Reinado de Felipe II (1556-1598)

Introducción

En 1555, Carlos V abdica y divide sus dominios. Felipe II hereda los territorios hispanos (Castilla, Aragón, Navarra, Granada, Toledo, Valencia, Córdoba, Murcia), convirtiéndose en rey entre 1556 y 1558. También fue rey consorte de Inglaterra por su matrimonio con María Tudor y Gran Maestre de las Órdenes Militares. Los primeros años de su reinado se caracterizaron por la paz con Francia, su matrimonio con Isabel de Valois, la aparición de focos luteranos en Sevilla y Valladolid, y la primera bancarrota de la hacienda debido a las deudas de las guerras europeas, a pesar del oro y la plata provenientes de América.

Desarrollo

Política Interior

Carlos V renuncia a sus dominios hispanos e indianos, Borgoña e Italia, en favor de su hijo Felipe. Cede sus derechos imperiales y dominios austriacos a su hermano Fernando. Felipe II hereda dos objetivos: luchar por la hegemonía de Europa y defender los territorios. Para ello, tuvo que adaptarse a las condiciones:

  • Estableció su corte en Madrid.
  • Su política se hispanizó, aunque los intereses de Castilla no siempre coincidían con los del monarca.
  • La política fue confesional. Felipe II aspiraba a ser líder de los católicos e impulsó la Contrarreforma en España.
  • El aumento del autoritarismo político y religioso reactivó las rebeliones internas. La revuelta de los moriscos en Granada fue provocada por la prohibición de prácticas musulmanas. La rebelión de Aragón enfrentó al rey con el Justicia Mayor de Aragón, quien fue ejecutado tras la derrota de la revuelta.

En 1578, la muerte del príncipe Don Carlos, heredero de la corona, detenido y acusado de traición por negociar con los holandeses, fue aprovechada por Guillermo de Orange para acusar al rey de asesinato e iniciar la Leyenda Negra en su obra Apología. El secretario real Antonio Pérez, aragonés, traicionó al rey revelando secretos de estado y se refugió en Zaragoza bajo la protección del Justicia Mayor de Aragón. El Justicia fue decapitado y Antonio Pérez huyó a Francia.

Política Exterior

El Conflicto en el Mediterráneo

La prioridad de Felipe II fue la defensa del Mediterráneo occidental frente a turcos y piratas berberiscos. Formó la Liga Santa junto al Papado y la República de Venecia, logrando la victoria en la batalla de Lepanto contra los turcos.

La Rebelión de los Países Bajos

El mayor problema fue la rebelión de los Países Bajos, iniciada por el descontento con el autoritarismo del rey y el deseo de independencia. En 1566 estallaron disturbios populares y el duque de Alba llevó a cabo una dura represión. Guillermo de Orange escapó, se convirtió al calvinismo y se fortificó en las provincias del norte, iniciando una larga guerra entre provincias católicas y calvinistas.

La Guerra con Inglaterra y la Unión con Portugal

Para invadir Inglaterra, Felipe II necesitaba una flota. La unión con Portugal proporcionó un puerto y el control de su imperio marítimo. La Gran Armada, apodada”la Armada Invencibl”, fracasó contra Inglaterra.

Conclusiones

A la muerte de Felipe II, el Imperio español inicia su declive durante el siglo XVII. Las continuas guerras, los problemas económicos y demográficos, y la pérdida de territorios como Portugal, Nápoles y los Países Bajos en 1648, propician la aparición de nuevas potencias europeas. Sin embargo, con Felipe II se inicia el Siglo de Oro del arte y la cultura española. La ciencia y el pensamiento intelectual quedan relegados respecto a Europa por la influencia de la Iglesia. Desde el siglo XV, los reyes de Castilla eran administradores perpetuos de la Orden de Santiago. En 1588, debido a problemas financieros, Felipe II vende jurisdicciones y nombra sus propios oficiales concejiles para impartir justicia en las seis villas de Ricoti, una idea moderna que acerca la justicia a los vecinos.

Reformas Económicas de Carlos III (1759-1788)

Introducción: La Guerra de Sucesión y el Tratado de Utrecht

La muerte sin descendencia del último rey de la casa de Austria, Carlos II”el Hechizad”, desencadena la Guerra de Sucesión Española (1701-1714). Coaliciones de potencias europeas se enfrentan por la corona española, representando modelos políticos y económicos diferentes. Carlos II nombra heredero a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, quien aspiraba a unir ambas coronas. La Casa de Habsburgo se opone, temiendo un imperio franco-español demasiado poderoso. Se libran batallas como las de Villaviciosa, Brihuega y Almansa. Castilla apoya a Felipe V, pero Cataluña y los reinos orientales lo consideran absolutista y perjudicial para su sistema político foral. Con la victoria borbónica, estos territorios pierden leyes, instituciones, lengua, derechos, costumbres y tradiciones por los Decretos de Nueva Planta.

La guerra finaliza con los tratados de Utrecht (1713) y Rastadt (1714), que consolidan el poderío británico en el mar y permiten su comercio con América. Los Habsburgo se consolidan en el Imperio Alemán. En España, la nueva dinastía Borbón implanta el absolutismo y la centralización administrativa con secretarios de Estado provenientes de la hidalguía. Se establecen Cortes únicas, se reforma el ejército y la armada. Los estamentos privilegiados se oponen a estas reformas, que perjudican sus privilegios. Los Borbones controlan la Iglesia e intervienen en la economía.

Desarrollo: Motín de Esquilache, Consecuencias y Reformas

El reinado de Carlos III marca el desarrollo de las políticas reformistas del despotismo ilustrado en España. Este movimiento, nacional y antitradicionalista, no pretende cambiar la estructura jerárquica de la sociedad ni el sistema político absolutista. El despotismo ilustrado presenta limitaciones: exceso de leyes y decretos sin aplicación práctica, y limitaciones presupuestarias por las guerras con el Reino Unido.

Carlos III se rodea de un equipo de secretarios, llamados ministros, como Campomanes y Floridablanca, hidalgos sin recursos universitarios que no cuentan con el apoyo de los jesuitas ni de la aristocracia. En 1766, el motín de Esquilache, provocado por la subida del precio del pan y las medidas modernizadoras del ministro Esquilache, obliga al rey a destituirlo. Se crea un clima de inseguridad y revuelta popular. El rey anula las promesas hechas a los amotinados, lleva a cabo una dura represión y mantiene la política de reformas. Campomanes y Floridablanca, principales beneficiados del motín, ocupan cargos importantes. Se crean nuevos cargos para proteger los intereses de los ciudadanos. Se mantiene la política regalista, aunque gradualmente. Los jesuitas, víctimas del motín, son expulsados en 1767.

Durante el reinado de Carlos III se abordan cuestiones económicas y sociales. Se impulsa la agricultura para potenciar el país. La reforma agraria tiene un triple objetivo: permitir la compraventa de tierras vinculadas a señoríos y mayorazgos, liberalizar los precios controlados por el Estado y fomentar la creación de nuevas poblaciones. Se construyen canales, se diseña un plan de carreteras con origen en Madrid y se crea el Banco Nacional de San Carlos para financiar la deuda del Estado. Los impuestos apenas se modifican.

Conclusión

La monarquía absoluta se impone en España. La nueva dinastía Borbón emprende un amplio programa de reformas para fortalecer el poder real, apoyándose en la Ilustración. Se implanta el absolutismo y la centralización administrativa, se unifican las Cortes, se reforma el ejército y la armada. Los estamentos privilegiados se oponen a estas reformas, que perjudican sus privilegios. Los Borbones controlan la Iglesia e intervienen en la economía a través de obras públicas y reformas fiscales.