Las Tres Gloriosas y el Inicio de la Monarquía de Julio

Las Tres Gloriosas (Trois Glorieuses) fueron tres jornadas revolucionarias en París que tuvieron lugar en julio de 1830. Estas jornadas llevaron al trono a Luis Felipe I de Francia e inauguraron el periodo conocido como la Monarquía de Julio.

El impacto de las Tres Gloriosas se extendió por gran parte del continente europeo, especialmente en:

  • Bélgica: Obtuvo la independencia frente a Holanda.
  • Alemania e Italia: Se identificaron con movimientos nacionalistas unificadores.
  • Polonia e Imperio Austríaco: Se identificaron con movimientos nacionalistas disgregadores.

Las potencias absolutistas de la Santa Alianza lograron controlar el proceso revolucionario, evitando su caída hasta la siguiente Revolución de 1848.

El Reino Unido, siendo una monarquía parlamentaria, no participó en el proceso revolucionario. Sin embargo, presenció el surgimiento del movimiento obrero y el Cartismo, un movimiento político que reivindicaba la extensión del sufragio.

Contexto Histórico: Las Revoluciones Burguesas

Las Revoluciones de 1830 se consideran parte de las llamadas Revoluciones Burguesas o Revoluciones Liberales. Estas revoluciones constituyen un ciclo revolucionario que continúa la Revolución de 1820 y precede a la Revolución de 1848, que también se inició en Francia.

Las Revoluciones de 1848: El Fin de la Restauración

El Auge del Liberalismo y el Nacionalismo

Revoluciones de 1848 es la denominación historiográfica de la oleada revolucionaria que puso fin a la Europa de la Restauración, un periodo caracterizado por el predominio del absolutismo en el continente europeo desde el Congreso de Viena de 1814-1815.

Esta oleada revolucionaria fue la tercera del ciclo revolucionario de la primera mitad del siglo XIX, iniciado con las revoluciones de 1820 y las revoluciones de 1830.

Además de su carácter liberal, las revoluciones de 1848 se caracterizaron por la importancia de las manifestaciones nacionalistas y el inicio de las primeras muestras organizadas del movimiento obrero.

Causas de las Revoluciones de 1848

Tras el Congreso de Viena, se restauraron las monarquías absolutas en los territorios donde las Guerras Napoleónicas habían instaurado Estados liberales, aplicando el principio de legitimismo dinástico.

Este restablecimiento del Antiguo Régimen en un periodo de cambio socioeconómico (revolución industrial, revolución burguesa y desarrollo del capitalismo) no se correspondía con el surgimiento de una opinión pública de tipo contemporáneo.

Esta opinión pública, cada vez más identificada con los valores de la sociedad industrial y urbana, en la que las clases medias, los profesionales liberales y los estudiantes universitarios tenían un peso decisivo, se mostró favorable a los movimientos liberales y nacionalistas.

La Respuesta de las Potencias Absolutistas

Las potencias absolutistas (Austria, Prusia y Rusia) lograron controlar los estallidos revolucionarios de 1820 y 1830 mediante la Santa Alianza y la convocatoria periódica de congresos.

La Comuna de París (1871): Un Breve Experimento de Autogestión

El Surgimiento de la Comuna

La Comuna de París de 1871 fue un breve movimiento insurreccional que gobernó la ciudad de París del 18 de marzo al 28 de mayo de 1871. Este movimiento instauró un proyecto político popular autogestionario que, para algunos autores, se asemejó al anarquismo o al comunismo.

Tras la derrota del gobierno imperial de Napoleón III en la Guerra Franco-Prusiana (1870-1871), París fue sometida a un sitio de más de cuatro meses (19 de septiembre de 1870 – 28 de enero de 1871). El sitio culminó con la entrada de los prusianos y la proclamación imperial de Guillermo I de Alemania en el Palacio de Versalles.

París se negó a rendirse, por lo que la nueva Asamblea Nacional y el gobierno provisional de la República, presidido por Adolphe Thiers, se instalaron en Versalles para someter a la población rebelde.

La Guardia Nacional y el Control de París

El vacío de poder en París permitió que la Guardia Nacional Francesa, la milicia ciudadana, tomara el control para asegurar el funcionamiento de la administración de la ciudad.

La Guardia Nacional contó con el apoyo de la población obrera descontenta, el radicalismo político que exigía una república democrática y la oposición a la posible restauración de la Monarquía borbónica.

La Rebelión y la Caída de la Comuna

Cuando el gobierno intentó arrebatarles el control de las baterías de cañones, compradas por los parisinos para defender la ciudad, estos se alzaron en armas. Ante la rebelión, Thiers ordenó la evacuación de la administración de la capital, y la Guardia Nacional convocó elecciones para el consejo municipal, que fue copado por radicales republicanos y socialistas.