayoría parlamentaria.
La aprobación de los artículos 26 y 27, relativos a la cuestión religiosa, provocó la dimisión de Alcalá-Zamora y Miguel Maura (ministro de Gobernación), poniendo al frente del Gobierno a Azaña. Aprobada la Constitución el 9 de diciembre de 1931, al día siguiente Alcalá Zamora es elegido presidente de la República y confirmaba a Azaña como jefe de Gobierno.
El Bienio Progresista (1931-1933)
Durante este período, el poder está en manos de los izquierdistas. Aprobada la Constitución, es elegido Presidente de la República Alcalá Zamora y Azaña es nombrado jefe de gobierno. Su gabinete está formado por republicanos de izquierdas y socialistas. Continúan las reformas del gobierno provisional, pero las del bienio progresista son las más profundas desde el inicio de la revolución liberal en la década de 1830.
Principales Reformas
Se llevarán a cabo importantes reformas en diversas áreas:
- Reforma religiosa
- Reforma militar
- Reforma agraria
- Reformas laborales
- Reformas en la enseñanza
- Afrontamiento del problema regional
Reforma Agraria
La reforma agraria tenía como objetivo la redistribución de la propiedad agraria. Fue aplicada a toda España, aunque no era igualmente necesaria en todo el país. Los resultados de la Ley de Reforma Agraria fueron decepcionantes: se expropiaron muy pocas tierras y fueron muy pocos los campesinos que vieron resuelta su situación debido al bajo presupuesto de la reforma.
Renovación Educativa
Hubo otra renovación importante: la educativa, marcada por la influencia de la Institución Libre de Enseñanza. Su objetivo era crear un sistema educativo unificado, laico, público y gratuito en primaria. Se implantó la coeducación, se prohibió la enseñanza a las órdenes religiosas y se disolvió la Compañía de Jesús, provocando el rechazo de la Iglesia.
Reforma Militar
Con el fin de modernizar el Ejército, se redujo su número. Se derogó la Ley de Jurisdicciones y se suprimieron los tribunales de honor, el Consejo Supremo de Guerra y Marina y la Academia Militar de Zaragoza. Se creó una fuerza leal al nuevo régimen, la Guardia de Asalto. Hubo una supresión de la mitad de las regiones militares y de algunos grados militares, y se modificó el sistema de ascensos para intentar hacerlo más racional. Los militares tenían también la obligación de jurar lealtad al régimen.
Creación de un Estado Laico
Se impulsó la creación de un Estado laico, independiente de la Iglesia.
Estatutos de Autonomía
El 9 de septiembre de 1932 se aprobó el Estatuto de Cataluña con Macià como presidente. El estatuto vasco, aprobado en referéndum en noviembre de 1933, fue bloqueado posteriormente por los gobiernos de centro-derecha.
Oposición y Crisis del Bienio Progresista
Las fuerzas políticas y sociales en la oposición dificultaron el gobierno de Azaña, que se enfrentó a:
- La derecha antiliberal: Protagonizó el fallido golpe de Estado liderado por Sanjurjo (conocido como la Sanjurjada). Como respuesta, el gobierno suspendió periódicos de derechas, destituyó altos cargos (como el Director General de la Guardia Civil), disolvió un tercio de la Guardia Civil, expropió tierras a quienes apoyaron el golpe y procesó a Sanjurjo.
- La ofensiva sindical de la CNT: Con sucesos violentos como los de Casas Viejas (Cádiz).
- La derecha católica: Se organizó en torno a la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas – 1933), liderada por Gil Robles.
- Los ultra monárquicos: Fundaron Renovación Española, liderada por Calvo Sotelo.
Fin del Bienio Progresista y Convocatoria de Elecciones
La crisis del Gobierno de Azaña quedó patente al perder las elecciones municipales de abril de 1933. Las dimisiones dentro de la coalición gobernante llevaron a la destitución de Azaña por parte del Presidente de la República, quien encargó formar gobierno a Lerroux. Este convocó nuevas elecciones generales para noviembre de 1933. La victoria de la CEDA y el Partido Radical de Lerroux dio inicio al Bienio radical-cedista (1933-1936).