Señoríos y Antiguo Régimen: Poder, Economía y Sociedad en España
Los Señoríos
El señorío representa el dominio sobre tierras y hombres, delegado por el rey a otras personas o colectivos. Es una institución propia de las Edades Media y Moderna en la que su titular acumula en su territorio jurisdicción, renta y, en ocasiones, patrimonio. Según la titularidad, individual o colectiva, laica o eclesiástica, se distinguen: infantazgos o señoríos de hijos de rey (infantes); señoríos de las Órdenes Militares; los abadengos; la behetría, lugares en los que sus habitantes designaban voluntaria y temporalmente a su señor; y nobiliarios o solariegos.
En términos jurisdiccionales, implicaba un traspaso de ciertas competencias públicas de la corona a un particular, para que las ejerciera en un determinado territorio. En virtud del señorío jurisdiccional, los señores nombraban a las autoridades locales, ejercían la justicia y cobraban tributos, constituyendo una fuente de poder político y económico.
El señorío jurisdiccional se acompañaba de derechos de propiedad sobre una parte de la tierra, lo que se traducía en el cobro de cánones por su uso por parte del campesinado.
Los señoríos se originaron en la Edad Media por diversas razones, como mercedes reales por participar en la Reconquista. A partir del siglo XVI, debido a las necesidades de la Hacienda de obtener recursos, se vendieron tierras de realengo (iniciado por Carlos I con la venta de los bienes de las Órdenes Militares). Como resultado, miles de pueblos quedaron fuera de la autoridad directa de la corona.
El desmantelamiento final de los señoríos se produjo con el régimen liberal, que, basado en el principio teórico de igualdad, buscó una organización territorial uniforme mediante la abolición de los señoríos, leyes comunes de aplicación general y la liberalización de la propiedad a través de la desamortización y la desvinculación. El proceso se inició en las Cortes de Cádiz y culminó con la ley de 1837, que consolidó la propiedad privada y homogeneizó jurisdiccionalmente todos los territorios, aboliendo el señorío.
Características del Antiguo Régimen
La expresión Antiguo Régimen designa el periodo histórico anterior a la Revolución Francesa, las revoluciones liberales y la industrialización, comprendido entre finales del siglo XV y finales del siglo XVIII. En España, durante este periodo se sucedieron las dinastías de los Austrias y los Borbones, siendo una época en la que España desempeñó un papel fundamental en la historia europea.
Política
Desde el punto de vista político, se produjo el nacimiento de la monarquía autoritaria y su evolución hacia la absoluta, representada primero por los Austrias y luego por los Borbones. La monarquía absoluta estaba mediatizada por la fuerte presencia de la Iglesia en la vida pública (regulación del matrimonio, importancia de la jurisdicción eclesiástica, diezmos, primicias…) y la existencia de instituciones representativas de los distintos estamentos (Cortes).
Economía
La economía era fundamentalmente agraria, con gran presencia de la nobleza y la Iglesia como propietarios. Los patrimonios de la nobleza estaban vinculados (mayorazgos), dificultando el acceso a la tierra de los campesinos. Muchos campesinos vivían en señoríos, sometidos a la jurisdicción de los señores y obligados a pagar tributos por el uso de la tierra. La industria era artesanal y el comercio enfrentaba serios obstáculos debido a los escasos excedentes y la lentitud y carestía de los medios de transporte.
Sociedad
Desde el punto de vista social, el Antiguo Régimen se caracterizaba por ser una sociedad estamental, es decir, una sociedad marcada por la desigualdad refrendada por la ley. La sociedad se dividía en tres estamentos: nobleza, clero y estado llano. La nobleza poseía grandes latifundios, ocupaba altos cargos militares y diplomáticos, no pagaba impuestos y era el máximo exponente del prestigio social. El clero, compuesto por quienes se dedicaban a la vida religiosa, también poseía grandes riquezas, especialmente propiedades territoriales, y se dedicaba a la enseñanza y la asistencia social, ejerciendo un gran poder ideológico. Los no privilegiados, un grupo heterogéneo, soportaban la mayor carga impositiva y se dividían en clases urbanas y campesinos.