Contexto Histórico de los Nacionalismos Catalán y Vasco

Ambos textos hacen referencia a movimientos nacionalistas que se desarrollan durante la Restauración Borbónica (1874-1923).

  • El primer texto fue escrito por Enric Prat de la Riba, “padre” del nacionalismo catalán y autor de las Bases de Manresa, que serían las bases para una futura Constitución catalana. Fundó la Liga Regionalista, partido nacionalista de derechas, cuya base social era la burguesía industrial catalana.
  • El segundo texto fue escrito por Sabino Arana, fundador del PNV, cuya base social era la burguesía rural, la burguesía industrial, el clero rural y pequeños campesinos.

En estos momentos, en España, se desarrolla el sistema político del Turnismo, caracterizado por ser un Estado unitario y centralizado.

En lo que respecta al contexto internacional, el auge de los nacionalismos en Europa crecía rápidamente, sobre todo a raíz de la caída del Imperio Napoleónico.

Ambos nacionalismos se desarrollan en las dos zonas con un desarrollo industrial mayor, y es esa burguesía emprendedora, la catalana y la vasca, la que impulsa este movimiento.

Similitudes y Diferencias entre los Nacionalismos Catalán y Vasco

En primer lugar, ambos nacionalismos surgen a finales del siglo XIX cuestionando la existencia de una única nación en España, siendo el regionalismo la raíz común. La radicalización de este último generó sendos sentimientos nacionalistas que, aunque de carácter conservador, plantearon el derecho a la autonomía y el autogobierno de Cataluña y el País Vasco debido a sus rasgos característicos y diversidad histórico-cultural propia, distintos a la del resto de España.

Sin embargo, estas reivindicaciones serían atendidas solo después de la Restauración (con la única excepción de la creación durante la Restauración de la Mancomunidad Catalana, organismo autónomo que coordinaba el funcionamiento de los municipios catalanes), durante la II República (1931-1939), y también tras la muerte de Franco, mediante los estatutos de autonomía.

Como similitudes también encontramos que ambos líderes fundaron sus propios partidos: Enric Prat, tras la creación de la Unión Catalanista, fundaría la Lliga Regionalista (1901), mientras que Sabino Arana haría lo propio fundando el PNV (1895).

No obstante, a partir de aquí comenzamos a ver ciertas diferencias entre ambos movimientos. Prat de la Riba mostró ideas conservadoras y tuvo el apoyo de la burguesía industrial. Además, no fue extremista ni buscó la separación de Cataluña de España, sino tan solo la defensa de los intereses económico-políticos de su región. Sabino Arana, por otra parte, fue ultraconservador, contando con el respaldo de la burguesía industrial. Asimismo, mostró, tal y como vemos en el texto y pese a su suavización posterior, un rechazo radical, racista y xenófobo de todo lo español, además de un enaltecimiento del mundo rural, la lengua y la tradición vasca.

Como diferencias notables encontramos también que las raíces del nacionalismo catalán son anteriores al período de la Restauración (desde la Reinaxença, 1830). Por su parte, el nacionalismo vasco tiene sus orígenes en la abolición de los Fueros (1876).

Desarrollo Económico en España durante el Siglo XIX: Un Análisis Comparativo

Estructura Económica de los Países Europeos y Estados Unidos a Finales del Siglo XIX

Se trata de un gráfico de barras en el que aparecen países de Europa y Estados Unidos representándose sus sectores de actividad (primario, secundario, terciario) tal y como se observa en la leyenda. Observando el gráfico se constata que los países con mayor porcentaje en el sector secundario y terciario son Reino Unido, Holanda, Alemania y Francia. Esos países tienen un desarrollo económico superior al resto de países europeos, especialmente comparándolos con España.

Con respecto a los países en los que a pesar de dedicarse mayormente a las actividades del sector primario, pero en los que van aumentando los otros sectores de actividad, observamos que destacan Estados Unidos, Francia y Alemania.

En cuanto a España se refiere, vemos que el sector primordial sigue siendo en el último cuarto del siglo XIX el primario, quedando muy rezagada con respectos a otros países avanzados (Gran Bretaña, Holanda) en lo que a los sectores secundarios y terciarios se refiere.

Factores que Condicionaron el Desarrollo Económico en España

Durante el siglo XIX, España sufrió una convulsa situación política que condicionó gravemente el desarrollo económico. Así, nuestro país inició el siglo XIX con la Guerra de la Independencia contra Francia, la Independencia de las colonias americanas (1810-1833), las Guerras Carlistas, la Revolución Gloriosa de 1868 o las últimas guerras en Cuba o Filipinas para evitar su independencia.

Además, hay que añadir los sucesivos pronunciamientos o golpes militares a lo largo de dicho siglo, que también impidieron la estabilidad política y el consiguiente desarrollo político y económico de España.

En el marco económico, fue necesario recurrir a una serie de desamortizaciones (como las de Mendizábal y Madoz) para reducir la dilatada deuda pública. A ello se le sumaron medidas proteccionistas para potenciar el mercado nacional y evitar así la competencia exterior, puesto que la industria estatal era poco competitiva. Esto disminuyó la entrada de nuevas tecnologías a España y provocó cierta debilidad, además de un pobre desarrollo industrial debido a la falta de competitividad.

Debido a la pobreza general de la población española, existió una escasa demanda de productos industriales. En su lugar, la burguesía adinerada prefirió invertir su capital en comprar las tierras desamortizadas o adquirir títulos de deuda pública, por lo que las inversiones extranjeras fueron necesarias para el funcionamiento de la industria española.

Por otro lado, se contaba con una pobre red de transportes (ferroviaria y de carreteras) de difícil acceso para la población, dado su elevado coste. A todo ello hay que sumarle la escasez y el alto precio de producción de ciertos recursos naturales tan básicos como el carbón o el agua, que dificultaron enormemente el proceso de crecimiento económico en todo el país.

En conclusión, a finales del siglo XIX, justo al inicio de la Restauración Borbónica, España seguía siendo un país subdesarrollado, en contraste a sus vecinos europeos.