La rivalidad franco-alemana y la Conferencia de Paz de París
La rivalidad franco-alemana en el corazón de Europa
La gran rivalidad franco-alemana en el corazón de Europa, derivada de la guerra de 1870, estaba impregnada de una ideología nacionalista. En el caso de Francia, ese antagonismo con Alemania estuvo en el origen del acercamiento a Rusia.
La creciente oposición del imperio austro-húngaro y del imperio de los zares
La creciente oposición del imperio austro-húngaro y del imperio de los zares en la zona del Danubio y de los Balcanes. El expansionismo austriaco chocaba con Rusia y la desconfianza francesa y británica. La seguridad del apoyo alemán había permitido a Austria-Hungría proceder a la anexión unilateral de Bosnia-Herzegovina.
La progresiva confrontación entre Reino Unido y Alemania
Las tensiones generadas por la carrera imperialista oposición mayor entre el bloque franco-británico y Alemania, una potencia tardiamente incorporada a la primera colonial y muy insatisfecha con sus logros. Los desafíos alemanes al reparto en el norte de África en que los países rivales preparaban con decisión sus armas y ejércitos.
Europa después de la Primera Guerra Mundial
A su término, había trece repúblicas y muchas de ellas eran democracias parlamentarias. La contienda barrió, así, a cuatro grandes imperios, tres de los países vencidos y uno de los supuestamente vencedores, que dieron origen a nuevas naciones.
La Conferencia de Paz de París
El reajuste fue obra de la Conferencia de Paz de París en enero de 1919, con representantes de los 27 países aliados vencedores y la ausencia de representantes de los cinco países derrotados, que no fueron convocados. Los líderes de las cuatro grandes potencias llevaron la iniciativa a pesar de sus desacuerdos; el presidente estadounidense, Woodrow Wilson; el primer ministro británico, David Lloyd George; el jefe de Gobierno francés, Georges Clemenceau, y el primer ministro italiano, Vittorio Emanuele Orlando.
El Tratado de Versalles
En virtud del Tratado de Versalles firmado con Alemania (1919), el imperio alemán desapareció. Por el oeste, Alemania perdió Alsacia y Lorena, a Francia y también a favor de Bélgica Malmedy. Por el norte, cedió a Dinamarca el ducado de Schleswig. Y por el este, la Posnania, a favor de Polonia. Además, Alemania fue obligada a asumir el pago de cuantiosas reparaciones económicas a los países vencedores.
La Revolución de Octubre
En el verano de 1917, Aleksander Kerenski confió la dirección del ejército al general Kornilov, quien en septiembre intentó dar un golpe de Estado, que fracasó. Ante la persistencia del hambre y el desprestigio del Gobierno de Kerenski, se produjo un segundo golpe revolucionario el 25 de octubre. Las milicias armadas bolcheviques, con apoyo de los marinos de la fortaleza naval de Krondstadt, asaltaron el Palacio de Invierno de Petrogrado. Al mismo tiempo, patrullas bolcheviques ocupaban todos los puntos estratégicos de la ciudad. Los bolcheviques tenían muy pocos seguidores en un país tan inmenso. Eran fuertes en las grandes ciudades y en las áreas industrializadas, así como entre los soldados movilizados. Los bolcheviques recibieron el apoyo de menos de una cuarta parte. Ganaron las elecciones los socialistas revolucionarios, que recibieron abrumadoramente los votos del campesinado. Lenin no estuvo dispuesto a compartir el poder logrado y confirmó que el único poder en Rusia habría de ser el Gobierno bolchevique, bautizando «Consejo de Comisarios del Pueblo», presidía él mismo. Según el decreto de disolución redactado por Lenin, había lugar en la nueva Rusia.