LA CONSTITUCIÓN DE 1845

La Constitución de 1845 asentaba los principios del moderantismo. Sus principales características fueron:

  • Soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
  • Reforzamiento del poder real.
  • Sistema bicameral: Senado (designado por el rey) y Congreso de Diputados elegidos por sufragio censitario.
  • Centralización administrativa y uniformidad en todo el territorio.
  • Confesionalidad católica del Estado y obligación de mantener el culto y el clero.
  • Administración local y provincial bajo control del poder ejecutivo.
  • Supresión de la Milicia Nacional.
  • Fragmentación de derechos y libertades.

LA REVOLUCIÓN GLORIOSA

El objetivo principal era acabar con la monarquía de Isabel II, formar un gobierno provisional y convocar Cortes Constituyentes por medio de sufragio universal masculino. El movimiento revolucionario se inició en septiembre de 1868 con la sublevación de la escuadra en Cádiz, al mando de Topete, quien, junto a Prim y Serrano firmó el Manifiesto “Viva España con honra”. El pronunciamiento fue seguido por un movimiento insurreccional que se extendió por muchas ciudades, donde se constituyeron juntas revolucionarias con demandas sociales y políticas: sufragio universal, derecho de asociación, eliminación del impuesto de consumos, supresión de las quintas, educación gratuita, derecho al trabajo, abolición de la pena de muerte y de la esclavitud… Esto se resolvió con el nombramiento de un Gobierno provisional encabezado por Prim y con el general Serrano como nuevo regente del reino.

FRACASO DE LA I REPÚBLICA

La I República tuvo que enfrentarse desde sus inicios a problemas muy graves:

  • Intensificación de los conflictos preexistentes: la insurrección carlista, que se extendió por Cataluña, las provincias vascas y el Maestrazgo, prolongándose el conflicto, y la insurrección cubana que, pese a las propuestas de integrar Cuba y Puerto Rico en la Federación española y la abolición de la esclavitud, la República no logró frenarla.
  • El más grave llegó por la impaciencia del republicanismo intransigente y las sociedades obreras. Se inició una insurrección popular que se extendió rápidamente por lugares como Cartagena y Valencia. La proclamación de cantones federales, con gobiernos autónomos y legislación propia fue la consecuencia de aplicar la estructura federal desde abajo y el deseo de avanzar en las reformas sociales.
  • El aislamiento internacional. Las potencias veían la República española como un régimen revolucionario que podía poner en peligro la estabilidad de Europa.

Pi y Margall, dimitió ante tener que acabar por las armas con la revuelta. Le sustituyó Salmerón, que logró sofocar el movimiento cantonal. Pero Salmerón abandonó el gobierno por su desacuerdo con la aplicación de la pena de muerte contra los cantonalistas. Para sustituirle se nombró a Emilio Castelar, republicano unitario, pero los republicanos federales provocaron su caída mediante una moción de censura. El nuevo giro a la izquierda precipitó el golpe de Estado del general Pavía que, con fuerzas de la Guardia Civil, irrumpió en las Cortes en enero. Finalmente, se impuso un régimen autoritario y el 29 de diciembre de 1874, el general Martínez Campos encabezó un pronunciamiento en Sagunto que proclamó rey de España a Alfonso XII, restaurando así la monarquía borbónica.

CONSTITUCIÓN DE 1869

Las características principales de la Constitución de 1869 son:

  • Amplio régimen de derechos y libertades
  • Sufragio universal masculino
  • Libertad de religión (Pero Estado mantenía culto y clero católico)
  • Soberanía nacional
  • Descentralización administrativa
  • Reforma gobierno de las provincias ultramar (Cuba y P. Rico) para incorporarlas a la Constitución
  • Cortes bicamerales (Congreso y Senado)
  • Adopción de la monarquía democrática: limitaba los poderes de la Corona y reforzaba la soberanía nacional a través el poder legislativo. El poder ejecutivo quedaba en manos del gobierno y el judicial, independiente.

¿POR QUÉ SE INSTAURÓ LA I REPÚBLICA?

Antes de la proclamación de la I república, España era una monarquía al mando de Amadeo de Saboya. Pero su poder no llegó a consolidarse porque tuvo que enfrentarse a numerosos problemas: dos guerras (carlista y cubana), la oposición de los republicanos, el movimiento obrero, y la oposición de los sectores conservadores que, liderados por Cánovas del Castillo, defendían el regreso de los Borbones en la persona de Alfonso XII. La renuncia al trono de Amadeo 1873 situó al republicanismo en una situación de emergencia. Pi i Margall tomó la iniciativa y propuso proclamar la república. Los monárquicos, que eran mayoría, no tenían alternativa política y vieron la república como una continuación de la monarquía, pero sin rey. Para los republicanos significó una ruptura con el sistema anterior y una forma de transformar el Estado. La República se inauguró con un gobierno presidido por Figueras, que mantuvo vigente la Constitución de 1869 hasta que unas nuevas Cortes organizaran la nueva forma de Estado. Su proyecto era institucionalizar la república a través de la acción gubernamental basada en la legalidad y la convocatoria de elecciones. La República tuvo un fuerte impacto en los sectores populares, que esperaban que le nuevo régimen satisficiese sus aspiraciones de forma inmediata.

¿POR QUÉ ALCANZÓ EL TRONO EN 1870 AMADEO I DE SABOYA?

La revolución de 1868, conocida como Revolución Gloriosa, acaba con el reinado de Isabel II, que se marcha al exilio. Se forma un Gobierno provisional, encabezado por Prim, y con el general Serrano como nuevo regente del reino. Su objetivo era democratizar el régimen, por lo que procedieron a la creación de una nueva Constitución, la de 1869, que reconocía a España como una monarquía parlamentaria. Proclamada la Constitución, las Cortes establecieron una regencia que ratificó a Prim y Serrano en sus cargos e inició la búsqueda de un nuevo rey. El elegido fue Amadeo de Saboya, un hombre con una concepción democrática de la monarquía e hijo de Víctor Manuel II, el rey unificador de Italia. Su candidatura fue votada en Cortes y fue proclamado rey en enero de 1871, pocos días después del asesinato de Prim, su principal valedor y aglutinador de la coalición monárquico-democrática que le daba apoyo.

SISTEMA IDEADO POR CÁNOVAS / RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN

El sistema de la Restauración borbónica fue promovido por políticos conservadores, hombres de negocios y militares que compartían una serie de intereses: la defensa del orden social, la propiedad y la monarquía. Este nuevo régimen diseñado por Cánovas del Castillo tenía como objetivo superar los problemas de la monarquía isabelina: el monopolio del poder ejercido por los partidos, el intervencionismo del Ejército y los constantes enfrentamientos políticos. La Constitución de 1876, de carácter moderado, actuaba como marco jurídico de un sistema bipartidista en el que conservadores y liberales se alternaban pacíficamente en el poder (turno dinástico). Ambos partidos, el conservador liderado por Cánovas del Castillo y el liberal por Sagasta, coincidían en lo esencial: defensa de la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y un Estado unitario y centralista. El funcionamiento del turno ocurría así: cuando el gobierno experimentaba desgaste, el rey nombraba presidente al líder de la oposición. Este disolvía las Cortes y convocaba nuevas elecciones, cuyo resultado estaba acordado de antemano. Para asegurar el funcionamiento del sistema se servían de todo tipo de falsificaciones electorales como el fraude, el pucherazo, los caciques y la abstención generalizada. De esta forma quedaban excluidas del sistema el resto de fuerzas políticas: carlistas, republicanos, PSOE… así como los movimientos nacionalistas (Cataluña, País Vasco, Galicia…) que surgieron en respuesta al carácter centralista del Estado.

CONSTITUCIÓN DE 1876

La Constitución de 1876 favoreció la estabilidad política y sirvió como marco jurídico del Sistema de la Restauración. Aunque tenía un claro carácter conservador, se redactó con cierta flexibilidad con el objetivo de que gobernaran los dos partidos del turno sin tener que cambiarla cada vez. Los principales elementos de esta Constitución eran:

  • Amplia declaración de derechos y libertades, aunque se dejaba su posterior regulación al ejecutivo. Los gobiernos conservadores lo aplicaron de un modo más restrictivo y los liberales, en un sentido más amplio.
  • Un enfoque conservador de la división de poderes basado en la soberanía compartida entre las Cortes y el rey (amplias competencias a la Corona):
    • El rey ocupaba un papel moderador por encima de los partidos, ejercía la jefatura del ejército, elegía al jefe de Gobierno…
    • El poder legislativo recaía en unas Cortes bicamerales: Senado (designado por el rey) y Congreso de los Diputados.
    • Poder judicial independiente.
  • El tipo de sufragio quedaba a decisión del gobierno. Los conservadores establecieron el voto censitario mientras que los liberales el sufragio universal masculino (si bien su eficacia fue anulada por el fraude).
  • El catolicismo como religión oficial del Estado, asignando a la Iglesia el control de la educación. Además garantizaba el presupuesto para el sostenimiento del culto y del clero.
  • Carácter centralista del sistema, que ponía ayuntamientos y diputaciones bajo el control del gobierno.

FUNCIONAMIENTO ELECTORAL

El sistema de la Restauración se basaba en la existencia de dos grandes partidos: conservador y liberal, que coincidían en la defensa de la monarquía, la Constitución, la propiedad privada y la centralización del Estado. Ambos eran partidos de minorías. En cuanto a sus diferencias, el partido conservador (liderado por Cánovas del Castillo) era más proclive al inmovilismo político y la defensa de la Iglesia y el orden social, mientras que el partido liberal (dirigido por Sagasta) estaba más inclinado a un reformismo más progresista y laico. La preeminencia que la Constitución otorgaba a la Corona la convertía en árbitro de esta alternancia. Cuando el partido de gobierno sufría un desgaste político, el monarca llamaba al jefe del partido de la oposición a formar nuevo gobierno. El nuevo jefe de gabinete convocaba elecciones, que se aseguraba que fuesen favorables al gobierno, para contar con una mayoría parlamentaria que le permitiese gobernar de manera estable. Esta alternancia en el poder solo era posible gracias a un masivo fraude electoral orquestado desde el gobierno en el que jugaban un papel fundamental los caciques, que ejercían influencia sobre el electorado. Esta adulteración sistemática del resultado también se vio beneficiada por el elevado abstencionismo. El control del proceso electoral se ejercía a partir de dos instituciones: el ministerio de la Gobernación y los caciques. El ministerio elaboraba la relación de los candidatos que debían ser elegidos (el “encasillado”) y los gobernadores civiles transmitían esa lista de candidatos a los caciques. Los caciques eran individuos o familias que, por su poder económico o por sus influencias políticas, controlaban una determinada circunscripción electoral. Para conseguir la elección del candidato gubernamental no se dudaba en falsificar el censo incluyendo personas muertas, manipular actas electorales, ejercer compra de votos y coacción al electorado (pucherazo).

CACIQUISMO

El turno dinástico y la alternancia en el poder solo era posible gracias a un masivo fraude electoral orquestado desde el gobierno y en el que desempeñaban un papel fundamental los caciques, que ejercían gran influencia sobre el electorado. Esta adulteración sistemática del voto se veía también beneficiada por el elevado abstencionismo. El control del proceso electoral se ejercía a partir de dos instituciones: el ministerio de la Gobernación y los caciques. El ministerio elaboraba la relación de los candidatos que debían ser elegidos (el “encasillado”) y los gobernadores civiles transmitían esa lista de candidatos a los caciques. El sistema se sustentaba en la red clientelar del caciquismo. Los caciques eran individuos o familias que, por su poder económico o por sus influencias políticas, controlaban una determinada circunscripción electoral. Su influencia era mayor en los distritos rurales, donde buena parte de la población estaba supeditada a sus intereses. Gracias al control de los ayuntamientos, estos hacían informes y certificados personales, controlaban el sorteo de las quintas, podían resolver o complicar los trámites burocráticos y administrativos y proporcionaban puestos de trabajo.

CAUSAS Y CONSECUENCIAS DE LA GUERRA DE CUBA

Cuba concentraba numerosos intereses y negocios españoles. Su economía se basaba en la plantación de azúcar de caña, café y tabaco para la exportación. El comercio cubano se veía limitado por los aranceles que España imponía y que dificultaba la exportación hacia Europa o Estados Unidos. En la Paz de Zanjón de 1878 se pactaron medidas destinadas a facilitar la autonomía cubana, pero la mayoría de los políticos españoles eran contrarios a concederla. La oposición cubana al arancel Cánovas provocó un gran malestar tanto en la isla como en Estados Unidos, que debía pagar fuertes aranceles por los productos que exportaba a Cuba. Por tanto, en 1895 estalló una nueva insurrección en la isla a partir del grito de Baire. En 1898, el presidente de EEUU se presentó como defensor del pueblo cubano antes las atrocidades del ejército español. Bajo pretexto del hundimiento de uno de sus buques de guerra, el Maine, anclado en el puerto de La Habana, declaró la guerra a España, que se negó a renunciar a la isla.

En cuanto a las consecuencias, la derrota con EEUU fue humillante para la sociedad española, y supuso una conmoción moral colectiva. El desastre del 98 supuso la derrota definitiva del Imperio y el país se hundió en una crisis y fuerte pesimismo. Un grupo de literatos denominados Generación del 98 (Unamuno, Pío Baroja…), analizaron el problema de España en un sentido crítico. A nivel económico, la guerra supuso grandes pérdidas materiales, pero también beneficios a medio plazo. Permitió la vuelta a España de capitales cubanos que a su vez permitieron la formación de nuevos bancos y una recuperación económica. Sin embargo, a largo plazo, fueron notables las pérdidas de los ingresos de las colonias y de los mercados preferentes. El desastre del 98 puso en jaque al sistema de Restauración y a los partidos de turno dinástico. Hubo un crecimiento de los nacionalismos en Cataluña y País Vasco ante la incapacidad de partidos dinásticos. El movimiento regeneracionista denunció los defectos de la Restauración. Joaquín Costa denunció el fraude electoral y el atraso económico y social de España bajo su lema “Escuela y despensa”. A principios de 1899 hubo un intento de gobierno regeneracionista presidido por Silvela, pero fracasó y el turno dinástico continuó.

TRATADO DE PARIS

El 10 de diciembre se firmó el Tratado de París y España abandonó Cuba, Puerto Rico y las Filipinas, que quedaron bajo influencia estadounidense. Las últimas colonias en el Pacífico se vendieron a Alemania, debido a la imposibilidad de mantener las colonias. Con ello se perdían los últimos restos del antiguo imperio colonial español. (+ consecuencias de la guerra)

POLÍTICA DEL GOBIERNO ESPAÑOL

La guerra de Cuba se inició tras la insurrección de los independentistas cubanos y se desarrolló en tres fases:

  • 1895 a 1896: Comienza la insurrección con el Grito de Baire y la muerte del líder independentista José Martí. El gobierno español respondió enviando un ejército a Cuba, al frente del cual se hallaba el general Martínez Campos, que no pudo frenar el avance cubano.
  • 1896 a 1897: La falta de éxitos militares decidió el relevo de Martínez Campos por el general Weyler, que llegó a la isla con la voluntad de emplear métodos contundentes. La ofensiva militar fue acompañada de la concentración de los campesinos en aldeas cerradas para aislarlos de las tropas insurrectas (guerras trochas). La dificultad de proveer de alimentos y de facilitar asistencia médica, tanto al ejército como a los campesinos, comportó una elevada mortalidad.
  • 1897 a 1898: el nuevo gobierno liberal decidió probar la estrategia de la conciliación. Relevó al general Weyler y concedió la autonomía a Cuba, el sufragio universal masculino, la igualdad de derechos entre insulares y peninsulares y la autonomía arancelaria. Pero las reformas llegaron demasiado tarde. Los independentistas, que contaban con el apoyo estadounidense, se negaron a aceptar el fin de las hostilidades. El conflicto tomó un nuevo rumbo.