El Movimiento Obrero en el País Vasco

Inicios: Perezagua y las Huelgas Mineras

La rápida e intensa industrialización del País Vasco generó una inmigración masiva que transformó radicalmente la sociedad, la cultura y la política. El enriquecimiento se basaba en una concepción moderna y liberal de las relaciones laborales. Ante las malas condiciones de vida de los obreros, en 1886 surge la primera asociación socialista, impulsada por el inmigrante toledano Facundo Perezagua.

En 1890, se produce una huelga minera que culmina con éxito, logrando la paralización de la actividad económica tanto en las minas como en las fábricas del valle. Como resultado, se eliminaron los barracones (viviendas precarias para los mineros) y las cantinas (tiendas de la empresa donde los obreros estaban obligados a comprar), y se implantó la jornada laboral de 10 horas.

En las elecciones por sufragio universal de 1891, varios concejales socialistas fueron elegidos en Vizcaya, aunque solo Manuel Orte pudo tomar posesión de su cargo en Bilbao, ya que los demás no eran propietarios. Bilbao acogió el Primer Congreso del PSOE, consolidándose como una de las cunas del socialismo español junto a Asturias, Madrid (PSOE) y Barcelona (UGT).

La huelga minera de 1903 fue un éxito gracias a la intermediación de los militares, pero las huelgas de 1893 y 1906 fracasaron. El radicalismo de Perezagua continuó, y en la huelga de 1910 se logró un importante éxito. De las cinco grandes huelgas mineras, tres triunfaron y dos fracasaron.

Desarrollo: Meabe y STV

A finales del siglo XIX, el socialismo se introduce en San Sebastián y Éibar. Tomás Meabe se convierte en el director del semanario “La lucha de clases” y funda las Juventudes Socialistas.

Como reacción a la “Ley del Candado” de Canalejas, en 1911 surge la Solidaridad de Trabajadores Vascos (STV), un sindicato que se declara católico y nacionalista.

Consolidación: Prieto, los Comunistas y la Dictadura

En 1915, el inmigrante asturiano, aunque criado en el País Vasco, Indalecio Prieto, sustituye el radicalismo sindicalista de Perezagua por un moderantismo más político. Se produce la alianza de los socialistas con los republicanos, y Prieto consigue ser diputado por Bilbao en las Cortes de Madrid.

En 1917 se convoca una nueva huelga, pero fracasa debido a la dura represión del ejército y al miedo de la burguesía a los aires revolucionarios que llegaban desde Rusia. El sindicalismo en el País Vasco aumenta durante la Primera Guerra Mundial, y en 1921 surge el sindicalismo comunista.

En 1923, con la dictadura militar de Primo de Rivera, se ilegaliza el anarquismo, se potencian los sindicatos católicos, y la UGT colabora con el poder, con el socialista Largo Caballero como Secretario de Estado para el Trabajo.

El Nacionalismo Vasco

Bases Sociales

Tras la abolición de los fueros, que supuso el fin de la Tercera Guerra Carlista, surgen dos posturas: la de la alta burguesía industrial urbana y la de la gran población agraria carlista, el clero y la baja burguesía antimonopolista.

Bases Ideológicas

La mitología anterior, especialmente el fuerismo medieval, fue muy importante para el nacimiento del nacionalismo vasco. El movimiento cultural del Romanticismo, al igual que en el resto de Europa, llega al País Vasco e influye en el nacionalismo. La asociación Euskalerria y la asociación Euskara son antecedentes ideológicos directos del PNV y de sus dos almas: la burguesa y la tradicionalista.

Primeras Manifestaciones Públicas

Se dan dos manifestaciones importantes: la Sanrocada, donde se queman banderas españolas, y la Gamazada, donde los vascos se unen a los navarros, utilizando el lema “Laurak Bat”, ante la intención de anular el fuero navarro.

Partido Nacionalista Vasco (PNV)

Sabino Arana, hijo de un armador carlista, difunde el concepto de “Bizkaitarrismo”. Esta ideología, que en un primer momento se centra en Vizcaya, se extenderá posteriormente. El hecho diferencial vasco radica en unas costumbres, raza, carácter y lengua distintas. Los enemigos del pueblo vasco son el gobierno liberal español, la industrialización, la inmigración de los “maketos” (españoles) y el laicismo. El lema recoge estas preocupaciones y aspiraciones: “Jaungoikoa Eta Lagi-zarra” (Euzko Alderdi JELtzalea, PNV), “Dios y Leyes Viejas”. Se configura así un nacionalismo esencialista, alejado del nacionalismo voluntarista americano o francés y cercano al “Volkgeist” alemán.

En 1894, Sabino Arana funda la asociación cultural Euskaldun Batzokija, y en 1895, el Partido Nacionalista Vasco (PNV). Ramón de la Sota, liberal fuerista de los “euskalerriakos” y líder de la burguesía naviera, librecambista y no monopolista, se convierte en el contrapunto al radicalismo reaccionario de Sabino.

En 1904 surgen las Juventudes Vascas y los “Batzokis”. Las tensiones internas que reflejan las dos almas del PNV aparecen en dos revistas: “La Euskalduna” y “Aberri”. En 1910 aparece “Askatasuna”, una escisión progresista, laica y republicana. En 1911 se funda el sindicato Solidaridad de Trabajadores Vascos.

Comunión Nacionalista Vasca

En 1916, Ramón de la Sota renombra el partido como Comunión Nacionalista Vasca (CNV) y aparta a Luis Arana.

Dictadura de Primo de Rivera

La resistencia la personifican Sabino Arana y Eli Gallastegi, quien fue expulsado de CNV en 1921. Gallastegi se caracteriza por intentar seguir el modelo irlandés y por incorporar a los trabajadores y a las mujeres a las siglas del PNV, que son recuperadas ese mismo año. CNV suspende su actividad durante la dictadura, y en 1930 se une de nuevo al PNV, aunque surgirá Acción Nacionalista Vasca.