La Segunda Revolución Industrial (1870-1914)

Entre 1870 y 1914, el desarrollo económico experimentó una segunda fase con rasgos propios, que contrastan con los de la Primera Revolución Industrial. Se desarrollaron nuevas fuentes de energía e industrias, y los transportes y comunicaciones experimentaron un gran avance. Hubo un proceso de concentración empresarial y de desarrollo del capitalismo financiero, una mayor integración del mercado de capitales, una mayor competencia en el comercio internacional y la pérdida de la supremacía industrial británica ante la aparición de nuevas potencias industriales dentro y fuera de Europa.

Nuevas Fuentes de Energía y Nuevas Industrias

La aplicación de las innovaciones técnicas a las actividades económicas se intensificó en la segunda mitad del siglo XIX. Se generalizó la necesidad de impulsar y proteger la invención mediante patentes, y la creciente interdependencia entre ciencia, ingeniería e industria hizo florecer los laboratorios de investigación públicos y privados. Muchos sectores experimentaron innovaciones: la química aplicada, la construcción de armamento, los transportes, la medicina, y aparecieron la fotografía y el cine. Pero las innovaciones técnicas y sus aplicaciones afectaron sobre todo a los sectores siderúrgico, químico y eléctrico.

La Industria de los Metales

Muchos logros se consiguieron en la siderurgia, fue una época llamada era del acero. La producción de acero de mayor calidad y más bajo coste fue posible gracias a la aplicación del convertidor, del horno y del método de eliminación del fósforo en ciertos tipos de hierro. Las características del acero posibilitaron la fabricación de máquinas y motores más precisos, ligeros y pequeños, además de valer para la construcción de ferrocarriles, barcos, puentes, etc. El hallazgo de aceros especiales o aleaciones y de nuevos metales permitió el desarrollo de las industrias del automóvil, la aeronáutica y el armamento.

La Industria Química

Su nacimiento fue a mediados del siglo XIX, y estuvo muy ligado a los avances científicos y técnicos, como el método Solvay de producción de sosa para blanquear telas y la síntesis de compuestos orgánicos que permitió obtener colorantes, explosivos y fibras artificiales. Las innovaciones se aplicaron también a la creación de productos farmacéuticos, medicamentos y perfumes. La mayor parte de la producción del sector químico la proporcionaban productos de base, subproductos de destilación de la hulla, abonos minerales elaborados y explosivos.

El Petróleo y la Electricidad

Aparecieron dos nuevas fuentes de energía que comenzaron a desplazar lentamente al carbón y al vapor: la electricidad y el petróleo.

La electricidad no pasaba de ser una mera curiosidad científica a comienzos del siglo XIX, pero una serie de innovaciones resolvieron los problemas relacionados con la transformación y distribución de la corriente eléctrica: el invento de la dinamo, de la lámpara de filamento, de los motores eléctricos y de las turbinas hidráulicas.

Pronto se descubrieron las aplicaciones de la electricidad: alumbrado público, transportes, comunicaciones, ocio. La electricidad generó la aparición de grandes empresas como Philips, en los Países Bajos; Siemens y AEG en Alemania.

El petróleo fue cobrando progresiva importancia, pero el carbón siguió siendo la materia prima dominante en la generación de energía. El petróleo comenzó a usarse como materia prima para la obtención de una serie de subproductos y materiales plásticos, y se originó la industria petroquímica. El gran salto de la industria petrolífera estuvo ligado al desarrollo del motor de explosión, que usaba petróleo como combustible. Este motor se usó en los automóviles.

El Gran Impulso de los Transportes y Comunicaciones

En la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del XX, la expansión del ferrocarril y de la navegación a vapor se vio acompañada por la aparición del tranvía, el metro, la bicicleta, el automóvil y la incipiente aviación, así como un espectacular avance en las telecomunicaciones. El progreso en los transportes y las comunicaciones tuvo intensos efectos económicos y sociales: facilitó la integración y la especialización de los mercados continentales y transoceánicos, y también explica el crecimiento del comercio internacional y de las migraciones generalizadas.

El Ferrocarril y la Navegación

En la segunda mitad del siglo XIX, el ferrocarril fue el rey de los transportes. La sustitución del hierro por el acero permitió aumentar la resistencia de los raíles y la capacidad de los vagones. Se incrementó la velocidad y la seguridad, y se abarataron las tarifas. Hacia 1870, las grandes redes ferroviarias unificaron los mercados nacionales tanto en Europa como en EE. UU.

La Navegación a Vapor

A partir de 1865, los buques de vapor acabaron imponiéndose a los barcos de vela por dos razones:

  • La primera fueron las innovaciones técnicas. La sustitución de los cascos de madera por los de hierro y acero y de las palas por la hélice disminuyó los costes de mantenimiento y aumentó el espacio para mercancías y pasajeros.
  • La segunda fue la apertura de los canales de Suez (1869) y de Panamá (1914), que acortaron distancias y redujeron las tarifas.

Las innovaciones técnicas en la refrigeración permitieron el transporte de carne y otros productos agrarios refrigerados o congelados de América a Europa y viceversa.

El Automóvil y la Aviación

El nacimiento del automóvil está ligado al desarrollo de dos inventos: el motor de explosión movido por gasolina y el neumático.

El primer automóvil ligero y popular fue desarrollado por los franceses Armand y Renault. Pronto el liderazgo en la fabricación de coches con motor de gasolina pasó a manos de EE. UU., sobre todo de Henry Ford y su famoso Ford T, aunque el automóvil alcanzó su auge definitivo después de 1945.

La aviación inició sus primeros pasos con la invención del aeroplano por los hermanos Wright, pero su desarrollo no llegó hasta la Primera Guerra Mundial.

Las Comunicaciones

El teléfono y la telegrafía sin hilos permitieron una transmisión casi instantánea de las noticias, y no tardaron en ser utilizados por las grandes empresas y firmas comerciales, la banca y la bolsa.

Las innovaciones técnicas en la prensa y las artes gráficas abrieron paso a la prensa de masas y la consolidación de las empresas informativas.

Las Nuevas Potencias Industriales

En 1870, el Reino Unido era el principal productor mundial de manufacturas, pero en 1913 se vio sobrepasado por EE. UU. y, en menor medida, por Alemania, que tomaron la delantera en los sectores siderúrgico, químico y eléctrico. El Reino Unido mantuvo su liderazgo económico y comercial hasta la Primera Guerra Mundial.

Alemania

Experimentó una rápida expansión económica a partir de 1900, convirtiéndose en la segunda potencia industrial mundial, y en 1913 ocupaba el segundo puesto en el comercio mundial, debido a varios factores:

  • Desarrollo considerable de los medios de transporte, tanto de la red ferroviaria como de la flota comercial.
  • Rápida aplicación de las nuevas técnicas y la organización científica de la producción.
  • Alto grado de concentración industrial y financiera, que contribuyó a la creación de grandes empresas y a la formación de cárteles, fundamentales en el desarrollo del acero, la química orgánica y la electricidad.
  • La política del gobierno alemán estableció un proteccionismo que favorecía los intereses de los grandes terratenientes y empresarios siderúrgicos, e impulsó la concentración industrial y financiera.

Estados Unidos

Experimentó en el último tercio del siglo XIX una rápida industrialización, que le convirtió en la primera potencia industrial del mundo, debido a varios factores:

  • Un enorme mercado interior: la población aumentó muy rápidamente, debido a la oleada migratoria europea de finales del siglo XIX.
  • La abundancia de recursos minerales, materias primas y tierra fértil.
  • La rápida construcción de una amplia red ferroviaria que atravesó el país de este a oeste y contribuyó a la colonización de territorios despoblados y a la formación de un mercado nacional integrado.
  • Especialización regional posibilitada por la división geográfica del trabajo. El país se dividía en un oeste agrícola, un noreste industrial y un sureste productor de materias primas.
  • La pronta incorporación de las innovaciones técnicas y el sistema manufacturero americano, basado en métodos de producción en masa y producción estandarizada de productos.

La gran empresa industrial moderna nació en EE. UU. En la década de 1880 surgieron las grandes corporaciones en los sectores líderes: el acero, el petróleo, la electricidad, los telégrafos y teléfonos, y el automóvil.

El Japón Meiji

En 1854, un navío de guerra estadounidense amenazó con bombardear Tokio si Japón no abría sus mercados, y cuatro años después Japón tuvo que firmar tratados comerciales desiguales. Esta presión extranjera aceleró el fin del sistema feudal en 1868 e impulsó la modernización económica. Ese año el emperador Mutsu-Hito designó un gobierno Meiji, que inició profundas reformas y adoptó los modelos occidentales de industrialización. El esfuerzo inicial lo hizo el Estado, que casi monopolizó la actividad empresarial entre 1868 y 1880, invirtiendo y creando empresas públicas, y subvencionando a empresas privadas. También promovió la obligatoriedad de la enseñanza primaria, potenció la importación de tecnologías y asesores extranjeros, y extendió y modernizó la red financiera. A partir de 1880-1882, el Estado facilitó la adquisición de las empresas gubernamentales por parte de grandes capitalistas, lo que permitió una concentración industrial y financiera, los llamados zaibatsu. A comienzos del siglo XX, el acelerado desarrollo económico descansó en una mano de obra abundante y barata y en unas elevadas tasas de productividad. Las grandes corporaciones defendieron la expansión de Japón hacia el Pacífico y Asia. Poco antes de 1914, el comercio exterior japonés reforzó su liderazgo en el Pacífico.

La Primera Mundialización de la Economía Capitalista (1870-1914)

La economía empezó a funcionar a escala mundial con nuevas formas de organización de empresas, relativa libertad de movimientos de capital y de los intercambios, y la progresiva implantación del patrón oro.

La Nueva Organización Económica

La aparición de nuevos países y potencias industriales incrementó la competencia. Las empresas necesitaban crecer y ser más fuertes, y lo hicieron de tres formas: se generalizaron las sociedades anónimas, se produjeron procesos de concentración empresarial y el capital bancario irrumpió en la industria. Las pequeñas empresas carecían de los medios económicos necesarios para invertir en las innovaciones técnicas y para abrir mercados. Por eso muchas se convirtieron en sociedades anónimas, lo que les permitió captar nuevos capitales por la venta de acciones. Entre 1870 y 1914, la economía capitalista sufrió un proceso general de concentración empresarial, con mayor intensidad en Alemania, EE. UU. y Japón. Las diferentes formas de concentración fueron un intento de las grandes empresas para imponer prácticas monopolistas de control de precios y de los mercados, y de restricción o eliminación de la competencia. La participación de los bancos en la industria se realizó a través de bancos de negocios, y la unión del capital industrial y del capital bancario abrió paso en esta etapa al capitalismo financiero.

La Integración de los Mercados de Capital

El desarrollo de un sistema bancario hizo posible un gran movimiento de capitales y de inversiones a escala mundial. Las exportaciones de capital procedieron de Europa occidental, sobre todo del Reino Unido. Londres fue el centro financiero mundial hasta 1914, y Francia y Alemania también destacaron en este aspecto. Las inversiones de capitales europeos se dirigieron a América, Rusia y los propios imperios coloniales.

Las Transformaciones en el Comercio Internacional

En el siglo XIX, el comercio internacional experimentó un notable crecimiento, llegando a superar el crecimiento de la producción industrial. La mayor parte de las potencias, salvo el Reino Unido, adoptaron una política proteccionista encaminada a fomentar el crecimiento de sus nacientes industrias. Factores que favorecieron el desarrollo del comercio internacional:

  • El descenso de los precios de los productos, que aumentó el número de consumidores.
  • La revolución de los transportes, que posibilitó que los productos llegaran a todos los rincones del planeta y que el precio del transporte bajara.
  • El desarrollo de un sistema monetario internacional que descansó en la aceptación por las principales potencias económicas de Europa occidental y EE. UU. del patrón oro.

Europa dominó los intercambios comerciales con el resto del mundo.

La Expansión Demográfica y las Grandes Migraciones

La población europea experimentó un ritmo de crecimiento espectacular en la segunda mitad del siglo XIX: de 270 millones en 1850, se pasó a 400 millones en 1900. Esto se debió a un acelerado y prolongado descenso de la mortalidad, gracias a los progresos en medicina e higiene, y al mantenimiento de altas tasas de natalidad.

Estos cambios demográficos dieron lugar a dos hechos de enorme importancia: el trasvase de numerosos contingentes humanos hacia las ciudades y la emigración masiva de europeos a ultramar. Distintos factores explican las migraciones transoceánicas:

  • Fuerte tasa de crecimiento vegetativo, que aumentó el porcentaje de población joven en edad de trabajar.
  • Diferencias de salarios entre el país de origen y el de destino, y el deseo de escapar de la pobreza.
  • Los emigrantes ya establecidos en países de destino enviaban información y dinero para financiar el viaje de nuevos emigrantes.
  • El abaratamiento de los transportes, la ausencia de restricciones a la entrada de inmigrantes y la disponibilidad de tierras vírgenes.

En el siglo XIX, la mayor parte de los emigrantes europeos, sobre 60 millones, emigraron fuera de Europa, principalmente a América, pero también a África del Norte, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.

La emigración europea se produjo en dos fases:

  • La crisis económica de 1845-1846 en algunas zonas europeas abrió una primera etapa de emigración transoceánica. Irlandeses, ingleses y alemanes fueron los principales emigrantes en esta fase.
  • Desde 1870-1880 se aceleró la emigración, con más de un millón anual de emigrantes. La mayoría provenían del sur y el este de Europa.

También la emigración de indios y chinos fue bastante elevada.

El Imperialismo Europeo

En el siglo XIX se desarrolló un nuevo modelo de imperialismo, cuyos protagonistas fueron primero Francia y luego el Reino Unido, y más tarde el resto de países industrializados. Se sustentó en un nuevo escenario económico, la expansión de la industrialización, y un proceso de rápida ocupación de los continentes africano y asiático. En el siglo XIX, las grandes potencias industriales europeas, EE. UU. y Japón rivalizaron por el dominio del mundo, y extendieron su dominio político y territorial sobre la casi totalidad de África, Asia, Oriente Próximo y las islas del Pacífico.

Causas de la Expansión Imperialista

Fue un fenómeno complejo en el que influyeron factores económicos, políticos e ideológicos, y tuvieron gran influencia motivaciones científicas, religiosas y las rivalidades nacionalistas de los países europeos.

Causas Económicas

El auge del librecambio permitió que las potencias vendieran su producción industrial en otros países. A raíz de la depresión comercial de 1873, los grandes países industrializados adoptaron políticas proteccionistas, lo que aumentó la competencia. Por lo tanto, era necesario encontrar nuevos mercados. En las colonias, las metrópolis buscaban el suministro de los recursos económicos de los que carecían, materias primas y fuentes de energía más baratas, y un destino para los excedentes de mercancías y de capitales. Los móviles económicos del imperialismo fueron la búsqueda de nuevos mercados para dar salida a los excedentes de la producción industrial, la inversión de capitales en colonias a un interés más elevado que en la metrópoli, y el abastecimiento de materias primas más baratas o que escaseaban en Europa.

Factores Políticos

Factores de orden político y estratégico militar actuaron en muchas de las acciones de la expansión colonial de las últimas décadas del siglo XIX.

  • Los gobiernos de las grandes potencias coloniales mostraron un interés por el control y dominio de rutas cuya importancia estratégica era esencial desde el punto de vista comercial y militar, como los canales de Suez y Panamá.
  • También influyó el deseo de prestigio o poder, o simplemente la conveniencia de evitar el fortalecimiento de países rivales.

La expansión imperialista se explicó como una defensa de los intereses nacionales, y se tradujo en la extensión del dominio político sobre otros territorios.

Factores Ideológicos

Jugaron un papel esencial en la expansión colonial. Se expandió una mística imperialista, mezcla de exaltación de los valores que representa cada nación, de voluntad de poder y de sueños de grandeza. Las potencias apelaron a la historia: Italia reanimó el recuerdo de la grandeza de la antigua Roma, el Reino Unido ensalzó su misión civilizadora británica, y Francia se erigió en la portadora al resto del mundo de los grandes principios revolucionarios. A esto se añadieron unas connotaciones racistas, ya que en Europa los postulados racistas afirmaban la superioridad de la raza blanca y su misión civilizadora frente a las razas inferiores, ideología derivada del darwinismo social.

Razones Religiosas

Se argumentó la necesidad de llevar el cristianismo a pueblos que mantenían prácticas religiosas ancestrales. Las misiones católicas y protestantes protagonizaron una intensa labor evangelizadora y humanitaria, pero también fueron un medio de legitimación de la expansión imperialista y de imposición de la cultura occidental en los países colonizados por los europeos.

Las Motivaciones Científicas

El avance de la ciencia exigía la exploración de todas las regiones de la Tierra. Los viajes de exploración y descubrimiento de zonas inexploradas del interior de África mediante el reconocimiento de sus grandes ríos como vías de penetración prepararon el camino para la colonización. Las Sociedades Geográficas apoyaron estas expediciones, y las asociaciones coloniales, a las que pertenecían políticos, hombres de negocios, intelectuales y escritores, se esforzaron por difundir entre la opinión pública la ideología colonial. La literatura de viajes, como las obras de Rudyard Kipling, difundieron esta ideología.

Las Formas de Dominación Colonial

La presencia de los europeos en los territorios colonizados supuso el control político, social y cultural, y el sometimiento de los pueblos colonizados a los intereses económicos de las metrópolis. La administración local de los territorios coloniales comenzó siendo realizada por las compañías privilegiadas de comercio, pero pronto el Estado asumió estas funciones. Hubo sistemas de control colonial muy variados:

  • Las colonias: eran aquellos territorios en los que la población indígena estaba totalmente sometida a la potencia colonial, que implantó un gobierno y una administración totalmente europeos. El poder de la metrópoli se ejercía por medio de un gobernador. Un tipo fueron las colonias de poblamiento, en las que se asentó una numerosa población europea que impuso su lengua, formas de vida e instituciones a semejanza de su país de origen.
  • Los dominios: específicos del Imperio británico. Eran colonias de poblamiento a las que se les aplicó un sistema de autogobierno. Los poderes del gobernador estaban limitados por un gobierno designado por una asamblea elegida por los colonos. Tenían autonomía en la política interna, pero la política exterior se decidía en la metrópoli. Fue el caso de Canadá, Nueva Zelanda, Australia y la Unión Sudafricana.
  • Los protectorados: territorios coloniales donde ya existía un Estado soberano con su propia estructura política y cultural. La potencia colonial respetaba, en teoría, al gobierno y la administración indígena, pero ejercía el control militar, la dirección de la política exterior y la explotación económica.
  • Las concesiones: un Estado cedía temporalmente territorios a una potencia colonial, que los controlaba económicamente pero sin desplazar a ellos ni funcionarios ni militares. El caso más destacado fue China.

El Reparto de África

La expansión imperialista comenzó en África. Hasta 1870, la presencia europea allí se limitaba a una serie de factorías costeras o pequeños enclaves coloniales en zonas próximas al mar. Pero en el último tercio del siglo se produjo una total ocupación del territorio.

Los Primeros Pasos

Francia y el Reino Unido empezaron el proceso colonizador en África. En el África mediterránea, Francia inició en 1830 la ocupación de Argelia y en 1848 la proclamó oficialmente territorio francés. En 1881, los franceses establecieron un protectorado sobre Túnez. En Egipto se produjo la colisión de los intereses franceses e ingleses por el dominio del canal de Suez. El Reino Unido estaba interesado en el control de Egipto para asegurar su ruta hacia la India, y en 1882 se produjo la ocupación militar de Egipto, que fue convertido en un protectorado inglés. En la segunda mitad del siglo XIX se registraron un gran número de viajes de exploración y descubrimientos. Destacaron las exploraciones de David Livingstone, que descubrió el río Zambeze y llegó a las cataratas del lago Victoria; Henry Stanley, que descubrió las fuentes del río Congo; y Savorgnan de Brazza, al servicio de Francia, que exploró la margen derecha del río Congo.

La Conferencia de Berlín

Las rivalidades entre Francia y Bélgica por el Congo y el interés de los comerciantes alemanes por África Central impulsaron a Bismarck a celebrar una Conferencia Internacional en Berlín entre 1884 y 1885. En ella se adoptaron una serie de acuerdos:

  • La libertad de comercio y de navegación por los ríos Níger y Congo.
  • La prohibición de la esclavitud.
  • El reconocimiento del Estado Libre del Congo como una colonia a título personal del rey de Bélgica, Leopoldo II.
  • El principio de la ocupación efectiva, que aceleró el reparto de África, ya que era necesario ocupar de verdad un territorio para considerarlo propio.

A finales del siglo XIX, nuevas potencias se incorporaron al reparto de África. Las más importantes fueron Italia y Alemania. Italia se apoderó de Somalia y Eritrea, pero fracasó en su intento de conquistar Etiopía. Alemania estableció colonias en 1884 en Tanganica, Togo y Camerún, en la costa occidental, y en el área desértica del sudoeste de África, que luego se llamó África Suroccidental Alemana.

Los Conflictos Internacionales

Ni la Conferencia de Berlín evitó los conflictos. Uno de ellos derivó del intento de formar imperios continuos. El Reino Unido pretendía formar un imperio africano que uniese el norte con el sur del continente, enlazado con una línea de ferrocarril desde El Cairo hasta El Cabo. Pero esto entró en colisión con el propósito francés de crear un eje de oeste a este. Esto dio lugar a un grave incidente al encontrarse los ejércitos de ambas potencias en Fachoda (Sudán), pero se resolvió por la vía diplomática. En el África austral, se enfrentaron los portugueses, los colonos holandeses (bóers) y alemanes, y el Reino Unido. A esto se sumó desde 1884 la presencia de Alemania en el África del Sudoeste. Las tensiones entre los ingleses y los colonos holandeses se agravaron desde el descubrimiento de yacimientos de oro y diamantes en las repúblicas bóers de Sudáfrica, Orange y Transvaal, lo que desembocó en la guerra anglo-bóer de 1899-1902. Tras la derrota de los bóers, Transvaal y Orange fueron anexionadas al Reino Unido. La cuestión marroquí, que era la pretensión francesa de establecer un protectorado sobre el reino de Marruecos y la oposición alemana al mismo, fue un foco de tensiones entre ambas potencias, y una de las causas de la Primera Guerra Mundial.

La Expansión Imperialista en Asia

La expansión imperialista del último tercio del siglo XIX se completó con la acción colonial europea en el continente asiático.

El Imperio Ruso

Su expansión por Asia fue ante todo política. Ocupó Asia septentrional en el siglo XVII, y a mediados del XIX se dirigió hacia el Turquestán. A partir de 1880-1890, con la construcción del ferrocarril Transiberiano, la presencia rusa se extendió hasta Manchuria. Los avances rusos en el Turquestán profundizaron la hostilidad con el Reino Unido, con el que mantenía disputas sobre Persia, Afganistán y el Tíbet. La penetración rusa en Manchuria originó el choque con Japón, que desembocó en la guerra ruso-japonesa de 1904-1905, en la que Rusia fue derrotada.

El Imperio Británico

La India fue el objeto preferente del colonialismo británico en Asia. Desde el siglo XVIII, la Compañía de las Indias Orientales fue ocupando gran parte del territorio, con el apoyo del gobierno británico. Para ello disponía de un ejército de soldados indios encuadrados en el ejército británico, los cipayos. En 1857-1858, los cipayos se sublevaron, y la India pasó a depender directamente de la corona y a ser gobernada a través de un virrey. El recelo británico ante la expansión colonial francesa en Indochina impulsó la ocupación de Birmania, convertida en protectorado en 1886, y de los sultanatos del centro y sur de Malasia entre 1870 y 1885. El Reino Unido también había establecido colonias de poblamiento en Australia y Nueva Zelanda.

El Imperio Francés

La conquista francesa de Indochina se inició en 1858-1860 con la ocupación del delta del Mekong y de Saigón. Francia deseaba controlar el delta del Mekong y del Song Koi para hallar una vía de penetración en el mercado chino. En 1887 se formó la Unión General de Indochina (integrada por Annam, Tonkín, Camboya y Cochinchina), a la que en 1893 se incorporó Laos. En 1893 se acordó la neutralidad de Siam (actual Tailandia) como Estado independiente y tapón entre los dos imperios.

Otros Imperios

Los Países Bajos, desde 1882, afirmaron su administración sobre las Indias Holandesas (actuales Indonesia y parte oriental de Nueva Guinea), y Alemania se anexionó Nueva Guinea oriental y las islas Marshall, Salomón, Carolinas y Marianas.

El Caso de China

China fue el gran objetivo comercial de las potencias europeas y EE. UU., primero, y después de Japón. Sin embargo, China pudo conservar su independencia, al menos teóricamente. La prohibición del gobierno chino a la entrada del opio indio que se intercambiaba por té y seda originó las llamadas guerras del opio (1839-1842 y 1856-1860). Tras estas guerras, el Reino Unido y Francia obligaron a los chinos a negociar una serie de tratados:

  • China cedió Hong Kong al Reino Unido.
  • Se otorgaban ciertos derechos a los comerciantes extranjeros, a los que permitían establecer colonias propias en una serie de ciudades, como Shanghái y Cantón, y controlar las aduanas.

De este modo, China se convirtió en un mercado abierto para los productos europeos, lo que causó la ruina de los comerciantes autóctonos y la creciente oposición a los extranjeros. La década de 1880 marcó el comienzo del reparto del territorio chino en cinco zonas de influencia. El punto de partida fueron las derrotas ante Francia (1884-1885) y Japón (1894-1895). Los emperadores cedieron el control a británicos, franceses, alemanes, estadounidenses y japoneses de una serie de puertos y áreas de influencia para la explotación de ciertos recursos (minas y ferrocarriles). Surgieron movimientos ultranacionalistas radicales, como la revuelta de los bóxers en 1900-1901, que fueron duramente reprimidos. En 1911, una revolución desembocó en la proclamación de la república, que puso fin a la dinastía manchú. Sin embargo, la república no trajo la estabilidad política deseada.

Huellas o Consecuencias del Imperialismo

La colonización provocó cambios profundos en la economía, la cultura y los modos de vida de los pueblos indígenas.

La Explotación Económica

Los europeos practicaron la llamada economía de pillaje. Su objetivo esencial era explotar al menor coste posible unos inmensos territorios que tenían abundantes recursos naturales. Los colonos europeos se apropiaron de las tierras, desplazando a los indígenas a las zonas áridas por la fuerza. En Argelia, casi 500 000 hectáreas de tierras fueron confiscadas y distribuidas entre los colonos. También se encerró a los indígenas en reservas y se les masacró sistemáticamente. Las grandes compañías recibieron la concesión gratuita para explotar las tierras por el sistema de plantaciones dedicadas al monocultivo (caucho, té, café, cacao, etc.). La ruina de las actividades artesanales de las poblaciones indígenas aumentó la miseria de la mayoría de la población sometida a la colonización. La explotación de los recursos (minerales, metales preciosos, caucho, etc.), el control de los mercados coloniales para los productos industriales y las preocupaciones estratégicas impulsaron a las metrópolis a equipar a las colonias con ferrocarriles, carreteras, puertos y cables telegráficos. Las metrópolis europeas impusieron sus monedas, sus sistemas de impuestos y elevaron las tarifas aduaneras sobre las mercancías no importadas de la metrópoli.

La Sociedad Colonial

La introducción de la medicina europea permitió reducir la mortalidad de la población indígena, mientras que la natalidad tendía a mantenerse elevada. El crecimiento de la población y el rápido proceso de urbanización provocaron el hambre crónica e incrementaron las tensiones sociales. Las estructuras sociales fueron alteradas por la creación de fronteras artificiales, que unieron o dividieron a grupos étnicos y tribales, lo que provocó innumerables conflictos políticos, sociales y étnicos. En el seno de la administración colonial se forjó una élite indígena, que más tarde difundió ideas liberales o socialistas que generaron un creciente nacionalismo, que aspiraba a la independencia.

Causas de la Primera Guerra Mundial

A principios del siglo XX, Europa se vio sometida a una serie de tensiones y crisis. Francia y el Reino Unido recelaban del creciente poder alemán y del giro expansionista que el káiser Guillermo II dio a su política exterior.

Las Rivalidades entre las Grandes Potencias Europeas

Las relaciones entre Francia y Alemania en el último tercio del siglo XIX fueron muy tensas por las reivindicaciones territoriales francesas sobre los territorios de Alsacia y Lorena, perdidos en 1870 tras la guerra franco-prusiana. A la tensión franco-alemana se sumó la disputa entre los Imperios austrohúngaro y ruso por el control político y económico de la zona de los Balcanes. Las rivalidades económicas generaron un clima de enfrentamiento. El impulso de las relaciones comerciales y financieras, sobre todo entre el Reino Unido y Alemania, provocó rivalidades en la batalla económica por conseguir nuevos mercados. Alemania necesitaba extenderse por nuevos mercados y conseguir un imperio colonial donde situar sus manufacturas, mientras que el Reino Unido veía en el expansionismo alemán una amenaza a su imperio colonial y a su hegemonía comercial. La política naval germana perseguía crear una poderosa marina de guerra equiparable a la británica, por lo que el Reino Unido buscó la alianza con Francia.

La Formación de los Bloques y la Carrera de Armamentos

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En 1907 las principales potencias se dividieron en 2 bloques: Triple Alianza y Triple Entente.
La Triple Alianza formada por Alemania, Austria-Hungría e Italia creada por Bismarck en 1882, tenía un carácter defensivo. Sus objetivos eran lograr un equilibrio en Europa favorable a Alemania, aislar diplomáticamente a Francia, asegurar a los austriacos la protección de su frontera sur en el caso de conflicto con Rusia en los Balcanes, e Italia recibía garantías frente a un ataque francés. Tras la dimisión de Bismarck en 1890, Guillermo II y su gobierno dieron un giro en la política exterior alemana con la Weltpolitik, caracterizada por un nacionalismo expansionista, el militarismo y el desarrollo de una flota de guerra poderosa.
La Triple Entente formada p Francia, Rusia y Reino Unido se constituyó en 1907 a través de unos acuerdos.
– En 1893 Francia y Rusia firmaban un pacto militar, donde se comprometían a movilizar sus tropas en caso de ser atacadas por algún miembro de la Triple Alianza, y así Francia lograba romper su aislamiento diplomático.
– La firma entre Reino Unido y Francia de la Entente Cordiale, en 1904, Francia renunciaba a sus ambiciones sobre Egipto a cambio del apoyo británico a poner un protectorado en Marruecos, Francia y Reino Unido zanjaban sus rivalidades.
– En 1970 se adhirió a esta alianza el Imperio ruso, y se formó la Triple Entente.
Este sistema de alianzar no implicaba un paso hacia una guerra. La carrera de armamentos constituyó otro paso decisivo hacia la crisis. Entre 1890 y 1914 los ejércitos de todas las potencias europeas salvo Reino Unido, doblaron sus efectivos de tierra y mar, y se mejoró mucho la tecnología armamentística. Entre 1912 y 1914 las posturas diplomáticas se endurecieron. Alemania tomó la iniciativa, hubo nuevas leyes que incrementaron su ejército en 820000 soldados. Francia aprobó otra ley militar e incrementó su ejército en 750000 soldados, y Rusia a finales de 1913 aumento a 1200000 el nº de soldados. Esto causó inquietud en la opinión pública.
Los enfrentamientos coloniales: las crisis marroquíes.
A comienzos del S.XX resurgieron los enfrentamientos imperialistas, el escenario fue el norte de África, concretamente Marruecos y la protagonista Alemania que quedó insatisfecha del reparto de África realizado en la Conferencia de Berlín.
En 1905 fue la 1º crisis marroquí. Alemania no aceptó el acuerdo entre Francia y Reino Unido de repartir ese territorio entre Francia y España. La postura del gobierno alemán era mantener la independencia de Marruecos frente a las pretensiones francesas.
La Conferencia de Algeciras de 1906 fue para evitar una guerra en Europa, y se acordó reconocer la independencia de Marruecos, fue más teórica que real, y se estableció un protectorado franco-español. En 1911 se dio lugar a la crisis de Agadir. Tropas francesas intervinieron en la ayuda del sultán, asediado por los rebeldes de Fez. La ocupación de tropas francesas en Fez fue considerada pro Alemania como una violación del Tratado de Algeciras. La intención de Alemania era abrir una nueva negociación y forzar a Francia a cederle Congo a cambio de la plena libertad de acción en Marruecos.En 1911 se firmó un acuerdo donde Francia entregaba a Alemania una importante parte de su colonia del Congo, y Alemania reconoció el protectorado francés y español sobre Marruecos, pero esto decepcionó a Alemania.


La Gran Guerra (1914-1918)
Los países que iniciaron la 1º Guerra Mundial pensaron que el conflicto sería corto y localizado, pero se caracterizó por su larga duración, 4 años, y porque implicó a todo el continente, e incluso zonas no europeas.
Fuerzas enfrentadas y escenarios del conflicto
En agosto de 1914 estallaba la Gran Guerra, enfrentó a los imperios centrales y a la Triple Entente. La situación de los 2 bloques, por lo que se refiere a las fuerzas militares, mostraba clara superioridad numérica de la Entente, más ficticia que real. La posición estratégica de los imperios centrales favoreció el movimiento de sus tropas. El ejército alemán era superior al francés en artillería pesada de campaña y en vehículos automóviles. En las fuerzas navales, la Entente, sobre todo Reino Unido eran dominantes, lo que condujo a los alemanes a la guerra submarina. Los 2 bloques buscaron nuevos aliados.
Características de la guerra
Fue la 1º guerra total, se utilizaron todos los recursos humanos, económicos y técnicos de los países contendientes. Se movilizaron casi 70 millones de soldados, los avances técnicos e industriales se pusieron al servicio para fabricar un armamento moderno y mortífero. En los países beligerantes hubo economía de guerra dirigida por los Estados, la población civil sufrió el racionamiento y la penuria, y las mujeres trabajaron en las industrias y otros sectores donde trabajaban hombres. Los gobiernos recurrieron a la emisión de deuda pública y a los préstamos del exterior, sobre todo EEUU. Se utilizó propaganda.
Las fases de la guerra.
La guerra de movimientos: el fracaso del plan alemán (agosto-diciembre de 1914)
El plan alemán pretendía un triunfo rápido en el frente occidental, derrotando al ejército francés en las primeras semanas, y luego centrarse en el frente ruso. Los alemanes penetraron en territorio francés, pero los aliados lograron detener el avance alemán mediante una contraofensiva, la batalla del Marne, con triunfo francés y la estabilización del frente occidental y la prolongación de la guerra. A finales de agosto de 1914, en el frente oriental, las tropas rusas invadieron la Prusia Oriental y sorprendieron a los ejércitos alemanes, la contraofensiva alemana logró una importante victoria sobre los rusos en Tannenberg, y frenaron su avance, y este frente también se estabilizó.
De la guerra de posiciones a la guerra de desgaste (1915-1916)
En 1915 empezó la guerra de posiciones o trincheras. Los frentes se estabilizaron y los ejércitos fijaron sus posiciones, levantando una barrera de alambradas, para impedir el avance enemigo, y se protegían en zonas escavadas, trincheras, donde vivían apiñados entre ratas, frío, humedad y fango. Entró en la guerra el Imperio turco y Bulgaria a favor de los imperios centrales, e Italia, Rumania y Grecia del lado de los aliados, por lo que se abrieron nuevos frentes secundarios, la frontera austro-italiana y Próximo Oriente. Se recurrieron a 2 nuevas tácticas: intentar abrir brechas o debilitar la fuerza del adversario, pero sin resultados positivos. Para atacar a los soldados en las trincheras se usaron armas prohibidas, como gases tóxicos y lanzallamas. Los intentos de romper el equilibrio le costaron al ejército francés casi 1500000 bajas, y los alemanes hicieron retroceder a los rusos más de 100 Km. La guerra de desgaste caracterizó el año 1916 y su principal escenario en el frente occidental, la batalla de Verdún, reflejó la nueva táctica, debilitar al máximo al enemigo para firmar la paz, pero hubo igualdad, casi 500000 muertos para cada uno. En el mar las flotas británica y alemana lucharon en la batalla de Jutlandia, con victoria británica, por eso Alemania intensificó la guerra submarina.
De la crisis de 1917 al final de la guerra.
En 1917, 2 hechos contribuyeron a cambiar el rumbo de la guerra: la intervención de EEUU y la revolución en Rusia.
– La guerra submarina indiscriminada de Alemania perjudicó a los exportadores estadounidenses y al propio prestigio nacional, el 2 de abril de 1917 Wilson, presidente de EEUU, anunció al Congreso su resolución de intervenir, con aliados.
– En Rusia los bolcheviques tomaron el poder en octubre de 1917, y en diciembre firmaron un armisticio con Alemania como preludio del tratado de paz de Brest-Litovsk, poniendo fin a la guerra en el frente oriental.
En 1918 las mejores divisiones alemanas se trasladaron de este a oeste, la llegada masiva de tropas y pertrechos estadounidenses permitió a los aliados realizar un contraataque, recuperando lo perdido. Los aliados derrotaron a los búlgaros, turcos y austrohúngaros, y firmaron el armisticio. El ejército alemán se desmoronó, y el káiser abdicó el 9 de noviembre, el nuevo gobierno firmó el armisticio el 11 de noviembre de 1918.
Los tratados de paz y el nuevo mapa de Europa
La Conferencia de Paz de París.
En enero de 1918, el presidente estadounidense Wilson expuso en el Congreso de EEUU los 14 puntos, donde había que regirse a una paz justa y duradera, objetivos:
– Supresión de la diplomacia secreta, a la que se atribuyó el desencadenamiento de la guerra.
– Libertad de navegación y comercio internacional.
– Reducción de armamentos.
– Creación de una Sociedad de Naciones, basada en la igualdad entre los Estados.
No fueron respetados, los aliados europeos querían defender sus propios intereses que por lograr una paz justa. Francia exigió a Alemania a pagar las reparaciones de guerra e incluso ser desmembrada. La Conferencia de Paz de París (1919-1920) dijo los 5 tratados que estipulaban las condiciones de la paz y nuevas fronteras entre vencedores y vencidos, los vencidos no fueron escuchados, y fueron llamados para firmar los tratados impuestos por el Consejo de los 4, formado por los dirigentes de las grandes potencias vencedoras.
Una paz impuesta por los vencedores.
El Tratado de Versalles, reguló la paz con Alemania, fue el más importante.
– Alemania sufrió fuertes recortes territoriales: cedió a Francia Alsacia y Lorena, Posnania a Polonia, se creaba un pasillo en Danzig, que separaba Prusia Oriental del resto de Alemania. Las colonias alemanas pasaron a ser mandatos de la Sociedad de Naciones
– Alemania fue considerada responsable del desencadenamiento de la guerra y tuvo que pagar fuertes reparaciones de la guerra para compensar las destrucciones causadas a los países vencedores, entregar su flota mercante, sus locomotoras y ceder a Francia las minas de carbón del Sarre 15 años.
– Alemania tuvo que suprimir el servicio militar obligatorio y limitar su ejército a 100000 hombres, los aliados ocuparon la orilla izquierda del Rin.
Los tratados de Saint Germain, Trianon, Neuilly y Sévres impusieron una nueva organización de las fronteras y de los Estados de la Europa central-oriental y balcánica. Los Imperios austro-húngaro y turco se desmembraron en diferentes Estados, se construyeron nuevos países.
Las repercusiones políticas de los tratados.
Con el final de la guerra desaparecieron los grandes imperios que existían en Europa antes de 1914, la revolución de octubre de 1917 acabo con el Imperio ruso de los zares. El Imperio alemán y austro-húngaro se proclamaron repúblicas, y desapareció el Imperio turco, de acuerdo con el principio wilsoniano del respeto a las nacionalidades, se constituyeron nuevos Estados: Polonia, Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Checoslovaquia, Yugoslavia y Hungría.
En 1920 Europa estaba formada por 28 Estados, y todos menos 2, eran democracias parlamentarias y en la mayoría se implantó el sufragio universal.