Revolución Rusa y la URSS: Orígenes, Ideologías e Impacto Mundial
La Reconstrucción de la Internacional
La II Internacional se fundó en París en 1889. Era una federación flexible de partidos socialistas que aceptaban el sistema democrático.
Aunque la II Internacional parecía una gran unión, existían en ella grandes diferencias doctrinales y políticas. Había dos grandes tendencias:
- Intentos insurreccionales y revolución rusa.
- Política reformista y socialdemócrata.
La Revolución Soviética y la URSS. La Tercera Internacional
Influencias: Fueron un hecho básico del siglo XX, con vocación universal porque surgieron grupos por todo el mundo que seguían los principios leninistas, lo que le otorgó un papel de referencia mundial a la URSS.
Hay historiadores que conciben el siglo XX como una guerra de ideologías. La URSS luchó contra la democracia liberal, el capitalismo y movimientos totalitarios. El comunismo soviético tuvo influencia en todo el mundo, especialmente entre intelectuales, con la creación de muchos partidos adheridos a la III Internacional. Rusia, en 1917, pasó de ser un país atrasado a ser el faro de la humanidad, su modelo fue considerado una especie de iglesia, de “verdad revelada”.
A la muerte de Lenin, Stalin, Trotsky, etc., había distintas tendencias. El triunfo de Stalin supuso el exilio de Trotsky a México, donde fue asesinado por un agente de Stalin: Ramón Mercader, que era español, y cuya madre era agente de la KGB. Según algunas visiones, Stalin no inventó nada, sólo llevó a su máxima expresión las ideas de Trotsky, sobre todo en materia de industrialización.
La revolución rusa fue una revolución bolchevique con un proceso revolucionario. Existen dos escuelas básicas sobre estos hechos:
a) Marxistas
(Predominante por ser el modelo básico de la URSS) El motor fundamental fue la lucha de clases. La revolución fue un proceso por el cual el proletariado llegaría al poder, a través de Lenin. Los orígenes están en las condiciones estructurales de tipo económico-social de la Rusia zarista. Rusia era pobre y atrasada, el pueblo lo dominaba la aristocracia, que no permitía el desarrollo. Esto provocó un movimiento de protesta que acabó con la tiranía del zar y sus secuaces, por tanto, la revolución era inevitable. El problema es que casi no había proletariado industrial. Los teóricos solucionaban el problema entendiendo el capitalismo como un “fenómeno mundial”, que empezó a romperse por el eslabón más débil, Rusia, por lo que la revolución se considera internacional. Pero en 1917 hubo 3 revoluciones, por lo que se habla de un “vacío revolucionario” que los bolcheviques llenaron.
Dentro de esta visión hay una división acerca del desarrollo posterior de la revolución hasta la II GM:
- Ortodoxos: es una línea de continuidad en el proceso de construcción de la sociedad socialista.
- Heterodoxos (trotskistas): hay 2 fases, una la de Lenin (principios revolucionarios) y otra la de Stalin.
Pero todos los marxistas interpretan la revolución en sentido positivo, que trajo mejores condiciones para la sociedad soviética.
b) Liberales
(Anglosajones) Reconocen el problema del atraso soviético, pero acentúan los cambios de finales del XIX y principios del XX, en que la Rusia zarista estaba avanzando política y económicamente hacia modelos occidentales, iba convirtiéndose en un país constitucional y liberal, con cierta industrialización, fin de la servidumbre, liberalización de los mercados agrarios. El primer conato revolucionario fue en 1905, pero también valoran el de febrero de 1917. Para ellos, la revolución de octubre cortó los progresos rusos en sentido económico y político, trajo una crisis económica, una guerra civil e instauró una dictadura de partido único.
Creen que no se dio revolución en octubre sino en febrero, porque en octubre fue un golpe de estado que dio lugar a un régimen dictatorial con ausencia de derechos fundamentales y supresión de los partidos políticos. Tienden a comparar con otros estados, y asemejan la época de Lenin al fascismo italiano y la de Stalin al régimen nazi, compartiendo ambos el genocidio. Rusia había experimentado un importante desarrollo industrial desde finales del S. XIX, lo que había dado lugar a la aparición de una clase obrera industrial del tipo de la que en toda Europa constituía la base de las organizaciones socialistas. La inexistencia de derechos de sindicación y huelga hacía que en Rusia, a diferencia de otros países, no hubiera cualquier tipo de protesta laboral, pues era reprimida con contundencia.
Más importante era la actitud de los campesinos, que constituían el sector mayoritario en la población. En este caso, había un fuerte abismo social entre la gran masa de campesinos y las élites de la nobleza. Además, el nuevo partido Socialista Revolucionario sostenía que en Rusia los campesinos iban a ser los grandes protagonistas de la revolución. El Partido Socialdemócrata, confiaba en cambio en la clase obrera industrial.
Los militantes que fundaron estos partidos no eran en su mayoría obreros ni campesinos, sino jóvenes intelectuales procedentes de la clase media alta, descontentos con la situación del país, que se caracterizaba por la desigualdad y la miseria de las clases menos favorecidas.
Tanto el partido Socialista Revolucionario como el Partido Socialdemócrata funcionaban en la clandestinidad. Y es que el Imperio Ruso seguía siendo en pleno S. XX un estado plenamente absolutista.
Proceso Revolucionario
Rusia no parecía un lugar adecuado para una revolución liberal o marxista, por ser su población mayoritariamente agraria, un país atrasado. El proceso de industrialización provocó inmigración rural, haciendo crecer al proletariado rural, por ello, los primeros revolucionarios consideraban al campesinado como principal sujeto revolucionario, ya que el movimiento obrero se nutría de obreros que procedían del campo y mantenían un gran contacto con él, y tenían un gran sentido colectivo. Estos primeros revolucionarios poseen una cierta idealización del pueblo ruso. La principal dificultad era movilizar al campesinado, por lo cual se recurrió a la acción directa o terrorismo. El campesinado estaba esclavizado por el zar y la aristocracia, por esto llegaron a asesinar, en 1881 al zar Alejandro II. En las zonas industriales hubo grandes huelgas, porque no había cauces de mediación entre patrón y trabajadores, y ante las huelgas intervenía el ejército, por lo tanto el movimiento obrero se radicalizó y se convirtió en revolucionario.
Dentro del movimiento obrero había diferentes corrientes ideológicas, la principal la de los “herederos del populismo agrario” dieron paso al Partido Socialista Agrario en 1901, y entendía que el campesinado era el principal sujeto y era legítimo el uso de la violencia.
Luego estaban los socialdemócratas, que eran marxistas y formaban parte de la II Internacional. Para ellos el proletariado industrial era la clase revolucionaria y daban importancia al partido como “vanguardia obrera” y promotor de la lucha de clases. Sus miembros estaban en el exilio, la cárcel o la clandestinidad. Se dividían, en mencheviques (mayoritarios, moderados) y bolcheviques (radicales liderados por Lenin).
Los nacionalistas rusos estaban en un estado de depresión debido a la derrota frente al ejército asiático y, unido a la debilidad relativa de la autoridad del zar, dio lugar a la oportunidad revolucionaria aprovechada por el movimiento interclasista con un programa reformista pidiendo una monarquía constitucional para crear un estado liberal con libertades nacionales y una constitución, es decir, quieren limitar el poder del zar.
La primera revolución rusa surgió en 1905 y el zar Nicolás II logró dominarla con facilidad.
Pero a pesar de algunas concesiones el sistema no cambió. Esto unido a las derrotas en el frente, la crisis económica y el descontento de soldados y oposición, trajo como consecuencia que el zar fuera incapaz de conducir a Rusia a la victoria.
Se produjo una insurrección en el ejército, en el acorazado Potemkin y surgen los soviets entre ellos el de San Petersburgo. El protagonismo fue de los sectores liberales, los Kadetes (partido liberal demócrata) que formaban fuertes instituciones locales, los zemstvos. El zar cedió y constituyó la Duma (Parlamento) con vistas a abrir un proceso constituyente, y reconoció algunos derechos civiles o libertades fundamentales. Pero fueron éxitos efímeros, porque al recuperarse el poder zarista, éste dio marcha atrás en sus concesiones, recortando las libertades y luego eliminándolas. Se disolvió la Duma y se convocaron unas fraudulentas elecciones esto fue al estallar la I GM, se volvió al absolutismo.