La Rusia de los Zares

Un Imperio Inmenso y Atrasado

El zar dirigía un régimen político llamado autocracia, gobernando directamente el imperio. Se apoyaba en la burocracia, el ejército y la Iglesia ortodoxa. La economía rusa era principalmente agraria, con una propiedad comunal llamada mir y una privada en manos de la nobleza y los kulaks. Las condiciones de los campesinos eran precarias, existiendo la servidumbre. El capitalismo penetró en el occidente del imperio, iniciando una industrialización concentrada con capital principalmente francés. Esto llevó a la aparición de obreros industriales, antiguos campesinos que habían huido de la miseria rural emigrando en busca de trabajo.

El Crecimiento de la Oposición

La oposición al zarismo creció con la industrialización, que dio lugar a la difusión de ideas laborales, anarquistas y marxistas. En Rusia aparecieron movimientos populistas como La Voluntad del Pueblo, que buscaban acabar con el zarismo. El anarquismo, con figuras como Bakunin y Kropotkin, creó organizaciones como Tierra y Libertad, que buscaban repartir las tierras entre los campesinos y se oponían a la autocracia. Además, se crearon partidos como el Partido Democrático Constitucional y el Partido Social Revolucionario. La influencia del marxismo dio lugar al Partido Social Demócrata Ruso, con Lenin como líder, que se dividió en bolcheviques (radicales) y mencheviques (moderados).

La Revolución de 1905 y los Intentos de Reforma

Durante el reinado de Nicolás II, la agitación política y social aumentó por las malas condiciones de vida y la corrupción en la corte. La penuria económica se agravó por la derrota en la guerra ruso-japonesa. En 1905, un movimiento contra el zarismo cobró fuerza en San Petersburgo. Una manifestación reprimida por el ejército dio lugar al Domingo Sangriento. Tras esta revolución, se convocó una Duma (asamblea legislativa de representantes de los grupos políticos) y el ministro Stolypin promovió una reforma agraria.

La Revolución de Febrero de 1917

La Contuntura de la Primera Guerra Mundial

La participación de Rusia en la Primera Guerra Mundial transformó las fábricas en industrias de guerra y disminuyó la producción agraria por el reclutamiento de campesinos. Los productos escasearon, los precios subieron y la capacidad adquisitiva de la gente disminuyó. A esto se sumó la derrota contra Alemania, que produjo una alta mortandad de combatientes. El desastre militar y económico condujo a otra revolución.

La Caída del Zarismo (Febrero de 1917)

El movimiento comenzó el 23 de febrero con una gran manifestación en Petrogrado que culminó el 27 de febrero en una huelga general. Se formaron grupos de soviets. El zar y su gobierno intentaron abandonar la guerra, pero finalmente el zar se vio obligado a abdicar. El Soviet de Petrogrado impulsó un gobierno provisional que prometió reformas políticas y sociales, y se comprometió a convocar una Asamblea Constituyente para decidir el destino político de Rusia. La guerra continuaba y los obreros exigían su retirada. Entonces se perfiló el doble poder del gobierno provisional y de los soviets.

La Dualidad de Poderes (Marzo-Octubre de 1917)

Desde su regreso, Lenin defendía que la revolución debía superar su fase liberal-burguesa para convertirse en una revolución proletaria, y llamó a favor de la salida de la guerra por el agravamiento de la situación. Lvov fue sustituido por un socialista moderado, Alexander Kerenski, quien prometió la formación de la Asamblea Constituyente, pero se enfrentó al Soviet de Petrogrado y persiguió a los bolcheviques. Las dificultades en el gobierno de Kerenski aumentaron por un golpe de Estado de los militares zaristas. Kerenski venció la intentona con el apoyo del Soviet y de los bolcheviques. Estos últimos tomaron la iniciativa. Lenin convenció al partido bolchevique de la necesidad de pasar a la insurrección armada. El bolchevique Trotsky tomó un papel directivo.

La Revolución de Octubre de 1917

Las Jornadas Revolucionarias

El partido bolchevique fue prohibido y Lenin se exilió por el fracaso de una insurrección popular en Petrogrado. Los soviets planificaron la insurrección contando con el apoyo de la Guardia Roja. El 25 de octubre, las fuerzas insurrectas se hicieron con los sitios clave de la capital. La toma de la fortaleza de Pedro y Pablo demostró que el ejército no dispararía contra el pueblo, y así se produjo el asalto al Palacio de Invierno (residencia del gobierno provisional). Kerenski y el gobierno dimitieron. La revolución se extendió a los núcleos industriales de Rusia, que quedó en manos de los bolcheviques, con algunos territorios aún zaristas.

Las Primeras Medidas Revolucionarias

El Segundo Congreso de los Soviets aprobó la formación del Consejo de Comisarios del Pueblo, dirigido por Lenin. El nuevo ejecutivo emprendió con celeridad la instauración del nuevo régimen y decretó las primeras medidas revolucionarias. El gobierno declaró que los pueblos que integraban el imperio se asociaron como repúblicas al gobierno soviético, reconociendo su derecho a la autodeterminación. Un decreto mostró la determinación del gobierno de establecer la paz con Alemania (Tratado de Brest-Litovsk). Rusia renunció a países bálticos, territorios polacos y a una Ucrania independiente.

La Guerra Civil y el Comunismo de Guerra

Los partidarios del viejo orden, dirigidos por una parte del ejército zarista, acabaron llamándose rusos blancos por oposición a la Rusia roja o revolucionaria. Los rusos blancos crearon fuerzas en la zona este del país, mientras que los revolucionarios controlaban el centro de Rusia. Junto a los blancos lucharon una legión checa y tropas inglesas y francesas. El Ejército Rojo se basaba en la disciplina y grados militares clásicos, con comisarios políticos que vigilaban a los combatientes y fomentaban el ánimo revolucionario. Así comenzó la guerra civil, que causó muchas muertes, miseria y hambre. Primeramente los blancos obtenían victorias, pero el Ejército Rojo fue creciendo y, tras la guerra en Ucrania, se declaró vencedor. La guerra civil orientó la economía del país a ganar la guerra. Esta fase de la revolución se conoce como comunismo de guerra, que dio lugar a la supresión de la propiedad privada.

La Consolidación del Poder Bolchevique y la Formación de la URSS

El partido pasó a denominarse Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS). Su dirección se concentró en un comité llamado Politburó, dirigido por un secretario general. Poco a poco, solo los miembros del partido podían aspirar a ejercer cargos en los soviets y en el Estado. El órgano supremo del estado era el Congreso de los Soviets, con el poder legislativo. El ejecutivo estaba en manos del Presidium. Los bolcheviques transformaron el viejo imperio de los zares en una república federal y se creó la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922. La URSS adquirió su forma definitiva en la Constitución de 1924.

La NEP, una Nueva Política Económica

Como consecuencia de la guerra civil, la economía soviética se hundió. La revolución perdía apoyos. Se reveló la marinería del puerto de Kronstadt. Por esto, Lenin propuso una reforma de la economía para mejorar las condiciones de vida. Esto llevó a la Nueva Política Económica (NEP), que permitía la existencia de propiedad privada y el control estatal de la industria. La NEP significaba implantar una economía mixta. La NEP complicó sus objetivos económicos porque la vuelta al mercado provocó la bajada de precios y sus diferencias, originando problemas de acaparamiento y abastecimiento. Los beneficios privados dieron lugar a diferencias sociales. La nueva política económica produjo un serio debate y reforzó el enfrentamiento interno.

De Lenin a Stalin

La Creación de la Tercera Internacional

Los bolcheviques querían renovar el marxismo y crearon partidos para liderar la revolución obrera. Así, fundaron la nueva Internacional Obrera, juntando a todos los partidos obreros. En Moscú, en 1919, se fundó la Tercera Internacional (Komintern), que hizo un llamamiento a todos los partidos socialistas. Se produjo una división entre los partidos que estaban a favor y en contra de esta propuesta. Esta división se acentuó al aprobarse 21 condiciones que debían cumplir los partidos que quisieran adherirse. Las 21 condiciones dieron lugar a los partidos comunistas. La Komintern estableció su sede en Moscú y los partidos comunistas estaban obligados a respetar sus acuerdos, respondiendo al leninismo (nuevo marxismo).

La Muerte de Lenin y la Disputa por el Poder

Tras la muerte de Lenin, surge el Gran Debate (1924-1928) por la jefatura del partido, el poder en el Estado soviético y la dirección y orientación de la revolución. Se enfrentaron dos figuras principales: Trotsky y Stalin.

  • Trotsky y sus aliados defendían el abandono de la NEP para extender la revolución permanente.
  • Stalin y otros dirigentes proponían continuar con la economía mixta y construir el socialismo en un solo país.

Finalmente, Stalin se hizo con el poder. El resultado fue la orientación de la revolución hacia el establecimiento de un orden autocrático. Stalin optó por el fin de la economía mixta (NEP) y forzar la colectivización de la propiedad. Con el poder absoluto, Stalin acabó con sus opositores, expulsándolos del país o condenándolos a muerte. Este episodio convirtió al régimen en una dictadura.

Los Comienzos del Estalinismo

Stalin, Dueño del Poder

El sistema estalinista impuso el comunismo en el estado y en la sociedad soviética. Stalin ejerció una dictadura personal, eliminando a todo aquel que se le opuso. Creó la nomenklatura, una nueva clase social privilegiada compuesta por planificadores de la economía, directores de empresas, etc. En un estado supuestamente igualitario, estas élites tenían acceso a privilegios y se fomentó la creación de vínculos de clientelismo dentro del PCUS. El pensamiento socialista se redujo a una serie de dogmas y se rindió culto a Stalin. Se impuso una férrea censura donde el estado dictaba las pautas a seguir. El realismo socialista se convirtió en el arte oficial de la Unión Soviética. Se prohibió el arte vanguardista y se impuso una estética que exaltaba el trabajo y la solidaridad.

La Planificación y la Colectivización de la Economía

La política de Stalin se orientó hacia una sociedad sin propiedad privada. El control estatal se implementó mediante la planificación de la economía a través de planes quinquenales elaborados y supervisados por el Gosplán (gran organismo directivo de la planificación). Su objetivo era convertir a la URSS en un país industrial y hacer de su sector agrario un núcleo de producción. Durante el primer quinquenal (1929-1933) se colectivizaron los bienes inmuebles en las ciudades y se intentó suprimir la economía de mercado. La colectivización masiva de la agricultura comenzó cuando, en las zonas cerealistas, los campesinos fueron agrupados en granjas colectivizadas (koljós). Este fue el fin de los kulaks. Los capitales se extrajeron de las actividades primarias, generando una desigualdad entre ciudad y campo. La agricultura fue el sector donde se obtuvieron mayores fracasos, dando lugar a periodos de escasez. La planificación comportó la industrialización de la URSS y transformó la estructura del país.

El Terror Stalinista

Se inició una represión generalizada conocida como las Grandes Purgas. A través de órganos estatales, se persiguió a dirigentes del partido, acusados de colaborar con la Alemania nazi y de crímenes contra el estado. Se desarrollaron los Procesos de Moscú, que costaron la vida a miles de personas. Muchas de ellas fueron acusadas falsamente y se vieron obligadas a retractarse de sus errores antes de la sentencia. Algunos líderes de la Revolución de Octubre de 1917 figuraron entre sus víctimas. Stalin condenó a miles de ciudadanos a campos de concentración (Gulag), que eran campos de trabajos forzados en zonas inhóspitas de la URSS. Durante las purgas se ejecutaron unas 700.000 personas y 2 millones fueron enviadas al Gulag.

El Fascismo

El fascismo hace referencia al modelo político que tuvo su primera expresión en Italia y Alemania en el periodo de entreguerras. Con el tiempo, adquirió un significado más amplio que designa una reacción violenta y autoritaria contra los principios de igualdad entre los ciudadanos, la democracia y el socialismo. Algunas de sus características son:

  • Nacionalismo exacerbado: Con un componente racista que defiende la preservación y exaltación de la raza, justifica la eliminación de otras etnias y el derecho a expandirse mediante la política militar.
  • Exaltación del estado: El estado se sitúa por encima de los derechos y libertades individuales, que se encuentran subordinados al interés del estado.
  • Rechazo al liberalismo y la democracia: Niega la igualdad, libertad, soberanía y el sufragio popular. Rechaza el parlamento y la oposición, dando el poder a las élites y a los escogidos.
  • Culto al líder: Se resalta un líder carismático que concentra todos los poderes del estado y del partido único.

El fascismo se opone a la tradición racionalista y materialista, adoptando posiciones de desconfianza en la razón y exaltando los elementos irracionales de la conducta humana. Defiende la legitimidad de la violencia y de la guerra como instrumento de progreso histórico.