El Bienio Conservador (1933-1935)

En 1933 la situación social de la República se agravó. La crisis económica, la línea extremista que seguían los anarquistas (marcada por la FAI) y el PCE, y los frecuentes enfrentamientos entre huelguistas y la Guardia Civil fueron desgastando al Gobierno. Manuel Azaña dimitió y Alcalá Zamora convocó elecciones para el 19 de noviembre de 1933.

En estas elecciones, las primeras de España en las que votaron las mujeres, la izquierda se presentó desunida mientras que la derecha se presentó unida y organizada. La victoria sería para la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas), coalición de partidos de derecha creada por José María Gil Robles, aunque no alcanzó la mayoría. El otro partido vencedor en estas elecciones fue el Partido Radical, de centro, de Alejandro Lerroux. Gil Robles se vio incapaz de formar Gobierno ante las reacciones de los anarquistas y las amenazas socialistas y de izquierdas de desencadenar una revolución si este llegaba a ser Presidente de Gobierno. Finalmente, Gil Robles cedió y el Presidente de la República, Alcalá Zamora, mandó formar Gobierno a Lerroux.

El Gobierno Radical llevó a cabo un programa para paralizar gran parte de las reformas del bienio anterior:

  • La reforma agraria, devolviendo las tierras a sus antiguos propietarios.
  • Defensa de los privilegios de la Iglesia.
  • Freno a las autonomías.
  • Una ley de amnistía para los militares encarcelados por el intento de golpe de Estado de 1932, entre ellos al general Sanjurjo.
  • Paralización de la reforma educativa.

Estas contramedidas provocaron una radicalización tanto de la izquierda (PSOE y UGT), que se enfrentó al nuevo régimen, como de la derecha con partidos de corte fascista como Falange Española, fundado por José Antonio Primo de Rivera[1] que en 1934 se fusionó con las JONS[2]. Estos últimos, practicaban la violencia y el desorden público aumentando la conflictividad social.

La Revolución de Octubre de 1934

La violencia política y social alcanzó su cota más alta en octubre de 1934 cuando, ante las presiones de Gil Robles, se anunció la entrada de tres ministros de la CEDA en el Gobierno. El 5 de octubre, un comité dirigido por el socialista Largo Caballero y formado por socialistas, anarquistas y Esquerra Republicana de Cataluña llamó a la huelga general revolucionaria en toda España. El movimiento fracasó a nivel nacional, por la falta de coordinación y por la acción del gobierno, pero tuvo especial repercusión en Asturias y en Cataluña.

Cataluña

En Cataluña, el presidente de la Generalitat, Companys, sucesor de Macià, proclamó el 6 de octubre el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. La revuelta fue rápidamente reprimida por el Ejército y Companys detenido y encarcelado.

Asturias

En Asturias, la revolución tuvo más éxito como resultado del acuerdo entre socialistas, comunistas y anarquistas. Allí, las masas obreras se dispusieron a implantar “la República socialista”. El Gobierno puso en marcha una campaña de guerra para restablecer el orden, llamando al Ejército del Protectorado de Marruecos (la Legión y los Regulares), dirigido por el general Franco que consiguió la rendición.

Ante la inestabilidad, Lerroux dimitió. Lerroux y Gil Robles fueron designados como ministros.

El Gobierno se mostró no obstante en crisis permanente por las luchas entre el Partido Radical y la CEDA que aumentó su influencia. A lo anterior se unió en 1935 una fuerte crisis del gobierno, ya que el Partido Radical se vio envuelto en dos escándalos de corrupción:

  • El caso del estraperlo que afectaba directamente a Lerroux bajo la acusación de aceptar sobornos para introducir en España un juego fraudulento de ruleta. Lerroux y otros ministros de su partido tuvieron que abandonar el Gobierno.
  • El caso Nombela, que afectaba de nuevo al propio Lerroux por el pago de indemnizaciones fraudulentas en las colonias de África. Esto supuso la ruptura definitiva de la coalición radical-cedista.

El Presidente Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó nuevas elecciones para febrero de 1936.

Las Elecciones de 1936 y el Frente Popular (febrero-julio de 1936)

Todos los partidos de izquierda y nacionalistas se agruparon formando el Frente Popular, formado por la Unión Republicana de Azaña, los nacionalistas de Esquerra Republicana de Cataluña, PSOE, PCE y POUM. La CNT recomendó el voto a favor del Frente Popular pero no formaba parte de él. Su programa era volver a la política de reformas de la República de izquierda. Las derechas se presentaron divididas apareciendo un nuevo partido de extrema derecha, el Bloque Nacional de José Calvo Sotelo. Como independiente se presentaba Falange Española y de las JONS.

Los resultados de las elecciones dieron el triunfo al Frente Popular. Alcalá Zamora nombró Presidente del Gobierno a Manuel Azaña. También alejó a los generales más peligrosos para la República: el general Mola fue destinado a Navarra; el general Goded a Baleares y el general Franco a Canarias.

En la calle, la tensión y la violencia se radicalizaron. Pistoleros falangistas y grupos de extrema izquierda recurrieron a las armas para solucionar sus diferencias políticas produciéndose asesinatos entre militantes de ambas facciones. José Antonio Primo de Rivera fue encarcelado acusado de promover al desorden público y por posesión ilícita de armas; fue trasladado a la cárcel de Alicante desde donde siguió dirigiendo la Falange, en especial con Sanjurjo. En el Parlamento se hacía imposible la más pequeña colaboración entre los representantes de izquierdas y la oposición de derechas. Tres meses después de las elecciones, Azaña fue elegido Presidente de la República.

El Camino hacia la Guerra Civil

Desde el triunfo del Frente Popular, tanto falangistas como líderes de derechas y militares estaban dispuestos a establecer contactos con italianos y alemanes para la compra de armas y dar un golpe de Estado. Lo que Azaña no sabía era que el general Mola, en contacto con el general Sanjurjo que continuaba en el exilio en Portugal, ya había puesto en marcha la conspiración militar.

El desencadenante último de la Guerra Civil fueron dos asesinatos:

  • El del teniente de la Guardia de Asalto José del Castillo por pistoleros de extrema derecha.
  • Como represalia, el 13 de julio, un grupo de la Guardia de Asalto asesinó al diputado de derechas José Calvo Sotelo, fundador del Bloque Nacional.

Ante la gravedad de los acontecimientos, algunos militares indecisos, como el general Franco, decidieron finalmente sumarse al golpe de Estado dirigido por el general Mola y el general Sanjurjo. La insurrección se inició en Melilla el viernes 17 de julio y al día siguiente, 18 de julio, se extendió por la Península con éxito desigual. Se iniciaba así la Guerra Civil española.